Entre la maraña de informaciones suscitadas
en torno al chusco final de la saga/fuga de Puigdemont, ha pasado casi
desapercibida una noticia bastante singular: la detención de Tania Varela,
abogada natural de Cambados, de 44 años, últimamente la única mujer en la
lista de los 70 fugados más buscados de la Europol, precisamente la policía europea cuya existencia ha permitido detener a Puigdemont evitando que se sumara a dicha lista. Tania ha sido detenida en Sitges, donde residía
desde hace al menos un año llevando una vida discreta, después de haber pasado
seguramente por Portugal y Latinoamérica. La historia de esta mujer parece
extraída de una serie de TV tipo The Wire o Breaking Bad. Con 27 años la
encontramos al frente de una oficina pública de asistencia jurídica a mujeres acosadas o maltratadas. La foto de su ficha de Europol parece que corresponde a
esos años.
Esta chica de aire modosito compatibilizaba su trabajo en esa oficina, dependiente de del Ayuntamiento de
Cambados, con el ejercicio privado, en el que empezó a defender a
contrabandistas y traficantes de la zona. Y en esas, parece que namorouse de uno de ellos, David Pérez
Lago, el hijo de la segunda mujer de Laureano Oubiña. En 2005 era ya su asesor
jurídico a tiempo completo y, al poco, ya la tenemos integrada en la estructura
financiera del negocio. Casi puedo escuchar el comentario unánime de las barafulleiras de Cambados: ¡Mírala, a mosquiña
morta! Poco después estaba procesada por narcotráfico y empezó un largo
calvario de juicios y condenas. Pero ya tiene bastante dinero, el anzuelo por
el que las personas se meten en esos vericuetos.
En 2007, Tania sale de la cárcel en
libertad provisional. Por entonces hay un abogado madrileño que defiende a todo
el clan: Alfonso Díaz Moñux. Tania ya ha cambiado el objeto de sus amores y se
va a vivir con él, a su casa del distrito de Chamartín. Pero esta fase termina
abruptamente cerca de las navidades de 2008: cuando la pareja entraba en el
garaje de su casa, unos sicarios le meten a él dos balas en la cabeza. Tania
resulta ilesa. Se habló de algún cliente de Moñux descontento con su trabajo o
reclamándole alguna deuda. Incluso se insinuaron unos posibles celos de su
primer novio. La investigación policial llevó a detener a un grupo de hasta
cuatro sicarios, pero ninguno cantó. Fue imposible averiguar quién los había contratado. Como ven, un
guión digno de un capítulo de Breaking Bad. AQUÍ
pueden leer la noticia de la detención.
Esta foto es una de las pocas que
existen de esta chica menuda, de 1,69 m. de altura. Más adelante, continuó
impertérrita sus actividades. En 2011 fue procesada junto a todo el clan
delictivo por sus actividades pasadas. Parece que los demás llegaron a acuerdos
con el tribunal y fueron condenados a diversas penas. Tania siempre negó toda
implicación y agotó todos los recursos legales a su alcance. En 2013, cuando ya
existía este blog, Tania tenía que entrar en prisión. Pero había volado.
Hasta que este lunes fue detenida en Sitges. Esta menuda narcoletrada se había
construido una identidad falsa, pero fue identificada por las huellas
dactilares.
La historia del narcotráfico en
Galicia hay que entenderla en un contexto histórico-geográfico. Durante la
Guerra Civil se generalizó en la región el estraperlo, a partir de la importación
clandestina de productos de primera necesidad, escasos y sometidos a
racionamiento, que se traían por la frontera de Orense desde la región
portuguesa de Tras-Os-Montes. Portugal no estaba en guerra y era un país con
mayor nivel de vida que el nuestro. En los 40 y 50 el nivel de vida en España
no ha mejorado mucho, son los años de la autarquía, y el estraperlo florece y
empieza a salir de la esfera familiar para generar estructuras
comerciales más amplias. Estos clanes pasan ya de los productos racionados a
otros menos urgentes, como el tabaco. Sucede también que Portugal empieza a
tener problemas en sus colonias africanas, donde están surgiendo movimientos de
liberación. Esto hace descender su nivel de vida, fenómeno agravado por la
llegada masiva de blancos que vuelven de las colonias, los
popularmente conocidos como retornados. Cuando Franco aprueba el Plan de Estabilización Económica
(1959), que dará origen al desarrollo industrial en España, Portugal ya es el
país con el PIB más bajo de Europa (y nosotros el segundo).
