jueves, 13 de febrero de 2014

229. Por el derecho a decidir

La vida ha de continuar, la tristeza de la pérdida sigue presente, pero las penas han de guardarse en una especie de repositorio, procurando que sea impermeable y no rezume. Y seguir dando caña a los temas de costumbre. Porque uno pasa unos días apartado del mundo por una circunstancia personal insoslayable y, cuando regresa, se da cuenta de que, por ejemplo, los catalanes no se han estado quietos estos días y siguen a su bola con el raca-raca habitual, como la carcoma que no cesa de roer pacientemente la madera, que no detiene su trabajo, que avanza milímetro tras milímetro, día y noche, llueva o truene. Así que habrá que volver a echar mano del líquido anti-carcoma, para evitar que el edificio nacional se nos caiga, devorado por el parásito incansable.

No recuerdo en qué post sostuve una teoría que causó más de un comentario escandalizado: que los escoceses sí tienen derecho a hacer una consulta y los catalanes no. Mantengo esa tesis íntegramente. Aparte del aspecto técnico (los escoceses se ajustan escrupulosamente a la Clarity Act del Supremo de Canadá, admitida internacionalmente como jurisprudencia), está el hecho incontestable de que Escocia fue un reino independiente durante varios siglos que, en un momento dado, decidió libremente unirse a Inglaterra para formar el Reino Unido y ser mucho más fuertes y poderosos en el cotarro europeo. O sea, que no es un disparate que alguien plantee la conveniencia de preguntar si quieren seguir juntos o no.

Ahora, pra foder, que dicen en mi tierra, voy a añadir una cosa más, a modo de rejón de castigo: en mi opinión, los belgas también tienen fundamentos históricos justificados para convertir su país en dos, como están haciendo. Así que el derecho que no les reconozco a los catalanes, sí se lo admito a los belgas, igual que a los escoceses. ¿Por qué? Pues porque Bélgica es un invento bastante reciente (1830), que se convirtió en realidad por el apoyo de los ingleses y los franceses, ambos interesados en debilitar al poderoso Reino Unido de Holanda dividiéndolo en tres. Tal vez ustedes lo ignoren, pero la gran Holanda, que componían los territorios de las actuales Holanda, Bélgica y Luxemburgo, fue uno de los países que derrotaron a Napoleón en Waterloo, precisamente en el centro de Bélgica.

Los llamados Países Bajos habían sido una unidad bajo Carlos V y Felipe II, hasta que los españoles fueron expulsados de la zona. No fue una empresa fácil, los Tercios se defendían duramente y se requirió casi un siglo de guerra para echar a nuestras tropas de la región, algo que no sucedió hasta 1648, con la llamada Paz de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los Ochenta Años. Desde esa fecha hasta 1800, el nuevo reino independiente de los Países Bajos, con capital en Ámsterdam,  se convirtió en una potencia mundial, que conquistó territorios lejanos como la Guayana holandesa, hoy Surinam, parte de Indonesia, Ceilán y otras colonias, y fundó ciudades como Nueva Ámsterdam, la actual Nueva York.

En 1810, los Países Bajos son invadidos por Napoleón pero, tras su derrota en Waterloo, se restituyen las fronteras anteriores.  Sin embargo, en 1830, los ingleses alientan la escisión de los territorios del sur, a partir de una confusa rebelión de los valones francófonos, que se sienten ninguneados por los holandeses. A ellos se suman los flamencos, que compartían el catolicismo con los valones, frente a la predominancia protestante de Holanda. El ducado de Luxemburgo aprovecha el tirón para formar un tercer país y se llega a la disgregación actual. El primer rey de Bélgica es Leopoldo I, hijo de algún Habsburgo, que es coronado en 1831, para organizar un régimen a semejanza del inglés y darle caché al nuevo estado inventado de la nada.

Pero desde el primer momento, las comunidades flamenca y valona forman dos unidades muy diferentes. Inicialmente, los valones, que son un tercio de los belgas, son la parte más pudiente económicamente, sobre la base de la minería y la industria pesada derivada del carbón. Pero con los nuevos tiempos, los flamencos, cuya economía se basa en el comercio y los servicios terciarios, adelantan a sus colegas y pasan a ser la parte floreciente. Ya he contado en diversos posts mis estancias en Bruselas y mi convicción de que se trata de la capital de un estado inexistente. Bruselas sobrevive gracias a las instituciones europeas, que se situaron allí tras la Segunda Guerra Mundial, para que no estuvieran ni en Francia ni en Alemania, los fundadores principales de la Unión Europea, que querían subrayar que ninguno era más que el otro.

