Nos habíamos quedado en que los
movimientos armados no pueden sobrevivir sin el apoyo de la población local. Suele
haber también otro factor que ayuda mucho: la topografía. Un entorno como el de
Afganistán, la Sierra Maestra en Cuba, o las propias montañas interiores del País Vasco hacen más difícil combatir a un movimiento insurgente al que protegen
los lugareños. Nada de esto hay en el territorio controlado por el ISIS, una
llanura infinita, un desierto inmisericorde, un secarral inhóspito. Eso hace
aun más inexplicable su éxito. En realidad, según los oradores que yo escuché,
el movimiento que ha desembocado en la creación del Estado Islámico, lleva
gestándose mucho tiempo. Según Omar Ashour, al menos 17 años. Eso nos lleva a
1999, año en que Abu Musab al Zarqaui, terrorista jordano de largo historial
delictivo y carcelario, recibió 200.000 dólares de Osama Bin Laden para que formara su propio grupo, llamado inicialmente Jund al Sham, y más tarde Al Qaeda en
Irak.
La trayectoria de Al Zarqaui es
nebulosa, es varias veces detenido, juzgado, liberado, condenado a muerte en
ausencia en Jordania y otra serie de vicisitudes. Se desconoce si estaba en
Irak cuando la intervención americana de 2003. Lo que parece claro es que hay
una facción disidente de la Al Qaeda de Bin Laden que es autónoma y tiene sus
propias ideas. Esta facción está ya en fase de constitución en el momento del
ataque yanqui. La diferencia fundamental
con el grupo madre está en que Bin Laden era un visionario enloquecido y podrido de millones que
soñaba con conquistar el mundo (como los malos de las sucesivas películas de James
Bond). Por eso atacó las Torres Gemelas de New York y otros objetivos por todo
el mundo. El grupo disidente quiere desde el primer momento centrarse en la
región, y formar allí un estado regido por las leyes islámicas. Una vez creado
y consolidado ese estado, ya se verá si se lanza a extender su influencia o no.
Y a ese grupo inicial, se le van sumando supervivientes de las guerrillas
afganas, formadas y apoyadas por USA contra la invasión soviética. Y algunos
cuadros instruidos en escuelas militares occidentales.
La guerra de Bush en 2003 fue una
ilegalidad, al no contar con el apoyo de la ONU. Esto lo sabíamos todos y por eso gritamos contra ella en las calles de las ciudades de todo el mundo. Lo que no
sabemos es hasta qué punto fue una chapuza su gestión posterior. Los americanos
e ingleses entraron con sus tácticas convencionales: bombardeos masivos y ataque
de unidades en tierra. La resistencia del régimen de Sadam fue prácticamente
nula. Pero Sadam tenía un ejército amplio y medianamente bien armado. Un
ejército que quedó disuelto. Los americanos pusieron al frente al nefasto Al
Maliki y empezaron a instruir a unas nuevas fuerzas armadas, para incorporarse a las cuales se valoraba
especialmente el no haber pertenecido al ejército de Sadam. Decenas de miles de
soldados del antiguo régimen se encontraron de pronto sin trabajo, sin sueldo,
sin dominar otro oficio que el de militar o policía, pero (lo más importante),
con sus armas, que nadie les quitó. ¿Qué hubiera hecho usted, querido lector,
en su caso? Pues algunos se pudieron reconvertir en pacíficos comerciantes o
artesanos, pero un buen porcentaje optaron por sumarse a la insurgencia, con
armas y pertrechos.
Los americanos formaron un
ejército nuevo, compuesto por 300.000 soldados, a los que instruyeron y
empezaron a pagar, pero que no tenían ningún sentido patriótico o ético, eran
gente que se apuntó al momio para poder ganarse un dinerillo. Y es cuando el IS
empezó sus actividades. Apenas 800 yihadistas conquistaron Mosul, la tercera
ciudad de Irak en número de habitantes, que estaba defendida por 30.000
soldados del ejército regular irakí, que huyeron cagando leches. Pueden
comprobar estos datos en ESTA
información del ABC. Según Omar Ashour, el IS gana batallas en las que la
proporción de sus soldados frente a los del enemigo es de 1 a 25. ¿Qué se está
haciendo para frenar este avance del IS? Pues poca cosa, excepto bombardeos casi
continuos. En este momento, el territorio del Estado Islámico está recibiendo
más de 60 bombas diarias. Han conseguido con ellos matar a unos 20.000
insurgentes, pero da igual, porque otros les sustituyen. El IS tiene estrategias innovadoras, como instalaciones
subterráneas, sistemas antibombardeos o refinerías móviles. Y están mezclados con la población civil.
Raqqa, su capital, tiene un millón de habitantes. Pedro Baños está convencido de
que la solución a este problema no puede ser solamente militar, que en algún
momento habrá que sentarse con ellos en una mesa de negociación.