Cuando yo era un adolescente en
Coruña, la compra de tabaco de contrabando era algo muy enraizado en la
cotidianeidad de la ciudad. Yo empecé fumando Celtas; los vendían en
determinados carritos estacionados en esquinas estratégicas, como el del viejo Casal,
que tenía un mono titiritero muy travieso: un día le robó las gafas a mi madre
y se subió con ellas a lo alto del carro, con cara de pícaro. Casal vendía los Celtas a cuatro por peseta y aun recuerdo el disgusto que me llevé cuando pasaron a ser tres por peseta. Fumarse un Celtas era una aventura incierta porque, de vez en
cuando, te aparecía en su interior una de las míticas estacas y había que
tirarlo. Pero, si realmente querías dártelas de elegante para impresionar a las
chicas, tenías que sacar un Winston (o, como mucho, un mentolado). Y había dos
clases de Winston: el de los estancos y el de contrabando.
El Winston de contrabando se distinguía
porque tenía una banda azul en la cajetilla y estaba sin duda más bueno.
En Coruña, el Winston americano se compraba, por ejemplo, en el Hogar de la Guardia de
Franco, un bar que regentaban los falangistas en un primer piso de la calle
Real. Cuando uno tenía dinero, por haber estirado la paga, podía acudir allí y
pedirlo en la barra. Nadie te preguntaba la edad ni nada por el estilo. En toda
Galicia se fumaba ese Winston y algunas otras marcas, como Philip Morris. Y
todo el mercado de entrada del tabaco se controlaba desde la zona de Cambados y
Villagarcía. Dirigía la organización el mítico Vicente Otero Terito, amigo personal de Manuel Fraga. En Galicia, el contrabando estuvo siempre muy vinculado a la política y al fútbol. Terito fue
directivo del Celta y militante de Alianza Popular. Otros personajes de ese
momento son Nené Beltrán, que fue
alcalde de Ribadumia durante casi 20 años y Manuel Díaz González, alcalde de A
Guarda y presidente del Sporting Guardés, al que desde sus años mozos apodaban Ligero, por su habilidad para escapar de
la Guardia Civil. Cuando el mercado portugués decayó, empezaron a llegar barcos directamente de Amberes y Rotterdam.
Esta estructura del negocio del
contrabando, arraigada en una tradición de varias generaciones, muta hacia el mundo
del narcotráfico en los 80, por una serie de razones. Hasta entonces, el
contrabando no era delito, sino falta. Si te pillaban en el ajo, te podían
inhabilitar o ponerte determinadas multas, pero no ibas a la cárcel. A partir
de la llegada al poder de los socialistas en 1982, se modifica el Código Penal,
de forma que el contrabando pasa a ser tan castigado como cualquier otro
tráfico ilegal. Ya da igual traer tabaco que haschís. Las nuevas generaciones
empiezan a traer cargamentos de
Marruecos, a pesar del control que ejercen Terito y los demás jefes de clan, en
principio contrarios a dar el salto a las drogas. El beneficio es además mucho
mayor. Y entonces es cuando entra la cocaína, procedente de Colombia. Aquí incide también una razón geográfica. Galícia es la perfecta puerta de entrada en Europa para la cocaína colombiana, por sus kilómetros de intrincada y escarpada costa. Supongo que conocen la leyenda: Dios estaba tan cansado después de seis días de creación del Mundo, que se tumbó a descansar en el mar, se quedó dormido y una mano se le cayó en la costa gallega, dando lugar a las cuatro rías mayores.
