Qué canalla tienes que ser para
engañar a tus seguidores con campañas como esa reciente de España nos roba,
mientras te estás quedando con su dinero. Llevándotelo a dos manos. Guardándolo
en Suiza o, como en el caso del padre de Artur Mas, en Liechtenstein (insisto:
pronúncienlo Lij-tens-tain). Artur Mas era el Conseller de Hacienda de Pujol.
No un conseller cualquiera, de Cultura o Interior, no. Era el Conseller de
Hacienda. El que debía mirar para otro lado. Y lo hizo tan bien que de ahí pasó
a ser el Conseller en Cap, o sea el hereu. Y luego el jefe. Creían las buenas
gentes de Cataluña que los secesionistas eran inmaculados, que trabajaban sólo
por el bien de su pueblo, que tras la independencia entrarían todos en una especie
de Arcadia pura y virginal, sin corruptos, ni paro, ni desahucios, ni recortes a la
investigación y la sanidad, donde hasta el SIDA se curaría por el simple
procedimiento de hablarle en catalán al virus.
Y, de pronto, se han dado de
bruces con la realidad: sus políticos son tan poco de fiar como los políticos
españoles. Una decepción equivalente a la del líder simio César, del que les
hablé en el post anterior, cuando constata que los monos se han vuelto tan malvados,
crueles y falsos como los humanos, de los que siempre se habían querido sentir
diferentes. O la de los hebreos de buena fe, cuando han visto en qué se ha
convertido el Estado de Israel. El nacionalismo es también un virus (quizá más en
el sentido informático, que en el clínico). Un virus que ataca a los
pueblos con consecuencias fatales. Un estado mental colectivo que permite
diferenciar a los canallas propios de los ajenos y disculpar a los primeros. No
sé si era Robert de Niro en Uno de los
nuestros el que decía: son unos cabrones, pero son nuestros cabrones.
Los nacionalistas catalanes
presumen de ser un movimiento pacífico y tranquilo y hay que reconocer que, de
momento, lo son. Pero antes o después saldrán de entre ellos los elementos más
violentos que siempre surgen en estos procesos y que acaban por ver como
enemigos a sus compañeros moderados y partidarios del diálogo. Ya han asomado
la patita con las agresiones callejeras a Pere Navarro y al ministro del
Interior, por no hablar de los insultos y abucheos a Raimon, figura venerable
del catalanismo, a quien no consienten que tenga dudas sobre el proceso actual.
Les recuerdo que, entre los insultos que más le corearon a Raimon, estaba el de
¡¡ESPAÑOL!! Pero el virus te permite explicar todo lo que sucede en clave de
buenos y malos. Por ejemplo, el caso del señor Pujol, tiene una solución fácil.
Salgan a la calle, vayan ante su casa y griten hasta quedar roncos: ¡¡¡¡PUJOL
ESPAÑOL!!!! Luego vuelvan tranquilos a sus domicilios, cómanse una butifarra y
sigan creyéndose que España les roba.
Todos estamos más o menos
afectados por el virus o sus anticuerpos, como es mi caso: soy tan
antinacionalista, que acabo dedicando páginas y páginas a esta mierda, cuando
podría centrar mi blog en el rock’roll, la literatura o las mujeres
guapas como la novia de Schweinsteiger. Al final han conseguido llevarnos a su
terreno. Manda carallo. Mi querida terra galega está también infectada, aunque
por una versión más benigna. Mis paisanos son demasiado listos y desconfiados
como para que ciertos mensajes calen entre ellos. Sin embargo, ya he contado
que mis sobrinos coruñeses y los hijos de todos mis amigos que han asistido allí
a la escuela en los últimos años, a la pregunta de cuál es la asignatura más
difícil de todas las que les ha tocado estudiar, contestan como un solo
hombre: el gallego. Algo está pasando, pues, también allí. Porque ustedes
saben que el gallego, como el catalán o el euskera, puntúa cero en el
currículo, a la hora de optar a ingresar en cualquier universidad que no sea de
la tierra. A mí me parece estupendo que se estudie y se fomente el gallego, pero no que su aprendizaje sea más duro que el de las Matemáticas o la Filosofía.
