domingo, 12 de septiembre de 2021

1.083. Revuelto de espárragos con gambas

Pedazo disco ha publicado Samantha Fish este viernes. Ya están todas las canciones a disposición de los fans, en Youtube, Facebook y otros medios. Yo lo he escuchado varias veces entero y ya voy teniendo mis canciones favoritas. Sam da un paso adelante en su evolución creativa, sin dejar de ser ella misma pero adentrándose en terrenos del pop y el rock más bailable de los ochenta, como soporte musical de unas letras que la muestran eufórica, contenta y proclamando mensajes de empoderamiento femenino, de confianza, de seguridad, de poder seguir ella sola por donde quiera, sin desechar una relación con alguien del sexo contrario, pero basada siempre en el respeto y la equidad en los papeles de ambos.

Es una música optimista, pegadiza, con una producción esmerada y basada en canciones de unos tres minutos, como el rock de toda la vida. Yo les voy a ir intercalando algunos temas, en este y en sucesivos posts para que los vayan escuchando. Empecemos por un tema para el que ha grabado un vídeo en directo con su nuevo grupo. La batería Sarah Tomek es espectacular y chupa mucha cámara, pero es tangible la complicidad entre ambas. Better be lonely, es decir, mejor ser un solitario. El mensaje es claro y yo lo asumo plenamente: yo soy un solitario sociable, como ella dice que es lo mejor. Las nuevas creaciones de Sam van a ser el huevo batido de este revuelto que les estoy presentando hoy.

Lo dicho música pegadiza, optimista y poderosa en tres minutos. Pero vamos ya con el primer puñado de gambas para el revuelto. Ostenta esa primacía por derecho propio, la que para mí es casi la noticia del mes, si no del año, en el terreno por el que este blog se mueve como pez en el agua, que no es el mundo de la política sino el de la observación de la gente y sus conductas más extraordinarias. Me estoy refiriendo a la renuncia del obispo de Solsona, Monseñor Novell, conocido independentista y desde hace un tiempo el obispo más joven de España. La renuncia, inesperada para todo el mundo, se produjo el 23 de agosto, justificada en razones personales. Con el tiempo, se ha ido sabiendo que esas razones personales consisten en su relación con una mujer catorce años más joven, divorciada con dos hijos y ATENCIÓN escritora especializada en novela erótica de corte satánico.

No sólo eso, sino que se conocieron en el desarrollo de su trabajo, al haberse hecho cargo personalmente el obispo de las tareas de exorcista en toda la comarca del Solsonés y sus alrededores. Él podía haber delegado esa tarea en algún especialista, pero la asumió personalmente, empezó a colaborar con la chica y ahora viven juntos en Manresa, donde el ex-obispo busca trabajo como ingeniero agrónomo. Y por toda la comarca corre el bulo de que en realidad el obispo ha sido él mismo endemoniado, por intercesión de la escritora de novelas subidas de tono. Ya me dirán: si yo estructurara una novela corta en torno a un argumentario como ese, todos ustedes dirían que vaya trama más increíble. Pero ha sucedido en la realidad. ¿Y cómo se come eso desde una mentalidad agnóstica (cuando menos) como la mía? Pues con mucha ironía. La que despliega el periodista Santiago Moreno en El Triangle, en este delicioso artículo que pueden consultar ÁQUÍ.

Cojonudo. Tal vez los tres renglones del último párrafo son los únicos serios y sinceros del artículo. Pero volvemos al huevo. Una parte de las peñas de seguidores de Samantha con las que estoy conectado por Facebook, se hacen cruces con su nuevo trabajo. Dicen que es su peor disco, que se ha vendido a las discográficas, que el productor le ha comido el tarro y HORROR, que encima en uno de los temas colabora un rapero. Ya les he contado que una gran parte del público de Sam es gente mayor, que adoran el blues tradicional, en el que ella ha demostrado ser muy buena, y que quieren que siga haciendo esa música toda su vida. Pero ella no se pone barreras, evoluciona y hace la música que quiere hacer en cada momento. Ya les he contado también que a mí lo que me gusta de Sam no son sus grabaciones en estudio, sino sus actuaciones en vivo, donde se expresa sin ataduras. En ese sentido, todos sus discos son diferentes, a mí el que me sigue gustando más es el Wild Heart (2015), pero este me encanta.

