martes, 13 de febrero de 2018

705. El día del amor

Bueno, ya saben que, dentro de esta autoficción en la que me transmuto de autor del blog a personaje central de muchos de mis posts, he terminado por crear un personaje de mí mismo, que no es exactamente lo que yo soy, sino la forma en que me proyecto, o lo que aspiro a ser, o lo que me gustaría ser y no he sido, vaya por Dios. Esa tergiversación fundacional está en el origen de mi perfil de blogger, que escribí antes de mi Post #1, y que no he vuelto a tocar, aunque he estado a un tris de hacerlo varias veces. Allí me defino como escritor novel, corredor veterano, viajero recalcitrante, vividor irredento y funcionario menguante. 

Tal vez por una mezcla de pudor y coquetería, no menciono nada de mi formación profesional, como arquitecto, ni de mi especialización como urbanista. Sin embargo, en este blog se han escrito muchos textos sobre urbanismo, una materia que me apasiona y sobre la que creo tener opiniones bien fundamentadas. Por eso la etiqueta Urbanismo que ven aquí a la derecha es de cierto tamaño, aunque está claro que hablo más de rock, de mí mismo (About me) y de la actualidad cotidiana del mundo, temática que agrupé bajo la denominación La Situación, por entender que los temas tratados, al poco tiempo dejan de estar de actualidad. Pero, ¿qué pasa con la arquitectura? Pues que ni me interesa demasiado ni creo tener una opinión docta que merezca su inclusión en el blog.

Sin embargo, hoy voy a hablarles de arquitectura y he rastreado mis textos anteriores en busca de posts que justificaran crear una nueva etiqueta. He encontrado cuatro. En uno se habla de la figura de Charles Rennie McKintosh y de una de sus obras más emblemáticas: The House of an Art Lover, la casa de un amante del arte. Un segundo cuenta mi excursión por los nuevos desarrollos de Ámsterdam, con multitud de fotos de edificios. El tercero habla de la Casa Rietveld, de Utrecht, construida según los principios del movimiento De Stijl. Por último, hay un post dedicado al edificio Market Place, de Rotterdam, obra del grupo MVRDV. Hoy, en vísperas del día de los enamorados, les voy a hablar de un edificio singular: la Casa del Amor. Para ambientarles, les propongo una música ad hoc, la monumental A Love Supreme, con la que John Coltrane revolucionó el mundo del jazz. Pueden dejársela de fondo y seguir leyendo.

La Casa del Amor es uno de los referentes de la innovación arquitectónica en Madrid, cuyos planos y fotografías han aparecido en todas las revistas de arquitectura. Está situada en una parcela de una hectárea en la lujosa urbanización La Moraleja. Su autor es el arquitecto madrileño Carlos Arroyo, al que el cliente le encargó una casa sólo para dos personas muy enamoradas, un auténtico nido de amor, que dicho cliente concibió como regalo de bodas para su adorada novia. La casa se terminó en 2004 y se da la paradoja de que no fue nunca usada, porque su dueño, vivía ya por entonces fuera de Madrid con su flamante esposa. Pero ya les he dicho que no soy un articulista experto en este tema, por lo que lo mejor es que dejemos paso a los especialistas. Les ruego que lean la reseña y vean las imágenes de esta obra singular, que pueden consultar AQUÍ.

Realmente una maravilla. Hay que destacar la figura del arquitecto, un profesional de mucho prestigio en el gremio, y cómo consiguió plasmar en unas formas el programa y las características que quería el cliente. Pero aquí el que es un verdadero monstruo es el cliente en cuestión. No abundan en el mundo actual este tipo de clientes de la arquitectura, un verdadero chollo para los de la profesión. Hace falta ser un tipo muy exquisito, un auténtico dandy, para imaginar semejante regalo de bodas. ¿Saben ustedes de quién estamos hablando? Se lo revelaré. El tipo se llama Clarence Clyde Seedorf y es el actual entrenador del Deportivo de la Coruña, ex jugador del Real Madrid y otros equipos de primer rango. Ya sé que no se lo creen, pero en este blog las cosas más increíbles son ciertas. Seedorf encargó esa casa en 2002 y la recibió en 2004, más de cuatro años después de abandonar el Real Madrid en el mercado de invierno de la temporada 1999/2000, con dirección a Milán. Aquí una foto actual de Clarence, flamante entrenador del Dépor.



Ya que estamos con el personaje, AQUÍ pueden consultar lo que decía El País sobre las razones por las que el futbolista decidió abandonar el Real Madrid, con sólo 23 años. En el artículo se cuenta su origen, descendiente de esclavos, nacido en Paramaribo, Guyana holandesa, un lugar donde es práctica común el vudú. También se revelan algunos detalles sobre su personalidad, carácter dominante y humor variable, que hacía que sus compañeros dijeran: hay que pasársela al negro, que, si no, se cabrea (por cierto un comentario que hoy, con la tontuna imperante, ningún periodista recogería en su reportaje). En Madrid, Seedorf era un hombre muy joven. Pero he de contarles que en Milán se matriculó en una prestigiosa Escuela de Negocios, donde consiguió graduarse. En el Milan, los compañeros le llamaban el profesor. Hoy Clarence es un tipo elegante, culto, sereno y con una fortuna considerable que, atención: habla con fluidez seis idiomas: holandés, inglés, español, portugués e italiano, además del idioma de Surinam. En su país natal es todo un símbolo; está muy vinculado a su tierra, la visita con frecuencia, está al frente de numerosas iniciativas solidarias y hasta ha financiado el Estadio Clarence Seedorf de Paramaribo.

