Para el cuarenta de mayo, hace un
sol de carallo. Con esto del cambio climático va a haber que cambiar hasta los
refranes, porque lo cierto es que yo me quité el sayo nada más volver de
Italia, y hasta ahora. Dice la radio que el tiempo de hoy, 41 de mayo, va a ser
canicular. Pronto empieza la cosa. Me
temo que nos espera un verano sofocante. Y, para sofoco, el que se ha llevado la bruja May de torva mirada. Ejemplo
prototípico de tiro por la culata. Mira que vengo avisando, que se dejen de
consultas, que eso de preguntar a los ciudadanos es muy peligroso, que el
personal está muy cabreado, bastante bien informado a través de las redes y con
ganas de saldar cuentas. En Gran Bretaña, una parte del malestar actual proviene
sin duda de la frustración que sienten sus ciudadanos tras haberse metido de
cabeza en el marrón del Brexit. La misma frustración que sienten muchos
norteamericanos, tras haber votado a un presidente inepto y cabreadizo.
Pero vayamos por partes. Lo de la
bruja May de la torva mirada es más viejo que la pana. Ha pasado tantas veces que no era muy
descabellado esperar que sucediera de nuevo. Para quien no lo recuerde, en los
años 90, el presidente del Real Madrid no era Florentino, sino Lorenzo Sanz,
que había ganado el cargo en 1995. Tres años después, consiguió ganar la
Champions, la añorada Séptima, que el club llevaba 32 sin conseguir. Su ego ya
se infló un montón, pero es que, dos años más tarde, volvió a ganar, la Octava
esta vez, en mayo de 2000. Y el tipo ya no pudo aguantar más, se creyó Dios y
convocó elecciones sólo dos meses después de esta segunda victoria deportiva. Era
su momento de gloria y esperaba ganar por mayoría aplastante para seguir otros
cuatro años. Resultado: perdió con el aspirante Florentino.
Es comprensible que la bruja May
no sepa nada del fútbol español, pero es que lo mismo le pasó al gran Winston
Churchill. Este señor (alcohólico acreditado y ganador insólito del Nobel de
literatura por sus memorias), condujo a su país con mano de hierro a la
victoria en la II Guerra Mundial. También se creyó Dios y convocó enseguida
elecciones para blindar su mayoría y seguir al frente del país otro mandato.
Resultado: los ingleses le dieron las gracias por los servicios prestados y le
hicieron saber que preferían a otro para organizar la paz. Perdió las
elecciones frente al laborista Clement Attlee, del que ahora nadie se acuerda.
En general, el gesto de adelantar elecciones en un momento de euforia, es
percibido por el votante como un gesto de soberbia y ventajismo, que ya
predispone un poco en contra. Yo creo que si la señora May no llega a tener un
contrincante tan flojo como Corbyn (un izquierdista de zamarra, medio chavista,
ideológicamente anterior al eurocomunismo), hubiera incluso perdido.
Por lo demás, las elecciones
británicas nos traen otra buena noticia: el desinfle del suflé del
independentismo escocés. Si lo sumamos a las horas bajas del secesionismo en Quebec,
yo creo que viene quedando claro que, en países con un cierto nivel político,
social y cultural, las ideas nacionalistas cerriles tienen poco recorrido. Los
vascos están demostrando también pertenecer a ese primer mundo informado, internacionalista
y solidario, como lo prueban las ventas del libro Patria en esas tierras. A la vista de esto, tal vez con los secesionistas
catalanes la mejor postura sea la de darles cuerda para que ellos solos se
ahorquen, que es lo que hace Don Tancredo de la Moncloa. Ya he escrito en este
foro mi disposición a caerme de culo, bajarme los pantalones, o lo que haga
falta, si este señor consigue resolver el embrollo catalán sin hacer nada (y encima
acosado por la corrupción y con la economía cogida con alfileres).
