viernes, 5 de mayo de 2017

631. Desde el extremo norte de Monte Alto

Aquí me tienen, en un bonito ático en la novena planta de una torre de viviendas al final de la Avenida de Hércules, tecleando en mi ordenador Lenovo frente a una cristalera por la que se ve una vista espectacular: el Atlántico infinito en todo su esplendor. Por las noches se ven las luces de las pequeñas lanchas motoras de los pescadores, que regresan de recoger el calamar a su ritmo pausado, sin prisas ni agobios en un mar inmóvil, ese mismo que en ocasiones se encabrita y rompe la calma del escenario, para albergar una auténtica película de acción, con los helicópteros rescatando a los apurados marineros, en escenas que rememoran las filmadas en la película El Niño, un thriller de acción desenfrenada, muy entretenido y testimonio del nivel de calidad de producción que ha alcanzado el cine español en los últimos tiempos.

Me acompaña una gata no menos espectacular que la vista que tengo al frente. Es una gata de raza siberiana, de pelo largo, que le sobresale hasta por la planta de las patas, para poder pisar sobre la nieve congelada a varios grados bajo cero. Se llama Tutti, tiene unos nueve años y es una auténtica aristócrata, que me trae al recuerdo a la protagonista de la novela Helada Sangre Azul, del escritor ruso Yuri Buida, una de las que leímos el año pasado en Billar de Letras. Tutti me ha acogido en su casa, con el afecto que reserva a los huéspedes masculinos, muy diferente a la indiferencia calculada que despliega ante las femeninas. No me resisto a ponerles unas cuantas imágenes de esta auténtica señora, sin duda el habitante más distinguido del barrio.






Tutti y yo hemos hecho migas con facilidad, después de unos primeros contactos, que incluyeron un viaje que me soltó a la mano con que la estaba acariciando, para dejar claro que se trata de un felino, un animal salvaje al fin y al cabo. Si un gato quiere de verdad hacerte daño, te puede hacer una avería seria en segundos. Pero hay un nivel mitigado de ataque, que sólo tiene por objeto establecer los límites de la relación contigo, comprobar tu reacción al embate y constatar así tu conocimiento del mundo felino. Si te asustas o te enfadas mucho, entonces no eres un candidato a la amistad preferente de un ser tan exclusivo como una gata siberiana de nueve años. Podría deducir de su comportamiento algunas consideraciones en torno al “eterno femenino”, pero me van a permitir que me las reserve, que tengo mucho público femenino y no están los tiempos para determinado rango de comentarios.

A mi derecha, en dirección noroeste, la elegante silueta de la Torre de Hércules, asoma apenas su coronación por encima del mar de edificios de viviendas construidos al final del siglo pasado y con un volumen edificado considerable para lo que se acostumbra en las ciudades españolas (que ya es bastante alto). Hay que tener en cuenta que La Coruña ha sido siempre una ciudad emplazada en una península y constreñida entre dos bahías, la del puerto y la de la playa de Riazor, que dejan entre ambas un istmo muy estrecho. En una situación tan constreñida y ante la escasez de suelo, la construcción ha buscado siempre soluciones de edificación en altura. Este barrio en el que ahora estoy escribiendo es un crecimiento que se planificó para los terrenos vacantes que quedaban entre el tejido histórico del barrio de Monte Alto y el emplazamiento de la Torre de Hércules. Aquí pueden ver el resultado.



El miércoles pasado acudí como siempre a mi trabajo, después del puente. Salí en coche en torno a las cuatro de la tarde y cogí carretera, puesto que ya traía el equipaje hecho. Llegué aquí poco después de las diez de la noche. Ayer me pasé el día callejeando por la ciudad, excepto una estación para comer con mi hermano y familia en un restaurante indio cercano a su casa. Hoy, sin embargo, ha amanecido lluvioso y por eso estoy aquí escribiendo este post, mientras hago tiempo hasta mi cita a mediodía con el bueno de Alfred, seguidor irredento de este blog y amigo de los de verdad, con quien luego iremos a comer seguramente un caldo gallego o delicia similar de la gastronomía local. El objeto principal de este viaje (o, si quieren, la excusa) es asistir este domingo al partido del Deportivo en el campo de Riazor. El equipo de mis amores se juega la Liga en los tres partidos que quedan y es momento de venir a aportar un poco de energía mental para apoyar a los jugadores.

En los tiempos del Superdepor, yo solía acudir al campo con mi sobrino Marcos, que tenía un par de abonos en la zona de los Riazor Blues. Era algo muy divertido, aunque solíamos situarnos en zonas donde había una pequeña valla, para poder agarrarnos en las avalanchas que se organizaban cada vez que el equipo local metía un gol. Eran los tiempos en que los estadios tenían localidades de pie, que eran las más baratas. Yo he ido muchas veces al Bernabeu a ese tipo de localidades, que desaparecieron cuando se empezaron a dictar nuevas normas de seguridad en los estadios. El caso es que este año yo llevo tiempo en contacto con Marcos para que me saque una entrada para cualquiera de los partidos del Dépor en casa. Pero por hache o por be, nunca conseguíamos ponernos de acuerdo. Al final, nos ha quedado únicamente el partido del próximo domingo.

