Al troll que siempre me recrimina cuando hablo de fútbol, y demás seguidores
futbolfóbicos de este blog, les pongo
un título inequívoco para que no sigan leyendo si no quieren, aunque los que
han entrado en mis anteriores posts
sobre el tema saben que aprovecho el asunto para hablar de muchas otras cosas. En
realidad, este texto surge de la petición de un amigo en el post anterior, donde
también se muestra preocupado por mi intención de bajar un poco la frecuencia
de mis escritos blogueros. Es sólo una posibilidad, no se asusten. A medida que
vaya pasando el año encontraremos entre todos un punto de equilibrio (otros han
dejado de seguirme porque escribía demasiados posts y no les daba tiempo a leerlos).
Centrándonos en el Dépor, como ya
saben muchos, el presidente Lendoiro anunció el día de Nochebuena que se marcha.
En estos momentos es todavía el presidente de club más antiguo de las dos
divisiones nacionales: 25 años al frente del Deportivo. Su figura ha sido muy
controvertida en estos últimos tiempos y es difícil encontrar un juicio
imparcial sobre él. Tal vez el medio más ecuánime, entre los que han hablado de
Lendoiro en estos días, sea el diario coruñés La Opinión. Aquí les pongo el link al excelente análisis de su
periodista Santiago Romero, cuya lectura les recomiendo.
Como ven, una de las claves del
personaje es su testarudez. Lendoiro es un cabezota que se permite el gustazo
de mandar a la mierda a José Ramón de la Morena, el almibarado y casposo
conductor del programa El Larguero, de la Cadena Ser, al que se refiere la
primera anécdota del artículo. Ahora me explico el origen de la diatriba que
este personajillo, que suele bañar de halagos a cualquiera (incluyendo al
propio Lendoiro en muchas ocasiones), le lanzó en un programa reciente.
Lendoiro es un tipo que afirma vestirse por los pies y que no se casa con
nadie. En estos últimos tiempos podría haberle hecho el caldo gordo a muchos
para protegerse, pero ha seguido fiel a sus rutinas y ha muerto matando.
Es esclarecedora la explicación
de por qué se le marginó desde su partido (el PP) en los tiempos de
Aznar-Cascos. En cuanto a su relación con el Alcaldísimo de La Coruña, el inefable Paco Vázquez, es digna de una
tragedia griega: eran amigos de niños y compañeros de pupitre en Los Maristas, donde
ambos empezaron a jugar al fútbol. El odio africano
que luego se llegaron a profesar, terminó por dividir a los coruñeses en dos
bandos irreconciliables. Lo que no tengo claro es el origen de la inquina que
le ha tenido el periódico local de más tirada, La Voz de Galicia. Este medio lleva años dedicando varias páginas
diarias a poner verde a nuestro hombre, a quien por poco no echó la culpa del
desastre del Prestige.
Lo cierto es que Lendoiro elevó a
la élite del fútbol europeo a un equipo pequeño, que hasta su llegada vegetaba
en segunda división, y que eso no fue por casualidad: venía de hacer lo mismo
con el Liceo de hockey sobre patines y, desde su misma proclamación como presidente,
dijo que su intención era esa. Imaginen la hilaridad que provocó en los medios
nacionales su famoso grito: Barça, Madrí,
ya estamos aquí, lanzado por un desconocido recién elegido al frente de un
equipillo de segunda división. Por cierto, cuando Lendoiro cese en su puesto,
el presidente más antiguo de Primera división pasará a ser Francisco Roig, del
Villarreal, un equipo que ha seguido luego la senda del Dépor, respaldado por
una ciudad aun más pequeña. La primera vez que el Villarreal subió a Primera y
le tocó jugar en el Camp Nou, su afición, que es muy similar a la del Dépor, se
desplazó en masa a Barcelona, y desplegó en la grada una pancarta que decía: Tiembla Van Gaal, que viene el Villarreal.
No es de extrañar que estos dos clubes admirables susciten la simpatía de
muchos aficionados de otros lugares.
En su deriva por salvar al club,
Lendoiro buscó gangas y muchas veces lo engañaron como a un chino (de los de
antes; ahora nos engañan ellos a nosotros). Hay una larga lista de jugadores
que llegaron como craks y muy pronto revelaron ser unos paquetes. Algunos,
sudamericanos, venían respaldados por un apodo mítico, que la afición
deportivista, con su sentido del humor gallego, transformaba enseguida. El Manteca Martínez pasaba a ser Mantequilla,
el Toro Acuña mutaba en el Buey Acuña
y así muchos otros. En esta lista de los peores hay que incluir a Taborda, un
uruguayo de casi dos metros que venía como killer
del área y era un simple armario. Y a Yves Desmarets, un negro francés, antiguo
conductor de autobuses nocturnos en París, a quien un periodista comparó con un
personaje de Paul Auster (aquí el link).
