No se engañe
nadie, no,
Pensando
Que ha de
durar lo que espera,
Más que duró
lo que vio
Porque todo ha
de pasar
Por tal manera.
No les digo de quién es el verso, porque supongo que más de uno lo adivinará. En
concreto, estoy seguro de una que lo
va a reconocer a la primera, tal es mi confianza en su memoria prodigiosa y
amplia cultura literaria clásica. El caso es que aquí me tienen descansando,
dejando correr el tiempo mientras velo armas para la semana que empieza. Aprovechando
algunos ratos libres entre los gozosos entretenimientos de este lapsus semanal para
la vagancia, que va punteando el transcurso del tiempo con un ritmo soportable
para la cabeza y el cuerpo. Últimamente, como ya se imaginarán, he dejado
otra vez el entrenamiento, porque no tengo tiempo para tantas actividades. El
viaje a La Coruña y Asturias me cortó la progresión, pero ya antes había
constatado que podía alargar la distancia sin sufrimiento para la espalda.
Entrené tres días 6,5 kilómetros antes de dejarlo. Intentaré reanudar la cosa
cuando disponga de más tiempo, aunque tengo claro que, hasta que me jubile, no
voy a poder tener la regularidad necesaria.
En cuanto a mis actividades laborales, sobrepasada ya
la presentación de Reinventing Cities 2 en la sede de ASPRIMA, nos queda un
último sarao: el llamado Meet Up, acto de lanzamiento de esta segunda edición,
que preparamos para el 4 de marzo. Después vendrá el MIPIM de Cannes en el que
no estoy seguro si tendré que estar, pero en cuya preparación estamos ayudando.
Es en la semana del 9 de marzo y parece que, en esta ocasión, el equipo de
gobierno municipal tiene mucho interés en viajar y protagonizar determinados
actos de promoción de la ciudad. Por su parte, la dirección de Reinventing nos
ha indicado que tienen previsto aprovechar esta feria inmobiliaria para
publicitar su producto. En concreto, el día 11 habrá un acto en el pabellón de
Italia (Roma y Milán son dos de las ciudades que participan en Reinventing 2),
en el que se nos invita a intervenir. También existe la posibilidad de que
organicemos uno nosotros en el pabellón de Madrid que estamos preparando.
Normalmente, estos saraos contarán con los políticos y los jefes. Pero ya saben
ustedes que a veces me toca sustituirlos. Hace dos años, mi compañera M. y yo
tuvimos que apuntarnos deprisa y corriendo a última hora, porque nuestra jefa no podía y los de más arriba no lo
estimaban de interés.
Uno de los últimos viernes de marzo, aun por concretar,
tengo la oferta de acudir de nuevo a París a dar una clase en el máster de
Planeamiento Urbano de la Universidad París-8. El año pasado, mi amigo el
profesor Alain Sinou me invitó a contar un poco la historia de Madrid y la,
entonces en marcha, Estrategia de Regeneración Urbana. Me salió muy bien y ahora Sinou ha contactado conmigo de nuevo. El tema del máster de este año es la
relación entre las ciudades y el agua, así que me viene que ni pintado para ir
a contar el Madrid Río y la relación de Madrid con el agua. Es una clase de dos
horas en francés, que me tendré que preparar y ensayar, pero para la que tengo
material y discurso de sobra. Intentaré aprovechar para estar unos días por
París, ver a mi hijo Kike, visitar a Philippe en su residencia y hacer
algún otro contacto.
En otro orden de cosas, mi amiga indonesia Tantri está
ya en Rotterdam y hemos hablado por teléfono, para ver cómo hacemos para
vernos. Viene para una estancia de dos meses y medio, y parece que únicamente
dispondrá de los fines de semana, pero ya nos arreglaremos. Estuvo a punto de
no venir finalmente, porque el día de año nuevo hubo una inundación terrible en
Yakarta, como nunca habían visto otra igual. Ya saben que Yakarta se está hundiendo,
como se ha explicado en el blog hace no mucho. Pero Tantri vive en un barrio
bueno, al que nunca había llegado el agua de esa manera. Su casa se inundó entera,
su coche se lo llevó la riada y luego estuvo quince días con unas tifoideas de
las que por suerte se repuso a tiempo.
Estos días he tenido también una ocupación adicional. Un amigo
arquitecto ha escrito un libro y yo le he ofrecido hacerle una corrección del
texto, de tipo editorial. Aún tengo que hacerle entrega del resultado, pero ya
le he advertido de que no pongo en cuestión el fondo de lo que cuenta, sino que
me limito al campo gramatical y sintáctico. Mis correcciones, aparte de las
comas y unas pocas erratas, consisten en propuestas de decir lo que él quiere
decir, tal como yo lo diría. Y, además de todo esto, tengo el club Billar de
Letras, del que el martes pasado celebramos la segunda sesión del año. Analizamos una
novela llamada Punto de Control, del escritor serbio David Albahari, uno
de esos escritores raros que se barajan cada año en la quiniela de los Nobel.
Trata de la guerra (no se dice cuál, pero no es difícil
imaginarlo). Hay un pelotón al que mandan a un punto de una carretera, situado
en una cumbrera y con una barrera. Deben vigilarlo pero, nada más llegar,
pierden todo contacto con el mando. Es un relato totalmente kafkiano, en el que
no se sabe si el enemigo viene de un lado o del otro, ni siquiera quién es el enemigo.