Don Tancredo es otro ejemplo
preclaro de político que gana por la flojera de sus contrincantes. Lo del PSOE
es también de libro, ahora que lo vemos a toro pasado. Les voy a pedir que lean
un artículo al respecto, aparecido hace unos días en El País y firmado por el
sociólogo Enrique Gil Calvo, un comentarista al que sigo desde hace tiempo,
aunque hay veces que no lo entiendo del todo. Esta vez está, como suele
decirse, sembrao. Léanlo AQUÍ
y seguimos. Creo que este señor da en el clavo en su interpretación de lo que
ha sucedido en el PSOE (sobre el futuro, habrá que verlo). Recapitulemos.
En España tuvimos elecciones en
diciembre de 2015. Rajoy salió tan debilitado, que Sánchez se atrevió a postularse
como presidente, con el apoyo de Ciudadanos. En mi opinión, este acuerdo
revelaba una cierta talla de estadista, un cierto olfato. Incipiente, pero
real. Creo que la crisis económica no se ha terminado, puede volver a
agudizarse en cualquier momento y su solución a largo plazo requiere de una
combinación inteligente de medidas de izquierdas y de derechas, como la que
puso en marcha Roosevelt tras el crash
del 29 (que llevó al mundo occidental a una racha de prosperidad nunca vista). Tal
vez Sánchez buscaba algo así. Además, la otra alternativa, la alianza con
Podemos, parece claro que le hubiera dejado en manos de Iglesias, que por
entonces aun tenía la piel de cordero puesta, pero ya asomaba la patita. Su opción
por Rivera, es una muestra de ese olfato al que me refiero.
¿Qué sucedió? Pues que Iglesias
reaccionó como una novia que descubre que su chico se acuesta con la vecina del
otro lado. Sólo tenía que abstenerse, pero no fue capaz. Estaba ofendido de ver
que Sánchez, no sólo no le ofrecía la vicepresidencia, sino que le ponía los
cuernos con un derechista repeinado y sin coleta. Así que planteó su ultimátum:
mientras Sánchez no rompiera con Ciudadanos (dejara de salir con la vecina) no
había nada de qué hablar. Podemos se abstuvo y jodió el plan. Esperaba dar el
famosos sorpasso. Pero en las
elecciones siguientes, perdió un millón de votos y no logró sorpassar al PSOE. El problema era que
ahora la aritmética era endiablada. Y que Pedro se enrocó en el no-es-no, un
callejón sin salida, que mostraba una cierta bisoñez; al fin y al cabo, este
señor es un novato en esas lides.
Y entonces llegó el tancazo de los barones, apadrinados por González, Guerra y Cebrián, y utilizando de ariete a Susana Diáz. Sobre ese bochornoso episodio, hay varias versiones. El entorno de Podemos encontró un relato a su medida: los poderes, la casta, los banqueros lo habían arreglado todo para lograr la abstención del PSOE y que siguiera Rajoy. Yo he defendido en este foro que la posición de Sánchez era inviable y llevaba a unas terceras elecciones, en las que el PSOE haría un ridículo histórico, y por eso se movieron los barones. Desde el entorno del prusés sostienen que el partido se oponía a la línea de Sánchez porque no quería que hiciera ciertas concesiones a los nacionalistas (versión coherente con su convicción de ser el vinagre de todas las ensaladas). Tras leer a Gil Calvo, parece imponerse otra versión, que más o menos abarca todas las otras y las complementa. Se la resumo.
Y entonces llegó el tancazo de los barones, apadrinados por González, Guerra y Cebrián, y utilizando de ariete a Susana Diáz. Sobre ese bochornoso episodio, hay varias versiones. El entorno de Podemos encontró un relato a su medida: los poderes, la casta, los banqueros lo habían arreglado todo para lograr la abstención del PSOE y que siguiera Rajoy. Yo he defendido en este foro que la posición de Sánchez era inviable y llevaba a unas terceras elecciones, en las que el PSOE haría un ridículo histórico, y por eso se movieron los barones. Desde el entorno del prusés sostienen que el partido se oponía a la línea de Sánchez porque no quería que hiciera ciertas concesiones a los nacionalistas (versión coherente con su convicción de ser el vinagre de todas las ensaladas). Tras leer a Gil Calvo, parece imponerse otra versión, que más o menos abarca todas las otras y las complementa. Se la resumo.
