jueves, 1 de agosto de 2013

157. Taking off

O sea, despegando en manchego, que ya sé que no saben tanto inglés como presumen. Mañana vuelo a Edimburgo y tengo la vuelta para el día 14. Les doy este dato porque no estoy seguro de que durante mi viaje a tierras escocesas siga cargando entradas en el Blog. Por si acaso, entren de vez en cuando. Desde que inauguré este foro, he hecho varios viajes, haciendo honor al tercero de los cinco rasgos que conforman mi perfil de blogger. El más largo, en tren, parando en París, Nantes, Bruselas y Rotterdam.  Iba solo y tuve muchas ocasiones para cargar nuevos posts, llegando incluso a dos diarios (ver #11 a #27). Durante las otras escapadas, más cortas y en compañía, no pude escribir ninguna entrada.

Es lógico. Para redactar mis posts necesito una cierta intimidad, que los viajes solitarios te brindan a todas horas. Si vas acompañado no es lo mismo. Encerrarse a escribir posts me parece una falta de consideración (y hasta de educación) con tus acompañantes. No obstante, puede que me lleve el ordenador (aún no lo he decidido), por si se me brinda alguna ocasión de escribir algo sin incurrir en la mala educación. Tengo también unos cuantos textos precocinados y a lo mejor encuentro un rato para pasarlos brevemente por la sartén, vuelta y vuelta, y endilgarles unos posts de refrito. No se lo tomen a mal, no van a notar la diferencia.

Ayer hizo una semana del accidente de Compostela y no quería ya hablar más de este tema desgraciado. Después de leer a John Irving, creo en la fatalidad y me molesta la caza mediática a la que están sometiendo al pobre maquinista, que desde el primer día me induce una ternura inevitable. Quizá fuera diferente la cosa si entre los muertos tuviera algún ser querido. No sé. Cada uno que piense lo que quiera, y yo también. Yo creo que, cuando ocurre una desgracia de ese calibre, lo de menos es si hay un culpable o no. Y me molesta profundamente ese circo informativo sesgado que se monta alrededor. Me siento tan lejos de los partidarios de linchar al conductor, como de los que aprovechan para destacar que todo esto se debe a las chapuzas de este país, que ese tramo de vía se adjudicó a dedo, se pagó con dinero Gurtel y todas las demás cosas que se han dicho. Para mí esto ha sido un accidente, en la primera acepción de la palabra.

Un ejemplo de la caza mediática de que les hablo es la luz de gas que se ha hecho sobre las declaraciones de Juan Santamera, a las que me referí en mi post #154, escrito en caliente, donde ya apuntaba estos sentimientos. Juro que vi la noticia en El País digital. Luego la borraron. Abajo tienen el link a esas declaraciones que los grandes medios han tapado (por cierto, insisten en llamarle José Antonio). Por si no lo saben, el Colegio de Ingenieros de Caminos es una institución nacional. Entre los arquitectos, hay un Colegio por provincia, y la institución nacional que los engloba se llama Consejo de Colegios de Arquitectos. Los ingenieros, en cambio, tienen un Colegio único, dividido en Demarcaciones provinciales. Lo que quiero decir es que Juan es un personaje de alto nivel (también es el director de la Escuela de Madrid), y que a sus opiniones se les ha puesto sordina porque no iban en la onda mayoritaria.     

Sin salir del tema: ¡qué mantas son muchos periodistas! El día 28, El Mundo publicó un perfil del maquinista, del que abajo les pongo el link, en este caso no para que lo lean, sino para que, si tienen curiosidad, comprueben lo que les voy a decir ahora. El periodista se esfuerza en ponerse poético en un tema en el que debería ser mucho más sobrio y, como le cuentan que el hombre había pasado antes 60 veces por la curva, titula su perfil: “El viaje 61 del maquinista”. Y se queda encantado, pensando: “de puta madre, qué título más chulo me ha salido”. Además, esta ingeniosidad demuestra que sabe sumar: 60+1=61. Pero, ¿sabe realmente sumar este caballero? Yo creo que no. Vean. Al final del párrafo segundo dice (y lo subraya): “Al menos 79 fallecidos y 168 heridos en el accidente ferroviario más grave en España en los últimos 40 años”. Y en el párrafo cuarto usa la negrita para resaltar que el tren iba “repleto con 218 viajeros, y cuatro tripulantes”. http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/28/espana/1375036674.html