A día de hoy, flamencos y valones forman dos comunidades que se ignoran, se muestran mutuamente el culo y se niegan a hablar el idioma del otro. Este verano asistí a la fiesta en Madrid de la comunidad flamenca, de la que di cuenta en el blog, y conté también que a partir del 1 de julio de 2014 entrará en vigor la nueva enmienda de la constitución belga que genera prácticamente dos estados independientes. Para los que creen que me invento estas cosas, les pongo aquí abajo el link al artículo de ayer de Miguel Ángel Bastenier, experto en esta zona de El País, que confirma punto por punto todas estas cosas. Como pueden leer en él, el partido N-VA que aglutina a los separatistas flamencos ha decidido renunciar a la independencia como concepto, para evitar que los echen de Europa. A partir del 1 de julio, serán dos países en uno, manteniendo la ficción de llamarse Bélgica y tener al frente de la nada a un rey de opereta. Estos son más listos que los catalanes.

Frente a este tipo de historias, los catalanes no pueden argumentar nada similar. Nunca han sido independientes. Como parte del reino de Aragón se pusieron de parte del pretendiente contrario al Borbón en la guerra de sucesión de los Austrias, y sufrieron la toma de Barcelona por Felipe V en 1714. Desde entonces, nadie les ha tocado un pelo, y se han tenido que inventar una historia de agravios totalmente ficticia. En este momento tienen ya un nivel de autonomía superior, por ejemplo, al que aceptó el IRA en Irlanda del Norte para deponer las armas y nadie en su sano juicio entiende para qué coño quieren la independencia.

En fin, allá ellos. Para seguir dando por culo, que es lo que pretende este texto, voy a lanzar una propuesta ya esbozada en la respuesta a un comentario de un lector a propósito de alguno de mis textos contra el nacionalismo. Desde este mismo momento me declaro partidario furibundo del derecho a decidir. Pero del derecho a decidir de los de Tarragona. Mucho me temo que, en cuanto Cataluña se independice, una de sus primeras medidas será prohibir el derecho a decidir de sus provincias. Entonces, he aquí mi propuesta y mi recomendación: señores de Tarragona, empiecen ya a reivindicar su derecho a decidir. Inicien un proceso similar, formen una región independiente y luego hagan una consulta para que sus ciudadanos decidan si se unen a España o a Cataluña, en función de quién les ofrezca más ventajas, que la pela es la pela, escolti, nen.

Para terminar, aquí mi sugerencia para las preguntas del referéndum.
1.- ¿Está usted conforme en que Cataluña sea un Estado?
2.- En caso afirmativo, ¿quiere usted que sea Sólido, Líquido o Gaseoso? Hala, sean buenos.

8 comentarios:

  1. ¡Manda huevos, ha pasado una vida!
    El rato que pasé lleyendo después de que me dijeras de tu blog y la noche en la que leí casi todas las entradas, no ha recuperado estos años que han pasado, en los que, cada uno a lo nuestro, no hemos mantenido casi ningún contacto. Te reconozco en muchas cosas, otras son nuevas para mí. En unas, de acuerdo: JJ Cale, en otras, menos: David Bowie.
    Esto no es como hablar, pero sí que me va a mantener al corriente de tus cosas ¡son tantas!
    Un abrazo.
    Paco.

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    1. Bienvenido al foro, querido Paco Couto, mi hermano de Vigo. En tu honor he escrito el post siguiente. De todas formas te digo lo que a los demás: ésta no es mi página de Facebook, ni un confesonario. Si, como dices, te estás dando el atracón de leer todos mis textos, verás que apenas cuento cosas de mi vida. Sólo cosas que hay en mi mente. Es una especie de striptease mental, a la vez impúdico y pudoroso. Procuro escribir rápidamente y subir lo que salga, aunque luego tenga que rectificar o disculparme.
      En ese contexto, a veces me vienen a cuento determinados personajes, como David Bowie, que ya no recuerdo cuándo lo cité. Cierto que me gusta, pero prefiero, por ejemplo, a Bob Dylan, de quien todavía no he dicho nada, creo. Intentaré seguir manteniendo vivo el asunto Un abrazo, amigo.

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  2. Totalmente de acuerdo en sus reflexiones sobre el ejercicio de catetismo ilustrado de Cataluña. Pero, mire usted, yo les dejaría votar, pero...eso sí, con una información seria de lo que sería de ellos en caso de resultar independientes. No creo que pasaran de un 50% los independentistas. Y los otros 50% que...???
    Todo esto me parece una baladronada que no va a conducir a ninguna parte.
    Ah! pero eso sí, nos siguen pidiendo pasta gansa...son insaciables...

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    1. Yo también les dejaría que hicieran su consulta, y tocaría madera para que perdieran (los independentistas) Sería lo mejor que nos podía pasar, a los catalanes y a todos.

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  3. Pues, por mí, se pueden ir cuando quieran.

