domingo, 11 de junio de 2017

641. Sofocos caniculares

Para el cuarenta de mayo, hace un sol de carallo. Con esto del cambio climático va a haber que cambiar hasta los refranes, porque lo cierto es que yo me quité el sayo nada más volver de Italia, y hasta ahora. Dice la radio que el tiempo de hoy, 41 de mayo, va a ser canicular. Pronto empieza la cosa. Me temo que nos espera un verano sofocante. Y, para sofoco, el que se ha llevado la bruja May de torva mirada. Ejemplo prototípico de tiro por la culata. Mira que vengo avisando, que se dejen de consultas, que eso de preguntar a los ciudadanos es muy peligroso, que el personal está muy cabreado, bastante bien informado a través de las redes y con ganas de saldar cuentas. En Gran Bretaña, una parte del malestar actual proviene sin duda de la frustración que sienten sus ciudadanos tras haberse metido de cabeza en el marrón del Brexit. La misma frustración que sienten muchos norteamericanos, tras haber votado a un presidente inepto y cabreadizo.


Pero vayamos por partes. Lo de la bruja May de la torva mirada es más viejo que la pana. Ha pasado tantas veces que no era muy descabellado esperar que sucediera de nuevo. Para quien no lo recuerde, en los años 90, el presidente del Real Madrid no era Florentino, sino Lorenzo Sanz, que había ganado el cargo en 1995. Tres años después, consiguió ganar la Champions, la añorada Séptima, que el club llevaba 32 sin conseguir. Su ego ya se infló un montón, pero es que, dos años más tarde, volvió a ganar, la Octava esta vez, en mayo de 2000. Y el tipo ya no pudo aguantar más, se creyó Dios y convocó elecciones sólo dos meses después de esta segunda victoria deportiva. Era su momento de gloria y esperaba ganar por mayoría aplastante para seguir otros cuatro años. Resultado: perdió con el aspirante Florentino.

Es comprensible que la bruja May no sepa nada del fútbol español, pero es que lo mismo le pasó al gran Winston Churchill. Este señor (alcohólico acreditado y ganador insólito del Nobel de literatura por sus memorias), condujo a su país con mano de hierro a la victoria en la II Guerra Mundial. También se creyó Dios y convocó enseguida elecciones para blindar su mayoría y seguir al frente del país otro mandato. Resultado: los ingleses le dieron las gracias por los servicios prestados y le hicieron saber que preferían a otro para organizar la paz. Perdió las elecciones frente al laborista Clement Attlee, del que ahora nadie se acuerda. En general, el gesto de adelantar elecciones en un momento de euforia, es percibido por el votante como un gesto de soberbia y ventajismo, que ya predispone un poco en contra. Yo creo que si la señora May no llega a tener un contrincante tan flojo como Corbyn (un izquierdista de zamarra, medio chavista, ideológicamente anterior al eurocomunismo), hubiera incluso perdido.

Por lo demás, las elecciones británicas nos traen otra buena noticia: el desinfle del suflé del independentismo escocés. Si lo sumamos a las horas bajas del secesionismo en Quebec, yo creo que viene quedando claro que, en países con un cierto nivel político, social y cultural, las ideas nacionalistas cerriles tienen poco recorrido. Los vascos están demostrando también pertenecer a ese primer mundo informado, internacionalista y solidario, como lo prueban las ventas del libro Patria en esas tierras. A la vista de esto, tal vez con los secesionistas catalanes la mejor postura sea la de darles cuerda para que ellos solos se ahorquen, que es lo que hace Don Tancredo de la Moncloa. Ya he escrito en este foro mi disposición a caerme de culo, bajarme los pantalones, o lo que haga falta, si este señor consigue resolver el embrollo catalán sin hacer nada (y encima acosado por la corrupción y con la economía cogida con alfileres).

Don Tancredo es otro ejemplo preclaro de político que gana por la flojera de sus contrincantes. Lo del PSOE es también de libro, ahora que lo vemos a toro pasado. Les voy a pedir que lean un artículo al respecto, aparecido hace unos días en El País y firmado por el sociólogo Enrique Gil Calvo, un comentarista al que sigo desde hace tiempo, aunque hay veces que no lo entiendo del todo. Esta vez está, como suele decirse, sembrao. Léanlo AQUÍ y seguimos. Creo que este señor da en el clavo en su interpretación de lo que ha sucedido en el PSOE (sobre el futuro, habrá que verlo). Recapitulemos.

En España tuvimos elecciones en diciembre de 2015. Rajoy salió tan debilitado, que Sánchez se atrevió a postularse como presidente, con el apoyo de Ciudadanos. En mi opinión, este acuerdo revelaba una cierta talla de estadista, un cierto olfato. Incipiente, pero real. Creo que la crisis económica no se ha terminado, puede volver a agudizarse en cualquier momento y su solución a largo plazo requiere de una combinación inteligente de medidas de izquierdas y de derechas, como la que puso en marcha Roosevelt tras el crash del 29 (que llevó al mundo occidental a una racha de prosperidad nunca vista). Tal vez Sánchez buscaba algo así. Además, la otra alternativa, la alianza con Podemos, parece claro que le hubiera dejado en manos de Iglesias, que por entonces aun tenía la piel de cordero puesta, pero ya asomaba la patita. Su opción por Rivera, es una muestra de ese olfato al que me refiero.

