Van pasando los días y nuestra valiente heroína Teresiña resiste. Hoy, día de Santa Teresa, quiero creer que no news
is good news, pero no nos confiemos, que éste es un virus muy requetemalo y
traicionero, y ya saben que no hay nada más gafe que celebrar las cosas antes
de tiempo. A Teresiña la están tratando con el plasma de la hermana Paciencia,
y nosotros debemos también imbuirnos de ese plasma: tengamos paciencia y
crucemos los dedos. Está muy feo alegrarse de las desgracias ajenas, pero tengo
que confesar que, sino alegría, sí que he sentido un cierto alivio al saber que
en Dallas (Texas) se han producido, no uno, sino dos casos de enfermeros
contagiados por limpiar las miserias de un pobre liberiano que viajó esperanzado a los USA, para casarse con la madre de su hijo e iniciar una nueva vida en el paraíso
yanqui, sin saber que en el avión iba con él un pasajero inesperado: el maldito
virus.
Un inciso aquí, sin ánimo de
molestar a nadie. Ya me he definido como razonablemente ateo y respetuoso de
las personas creyentes, cuyas convicciones me parecen legítimas y defendibles,
siempre que se mantengan en el ámbito privado de cada uno. Sé que entre los
seguidores del blog hay no pocos creyentes y aquí mi pregunta, repito, sin
intención de chinchar ni provocar: ¿cómo es posible vivir en el convencimiento
de que “hay alguien ahí arriba” que todo lo ve y todo lo organiza y, en
consecuencia, está detrás de historias tan crueles como la de este pobre
liberiano que ya se creía en el edén americano, cuando él mismo portaba el
germen de su desgracia? Por no hablar del reparto del cáncer, que afecta por
igual a las personas buenas o malas, como me ha tocado comprobar hace bien
poco. Pido disculpas si he herido las convicciones de alguien pero,
honradamente, yo duermo mejor pensando que estas cosas las producen unos
bichitos que andan por ahí sueltos. Y que podemos combatirlos con investigación
y mucho esfuerzo, no sólo rezando. Luego, que cada uno rece lo que quiera, oyes.
Decía que había sentido alivio.
¿Por qué? Pues porque estaba hasta la punta de ese mismo órgano en el que están
pensando, de escuchar sesudos artículos comparativos de lo mal que hacemos aquí
todo y lo bien que se hace fuera, un discurso victimista, acomplejado, paleto, cenizo y deprimente, que no sirve para nada y que
además es mentira. A ver si lo dejamos bien claro: a nivel médico y a nivel técnico en
general, ESTAMOS EN EL PRIMER MUNDO Y PODEMOS COMPARARNOS CON CUALQUIERA.
Supongo que saben que, en castellano, las mayúsculas significan que la frase
anterior está dicha a gritos, así que continúo en el mismo tono: LOS QUE NO
ESTÁN A LA ALTURA DEL
PRIMER MUNDO, SINO A NIVEL CIERTAMENTE AFRICANO, SON LOS POLÍTICOS. Pero no por estos impresentables vamos a creernos los demás que somos todos unos mantas.
La ministra Mato no puede dimitir
porque, para dimitir, primero tendría que existir. Y, al frente del Ministerio
de Sanidad, no hay nadie. Sólo una especie de ectoplasma, un holograma que, de
vez en cuando, sale a la palestra y hace el ridículo. No se puede esperar que la
señora Nadie sepa hablar en público, o enfrentar un problema tan grave como el
ébola. Para lo que hace esta señora, podrían poner en su lugar a Floriano, que al menos resulta más divertido. Otra cosa distinta es el Consejero de Salud de la Comunidad de Madrid,
señor Rodríguez. Este sí sabe hablar en público y le gusta más que a un
tonto. En medios médicos este señor es conocido desde hace años, como me
dice un querido comentarista de este blog en el post anterior.
El día de su nombramiento, estaba
yo precisamente en el hospital Gregorio Marañón, visitando a un amigo ingresado
para una operación menor. Allí, rodeado de médicos, comenté lo contento que
estaba de que hubiera dimitido Lasquetti, después de que los tribunales
tumbasen su plan de privatizar la sanidad madrileña. Los presentes me dijeron
que su sustituto era un médico de ese mismo hospital y, tras mirarse entre
ellos, convinieron en que era mucho peor que Lasquetti. ¿Cómo puede ser peor?
–pregunté. Pues –contestaron–, porque es un tipo fascista, franquista, clasista,
machista, casposo, viejo y antiguo. (Supongo que saben que viejo y antiguo
no son conceptos análogos o intercambiables; de hecho, en estos momentos se
está celebrando en el Paseo de Recoletos la Feria Anual del Libro
Viejo y Antiguo).