Obviamente, se podría arrasar
Raqqa, como hizo Hafed el Assad con Hama. Pero eso pondría en pie de guerra a
todos los musulmanes del mundo. Recuerden que en Indonesia hay más de
250 millones de habitantes. De ellos, sólo se ha detectado la incorporación al
IS de unos 600. Otro tanto podríamos decir de Malasia y otros países pacíficos
y prósperos, que podrían indignarse frente a una salvajada como esa. La
solución no puede ser obviamente militar. Además, el ejército del IS no es un
puñado de palurdos como los talibán. Tiene una estructura centralizada, un alto
mando que controla las grandes directrices por las que se guían las diferentes
unidades descentralizadas, que operan de manera autónoma en las 12 provincias
en que se divide. Combinan tácticas tradicionales con otras nuevas. Por
ejemplo, lanzan delante camiones con suicidas y detrás llegan las tropas que
completan la conquista de un lugar. Pedro Baños, que en ningún momento de su
conferencia utilizó la denominación DAESH, hablaba en términos cercanos a la
admiración, desde el punto de vista militar.
Para subrayar la impresión de que
vamos ganando, cada cierto tiempo los yanquis difunden la noticia de que se han cargado a
un supuesto dirigente importante del movimiento (el propio Al Zarqaui fue abatido en 2006, la foto de su cadáver apareció en todos los diarios). Un sistema muy americano. ¿Qué
importa? Suponiendo que sea cierto, en unos segundos el movimiento tiene un sustituto
preparado. ¿A cuántos números 2 o 3 del IS se han fulminado de un misilazo en
los últimos tiempos? Es que ya ni se leen esas informaciones, de puro
aburrimiento. Obama ha dicho recientemente que el IS está siendo derrotado, que
ha perdido el 40% del territorio que controlaba en Siria e Irak. Puede que sea
cierto ese dato (en todo caso, habría que atribuirle el mérito a Putin, por su
apoyo a Bachar). Pero a la vez están surgiendo nuevos núcleos en Afganistán
(Kandahar), en el Sinaí, en Nigeria y, sobre todo, en Libia. Lo de Libia manda
huevos, que diría Trillo.
Aquí Occidente repitió el mismo
error que en Irak (aunque en este caso, la intervención contaba con la
bendición de la ONU, que encargó la operación a la OTAN). Para empezar, se
magnificó la información de una supuesta masacre con la que Gaddafi estaba a
punto de aplastar la revolución surgida en Bengasi (luego, la veracidad de esta
información fue puesta en cuestión, igual que con las armas de destrucción
masiva de Sadam). Pero es que Gaddafi estaba loco; era un paranoico que ya no se
fiaba de sus propios compatriotas, por lo que estaba protegido por un ejército
y una guardia personal formados ambos por extranjeros de los países vecinos. ¿Qué
hicieron todos estos? Salir de naja, con sus armas y sumarse a la insurgencia. Otra
cuestión: ¿por qué Occidente intervino en Libia y no en Siria? La respuesta es
fácil. Siria estaba apoyada por Rusia e Irán, entre otros. Gaddafi era un paria
internacional, un payaso enloquecido a quien nadie iba a defender. Sin embargo,
han de saber (Pedro Baños dixit) que,
antes de volverse un paranoico, Gaddafi había creado en su país la mejor
estructura educativa y sanitaria de toda África, sólo mejorada por la de Ceuta
y Melilla. Todo eso ha quedado arrasado en este desgraciado país. Ya ven
cuántas cosas no sabemos del mundo.
La conclusión de las
intervenciones fue la que les puse al final del texto anterior: el IS está
ganando claramente su guerra. Entonces empezaron las preguntas del público, tan
preocupado y aterrorizado, como ustedes, queridos lectores, con ideas en la
cabeza como estas: Entonces, ¿vamos a perder esa guerra? ¿Conquistarán Occidente?
¿Nos prohibirán el alcohol, el fútbol, el rock y el cine? ¿Cortarán la cabeza a
los que disientan? ¿Pondrán un pañuelo a nuestras mujeres, que ya no podrán
enseñarnos las piernas? Las preguntas no fueran obviamente esas, pero eso es lo
que pensábamos. Respuesta de Pedro Baños: no. Nuestro mundo no peligra (excepto
por la crisis económica). El IS es un problema estrictamente regional. ¿Y las
Torres Gemelas? ¿Y el 11-M? Eso fue responsabilidad de Al Qaeda, que sí era un
problema global. Muerto el visionario Bin Laden, su sucesor, el médico egipcio
Al Zawahiri, dirige un movimiento en franca decadencia y, en ocasiones
enfrentado al propio IS. Así que, repito: el IS es un problema estrictamente regional, aunque de vez en cuando se manifieste de forma terrible en ciudades de nuestra querida y acosada Europa.