Sin embargo, creo que el peor
futbolista de la historia del Dépor jugó el año pasado en Primera Divisón y se
llamaba Evaldo. Ya me he referido a él en algunos de mis anteriores posts sobre
el equipo. Es que realmente, no he visto en mi vida un tipo capaz de situarse
tan mal en un campo de fútbol. Es que la forma de colocarse un defensa en el
césped es una cuestión instintiva, natural, innata. Mi hijo Lucas, que siempre
ha jugado al baloncesto, se apuntó un año a un equipo de fútbol con sus amigos,
para divertirse. Llamaron a su equipo Villarrastrojos Fútbol Club y se
apuntaron a una liga de futbol 7. Quedaron de últimos, aunque llegaron a ganar
algún partido. Puedo dar fe de ello porque les fui a ver en todos los campos.
Bueno, pues mi hijo, que jugaba de defensa central, se ponía en el campo desde
el primer partido mucho mejor que Evaldo. Sabía aguantar los ataques de los
delanteros contrarios, anticiparse, entrar al corte con contundencia y salir
con la pelota jugada con calidad. No había practicado nunca, nadie le había
enseñado. Es una cuestión de sentido común.
Evaldo fue un paquete que le
vendieron a Lendoiro, y que el entrenador Oltra (otro cabezota) se empeñó en
mantener en el lateral izquierdo, a pesar de la rechifla de la grada de Riazor,
y de que los equipos contrarios centralizaban los ataques por su lado, porque
era chollo. Los entrenadores sólo tenían que dar una instrucción: entrad por el
lado del negro, que es un coladero. Jugó casi todos los partidos hasta que
llegó Fernando Vázquez, el actual entrenador. Este hombre, que es uno de los
mejores entrenadores de España, lo puso de titular en su primer partido. Tuvo
bastante. A partir del segundo lo mandó a la grada.
Pero en la memoria de la afición había quedado
la forma, al borde de lo cómico, en que este pobre hombre se desempeñaba en un
campo de fútbol, y su imagen patética dándose golpes en la cabeza con la mano
abierta cada vez que fallaba. Este verano, al final del torneo en que el equipo
bajó otra vez a segunda, la Web del club hizo su tradicional encuesta para
elegir al mejor jugador del año que terminaba. Ya les he dicho que la afición
del Depor es especial y tiene un sentido del humor muy gallego. El elegido fue
Evaldo. Sacó un 33% de los votos. El segundo, Valerón, creo que se quedó por
debajo del 10%. Fue una forma de exteriorizar la decepción por el descenso sin
perder la alegría. Además, estos fenómenos se realimentan y se convierten en
virales. Yo, por ejemplo, entré, busqué los resultados, comprobé que Evaldo iba
el primero y voté por él, para sumarme a la coña.
Hoy 28 de diciembre, una de las
Webs de los seguidores del Depor ha querido rendir culto a la tradición de la
inocentada. ¿Imaginan cual ha sido la noticia falsa que incluyen? Sí, han acertado.
Aquí tienen el link.
Les deseo un feliz año nuevo,
dentro de lo que cabe. Al menos, con salud para todos.
De acuerdo en la línea general. Yo tampoco he visto un jugador peor que Evaldo, ni más cómico. No te puedes imaginar la coña que nos traíamos con él en la grada de Maratón. Hasta en los aturuxos de las bandas de gaiteiros hacían referencia a este negado táctico. Sólo te hago unas puntualizaciones.
ResponderEliminarEn La Voz odian a Lendoiro porque se enfrentó en su día al Imperio Vázquez, financiado por Caixagalicia, protegido por Fraga desde la Xunta y que estuvo años sosteniendo al periódico en pérdidas.
Roig ya es el presidente más longevo de primera, porque el Dépor está en segunda, aunque nos cueste hacernos a la idea. Entre las dos divisiones, el más antiguo es Lendoiro, le sigue el del Murcia y luego viene Roig.
El grito "Barça, Madrid, ya estamos aquí", fue lanzado cuando ascendimos a primera, no cuando fue elegido Lendoiro un par de años antes.
Saludos y a ver si ascendemos este año.
Gracias por tus aclaraciones, ya veo que eres un experto del tema. Un abrazo y feliz año nuevo.
EliminarCoincido con lo de Evaldo. Lo ví en directo en los Cármenes y me produjo risa por no llorar. Menudo paquete. Sin duda lo peor que pasó por el Deportivo en todas las divisiones. Y a Lendoiro...creo que se le pasó el arroz diez pueblos...
EliminarSupongo que Lendoiro se tendría que haber quitado de en medio mucho antes. Eso piensan muchos coruñeses. Pero la lucha fratricida que enfrenta a los deportivistas entre ellos no es sólo culpa suya. Los de La Voz tienen delito también. Un abrazo.
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