Otra muestra de los efectos del
virus. En el post #242 “Los conciertos de rock de 1980 en Madrid”, un joven
lector del blog dice en su comentario que los grupos independentistas de rock,
como Hertzainak o Brams, siempre han sido los mejores (algo que es bastante
cierto), y que le gusta mucho mi blog aunque esté escrito por un
nacionalista español. No quise ser muy duro con él en la respuesta, porque
me hace mucha ilusión que me lea la gente más joven, pero la contestación es
obvia: ¿es que para ti, chaval, es bueno ser nacionalista vasco o catalán y
malo ser nacionalista español? Si es así, es que estás infectado gravemente por
el maldito virus. En mi respuesta intenté explicarle que yo no soy nacionalista
español, sino antinacionalista. Que me dan alergia las patrias, las banderas y
los uniformes. Que me encantaría que los pueblos de España formasen una
federación, a la que podríamos invitar a sumarse a Portugal. ¡Qué poderosos
seríamos entonces! La Federación de los Pueblos Ibéricos.
Hasta el Rey Felipe está afectado
por el tema. Y no me refiero al hecho de que incluyera en su primer discurso varias
frases en los idiomas citados. A mí eso me parece cojonudo, creo que debería
haber dicho más cosas en catalán, gallego
y euskera, idiomas que forman parte de nuestro acervo cultural y que
todos deberíamos conocer. No. A lo que me refiero es al juramento. ¿No
recuerdan cómo terminó? Juro respetar los derechos de los ciudadanos y de
las comunidades autónomas. Entiendo que se lo escribieron así, y hasta
puedo admitir que fuera lo más conveniente para tener la fiesta en paz. Pero a
mí no me vale. No admito que los derechos de las comunidades autónomas se
pongan al mismo nivel que los de los ciudadanos. A las comunidades, que les
den. A quien hay que proteger es al ciudadano, coño.
Estos guiños se hacen para calmar
al monstruo, pero son inútiles cuando van dirigidos a gentes que han llegado a
la conclusión de que no se sienten españoles, sólo catalanes (que pobreza
mental, yo estoy encantado de sentirme coruñés, gallego, español y europeo). En
fin, que tendremos que seguir con este tema tan manido. Si pinchan a la derecha
en la etiqueta “nacionalismo” pueden leer todo lo escrito al respecto. En alguna parte he dicho que reconozco el derecho a decidir de los pueblos, incluso el
derecho a equivocarse y meter la pata hasta el corvejón. Pero, ahora que se
acerca la consulta escocesa, tal vez no venga mal hacer un breve guión
histórico del encuadre jurídico internacional del tema.
1.- 1980. Los
separatistas del Quebec organizan una consulta para ver si siguen integrados en
Canadá, o se independizan. Pierden claramente.
2.- 1995. Los
separatistas del Quebec lo intentan de nuevo y vuelven a perder, pero esta vez
por un margen muy estrecho. Entonces proclaman a los cuatro vientos que ya
falta menos, que al siguiente intento conseguirán la ansiada independencia. El
gobierno canadiense entiende que aquello es un cachondeo y pide instrucciones
al Tribunal Supremo: ¿es lícito que se sigan celebrando referendums indefinidamente
hasta que ganen los separatistas? ¿En qué condiciones?
3.- 2000. El
Supremo del Canadá responde a la consulta formulada promulgando una ley muy sencilla: la Clarity Act. Según esa ley,
el camino para que una región o nacionalidad se independice del Estado al que
pertenece previamente, ha de constar de dos pasos: UNO, acuerdo entre el
gobierno estatal y el gobierno regional, firmado y rubricado por ambas partes,
en el que se establezcan las condiciones particulares de la secesión, y DOS,
consulta posterior a los ciudadanos afectados, para que ratifiquen o no el
acuerdo previo. En el documento suscrito se detallará entre otras condiciones
el porcentaje de votantes requerido (puede que un 51% pelado no se estime
suficiente).
