Ya saben que panegírico es el texto, generalmente laudatorio, que se dedica a alguien que ha
muerto. Y es un alivio que el Mundial de fútbol se haya terminado de una vez y
podamos dedicarle un pequeño resumen. Porque yo estaba ya hasta la coroneta de
acabar cada noche a las tantas, después de ver en la tele otro interminable y soporífero partido resuelto al final con empate a cero, prórroga y penaltys. Y luego lo de
siempre: unos llorando como expulsados del paraíso, y otros exultantes, como si
les hubiera tocado el bote del Euromillones. El problema es: ¿y qué vamos a
hacer ahora por las noches? Mira que si nos tenemos que poner a leer otra vez…
En medio de este coñazo, al menos
he tenido el consuelo de que han ganado los míos: los alemanes. Me explico. A mí
el fútbol que me gusta como espectador es el que hacía España en estos últimos
años gloriosos. Creo que, por suerte, ya nada será igual en el universo del
fútbol, después de que los nuestros hayan demostrado que se puede ser el mejor
equipo del mundo durante seis años jugando así, a base de talento, creatividad
y juego asociativo. La otra teoría es la que defienden sujetos como Mourinho,
Felipao y Sabella, herederos de Bilardo, Dunga, Clemente y otros de infausto
recuerdo: todos atrás a defender, dureza al borde del reglamento, mucho músculo, mucha cara de malo y, de vez en cuando, patapum-parriba a ver si la pilla el único delantero,
más solo que Robinson Crusoe.
En el Mundial, yo empecé de seguidor de España, como no podía ser de otra manera. Pero resulta que, a las primeras de cambio, nos cruzamos con Van Gaal, el hombre de la flor en el culo, siemprepositifo-nuncanegatifo, que nos dejó con la cara de tontos que ya saben ustedes. A Van Gaal le pueden ver aquí en uno de sus gestos más característicos, con su sempiterna libreta. Cuando entrenaba en España, se le hacían muchas burlas por su estrambótica pronunciación del español (en los teleñecos subrayaban lo cabezota que es, con la imagen de la derecha). Lo que casi nadie sabe es que este caballero padece una sordera severa desde niño, lo que dificulta su aprendizaje musical o el de cualquier idioma nuevo (como no se oye a sí mismo, no puede corregirse). Su empeño por hablar español era muy meritorio y revela un carácter inasequible a los obstáculos. Que con ese handicap haya llegado a donde ha llegado, indica un cociente intelectual muy superior al de muchos de los que se reían de él.
Volviendo a nuestra selección,
este primer resultado dejo a los españoles muy chafados y estropeó múltiples
negocios de bares, patrocinios y similares que no se esperaban una debacle tan
temprana. ¿Qué les pudo pasar? Pues ya han escuchado las diferentes teorías.
Que estaban cascados tras una liga demasiado larga. Que Del Bosque no llevó a
los adecuados. Que se creyeron los reyes del mambo y, cuando se quisieron dar
cuenta, ya estaban eliminados. Yo creo que no se ha valorado lo suficiente el
fallo de la Federación de buscarles un alojamiento fresquito en altura. Como
deportista entiendo que es una auténtica cagada. Si estás en un sitio fresco y
aireado y de pronto te meten en un autobús y te sacan a jugar al fútbol en un
horno, lo más posible es que, como dicen en Ecuador, se te venga el soroche.
Pero yo tengo mi propia teoría:
la culpa del fiasco la tienen, como siempre, las mujeres. Ya han advertido
algunos de ustedes que, aunque me esfuerce en disimularlo, en realidad soy un
machista ajqueroso. Vamos por partes.
Casillas. Un señor que, cuando llega a su casa por la noche enfrenta unos ojos
como estos, pues qué quieren que les diga: que no puede estar a lo que está.
Nuestro emblemático portero falló estrepitosamente en tres de los cinco goles
que le hizo Holanda. Uno, el primero por dudar: ni salió, ni no salió. Y no hay
cosa peor que quedarse a medias, como advierte el sesudo cartel que ven abajo, fotografiado por mí en Friburgo. Corresponde a una campaña publicitaria que anima precisamente a no dejar las cosas a medio hacer. No hace falta que sepan alemán para entenderlo.
En otro de los goles le centran
un corner y sale con la mano blandita. Cierto que le hacen falta y le tiran y
el árbitro no la pita. Pero es que el portero no puede salir así a un corner
bombeado sobre su área. El portero tiene que salir con una rodilla en alto y darle
un puñetazo al balón con toda su alma. Luego está el último fallo, ya de los
nervios, cuando le regala la pelota a un delantero rival. Está claro que el bueno
de Casillas (bueno en todas las acepciones de la palabra) no estaba a lo que
estaba. Y si el portero está como un flan, pues a los demás se les contagia la
desgana, y más con un calorazo insufrible. Piqué ya traía la desgana puesta. En
el último partido de liga pudimos comprobar que estaba con la mente en otro
lado. No sé si lo saben pero, en cuanto terminó ese partido y casi sin tiempo
de ducharse, voló a La Vegas, en donde estaba su chica de gira. Y la susodicha
le recibió tal como ven en la foto de abajo.