¿Qué sucedió? Pues que Iglesias reaccionó como una novia que descubre que su chico se acuesta con la vecina del otro lado. Sólo tenía que abstenerse, pero no fue capaz. Estaba ofendido de ver que Sánchez, no sólo no le ofrecía la vicepresidencia, sino que le ponía los cuernos con un derechista repeinado y sin coleta. Así que planteó su ultimátum: mientras Sánchez no rompiera con Ciudadanos (dejara de salir con la vecina) no había nada de qué hablar. Podemos se abstuvo y jodió el plan. Esperaba dar el famosos sorpasso. Pero en las elecciones siguientes, perdió un millón de votos y no logró sorpassar al PSOE. El problema era que ahora la aritmética era endiablada. Y que Pedro se enrocó en el no-es-no, un callejón sin salida, que mostraba una cierta bisoñez; al fin y al cabo, este señor es un novato en esas lides.

Y entonces llegó el tancazo de los barones, apadrinados por González, Guerra y Cebrián, y utilizando de ariete a Susana Diáz. Sobre ese bochornoso episodio, hay varias versiones. El entorno de Podemos encontró un relato a su medida: los poderes, la casta, los banqueros lo habían arreglado todo para lograr la abstención del PSOE y que siguiera Rajoy. Yo he defendido en este foro que la posición de Sánchez era inviable y llevaba a unas terceras elecciones, en las que el PSOE haría un ridículo histórico, y por eso se movieron los barones. Desde el entorno del prusés sostienen que el partido se oponía a la línea de Sánchez porque no quería que hiciera ciertas concesiones a los nacionalistas (versión coherente con su convicción de ser el vinagre de todas las ensaladas). Tras leer a Gil Calvo, parece imponerse otra versión, que más o menos abarca todas las otras y las complementa. Se la resumo.

Después de las segundas elecciones, España llevaba mucho tiempo sin gobierno y había muchas presiones para terminar con esa situación: los poderes económicos, las fuerzas vivas, los grandes empresarios, Europa. Sánchez quería seguir jugando sus bazas, pero todos esos poderes dijeron basta, se acabó el juego. Además teníamos un rey novato y se le quería ayudar a salir del embrollo. Así que a Sánchez le dijeron lo que tenía que hacer. Y el tipo dijo que no. En cierta forma, él mismo provocó su sustitución. Tenía un antecedente en el que inspirarse. Un ejemplo de lo que no hay que hacer en estos casos: Zapatero. Cuando al de la ceja le pusieron en una tesitura similar, agachó la cabeza, aceptó la imposición de los poderes económicos y firmó la rendición. Y ahí se acabó su carrera política. Hasta su hija mayor le retiró la palabra, según se cuenta.

Sánchez, en cambio, provocó su propia destitución y empezó allí su verdadera carrera. A partir de ahí cogió el coche y empezó a recorrer España recabando apoyos. Ya se sabe que en estas tierras adoramos a los quijotes. Hay que decir que su contrincante, la señora Díaz, se lo puso bastante fácil. Primero con la escenificación de su presentación, arropada por toda la plana mayor. Sólo faltaba el Papa. Nada mejor para exasperar aun más a los militantes cabreados. Finalmente, Susana puso el último clavo de su ataúd político en el debate a tres, cuando pronunció la frase de su vida, dirigiéndose a Pedro: –Estás mintiendo, cariño. Todos pudimos oírla. Unos días después, esta señora se llevó el sofoco de su vida. Ahora mismo, la sofocada y frustrada candidata a secretaria general ha llegado al extremo más bajo de su trayectoria y la gestora ha tenido que pedir a los asistentes al próximo congreso que no le silben, por favor.

Si todo esto es cierto, tal vez Pedro Sánchez tenga de verdad esa talla política de la que se ha hablado más arriba. Y con un poco más que aprenda, quizá sea el próximo presidente, después de Rajoy. Es imposible saberlo, pero ahí queda dicho. Que tengan buena suerte en la sofocante semana que empieza mañana. Ciao, caros.

4 comentarios:

  1. El 12.06.17, Anónimo escribió:
    Excelente análisis. Le brindo un añadido y una duda. El añadido: no hay que olvidar que Sánchez era un don nadie, al que la propia Susana se inventó para frenar las aspiraciones de Madina. La lucha Madina-Díaz representaba la pugna entre las federaciones del norte y las del sur. Susana apoyó a un entonces desconocido Sánchez, pensando en que luego lo podría manipular. Pero resulta que el tipo salió respondón, cabezota y con ideas propias. Y, sobre todo, ambicioso. Desde entonces ha aprendido mucho y no es descartable su hipótesis de que sea el próximo presidente español. Si además llega a tiempo de ponerle el cascabel al gato catalán con una actitud menos obstinada que la de Rajoy, a lo mejor hasta tenemos una figura de altura. Porque el tipo parece bastante menos tonto que Zapatero, desde luego. La duda. ¿Cómo fue que este señor priorizó la alianza con Rivera antes de hablar siquiera con Iglesias? ¿Fue su instinto político, como usted sugiere (olfato lo llama)? ¿O fueron los cuadros del partido los que le impusieron una alianza hacia su derecha y no hacia su izquierda como él hubiera preferido?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi respuesta del 13.06.17:
      Lo primero es una especie de precuela que ayuda a entender la historia. En cuanto a tu duda, pues no sé que pensar. Por un lado, Sánchez es un cabezota y no parece el típico que acepte indicaciones de un aparato que le maltrataba bastante. Eso apoyaría mi tesis de que es un tipo con una cierta talla política. Aunque yo no pondría la mano por esa tesis. Tal vez fueron los barones los que le dijeron que pactara con Rivera y no con Iglesias. Gracias y saludos.

      Eliminar
  2. El 15.06.17, Anónimo escribió:
    Desde luego, yo no quiero una presidenta que me llame cariño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi respuesta el 17.06.17:
      Yo tampoco. Pero hay que reconocer que Susana no se está portando mal.

      Eliminar