Cuando vengo últimamente a La Coruña, suelo recalar en casa de mi hermano, pero en esta ocasión, determinadas circunstancias, que no voy a contar aquí, me impedían esa solución. Ante ello, decidí reservar una habitación en el hotel Riazor. Pero cuando Marcos se enteró de esto, me llamó y me dio instrucciones expeditivas: ahora mismo estás anulando la reserva, arre coño. Pero ¿cómo carallo te vas a ir tú a un hotel teniendo tu casa aquí en Monte Alto? Nada, nada, no hay discusión. Tuve que anular la reserva y aquí estoy como un rey, junto a mi gata maravillosa. Desconozco si el Deportivo se salvará del descenso definitivamente este domingo, o habrá que seguir penando con la duda dos semanas más. El Deportivo se ha guiado en la última parte de esta temporada por el modelo Rajoy: nosotros no tenemos que hacer nada, que luego hay tres equipos por detrás, que siguen perdiendo sus partidos y así no nos pueden alcanzar nunca. De hecho ya hay dos que no pueden matemáticamente adelantarnos. Y un tercero, el Sporting de Gijón, que tal vez mañana sábado entre en la misma situación, si es incapaz de ganar su partido, con lo que el domingo podría estar ya todo el pescado vendido, cuando el Dépor salte al campo. Ya les iré contando. 

A Rajoy, el no hacer nada, como programa político le está dando muy buen resultado. Mucho me temo que tenemos PP para rato. Este partido tiene un nicho de votantes fieles a los que les importa un bledo la corrupción. Ellos van a seguir votando al PP, llueva o granice. Y el panorama de los demás es ciertamente desolador. El PSOE se juega en unos días el ser o no ser. Los barones y el aparato se han decantado masivamente por la propuesta de Susana Díaz. Y tal vez sea lo que más le conviene al partido, de cara a pacificar las aguas y seguir adelante todos a una. Pero, ¿será esta señora lo suficientemente inteligente como para comprender que ella no puede ser la candidata a la presidencia del gobierno? ¿Tendrá la suficiente astucia como para buscar un candidato admisible para los votantes? Digo esto, porque es ilusorio que podamos tener una presidenta que se desenvuelve en público de la forma que pueden ver AQUÍ.

De Podemos, mejor ni hablamos. El “humano” Iglesias se sigue equivocando clamorosamente, de la mano de Melenchón, incapaz de pedir a sus votantes que voten al señor Macron. Como gane la señora Le Pene (la vuelvo a llamar así a petición de un lector anónimo), vamos a saber todos lo que es bueno. Hace años que mi amigo Philippe me dice que Francia es un país en vías de subdesarrollo. Creo que si cae bajo el embrujo de la ultraderecha racista y xenófoba, será la propia Europa la que se convierta en un continente en vías de subdesarrollo. Este es el match más decisivo que se ventila este domingo. Ante los buenos resultados que obtuve un día en una doble ocasión similar, no me queda más remedio que elevar unas fervientes rogativas a San Benitiño de Lérez. A ver si nos da buena suerte a todos.

4 comentarios:

  1. El 5.05.17, Mariano F. Sánchez escribió:
    San Benitiño de Lérez merece un especial.

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    1. Mi respuesta el 10.05.17:
      Tiene que hacer horas extra nuestro santo mais milagreiro.

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  2. El 6.05.17, el Coronel Groucho escribió:
    Correcto el comentario sobre "La Cachorra de Triana". Aquí la llevamos soportando unos años y es francamente tediosa. Nuestro querido Deportivo creo que ya está salvado excepto apocalipsis general (poco probable). Precioso especímen la gata Tutti. ¿Recuerda usted a nuestro querido e ínclito Venancio?. Tenía largas melenas rubias y mas mala hostia que un psicópata con almorranas. Un abrazo querido Emilio.
    P.D. Le aconsejo que visione este enlace: https://youtu.be/X0tzkWKZAjc donde se habla sobre la "saudade" de tiempos pasados. Los Méndez en pleno rendimiento (cantante, guitarrista y bajista). Saravá querido.

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    1. Mi respuesta el 10.05.17:
      Imaginar a "la cachorra" de presidenta me produce sarpullidos generalizados. Joder, ya no me acuerdo del gato Venancio, estoy mayor... Escuchado lo he, el bonito fragmento con los Méndez en pleno. Enhorabuena y, por supuesto, saravá, amigo.

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