Lo dicho: una vez eliminada España, mis preferencias se decantaron, como ya quedó reseñado en el blog, por las dos selecciones que siguen la línea abierta por los nuestros: Alemania e Italia. Lo que pasa es que a los italianos les duró el rollo un partido (contra Inglaterra) y luego los arrasaron como a España. Quedaba sólo Alemania, que a la propuesta de juego a la española suma su proverbial carácter rocoso y esa cabezonería que les impide rendirse en ninguna circunstancia. Desde los primeros momentos, Alemania fue mi favorita, aunque le costó mucho ganar algunos partidos. A su lado había propuestas muy meritorias como las de Colombia, Chile o Costa Rica, que seguían la línea abierta por Simeone con el Aleti de estos últimos años. Una receta de esfuerzo, humildad y concentración máxima. Partido a partido, estas selecciones llegaron hasta donde las dejaron.
Y luego estaba el antifútbol: lo
que practicaban Argentina y Brasil. La FIFA había organizado el asunto para que
estas dos selecciones llegaran a la final, en donde ganaría por supuesto
Brasil. Pero entonces llegó la semifinal Brasil-Alemania, un partido histórico.
Sabíamos que Brasil estaba sostenida con alfileres, que cualquier viento se la podía
llevar por delante. Pero nadie se esperaba el tsunami alemán. El 1-7 final
determina con precisión la diferencia entre ambas selecciones hoy en día. Los
seis minutos en que el marcador pasó de 0-1 a 0-5, fueron para mí lo más
parecido a un orgasmo prolongado. Por la derrota de Felipao (un epígono de
Mourinho, y encima tonto) y la victoria de mi adorada selección alemana. Porque
Alemania se merece ese título, y el fútbol se merece que el Mundial lo gane un
equipo que juega de esa manera. Y con un seleccionador que es un auténtico
gentleman (como Del Bosque y Prandelli). Y porque cuenta en sus filas con gente
tan portentosa como Muller, el tipo que canta los goles como los polluelos
de pájaro que piden comida a su madre.
No olvidemos a Kroos, a Lamh y a tantos otros. Sin embargo, tengo que confesar que mi debilidad es Bastian Schweinsteiger, el tipo cuyo nombre resulta impronunciable para los penosos locutores que narran los partidos en las televisiones españolas. Este hombre es un auténtico gladiador, que lleva varios años lesionado, pero sigue siendo titular en la selección (en el Bayern no, porque ya saben que allí el que manda es Al Pep, que le pone cuando él quiere, como a Javi Martínez, faltaría más, cullons), porque, medio lisiado y todo, es capaz de pensar más rápido que sus contrarios. La de palos que le dieron impunemente los argentinos en la final, es algo que muy pocos futbolistas aguantarían sin un mal gesto como él. Aquí tienen una imagen de cómo le dejó el pómulo uno de sus contrincantes, su emoción final con el cuerpo lleno de arañazos y su cogote levantando la copa en la puerta de Brandenburgo en Berlín.
No olvidemos a Kroos, a Lamh y a tantos otros. Sin embargo, tengo que confesar que mi debilidad es Bastian Schweinsteiger, el tipo cuyo nombre resulta impronunciable para los penosos locutores que narran los partidos en las televisiones españolas. Este hombre es un auténtico gladiador, que lleva varios años lesionado, pero sigue siendo titular en la selección (en el Bayern no, porque ya saben que allí el que manda es Al Pep, que le pone cuando él quiere, como a Javi Martínez, faltaría más, cullons), porque, medio lisiado y todo, es capaz de pensar más rápido que sus contrarios. La de palos que le dieron impunemente los argentinos en la final, es algo que muy pocos futbolistas aguantarían sin un mal gesto como él. Aquí tienen una imagen de cómo le dejó el pómulo uno de sus contrincantes, su emoción final con el cuerpo lleno de arañazos y su cogote levantando la copa en la puerta de Brandenburgo en Berlín.
Joder, este tío es un superhéroe,
un semidiós, un nibelungo, un titán prodigioso. Y ¿saben cuál es su secreto?