4.- La
Clarity Act es admitida internacionalmente como jurisprudencia internacional
para los países integrantes de la ONU, salvo casos de pueblos oprimidos o
machacados por una potencia ocupante (de ahí los intentos catalanes de
demostrar que España les roba, o les oprime, contra lo que cualquier observador
externo puede constatar).
5.- 2011.
Alex Salmond, líder del Partido Nacional Escocés es reelegido presidente de
Escocia con una mayoría abrumadora (antes gobernaba en coalición). Lo primero
que hace es ir a hablar con David Cameron y plantearle un acuerdo al amparo de
la Clarity Act. El acuerdo se firma en 2012 y es el origen de la consulta
(legal) que se va a celebrar en Escocia en menos de dos meses. Por cierto que
Salmond quería incluir una tercera opción (Estado federal con más competencias
para Escocia), pero fue Cameron el que no la admitió: si querían una consulta,
ésta tendría que dar sólo dos opciones, la independencia absoluta o quedarse
como están. A Salmond no le quedó más remedio que aceptar. Ya saben que los
británicos gustan de las apuestas y los órdagos.
6.- 2012.
Artur Mas emprende la vía independentista tras el éxito de la Diada de ese año.
Intenta acogerse a la Clarity Act, pero no llega a ningún acuerdo con el
gobierno español. No consigue ni que le reciban. Entonces decide tirar por el
camino de en medio. Pero su consulta no se ajusta al procedimiento fijado por la Clarity
Act y, por tanto, no es homologable a la
escocesa. Es una consulta ilegal.
7.- Entre
medias, los habitantes de Quebec han conseguido la completa autonomía política,
cultural y jurídica. En las últimas elecciones, los partidos secesionistas pierden
muchos votos. Todos han comprendido que Canadá será mucho más fuerte si sigue
unido, que los estados grandes son finalmente los que mejor protegen a sus
ciudadanos de, entre otros enemigos, los grandes poderes económicos multinacionales, felices de que esos estados se fragmenten (para esquilmarlos mejor).
8.- En
paralelo, los flamencos han conseguido que el Parlamento Belga apruebe una
enmienda a su Constitución, que de hecho consagra la total autonomía, no sólo
política, sino también financiera, del gobierno de Flandes a partir del día 1
de julio pasado. Poco antes, el principal partido independentista flamenco
proclamó que, puesto que ya tienen lo que querían, renuncian al concepto
“independencia”, que conllevaría la expulsión de Europa, etc.
Esa es la situación y Artur Mas tiene
toda clase de modelos en que mirarse. Pero él sigue con su huida hacia delante,
hacia el llamado choque de trenes. Sabe que solo uno de los dos trenes circula
correctamente por la vía, pero a él le da igual. Es un cabezota y además no le
queda otra: necesita la independencia ya mismo, antes de que se descubran más
casos como el de Jorge Polluelo. Escolti, nen, que yo no le he llamado así por
faltarle, ¿eh? Es que, por coherencia con el discurso nacionalista, a este señor
ya no le podemos considerar catalán, sino español. ¿Cómo, si no, habría podido
robarnos?
Buenas noches amigo centralista (permítame que le llame así, ya que le molesta que le tachen de nacionalista español). La verdad es que a lo largo de estos últimos meses le he cogido hasta cariño, algo que ha estado a punto de saltar por los aires con esa referencia tan cruel a curar el SIDA hablándole en catalán al virus del VIH. Eso es un golpe bajo, algo que no me esperaba de usted, a pesar de su fanatismo.