El tipo necesitaría recurrir al concepto “número negativo” para evaluar a los ilesos, que los hubo. Pocos, pero los hubo. Pero da igual, se elige la foto más sangrienta del pobre hombre al que le están cargando el mochuelo, se recurre a cuatro licencias poéticas de Todo a Cien, y ya nos hemos ganado el sueldo. Esa es la prensa que tenemos.

No sigo con el tren. En unos minutos, nuestro presidente va a comparecer en el Senado, tarde, mal y a rastras. De hecho, él no quiere hablar de Luis El Cabrón, pero sólo le van a preguntar por eso y aquí no puede recurrir a la pantalla de plasma de sus, impropiamente llamadas, ruedas de prensa (más bien deberían llamarlas de molino). Está apañado. Tras meses de hacer el Don Tancredo, a ver si la cosa se solucionaba sola y la gente se iba olvidando, la presión de su ex amigo Bárcenas le ha llevado a una situación límite: para decir la verdad, tendría que mentir. Aquí les pongo la viñeta de Forges del otro día, un reflejo del sentir de los ciudadanos.


Es difícil entender la actitud del señor Bárcenas, que cada día se hace más merecedor de su apodo más conocido. Ahora mismo, le resultaría mucho más cómodo callarse, dejar en paz al presidente y comerse el marrón, como han hecho tantos de sus antecesores. Desde Roldán, Vera o Barrionuevo, hasta Mario Conde, Ruiz Mateos y tantos otros. Y como harán en su día Correa, El Bigotes y los demás. Mientras no te toquen el dinero que tienes fuera, no hay problema. Pasas unos añitos en Soto del Real, viviendo a cuerpo de rey, y sales a la calle más pronto que tarde. Supongo que conocen la preclara frase de Gil y Gil: se tardan muchos menos años en salir de la cárcel que en salir de la pobreza.

Pero este señor, que estoy convencido que atesora los recibíes de todos y cada uno de los pagos en negro, está decidido a tirar de la manta y llevarse por delante a quien sea, superando a todos los malvados de la historia contemporánea. ¿Por qué ese empecinamiento con un partido que ha sido su casa durante años? ¿Qué agravios habrá sufrido este hombre para acumular tanto rencor? Creo que una de las claves está en la foto que les pongo aquí al lado. La cualidad berroqueña de ese cogote implacable, que parece atornillado con recios pernios a la espalda de hierro, revela una determinación imbatible, un empuje formidable, una firmeza a prueba de bomba, una tenacidad inquebrantable. Creo que, si Rajoy lo hubiera visto por detrás, nunca le hubiera ofrecido el puesto de tesorero.

De lo de ayer del Deportivo ya hablaré en otra entrada. Hala. Que les den. Me voy a Escocia. Acabo de decidir que me voy a comprar una falda escocesa y que me haré la foto correspondiente para colgarla en el Blog. Las posibilidades eróticas de este foro están bastante poco explotadas. Pórtense bien, quieran a los que les quieren y trabajen cada día para hacerse también merecedores de su cariño. Que sigan pasando un buen verano.

2 comentarios:

  1. Tráele otra falda escocesa a tu paisano Rajoy; eso sí que sería una buena pantalla y no lo de Gibraltar español.

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    1. Ni siquiera me la compré para mí. Las buenas valían en torno a 300 libras y las de trapillo eran horrorosas. Si mis lectores siguen reclamándome mi promesa incumplida, tendré que recurrir al photoshop.

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