Lo que pasa es que entre los seguidores de Sam hay mucho purista y fundamentalista, como los había entre los primeros fans de Bob Dylan, que se hicieron cruces cuando cambió la guitarra acústica por la eléctrica. Menudo escándalo se montó. Hasta iban a reventarle los conciertos y le tiraban cantazos al escenario. ¡Queremos folk, no rock! –le gritaban. Espero que en los conciertos de Sam no le boicoteen los temas del nuevo álbum, que ella irá intercalando con los antiguos. Los puristas del blues son los mismos que abominaron de la portada del disco, que tacharon de ordinaria, añadiendo que Sam es una buena chica y no necesita hacer gestos de puta. Ya saben: purismo y puritanismo comparten origen etimológico. Estos fans de cabeza cuadrada, quizá piensen que Sam está poseída por el demonio del éxito, por intermediación de su nuevo productor Martin Kierszenbaum, responsable de la exquisita producción del disco. 

Ambos han salido a presentarlo al alimón y han contado cómo se conocieron. Resulta que Kierszenbaum está casado con una mujer de Kansas City y fueron presentados por un amigo común antes de Navidad. Sam le mostró las canciones que había compuesto durante el confinamiento y se pusieron a trabajar juntos. Este señor tiene una larga experiencia como productor, con artistas como Lady Gaga, Sting y OJO Sheryl Crow. Y han hecho un trabajo espectacular en mi modesta opinión. Ya les dije, desde el primero de los cuatro posts que le dediqué a esta artista, que Sam es una mujer muy chochi, en el sentido más respetuoso del término, si es que dicho sentido existe. Ella se muestra en este disco como es: femenina, coqueta, seductora y heterosexual. Vean un ejemplo: All ice no whiskey. No se puede decir de otra manera: cuando me besas es como beber hielo, sin whisky. Disfrútenlo.

Un chute de rock del bueno, del que bailábamos en los 80. En fin, hay que ser muy rancio para que no te guste esto en aras de un purismo del blues totalmente trasnochado. Pero vamos con el segundo puñado de gambas. Las vacunas, los antivacunas y el progreso de la lucha contra el covid. Bueno, parece que estamos ya venciendo la quinta ola. Y sobre todo, está la actitud de la gente. Es que este agosto se ha ido de vacaciones todo cristo. Es que hace años que no había vivido un agosto tan tranquilo en la ciudad. Y, ahora, la gente ha vuelto con la mente reforzada por ese descanso que el año pasado resultó tan difícil. Hoy me he despistado con la comida y he salido a comer fuera. Pues estaba todo abarrotado y con gente haciendo cola por las calles, como no había visto algo así desde el principio de la pandemia.

Está claro que hemos ganado. El jodido bicho no ha podido terminar con nosotros y nuestro modo de vida. Como los talibanes en Afganistán, hemos resistido, hemos aguantado carros y carretas y ya estamos casi-casi como antes. Lo que es un problema, porque esa añorada normalidad es la que tensó las cosas en la Madre Tierra, haciendo surgir al virus. Pero nosotros insistimos en nuestro modo de vida. Libertad-libertad-libertad, el lema con el que Ayuso arrasó. Igual que los talibanes ya les han calzado el sayón a sus mujeres (que no necesitan mascarilla), aquí las calles están llenas de minifaldas, escotes, sandalias de tacón y peinados imaginativos. Y cada vez menos mascarillas. Da gloria darse un paseo por ahí. Tal vez convenga recapitular para intentar entender lo que nos ha pasado. Para ello nada mejor que la estadística de casos y la de muertos en España a lo largo de la pandemia. Véanlas.


Ahí lo tienen. Primera andanada en marzo-abril 2020, con un número de muertos tremendo. Le sigue el gran encierro, que nos hace pensar que hemos doblegado al bicho, a costa de cargarnos la economía del país. Pero llegan nuevas oleadas: la segunda (hacia noviembre), la tercera como en febrero, la peor de todas en casos; la cuarta en mayo y la quinta en este verano. Se puede comprobar cómo los muertos van relativamente disminuyendo, a la par que avanza la campaña de vacunación. Ahora mismo, la situación parece en teoría controlada, porque hay también más recursos contra la enfermedad. Pero CUIDADO: en el mundo civilizado, el 90% de los ingresados en UCI son gente sin vacunar. Porque son antivacunas, o unos dejados, o se la bufa o son tolilis (adjetivo rescatado del olvido por El Tito Floren). Se contagian y siguen poniéndose malísimos. Los vacunados, en cambio, se contagian también (dicen que un 15% de los que tienen la pauta completa), pero no se ponen tan malitos.

Por otro lado, se sigue sin saber por qué unos se contagian y otros no. Es una incógnita. Las cifras de Madrid, con la política Ayuso de mantener abiertos bares, restaurantes, teatros y museos, no son peores que las del País Vasco o Cataluña, donde han tenido los bares cerrados seis meses y más. Yo, particularmente, no puedo descifrar por qué no me lo he pillado, cuando no he seguido más recomendaciones y precauciones que las que me ha dictado el sentido común. Yo empecé a entrar dentro de los bares que no estaban muy llenos nada más salir del gran encierro. Y la última botella de gel hidroalcohólico la he puesto en la balda de más arriba, porque ya no la uso. Ya saben que toda mi vida he cruzado los pasos de peatones en rojo, cuando no pasan coches Y hace unos días me he descolgado desde la azotea para poder entrar en mi casa. Lo peor que hay en la vida es el miedo paralizante.