Recientemente, el alcalde de Becerreá, mítico enclave del interior lucense donde vive la madre de Teresa, añadió tres insultos más a la larga lista que me dieron sus colegas de profesión (y de hospital): miserable, ruin y sinvergüenza. Pueden leerlo AQUÍ. Creo que ya está dicho todo de este señor con esa larga lista de calificativos ampliada por el alcalde. Viendo la cara que tiene en las fotos, tal vez podríamos añadir el de bellaco. Ayer se disculpó por carta con Teresa y su familia, un gesto que le honra. A ellos les corresponde aceptar o no sus disculpas. Para mí, simplemente es un detalle que indica que es humano, así que: vale; retiro lo de bellaco. Pero nada más. Cuando habló ante los sucesivos micrófonos que le iban poniendo delante, se mostró como es. Y un tipo de esa calaña, no debería seguir de consejero. A menos que quieran perder la poca ventaja que tienen sobre el PSOE. Éstos, encantados: por ellos que siga y que le pongan delante muchos micrófonos. Uno cada día.
Recientemente, el alcalde de Becerreá, mítico enclave del interior lucense donde vive la madre de Teresa, añadió tres insultos más a la larga lista que me dieron sus colegas de profesión (y de hospital): miserable, ruin y sinvergüenza. Pueden leerlo AQUÍ. Creo que ya está dicho todo de este señor con esa larga lista de calificativos ampliada por el alcalde. Viendo la cara que tiene en las fotos, tal vez podríamos añadir el de bellaco. Ayer se disculpó por carta con Teresa y su familia, un gesto que le honra. A ellos les corresponde aceptar o no sus disculpas. Para mí, simplemente es un detalle que indica que es humano, así que: vale; retiro lo de bellaco. Pero nada más. Cuando habló ante los sucesivos micrófonos que le iban poniendo delante, se mostró como es. Y un tipo de esa calaña, no debería seguir de consejero. A menos que quieran perder la poca ventaja que tienen sobre el PSOE. Éstos, encantados: por ellos que siga y que le pongan delante muchos micrófonos. Uno cada día.
Los políticos de nuestro país
están infectados por un virus mucho más mortífero que el ébola. Un ejemplo
preclaro de lo que digo es el señor Rajoy, inventor de lo que Miguel Ángel
Aguilar llama el tancredismo. El tipo
permanece inmóvil, mientras a su alrededor pasan y pasan todos los toros sin
rozarle. Hasta que se hartan y se dan por vencidos. Me lo imagino disfrutando
como un enano: cada día se levanta, hojea el periódico y revisa la larga
lista de gestos, declaraciones, medidas que se esperan de él y que no tiene la
más mínima intención de hacer. Se creen éstos que me van a sacar a mí de la
impasiblidad. Van dados. Cuanto más me ladran, menos me inmuto. El truco le ha
funcionado aparentemente con Artur Menos y hasta hay quien aplaude su supuesta
estrategia. Pero es que es igual con todo. Mantendrá a la señora Mato y no se
moverá ni un milímetro en relación con ninguno de los retos que se le vayan
planteando. Y pueden apostar a que no dirá hasta el último minuto quién va a
ser el candidato a Alcalde de Madrid. A él lo que le gustaría es mantenerlo en secreto hasta las elecciones y desvelarlo una vez celebradas.
Ya saben que a Rajoy lo designó
el dedo de Dios, en cumplimiento de la profecía anotada mucho antes en el
divino cuaderno azul. En realidad, se lo propuso primero a Rato, pero éste
declinó el ofrecimiento. Entonces se lo ofreció a Rajoy, quien aceptó e
inmediatamente preguntó: ¿Puedo darle la noticia a mi padre? Este es un detalle que
ellos mismos han revelado y que dice muchas cosas del personaje. A lo mejor fue su señor padre quien le dio el sabio consejo: tú no te pricipites, filliño, que a veces las cosas se arreglan solas y es peor pricipitarse. Por cierto
que Rato se arrepintió y volvió para decir que se lo había pensado mejor y que
sí que quería ser el líder. Pero el propietario del dedo divino le hizo saber
que en estas cosas, como en el parchís, ficha movida pedo fuera del culo. Anda que menos
mal que el designado no fue el señor Rato, el rey de las tarjetas black de la indignidad, un caso grave
del virus del que les vengo hablando. Este país no será tomado en serio internacionalmente,
mientras sigan aflorando cosas como estas y no se castiguen como deben. Aquí se descubre la trama de la Gürtel y los sobres de Bárcenas,
y al que empapelan es al juez que lo investiga. Y al que intenta meter en el
trullo a Blesa, igualmente lo empapelan y lo suspenden 17 años. Vean abajo qué
contentos se ven en la foto estos dos afectados por el virus. Como para no estarlo.
Por cierto, tengo que tener cuidado
con lo que escribo, que en esta tierra hablar de ciertas cosas es muy peligroso.
