Bien, aprovechando esta especie
de minipuente del llamado ferragosto, me he subido a El Escorial a pasar estos
días con mi familia, mi hermano Antonio y mis cuñadas Gundi y Mini, lejos del
mundanal ruido y a unos kilómetros de la isla de asfalto de la metrópoli, pero,
eso sí, dentro de la Comunidad de Madrid, no vaya a ser el diablo que. Lo que
sí he hecho es subirme hasta aquí conduciendo mi coche, lo cual es un
indicativo claro de mis avances en el proceso de creación de la señora Ashton,
como lo es también el hecho de que ya he suprimido totalmente la ingesta de
Espidifén (últimamente me tomaba uno por las mañanas), porque mis dolores y
molestias puedo sufrirlas sin ayudas externas. Ayer me hice estos 50 kms de
carretera, prácticamente conduciendo con una sola mano pero, me crean o no, con
una mano conduzco bastante mejor que muchos domingueros con las dos.
La tranquilidad del entorno es
proverbial, parece que en estos días el mundo se da una tregua. Llevamos unos
días en que parece haber remitido la ola de salvajadas del ISIS (tocaremos
madera) y tiroteos y disturbios diversos en USA. Aquí en casa, Rajoy está
reflexionando, total qué prisa tenemos, llevamos desde el 20 de diciembre sin
gobierno, pero el ferragosto es sagrado y nuestro presidente en funciones ha de
dedicar su tiempo a caminar deprisa, sacando los codos hacia afuera, como los
pollos cuando los achuchas. Sucedáneo de deporte que algún asesor de imagen le
debería de aconsejar que no se dejara filmar y salir en los telediarios. Las
Olimpiadas me han pillado esta vez un poco de través y no me estoy interesando
demasiado. Mi amiga Cristina A., manchega de pura cepa, físicamente una mezcla
de P.J. Harvey y Angélica Liddell y mentalmente aun más compleja, me manda esta
imagen para la posteridad.
Por no tener preocupaciones,
hasta se me ha quitado el miedo a que gane Donald Trump. Yo creo que no hay que
hacer nada. Basta con dejarle que hable. Si se estuviera callado, a lo mejor
tenía alguna posibilidad de ganar, porque hay mucha gente enfadada contra el
sistema (por ejemplo, antiguos obreros industriales en paro, de Detroit o de
Michigan) que votarán contra un sistema que les ha decepcionado y arruinado la
vida, como sucedió en parte de los votantes pro-Brexit. Si en España se diera
la opción de opinar sobre algo, seguro que la gente de las minas de El Bierzo o
los astilleros de Avilés votarían masivamente a lo que más jodiera. Lo de
Donald Trump es patético. Incluso en USA circula una teoría conspiranoica que
sostiene que Trump es un infiltrado en el Partido Republicano para que haga el
ridículo y pierda, pagado directamente por los enormes intereses económicos que
quieren aupar como sea a la presidencia a la señora Clinton. La portada del
último Time es significativa.
Así que, en medio de esta calma chicha,
pues les voy a dejar con algunos archivos musicales para amenizarles el ínterin.
A partir del titular Menage a Trump, me vino a la cabeza la larga tradición de tríos vocales femeninos que han triunfado en USA (ya saben que soy un
proyanqui ajqueroso), lo que pasa es que me voy a olvidar de los más recientes,
como Destiny’s child, en donde empezó la mundialmente adorada Beyoncé, porque
ahora la música rock es el resultado de un proceso industrial muy sofisticado,
que genera unos productos estándar, que no tiene mayores matices. Yo voy a
volver a las fuentes y, además, de adelante a atrás. Así que empezaremos por
las Supremes, con Dianna Ross al frente, tal vez el producto más depurado de
esta tendencia, antes de que llegaran los nuevos tiempos. Aquí uno de sus
éxitos más conocidos.
Extraordinarias, las Supremes. Vamos un poco más atrás. Martha and the Vandellas.
Vamos hacia los primeros sesenta. Quien no recuerda a las Ronettes y su mayor éxito.
Y aquí las sensacionales Crystals
Estamos ya en los cincuenta, con las Chordettes. Estas eran cuatro, pero no importa.
Y las casi propietarias de la patente. En los años 40 las Andrew Sisters, amenizaban los tiempos muertos de las tropas americanas en Europa, con temas como este Rhum and Coca Cola.
Y ya por último, las extraordinarias Ross Sisters, también de los 40, que, además de cantar cosas tan graciosas como esta Solid Potato Salad, eran unas contorsionistas prodigiosas. No se pierdan este vídeo, que no tiene trampa ni cartón, porque en los 40 no existían los efectos especiales. Es que estas chicas eran de goma. Y buen ferragosto.
Quiero mandarte in video pero no sé cómo...
ResponderEliminarLo tengo y lo paso al siguiente post. Es muy gracioso.
EliminarLe noto a usted muy relajado querido amigo, lo cual celebro profundamente. Aprovecho para comunicarle que Vinicius Vive ha triunfado como siempre y ha tenido que hacer dos bises.
ResponderEliminarLe mando un enlace para añadir a su post otro grupo vocal USA muy querido por los amantes del "country" entre los que nos encontramos ambos.
Un abrazo.
https://youtu.be/oZ8irbv69TM
De Vinicius Vive sólo he podido ver las fotos. Los vídeos no los puedo abrir. Aún sin escucharlos, no tengo dudas de que serán cojonudos y me alegro mucho de su éxito. ¿Para cuando un concierto en la capital? A lo mejor habría que empezar por llegar a Granada.
EliminarGrandes apertas, amigo. El vídeo de las hermanas Carter es muy bueno, pero ya tengo bastantes en este post.
Me fui de puente a un lugar sin Internet ni cobertura y no he podido ver estos nuevos posts hasta hoy. De este, decir que los cuatro primeros vídeos son muy buenos, sobre todo el de las Supremes. No sólo la música: es que vaya trajecitos, qué cardados, que maquillajes, qué poses. En cambio, los tres últimos me quedan demasiado atrás, me resultan rancios, no les encuentro tanto el punto, salvo las increíbles contorsiones de las Ross Sisters, algo nunca visto.
ResponderEliminarBueno, es tu opinión. A mí me gustan bastante todos, como testimonios de tiempos diferentes. En lo que tienes razón es en que hay un corte entre los tres más antiguos y los cuatro más moderno. Ese corte corresponde a la aparición del rock and roll. El rock es una música que proviene del blues, es decir, de la población negra. Los cuatro grupos nuevos conocen el rock y están integrados por chicas negras, aunque se empeñen en plancharse el pelo, hacerse peinados "arriba España" y blanquearse la piel. En cambio, los más antiguos corresponden a la época pre-rock: la II Guerra Mundial y la primera postguerra. Pero esos son también nuestros ancestros. Piensa en lo del ron con Coca Cola y lo que supuso el cubata en nuestras adolescencias (disculpa, no sé quién eres ni cuál es tu edad, a lo mejor todo esto te suena a chino).
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