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    1. Por supuesto. Pero me parece todo muy lamentable. Los catalanes vivían en España tan bien como los gallegos. Entonces, entraron en liza los politicastros provincianos y abrieron el melón de los agravios o, si lo prefieres, la caja de Pandora de los sentimientos excluyentes. Este absurdo, ha prendido sobre todo en las áreas rurales, donde vive la gente más ignorante y aislada. Es exactamente lo mismo que pasó en Yugoslavia, Sri Lanka y tantos otros lugares. Esos politiquillos de mierda sueñan con convertirse en virreyes. Para mí no son muy diferentes de Bedel Bokassa, Macías o Mobutu Sese Seko etc. El resultado será una Cataluña más pobre, una España más jodida y, por el camino que llevamos, unos cuantos muertos. En la guerra de Eslovenia, que duró sólo diez días, se contabilizaron 62 muertos. ¿Crees que alguien con dos dedos de frente puede justificar un solo muerto por la barretina, la butifarra y el arros amb fresols i naps? ¡Vamos, hombre!
      O sea, que vale, que, como tú dices, se vayan cuando quieran. Pero, por lo que a mí respecta, ¡¡¡ABAJO LAS PATRIAS!!! ¡¡¡ABAJO LAS BANDERAS!!! ¡¡¡ABAJO LOS NACIONALISTAS!!! ¡¡¡CAJO NA CONA C'OS BOTOU, CARALLO!!! ¡¡¡VIVA EL MESTIZAJE!!! ¡¡¡HOSTIA!!!

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  4. Finalmente, el anterior comentarista ha logrado lo que yo he buscado infructuosamente en otros comentarios a sus textos (habría que llamarlos "libelos", según su propia definición del término): que muestre usted su verdadero talante intransigente, faltón y de piñón fijo. Esa proclama a gritos con la que cierra su respuesta, desvela la esencia de su discurso: frente a un pueblo que sólo quiere que le dejen decidir en paz su destino y su futuro, usted se revela como un centralista intolerante, inquisitorial y destemplado. Enhorabuena (al comentarista anterior, por supuesto).

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    1. ¡Hombre! Mi querido aspirante a troll pronacionalista. Ya le echábamos de menos por este foro. Al menos con usted se puede bromear sobre el tema. En mis últimas visitas a Barcelona encontré al personal muy tenso, con la sensibilidad a flor de piel, dispuestos a saltar a la primera insinuación, cabreados, nerviosos y susceptibles.
      Con usted no suelo enfadarme. Usted juega a cabrearme y yo a no entrar al engaño. Vamos a ver. Si el tipo de más arriba ha conseguido sacarme de mi moderación habitual, hasta el extremo de cajarme na cona c'o botou, es precisamente porque dice "por mí se pueden ir cuando quieran". Joder, yo no quiero que se vayan los catalanes. Yo quiero que sigamos empujando juntos, codo con codo (ya sabe: en la playa, codo a codo, somos muchos más que dos). En esta Europa despiadada de Merkel y compañía tendremos muchas más chances, por decirlo en moderno. Ya hemos visto cómo tratan en la UE a los pequeños: Chipre, Eslovenia, Croacia. Si usted cree que, por pensar de esta manera, soy un centralista de mierda, o un nacionalista español, pues usted mismo.
      Artur Menos es un politiquillo de tres el cuarto, que tiene sueños de grandeza. Desde que ha llegado a "unurabla", sueña con coronarse virrey de Catalonya y coronarse con una barretina de plata. Sólo quiere eso. Para conseguir su objetivo, ha destapado una caja de Pandora de falsos agravios y ahora es muy difícil controlar a los ciudadanos abducidos por una ilusión absurda. La verdad es que no sé cómo va a acabar esta charlotada. He visto (y escrito sobre ello) procesos similares que han acabado como el rosario de la aurora: Yugoslavia, Sri Lanka. Ciudadanos de ambos países me han contado que ellos convivían sin ningún problema hasta que llegaron los politiquillos y destaparon la caja de los truenos. Espero que no suceda, pero creo que en Cataluña están en la fase previa a empezar a apedrear vidrieras de establecimientos que se llamen Cajamadrid, Mutua Madrileña Automovilista o Unión Bolsera Madrileña. Ese es el camino que lleva a un puñado de muertos. A Artur Menos eso le importa un rábano, le echará la culpa a Madrid y santas pascuas. Este señor no es distinto de Franjo Tudjman y los demás personajes siniestros que ayudaron a disgregar la gran nación yugoslava. Ellos fueron, en mi opinión, los primeros responsables de los muertos de las sucesivas guerras. Que fueron muchos.
      En fin, ya ha conseguido usted una respuesta mía más larga de lo habitual. Congratulations.

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