Todo esto se cuenta en la novela
Fariña, que hace poco ha sido secuestrada de las librerías, por la denuncia de
un presunto narco al que se señala con nombre y apellidos. El libro llevaba ya
dos años y medio en las tiendas y ha sido la base de la serie del mismo nombre
que este mes ha empezado a emitir Antena 3 y que se ha beneficiado de este
último escándalo. La verdad es que, con estos antecedentes, no tenía un
especial interés en verla. Pero un amigo de Padrón me advirtió el otro día de que es
cojonuda y ya he visto los cuatro primeros episodios. Estoy a la espera de que
saquen el quinto. La serie está muy bien, cuenta con precisión lo que pasó en ese preciso instante en que se pasa del contrabando al narco y está centrada en las figuras de Terito, Laureano Oubiña, los Charlines y Sito Miñanco,
el joven de Cambados que finalmente dará el salto cualitativo. Los personajes están muy
bien dibujados, los diálogos son exactamente los que yo escuchaba de pequeño en
bares y tiendas, con el acento y los giros lingüísticos fielmente
reproducidos.
Y hay algo ciertamente admirable en Fariña: el casting.
Han buscado unos actores que se parecen mucho a los personajes reales, que
actúan y hablan como ellos. Yo no sé de dónde han sacado al actor que
interpreta a Terito, pero es
impresionante: en mi infancia he conocido a muchos personajes con el mismo
aspecto, la misma forma de vestir, los mismos gestos y la misma forma de hablar. Por supuesto, los
paisajes, los escenarios y toda la parafernalia gallega son auténticos. Y la
música está basada en Siniestro Total, Os Resentidos y todos los grupos de la
movida viguesa. Es una serie muy recomendable, se nota que sus guionistas
conocen The Wire y otras series similares. Y es sencillo ver los cuatro
episodios emitidos, en el podcast de Antena 3, como yo he hecho. Lo único que necesitan para verla es tiempo.
Tiempo es lo que me sobra a mí
esta semana, que me he tomado de vacaciones. Ayer subí al cine a media tarde.
Era la primera vez que iba a los cines Ideal, desde que los han vuelto a abrir
tras la reforma. Saqué la entrada con antelación y me fui a hacer tiempo a La
Casa de Las Torrijas, el legendario bar de la calle de la Paz, por detras de la plaza Mayor, donde me obsequié con una
torrija y un vino dulce. Después vi La Forma del Agua, una película de la que
ya está todo dicho. A mí me gustó mucho, especialmente por la presencia de
Sally Hawkings, una actriz maravillosa, a la que llevo siguiendo desde Blue Yasmine de Woody Allen. Hemos
empezado este post con una mujer menuda y vamos a acabar con otra mujer menuda (1,57), aunque cien veces más expresiva y sugerente. Si no me creen, vean la foto que les dejo de regalo. Sean buenos.
La tradición continúa. Hace unos días se ha conocido la operación Clamp (almeja en inglés). Mariscadores furtivos portugueses pillaban almejas a saco por su tierra. Una red clandestina les pagaba a 3€/kilo y se las llevaba a unos viveros de la provincia de Pontevedra. Allí les ponían unas etiquetas falsificadas y se lo pasaban a diferentes viveros de toda España a 7€/kilo. Y estos completaban el proceso de blanqueo de la almeja, sacándolas al mercado a 12€/kilo. En la operación Clamp han decomisado diez toneladas de almejas.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, muy guapa la pequeña Sally, sale muy favorecida en esa foto.
Le agradezco el apunte, desconocía esta historia. Disculpe que sea tan puñetero, pero en inglés almeja se dice "clam". Supongo que es así como se llama la operación policial. Porque "clamp" es como se llaman esas abrazaderas con que se sujetan tuberías o cables a la pared, con dos clavitos, uno a cada lado.
EliminarSally es un encanto. En cualquiera de sus fotos.
Nunca oyera eso de barafulleiras...
ResponderEliminarSon como el coro de las cotillas en algunas obras de Valle Inclán.
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