ResponderEliminarSuperado esto, pues tengo que decirle que su brillante serie numerada de hechos debidamente sesgados, no es más que un montón de trámites, burocracias y corsés impuestos a la realidad, como el que le han puesto a Neymar. ¿Qué tendrá que ver la burocracia con el anhelo de una libertad de la que no gozamos los catalanes? Cierto que no nos están oprimiendo como a los de Gaza (conflicto al que se sigue negando a referirse). Esto es un sentimiento, un sentimiento colectivo. Y un sentimiento no se puede enfrentar diciendo que le faltan unas pólizas. No sé nada del Canadá, nunca lo he visitado y me importa un rábano la Clarity Act (espero haberla escrito bien, para que no me pille por ahí). Lo único que sé es que los catalanes, de pronto hemos descubierto que no nos sentimos españoles y que queremos seguir solos. Ya nos ocuparemos nosotros con nuestros nuevos organismos de combatir la corrupción y otras lacras que compartimos con los españoles. Es nuestro derecho y sólo pedimos una cosa: déjennos en paz.
Querido troll, yo también le tengo cariño y creo que sus aportaciones ayudan a que aquí haya un cierto debate sobre un tema tan crucial como el catalán. Sería aburridísimo que todos los comentaristas se mostraran de acuerdo con mis paridas (que son, no lo olvidemos, simples reflexiones a la carrera). Así que me temo que usted y yo nos necesitamos, como el Barça y el Madrí, para darle vidilla a este foro.
EliminarÚltimamente le suelo contestar con suavidad, excepto cuando se camufla y me habla de otros temas, a ver si pico. No es el caso de este comentario, que parece escrito con el corazón.
Así que, si lo del SIDA le ha molestado, le pido disculpas. Era una evidente exageración sobre una corriente de pensamiento que yo creo que existe, en el sentido de que la independencia va a inducir una especie de bonanza primigenia y fundacional, donde encontrarán solución todos los problemas catalanes. Claro, si España es la culpable de todo (hasta de los pedriscos), pues suprimiendo la causa, se arreglan los efectos.
La serie numerada de la que habla, no relaciona hechos sesgados (esta apreciación es lo único que me molesta de su texto, pero le corresponderé dejándolo correr), sino cuestiones contrastadas. Ve usted que la anuncio diciendo que ese, y no otro, es el marco jurídico normativo en el que una región se puede desgajar de un Estado de la ONU de forma legal.
Los sentimientos son otra cosa, en eso tiene razón. Lo que pasa es que yo ya he expuesto cuales son mis sentimientos sobre el tema catalán (que me gustaría que siguiéramos juntos), y también mis razonamientos al respecto: que la cosa no se sostiene desde el punto de vista histórico, geográfico, político ni práctico. El sentimiento del que me habla es real (ya lo he comprobado hablando con amigos catalanes y catalanistas, que también los tengo), pero no me negará que es un sentimiento reciente (hace cuatro días ustedes se sentían, más o menos, tan españoles como yo) y, en este caso sí, debidamente sesgado e interesadamente inducido por unos tipos que huyen hacia delante, antes de que se descubra que se lo estaban llevando crudo impunemente. No hablo obviamente de los señores de Esquerra o CUP, que tienen todos mis respetos pero que, con su planteamiento político, nunca hubieran superado un 12 o 13 por ciento, como sucede con este tipo de movimientos en países y comarcas civilizadas.
Por último, le ruego que deje de dar la murga con lo de Gaza. Ya sabe cuál es mi opinión. Ya sabe que coincido con usted en la mayoría de las opiniones. Sólo discrepamos respecto a Cataluña.
Con motivo del reciente viaje del Rey Felipe a Portugal he tenido la fantasía de imaginar que sería una magnífica ocasión y un gran golpe de efecto, que ante el Parlamento o en la cena de despedida, si la hubo, hubiera tenido el valor de proponer ante nuestros vecinos la unión de los dos estados. No se cómo habría sentado a ambos lados de la frontera ni si sería viable o no pero estoy seguro de que no habría dejado indiferente a nadie y a mi me hubiera gustado mucho. Me recreaba, en mi fantasía, pensando además como sentaría dentro de algunas de nuestras fronteras, especialmente al norte del Ebro.
ResponderEliminarEstoy de tu lado, no me gustan las banderas ni los nacionalismos, sí las culturas y los hombres.
Aprovecho para felicitarte por el artículo que nos diste a conocer sobre el obediente Lionel de un post anterior, el 269, yo sí me lo creo a pies juntillas.