Por cerrar el tema de la casa, Seedorf no la llegó a estrenar y, años después la puso en venta. La firma que se encargó de venderla tuvo muchas dificultades, no es fácil encontrar un comprador para un inmueble tan singular. Pero finalmente, la pudo colocar por tres millones. Sucedió en 2015 y la prensa económica dio cuenta de la buena nueva, como pueden verificar AQUÍ, y de paso comprueban que lo que les estoy contando es verdad. No sé si han reparado en ello, pero el autor de este artículo se llama significativamente Jorge Salido.

Seedorf es un hombre apuesto (las chicas de La Coruña están revolucionadas por su llegada) y siempre se le ha tenido por un tipo con gancho para el sexo contrario, al que se le han atribuido toda clase de romances y aventuras. Pero lo cierto es que su vida privada no tiene nada de escabroso. Como cualquier tipo fuerte y guapo de veintypocos, seguramente tuvo muchas historias amorosas. Hasta que conoció a su mujer, Luviana, una guapísima brasileña que ejercía como bailarina de samba y era tan buena en su desempeño que hacía giras internacionales. Seedorf la conoció en Italia, en una de sus giras. El flechazo fue instantáneo y hasta ahora. Tienen cuatro hijos, tres chicas: Jaysyley, Darjaene y Jusy, y el pequeño Denzel. A pesar de que he buceado en las páginas de cotilleos, parece que a Clarence no se le ha podido probar una sola infidelidad. Aquí la feliz pareja y la familia al completo.



















¿Qué hace este hombre en el Deportivo? Bueno, ha sido una sorpresa para todos. Pero, bien pensado, hay una razón. El Dépor es, como les dije, el peor equipo de Primera División y el primer candidato al descenso, opinión de la que no he variado un milímetro desde que la escribí hace unos cuantos posts. Al presidente ya no le quedan muchos recursos que emplear. Los jugadores siguen siendo los mismos. Pero esto no es una cosa racional, sino de orden mágico. Dado que las rogativas a San Benitiño de Lérez no parecen suficientes, se recurre a traer a un tipo que algo ha de conservar del vudú que vivió de niño. En paralelo, un dandy como él conecta con la raíz profunda de la esencia del coruñés, que ya les he dicho que somos unos tipos bastante exquisitos.

Clarence no se ha traído a su familia, que tiene su vida hecha en Brasil, una medida prudente, porque en Coruña puede durar un par de telediarios, vista la inestabilidad del club. Imagino que está viviendo en un hotel. Pero no duden que va a ser feliz allí, que se va a poner bien de marisco y de caldo gallego, que va a ser un personaje muy querido por la gente y que dentro de dos días está diciendo arre carallo, con su voz profunda de resonancias caribeñas.

En cuanto a ustedes, no me sean pánfilos y no se crean nada de lo que les cuento: prometí no hablar más del Dépor y ya han visto cómo cumplo mis promesas. Les he engañado también con eso de que me interesaba la arquitectura y he acabado hablándoles de fútbol y de cotilleos. Les llevo a donde yo quiero, como el flautista de Hamelín. Y hoy, víspera de San Valentín, quiero que se centren en el amor: el concepto clave. Sean felices y déjense querer. Lo demás es ruido.

8 comentarios:

  1. Por Coruña circula una tercera explicación. Dado que el problema estriba en la falta de huevos de la plantilla, se pensó en traer a alguien bien dotado, como los bomberos coruñeses. El tamaño sí importa en estas cosas. Se intentó traer primero a Makelele, que parece ser el campeón en ese terreno, pero falló y entonces recurrieron a Seedorf.
    Un abrazo, querido paisano.

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    1. Qué bien, cuántos comentarios. Es usted un poco bruto, pero tiene gracia. Makelele no creo que tenga el título de entrenador. En otros terrenos sus títulos eran legendarios.

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  2. Tío, escribiste una cosa buenísima sobre Brunelleschi. Yo visité Florencia hace un mes y llevaba impreso tu texto ¿Eso no es arquitectura?

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    1. Ya está añadido a la etiqueta. Gracias por avisarme.

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  3. El pequeño Denzel es una monada.

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    1. Con semejantes progenitores no podía ser de otra manera.

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  4. ¿Tres millones? Por una parcela de 1 Ha. en La Moraleja, con chalé exquisito a estrenar, una ganga. Regalado. Yo creo que lo ha malvendido.

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    1. Un chollo. Pero, si espera más para venderlo, el precio habría bajado todavía más.

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