¿Y eso de que quieren
reconquistar Al Andalus y recuperar sus fronteras hasta el borde de Escocia? Nada,
ninguna credibilidad, eso forma parte de la propaganda para asustar. ¿Y los
fundamentalistas instruidos en las mezquitas que viajan a Turquía a sumarse al
movimiento? Ese es un problema muy grave en Francia, Bélgica, Alemania y el
gran desconocido: Austria. En todos estos países hay grandes núcleos de
población musulmana que vive en guetos, hay un racismo claro y meridiano y los
jóvenes de esos barrios marginales carecen de igualdad de oportunidades, lo que
les lleva a la desesperación, a la delincuencia y por último al terrorismo suicida.
Nada de eso existe en España. Aquí los moros están integrados, se respeta su
religión y existe una verdadera mezcla intercultural (el número de españoles
sumados al IS es ridículo, no llega a los 200, la mayoría de Ceuta y Melilla).
Por circunstancias de mi vida
privada, de esa de la que nunca hablo, estoy escribiendo este texto en el
barrio de Vallecas. Frente a mi ventana hay un bar regentado por un marroquí,
al que llamaré Mohamed. Su mujer y sus hijas, le ayudan a servir en la barra y
las mesas, en donde se consume toda clase de alcohol. En la cocina hay una
señora mayor con pañuelo, tal vez por motivos más higiénicos que religiosos, que
cada poco saca unos pinchos morunos para chuparse los dedos. Es también la sede
de una de las más acreditadas peñas del Rayo Vallecano, donde se ven todos sus
partidos en la tele y se gritan los goles. La gente aprecia a Mohamed, que
habla un castellano impecable. Estrechan su mano, se preguntan por sus problemas respectivos, aceptan con
naturalidad que cierre el bar para viajar a su tierra a celebrar la fiesta del
cordero. Sus hijas son muy guapas y no creo que tuvieran el menor problema si
se buscaran un novio local. A eso me estoy refiriendo. A mí Philippe me ha llevado a ver barrios marginales de París y he pasado verdadero miedo. Ese es el paisaje que pueden ver si deciden viajar en el RER (ferrocarril de cercanías) desde el aeropuerto Charles de Gaulle.
Así que podemos seguir tranquilos,
al menos aquí en España. ¿Y qué hacer con el ISIS? Pues lo primero, mejorar la
contrainteligencia para evitar atentados indiscriminados en Europa (ya se ha
dicho en este blog que los belgas son bastante bolos, lo que pasa es que no me parece elegante insistir en ello
precisamente en estos dramáticos momentos). Y lo segundo, intentar detener la
guerra y sentarse a negociar. Cada nuevo muerto incrementa el odio y el problema.
Lo malo es que Irán (de mayoría chií) apoya a los enemigos del IS en Siria e
Irak. Y que Israel está encantado de que se peguen entre ellos y los dejen en paz. Y que el señor Putin ha descubierto que las guerras son un negocio
cojonudo. La economía rusa iba de culo y cuesta abajo. Ahora han montado la
guerra de Ucrania y enviado ayuda a Bachar. Y se acabó el problema. Los estamos
breando a sanciones, pero les importa un rábano: la economía rusa está volviendo a
crecer.
En fin, que sigan ustedes
disfrutando de este fin de semana venturoso, de tiempo gallego y temperaturas
ideales. Madrid es la capital de un estado con una calidad de vida envidiable a pesar de la crisis y en estos meses está preciosa. Y, con un poco de suerte, a lo mejor esta tarde ganan el
Depor y el Aleti y pierden el Madrí y el Barça. Eso ya sería para empezar a levitar.
Siguiendo la información de otro comentarista de la primera entrega de este acercamiento tan interesante al ISIS, he visto entera la conferencia de Casa Árabe, y me sorprende no haber escuchado la mayoría de las cosas que se cuentan en esta segunda entrega. ¿Realmente son ciertas las apreciaciones tranquilizadoras con las que matiza los análisis demoledores de los dos oradores? A mí me parece que ambos dan una versión bastante preocupante. Tenemos una amenaza encima que ya se ha mostrado en Bruselas y París. No le imagino a usted inventándose esta especie de paños calientes para que no estemos asustados. Realmente, no sé qué pensar.
ResponderEliminarLas cosas que cuento en este segundo post están en buena parte basadas en el coloquio posterior a las intervenciones de los ponentes, coloquio que ha sido suprimido del vídeo publicado, como se explica en el post #501. Cierto que he completado lo escuchado con algunos datos y precisiones sacados de Internet, pero en modo alguno he tergiversado el sentido del mensaje de esta interesante jornada, y mucho menos con intención de dulcificar la problemática de un asunto que es muy preocupante, aunque haya que ponerlo en sus términos y límites justos.
Eliminar