Si vas a Coruña en agosto con gusto te invito a un bock barra en una mesa de Estrella de Galicia o a otra cosa en cualquier sitio.
Alfred (es como gustaba llamarme el mejor trapecista de tu circo) o amigo A.
Amigo Alfred, tocayo del maestro Hitchcock, puedes imaginar cuánto echo de menos al trapecista. Muchos de sus comentarios, siempre ingeniosos, precisos, cariñosos y muchas veces exagerados, los traía yo a este blog como si fueran míos, algo que no le molestaba; al contrario, se sentía halagado. Más de una vez le animé a que entrara como comentarista, pero nunca lo conseguí. Prefería hacerme sus precisiones off the record, para que yo las incorporase luego como mías.
EliminarMe alegro de que tú si te animes a enriquecer el foro con tus opiniones. Lo de Portugal es soñar despierto. Los portugueses se empecinaron en separarse, como ahora los catalanes y desde entonces arrastran su melancolía frente al océano inmenso. Y pasan sus penalidades en silencio, porque no les está permitido ni soñar que, unidos a España, la Unión Europea les machacaría menos (y a nosotros). Son un pueblo muy querido para mí.
El artículo sobre Messi me lo mandaron mis amigos de San Diego, empecé a leerlo y ya no pude parar hasta el final. Sólo entonces me di cuenta de lo largo que era. Por eso lo traje al blog.
Por último, no creo que me dé tiempo a escaparme a Coruña, pero no dudes que te buscaré. En realidad, hace mucho que no voy y me gustaría estar por lo menos una semana, para recuperar las sensaciones. Tal vez en otoño. Depende de varios proyectos de viajes que aun no he comentado en el blog, porque no son seguros.
Como dicen en México: un fuerte abrazo y puro p'adelante.
Saramago lo propuso con el nombre de Iberia. Ya me gustaría verlo.
EliminarQuerido Paco, me alegra constatar que sigues entrando a ver qué nuevas paridas se me han ocurrido, aunque no estés de acuerdo en algunas líneas de opinión (nadie tiene que estarlo por obligación, lo bueno es que se discutan los temas). Yo creo que deberíamos montar una plataforma por la creación de una Federación Ibérica Unificada (FIU, ya ves qué siglas más sugerentes). Es un objetivo imposible, pero ya sabes la máxima de mayo del 68 (joder, ya casi hace 50 años): seamos realistas, pidamos lo imposible.
EliminarUn abrazo y que pases un buen verano.
No recuerdo en qué película vi la siguiente escena: un poeta de la bohemia, tipo Max Estrella o similar, es invitado por el gran Rubén Darío a comer en un restaurante de lujo. Pudiendo elegir entre cualquier manjar el humilde bohemio pide que le traigan unas patatas con vinagre. Ante el asombro de su benefactor, el poeta explica que es muy fácil acostumbrarse al lujo pero que al día siguiente su realidad iba a ser de nuevo, y en el mejor de los casos, las patatas con vinagre.
ResponderEliminarLa existencia de este foro, y de otros muchísimos, donde se debate con toda libertad sobre aspiraciones políticas, naciones, leyes, gobiernos, reyes, ministros, alcaldes y alcaldesas, aciertos y corrupciones, no está garantizada para el día de mañana ni mucho menos. Su supervivencia depende, en última instancia, del ciudadano; de sus reflexiones y de los actos consecuencia de sus reflexiones, esto es, de su carácter. Si el nacionalismo, cualquiera de ellos, la república, la reforma electoral, la fiscalidad progresiva, son para el ciudadano "sentimientos" y aspiramos a que "nos dejen en paz" con ellos, podemos olvidarnos de la supervivencia de estos foros e ir haciéndonos a la idea de comer en adelante, y en el mejor de los casos, patatas con vinagre.