Así que cerraremos este post con las debidas cautelas. Resulta presuntamente,
que un presunto amigo mío me hizo presuntamente el presunto comentario de que de
casta le viene al Rato. Lo dijo él, no yo, que me limité a oírlo
presuntamente con mis presuntas orejas bien abiertas. Así que se me ocurrió entrar
presuntamente en Google y teclear padre de Rato. En la presunta lista
de links que presuntamente me salió, descubrí lo que la presunta Wikipedia dice
al respecto. Lo dicen ellos, no yo. Yo me limito presuntamente a hacer una
transcripción presunta de un párrafo de la presunta biografía de Ramón Rato.
En 1967 ejecuta un crédito de cuatro millones ochocientas mil pesetas a Nicolás
Franco, hermano de Francisco Franco.
Quince días después se le embarga el banco y es encarcelado por tres años y
multado con 176 millones de pesetas por
sacar dinero a Suiza lo que
entonces estaba penado. En una espectacular operación policial, los agentes
detuvieron esposados a Ramón Rato y Ramón Rato Figaredo cuando se encontraban
en la boda de su hija y hermana María de los Ángeles Rato Figaredo, con Emilio García Botín,
sobrino de Emilio Botín, en los salones del antiguo Hotel Castellana Hilton.
Ramón Rato litigó contra el Estado recuperando las propiedades embargadas.
Si es verdad que el tipo estuvo tres años en el trullo, cosa que dudo, a su
hijo Rodrigo le pillaría entre los 18 y los 21. Hay que comprender a la criatura.
Estas cosas marcan. Sean buenos, aunque sólo sea presuntamente.
¿Por qué dices pricipitarse?
ResponderEliminarTu pregunta indica que no te mueves por Galicia ni conoces a nadie de esa comunidad con acento un poco cerrado. En Galicia se corrigen las dificiencias, el planeamiento urbanístico entra en vigor con la aprobación difinitiva, el Camino de Santiago está lleno de pirijrinos y el polvo se limpia con un cipillito. El inefable Pepiño Blanco estuvo años haciendo cursos para eliminar su acento gallego. Se lo pidió Zapatero, para que dejara de decir que había que mejorar la compititividad de nuestras empresas.
EliminarMuy buenas las ironías, realmente hay que tener buen ánimo para tomarse así un asunto tan indigno e indignante. Por cierto, yo busco en Google imágenes de Rato y Blesa juntos y me salen a cientos, incluso muchas del mismo acto en el que se tomó la que tú pones. Pero ninguna es tan buena como la tuya, que es imposible de encontrar. ¿De dónde sacas las fotos que publicas en tus textos?
ResponderEliminarPara encontrar gente que se lo toma a la tremenda, basta abrir cualquiera de los periódicos. En cuanto a tu pregunta, las fuentes no se revelan. Es la primera regla del periodismo.
EliminarConfiesa Emilio, no es una foto de los personajes reales, es de sus muñecos del museo de cera.
EliminarPues la verdad es que parecen de cera, pero lo terrorífico es que son de verdad y están posando. Blesa mantiene la pose de muñeco diabólico crecido y Rato parece mirar de reojo a algún amigo, con gesto de ¡¡anda que, menudo cabrón estás tú hecho!! La verdad es que son un par de pájaros. Yo no los dejaría al cuidado de mis hijos ni dos minutos.
EliminarLo de las tarjetas es una vergüenza nacional, como lo de Urdangarín, Pujol o el minero asturiano de la UGT, de cuyo nombre no quiero acordarme. Da la sensación de que, por donde rasques, sale mierda. Hace unos años yo creía que este país era mejor que el mío de origen (Argentina), que aquí no sucederían nunca corralitos y similares. Cada vez los veo más parecidos. Allá la gente de dinero se lo ha estado llevando fuera desde siempre. Aquí lo tenían más fácil. Sólo había que conseguirse una tarjetita. Saludos de un expatriado porteño.
ResponderEliminarAquí no hemos llegado a extremos como la veneración a Evita Perón (Evita si viviera, sería montonera, decía uno de los gritos más coreados por ese grupo supuestamente revolucionario), o la presidencia de María Estela de Perón, que por cierto sigue viviendo discretamente por la zona de Puerta de Hierro. No digo yo que no estemos en la pendiente hacia ese nivel de penuria política e ideológica, pero por ahora no hemos caído tan bajo. De aquellos polvos vienen los fangos del corralito y la hiperinflación.
EliminarParecen mentira los tiempos a que usted alude, pero sucedieron hace cuatro días. María Estela era una bailarina de cabaré de la que se encaprichó el general. Su nombre artístico era Isabel. Ya que le gustan las rimas que se gritan en las manis, le recuerdo que, cuando Perón la incluyó a ella en el ticket electoral (para que fuera su vicepresidenta), la coplilla preferida de los montoneros era: Perón-Isabelita, el pueblo ya lo grita. Una vergüenza nacional.
EliminarNo creas que por aquí podemos presumir mucho. Jesús Gil y Gil, líder del GIL (Grupo Independiente Liberal), o sea, Gil al cubo, llegó a ser Alcalde Marbella. En esta tierra tampoco faltan los giles (por decirlo en argentino)
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