En ese contexto absurdo, empiezan a aparecer soldados asesinados y la cosa se
disparata. A mí no me gustó demasiado (fui la excepción en un grupo que lo
alabó de forma entusiasta). Me parece un relato muy abstracto, muy conceptual. No
hay una mínima brizna de humanidad o de costumbrismo que le dé un poco de realismo. En la
discusión, yo aposté a que el autor no ha estado nunca en el frente, y nadie me
contradijo. Y como el relato es un constructo teórico, pues te acaba importando
un rábano que maten a Fulanito o violen brutalmente a Menganita. Hay mucha más
emotividad y sentimiento en mi relato del otro día sobre el doctor Li. Ni lo duden.
Mi post anterior ha causado sensación y, como de
costumbre, ha suscitado diversos comentarios por detrás, tanto por correo como
de viva voz en la barra de algunos bares. He constatado que la mayor parte de
mis lectores siguieron adelante sin abrir el enlace con el gran artículo de
Jaume Reixach, y luego volvieron atrás al ver que les regañaba y ponía cara de
malo y todo. La excepción es mi amigo X, con quien fui el viernes al teatro a
ver Todas las noches de un día (excepcionales Carmelo Gómez y Ana Torrent),
quien tiene por costumbre leer todos los artículos que yo recomiendo, pinchando
enseguida en los enlaces. En consecuencia, me dijo que por qué me ponía tan
pesado luego con tanto regaño. Es imposible contentar a todo el mundo, pero la
historia del pobre doctor Li ha impresionado mucho a mis seguidores. Tengo
pendiente algún texto más genérico sobre lo que supone la epidemia del Covid-19
en el momento de desarrollo de la China actual, y lo especial que resulta un
asunto como este en un mundo hiperconectado, pero ya lo dejaremos para otro
día.
Por lo demás, también sigue adelante la campaña
demócrata por la nominación de julio. En estos momentos, las encuestas nacionales sitúan
por delante a Bernie Sanders, de lo que me congratulo, seguido de Biden que se
está desinflando. Y ya aparece Bloomberg en el tercer lugar, cuando todavía ni
ha desembarcado. Me huelo un duelo final Sanders-Bloomberg, en el que no voy a
poder evitar tener el corazón dividido. En cuarto lugar, resiste con mucha
dignidad Amy Klobuchar, a pesar de su fama de regañar a gritos a sus subordinados,
varios de los cuales la denunciaron en su día, como saben. Elisabeth Warren, en
cambio, se rezaga de forma clara, lo cual le puede venir muy bien a Sanders
para rebañar sus votos. El día 22 es la siguiente cita, el caucus de Nevada.
Este es un estado muy latino, en donde están Reno (donde es fácil casarse) y
Las Vegas (donde es fácil arruinarse). Las encuestas locales dan favorito a
Biden, que puede recuperarse, ya veremos cuánto.
El Deportivo empató el viernes un partido que dominaba
por dos goles a quince minutos del final, pero mantiene la línea positiva. Con
las siete victorias anteriores, son ocho partidos sin perder, que no está mal.
Todas estas historias suceden fuera del lugar en que yo me refugio los domingos
como hoy, con el sano plan de rascarme las pelotas a dos manos. Esta tarde he
aprovechado para entretenerme un rato escribiendo este post y mantener el ritmo
de un texto cada tres días, que ya hace tiempo que me he fijado como objetivo. El mundo
sigue su marcha al otro lado de estas ventanas con cortinas y visillos. El
Ártico se derrite, las especies se extinguen, el norte de Europa está azotado
por una tormenta tremenda, en África hay una plaga de langosta de dimensiones
bíblicas, sigue la guerra en Siria y en tantos otros lugares, pero yo me siento
protegido en el interior de mi propio yo. El mundo gira y gira, como cantaba el
gran Jimmy Fontana, nada menos que en 1965. Una música que les voy a dejar de propina, como un tributo a la
nostalgia. Que tengan una buena semana.
Recuerde el alma dormida,
ResponderEliminaravive el "sexo" y despierte...
Querido Coronel, nunca dudé de que usted reconocería rápidamente el verso. Cuídese, amigo.
EliminarPues no te creas, Emilio, que las deprimentes coplas manriqueñas las recuerdo más por la singular estructura de sus estrofas que por su contenido. Hay otros versos de ese eximio modelo de cortesano impecable, exquisito poeta y aguerrido soldado (su valor le costó la vida antes de cumplir los 40) que me emocionan mucho más. Ese lema tremendo: "Ni miento ni me arrepiento", esa generosidad del amante que proclama "justa fue mi perdición", me impresionan más que las Coplas cargadas de melancolía y también de amor filial; sin embargo, reconozco que son una verdadera joya literaria.
ResponderEliminarYo sí abrí el artículo de Jaume Reixach y me encantó, como siempre, sin necesidad de tu regañina.
Respecto a tu amigo X, es un crítico teatral que ya hubiera querido Basilio Gassent en sus tiempos; la muy poética apuesta escénica de Carmelo Gómez y Ana Torrent mereció esta maravillosa crítica de X: "Es una obra muy bien iluminada y muy bien actuada". Me pareció genial.
Querida, tus comentarios sobre la poesía de Manrique se quedan tal cual, no puedo añadir ni quitar una coma. Lo de mi cabreo ya he dicho que era un juego, nunca pretendí disimularlo. Y el amigo X, tuyo y mío, ya sabes que es un genio. Salir de una obra que transcurre prácticamente toda en penumbra y decir que la iluminación era muy buena, es un comentario de un rango conceptual que sólo alcanzan las mentes excepcionales, los cráneos privilegiados como nuestro común amigo.
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