Después de las segundas
elecciones, España llevaba mucho tiempo sin gobierno y había muchas presiones
para terminar con esa situación: los poderes económicos, las fuerzas vivas, los
grandes empresarios, Europa. Sánchez quería seguir jugando sus bazas, pero
todos esos poderes dijeron basta, se acabó el juego. Además teníamos un rey
novato y se le quería ayudar a salir del embrollo. Así que a Sánchez le dijeron
lo que tenía que hacer. Y el tipo dijo que no. En cierta forma, él mismo
provocó su sustitución. Tenía un antecedente en el que inspirarse. Un ejemplo
de lo que no hay que hacer en estos casos: Zapatero. Cuando al de la ceja le
pusieron en una tesitura similar, agachó la cabeza, aceptó la imposición de los
poderes económicos y firmó la rendición. Y ahí se acabó su carrera política.
Hasta su hija mayor le retiró la palabra, según se cuenta.
Sánchez, en cambio, provocó su
propia destitución y empezó allí su verdadera carrera. A partir de ahí cogió el
coche y empezó a recorrer España recabando apoyos. Ya se sabe que en estas
tierras adoramos a los quijotes. Hay que decir que su contrincante, la señora
Díaz, se lo puso bastante fácil. Primero con la escenificación de su
presentación, arropada por toda la plana mayor. Sólo faltaba el Papa. Nada
mejor para exasperar aun más a los militantes cabreados. Finalmente, Susana
puso el último clavo de su ataúd político en el debate a tres, cuando pronunció
la frase de su vida, dirigiéndose a Pedro: –Estás mintiendo, cariño. Todos
pudimos oírla. Unos días después, esta señora se llevó el sofoco de su vida.
Ahora mismo, la sofocada y frustrada candidata a secretaria general ha llegado
al extremo más bajo de su trayectoria y la gestora ha tenido que pedir a los
asistentes al próximo congreso que no le silben, por favor.
Si todo esto es cierto, tal vez
Pedro Sánchez tenga de verdad esa talla política de la que se ha hablado más
arriba. Y con un poco más que aprenda, quizá sea el próximo presidente, después
de Rajoy. Es imposible saberlo, pero ahí queda dicho. Que tengan buena suerte
en la sofocante semana que empieza mañana. Ciao, caros.
El 12.06.17, Anónimo escribió:
ResponderEliminarExcelente análisis. Le brindo un añadido y una duda. El añadido: no hay que olvidar que Sánchez era un don nadie, al que la propia Susana se inventó para frenar las aspiraciones de Madina. La lucha Madina-Díaz representaba la pugna entre las federaciones del norte y las del sur. Susana apoyó a un entonces desconocido Sánchez, pensando en que luego lo podría manipular. Pero resulta que el tipo salió respondón, cabezota y con ideas propias. Y, sobre todo, ambicioso. Desde entonces ha aprendido mucho y no es descartable su hipótesis de que sea el próximo presidente español. Si además llega a tiempo de ponerle el cascabel al gato catalán con una actitud menos obstinada que la de Rajoy, a lo mejor hasta tenemos una figura de altura. Porque el tipo parece bastante menos tonto que Zapatero, desde luego. La duda. ¿Cómo fue que este señor priorizó la alianza con Rivera antes de hablar siquiera con Iglesias? ¿Fue su instinto político, como usted sugiere (olfato lo llama)? ¿O fueron los cuadros del partido los que le impusieron una alianza hacia su derecha y no hacia su izquierda como él hubiera preferido?
Mi respuesta del 13.06.17:
EliminarLo primero es una especie de precuela que ayuda a entender la historia. En cuanto a tu duda, pues no sé que pensar. Por un lado, Sánchez es un cabezota y no parece el típico que acepte indicaciones de un aparato que le maltrataba bastante. Eso apoyaría mi tesis de que es un tipo con una cierta talla política. Aunque yo no pondría la mano por esa tesis. Tal vez fueron los barones los que le dijeron que pactara con Rivera y no con Iglesias. Gracias y saludos.
El 15.06.17, Anónimo escribió:
ResponderEliminarDesde luego, yo no quiero una presidenta que me llame cariño.
Mi respuesta el 17.06.17:
EliminarYo tampoco. Pero hay que reconocer que Susana no se está portando mal.