Pues no es una pócima ni una condición sobrehumana congénita. Su secreto es una novia tan extraordinaria como él. Antes del mundial, esta señora estupenda
tuvo la idea de utilizar la técnica del body-painting
para imprimir en su cuerpo el uniforme de la selección de su novio. El
resultado es el que les dejo abajo, un regalo para que se les alegre la vista en este verano que no acaba de llegar. Al final, ya ven que las mujeres tienen la culpa de todo, de lo malo como
de lo bueno. Que disfruten de su weekend.
La culpa de todo la tiene Yoko Ono. Querido amigo, estoy en nuestra querida Coruña hasta final de mes. Si usted se pasa por aquí avíseme e iremos a tomar "una de bisté" o, en su caso, un cubalibre al pub de Cousillas a ver si nos pone a los Dire Straits.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues tenía planeado ir este fin de semana para reunirme con mis hermanos, pero lo hemos desconvocado. De todas formas, la próxima vez que vaya usted a nosa querida terriña, no deje de avisarme con tiempo, que me agarro el híbrido, lo pongo en modo power y estoy ahí en un periquete. Al menos nos obsequiaríamos con una de p'tatas, que ya toca. Un abrazo, amigo y salude a usted al tipo de la estatua delante de las Escuelas Eusebio da Guarda, aquel que decía: aquí tienes el Orzán, toma papel y vete a cagar.
EliminarEstaré aquí hasta el 29 y volveré a principios de septiembre. Se lo recordaré a usted y en cuanto a la estatua de D. Eusebio precisamente les hice el mismo comentario a mi hijo Alejandro y a su chica hace unos días.
EliminarGuárdese usted bien.
Lo mismo digo. Que pase usted un buen verano. Y a ver si nos vemos en septiembre
EliminarLo de la señora Sweinstaiger o como se diga es ciertamente extraordinario. No me extraña que su chico se parta la cara en los partidos. De acuerdo también con su inquina a Felipao. Ha conseguido hacer antipáticos a los brasileños y estresar a sus jugadores de forma que no disfruten jugando. Los argentinos fueron algo parecido en los primeros partidos, pero en la final jugaron muy bien, lo que aun engrandece más la victoria alemana.
ResponderEliminarEstá usted en lo cierto. Los argentinos, se merecieron tan poco como los brasileños el llegar a la final pero, una vez en ella, tuvieron una respuesta admirable y jugaron muy bien. En cuanto al novio de esa hermosa mujer que tanto le ha gustado, pues difícilmente va a usted a pronunciar correctamente su nombre si ni siquiera lo escribe bien.
EliminarNo sé por qué tanta historia con la chica de la foto. En mi opinión, está como un espárrago. A mí me gustan más rellenitas.
ResponderEliminarNo sé si es usted mujer (en cuyo caso está celosa) o caballero (en cuyo caso reproduce fielmente la fábula de la zorra y las uvas). Es obvio que esta señorita no tiene las carnes exuberantes de Kim Kardashian. Ya sabe que para gustos se pintan colores. A mí me gusta esta señora. Me gusta su forma de posar y su mirada y me predispone a su favor el hecho de que sea la novia de un tipo tan majo como el gran Bastian Schweinsteiger.
EliminarBesos unisex.
Pues a pesar de lo que cuenta usted en el post siguiente, yo estoy con el síndrome post-mundial. Los brasileños parece que no aprenden y acaban de nombrar seleccionador a Dunga, que futbolísticamete no va mucho más allá que Felipao. Yo creo que los alemanes van a seguir "partiendo la pana" muchos años, y más si tienen musas como esa que nos muestra usted. Yo estoy más en su línea, a mí también me gusta esta señora.
EliminarDunga promueve un juego bastante feo, pero es menos tonto que Felipao y menos enredador. Alemania mandará seguramente, con permiso de España que todavía no ha dicho la última palabra. El marqués debe jubilar a unos cuantos y traer sangre joven. Y que vuelvan a jugar en escenarios fresquitos. De la novia de Schweinsteiger ya está todo dicho.
EliminarQue sepas que los polluelos hambrientos abren el pico tan desmesuradamente para reclamar comida a sus padres. O sea, que los pájaros son mejores padres que los mamíferos: padre y madre se turnan para incubar los huevos y ambos se afanan por igual para llevar alimento al nido y proteger a sus pequeñuelos. Para que luego llamen "pájaros" a los sinvergüenzas; el cuco es el único que merecería el calificativo. Por otra parte, Müller pía muy bien sus goles, tienes razón.
ResponderEliminarO sea que es incorrecto decir que le pían a la madre, porque ellos pían igualmente al padre y a la madre. Menos mal que no he puesto "la madre que los parió", porque entonces estaríamos en una doble incorrección, dado que la puesta de huevos no se considera parto. Acabo de enterarme de que a Carlos Fabra lo mandan al trullo cuatro años. Pues, parafraseando a su querida hija: ¡que se joda!
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