Un par de ejemplos para saber con quien nos la estamos jugando y además relacionados con el embrollo Cataluña-Pujol. Hace como cosa de dos o tres meses apuntaba Miguel Angel Aguilar, en otro foro, que el apoyo subyacente a las reivindicaciones nacionalistas de Artur Mas es el interés de algunos en convertir Cataluña en un paraíso fiscal; algo así como un Luxemburgo mediterráneo. La cosa sonaba sugerente entonces pero es que hoy, visto lo visto con el señor Pujol, es como para considerarlo muy en serio. Y por último: no es casualidad que el caso Pujol se desborde precisamente ahora, a pocos días del encuentro Mas-Rajoy. ¿Es que alguien puede creerse que el gobierno central ignorara durante 30 años semejante corralito? El silencio sobre las cuentas de la familia Pujol han sido utilizado como moneda de cambio en las negociaciones de los sucesivos gobiernos con la Generalitat hasta que ha tocado airearlas.Se conoce el delito y se silencia por su rentabilidad política.
Así se las gastan nuestros "representantes". Como para andarnos con ingenuidades.
JULIAN
Por partes.
Eliminar1.- Me alegra un montón que sigas ahí, al otro lado del ordenador, hacía mucho que no entraban comentarios tuyos, al menos firmados.
2.-Respecto a la anécdota del poeta, resulta que a mi padre le pasaba lo mismo en sus últimos años (murió en 1990, después de cuatro años de enfermedad, así que estamos hablando de los primeros ochenta). Por ese entonces, mis hermanos y yo nos esforzábamos por sacarlo algunas veces a cenar con el secreto objetivo de devolverle una mínima parte de todo lo que nos había dado. Naturalmente lo llevábamos a buenos restaurantes, en donde ofrecían platos extraordinarios, sin la tontería gastronomico-onomástica que invadió posteriormente el mundo de la restauración. Pero él, cuando llegaba la hora de pedir, invariablemente solicitaba cenar dos huevos fritos con patatas fritas (en este caso, el nombre se ha simplificado, la gente dice ahora "huevos fritos con patatas" y ya se sobreentiende que son dos y que las patatas también vienen fritas, pero él gustaba precisar esos extremos). Le regañábamos, le decíamos: papá, hombre, ¿para esto te sacamos a un buen restaurante? Pero él decía que eso era lo que más le gustaba del mundo (en este caso no era por racanería, al menos conscientemente).
3.- Este no es un foro normalmente critico ni de denuncia. Mi intención es que sea tranquilo, variado, humorístico, espontáneo, divertido y, de tanto en tanto, que mueva a una cierta reflexión sobre los asuntos cotidianos. Lo que pasa es que a veces la indignación me puede y me vuelvo más ácido. Y, por lo que veo en las estadísticas de entradas, estos posts más corrosivos son los que más gente visita. Pero los poderes en la sombra son temibles y yo quiero seguir durmiendo bien, sin miedo a que me envíen a una partida de albanokosovares a que me partan las piernas por hablar de más. Para las denuncias de la escandalosa situación en que nos encontramos ya existen otras tribunas promovidas por gente más valiente y mejor informada que yo, y bien está que así sea. Mientras mantengamos ese tono bajo, no creo que mi foro peligre, ni, por supuesto los blogs de este tipo, que cada vez van a florecer más. Esa es mi esperanza.
4.- Estoy convencido de que las tendencias separatistas encuentran vías de financiación directamente alimentadas por las grandes multinacionales, que se manejan mejor en Estados pequeñitos. Para montar circos como el actual de Cataluña hace falta dinero. Estos poderes económicos en la sombra saben cultivar el ego de personajillos como Más, que sueña cada noche con ser President de una Cataluña independiente. Eso genera deudas y me puedo creer que una de las formas de saldarlas sea convertirse en paraíso fiscal. Sin embargo, no creo que se trate de una cosa premeditada. Simplemente, los poderes económicos buscan disgregar, y los pedacitos resultantes de procesos de ese tipo (como los restos de Yugoslavia) no tiene muchas otras formas de sobrevivir.
5.- Que pases tú también un buen verano, querido Julián (hace tanto tiempo que no contesto a un comentario tuyo que ya no recuerdo si te trataba de usted o de tú).