El virus se quedará entre nosotros, como el de la gripe. Es imposible alcanzar una tasa de vacunación del 90% en occidente, necesaria para lograr la inmunidad de grupo. Y en el Tercer Mundo las tasas de vacunación están por debajo del 20%. Pero, de forma natural, encontraremos tratamientos y nuevas vacunas para mitigar los efectos peores y todo esto no será sino un mal sueño. Puede que haya aun una sexta ola y aparezcan nuevas variantes, pero hemos vencido al peor de los efectos de la pandemia: el miedo. Colectivamente ya no tenemos miedo y yo lo he comprobado hoy, cuando he salido a mediodía y me he encontrado calles llenas de gente, terrazas abarrotadas, camareros enmascarados que no daban abasto, familias del extrarradio y las provincias limítrofes de Madrid con los niños y los abuelos, porque este personal viene a Madrid los domingos. Así que ¡hala! a disfrutar y a bailar.

Algunos espárragos para completar el revoltillo. El fraCasado ha viajado a Berlín y ha dado un discurso a sus compañeros del Partido Popular Europeo, en un acto de despedida de Merckel. Y, para estupefacción de sus oyentes, ha dicho lo único que sabe decir: que Sánchez lo está haciendo TODO MAL. Pero no por torpe, sino por malo, porque quiere que dejemos de ser una democracia y nos convirtamos en dictadura chavista. Y, repitiendo su mayor deslealtad, ha vuelto a pedir que no nos den fondos, que nos traten como a Hungría y Polonia, donde gobiernan partidos hermanos de Vox, porque aquí la justicia está politizada y no es ecuánime. Este señor es el prototipo del tolili, líbrenos Dios de que llegue un día a presidente. Uno de los diputados presentes, todavía atónito, declaró: la derecha española lleva tiempo pidiéndonos que les entreguemos a Puigdemont, porque dicen que la justicia española es limpia, no está politizada y este señor tiene garantizado un juicio justo; ¿en qué quedamos?

Todo esto es una minucia, al lado de la trayectoria de mi querido Dépor, que ya por fin parece que tiene un buen equipo y un buen entrenador. Este año ha arrancado en el tercer nivel nacional, lo que antes se llamaba Tercera División, ahora conocida como Liga PRFEF, o Liga Pedorreta como se ha rebautizado en este blog. Cerrada la tercera jornada, el Dépor marcha destacado, con tres partidos ganados, nueve goles a favor y ninguno en contra. La afición está enganchada, incluso se organizan autobuses para ir a animarlo por esos campos de Dios y todo esto es una muestra más de que las aguas vuelven a su cauce después del covid. Si el equipo consigue llegar de primero al final de la liga Pedorreta, ascenderá automáticamente a Segunda. En cuanto a las chicas del Dépor Femenino, pues cuentan también sus partidos por victorias en la Segunda Femenina y están en el camino de luchar para volver al máximo nivel.

Algo que no es más que otra muestra del avance de las mujeres en el mundo occidental. Samantha Fish ha recogido ese sentimiento en su disco que se dio a conocer a nivel mundial el viernes pasado como les digo. A la vez se publicó un vídeo del tema que da título al disco, que está teniendo mucha difusión, como todo el disco. En la última lista de los discos más escuchados en I-Tunes, Faster figuraba en segundo lugar, detrás del disco de Metallica. Sam está muy sexi en este vídeo y mantiene su buen humor. Pueden ver cómo se va acaramelando con su pretendiente, después se ve el coche desde fuera moviéndose significativamente, pero luego muestran su interior y se comprueba que el movimiento lo produce la propia Sam tocando su Gibson SG.

Termino con el toque culinario maestro. A un buen revuelto de espárragos trigueros y gambas, le van perfectamente unos ajetes tiernos. La verdad es que ya he utilizado toda clase de títulos para estos textos en los que se habla de cosas variadas. Los ajetes aquí vienen de la mano de un tema que está en el ambiente. Vale, hemos vencido a la pandemia (ojalá sea verdad). Pero ahora hay que ver qué coño hacemos con el mundo. La economía está en las últimas, y sobrevive en los países ricos a base del doping que supone la impresión continua de nuevos billetes. Pero eso es pan para hoy y hambre para mañana. La desigualdad entre países y entre clases sociales dentro de cada país es creciente y está al límite. Y la sobreexplotación de los recursos del planeta también está en máximos muy peligrosos.

Todo eso genera ira entre la gente, y está detrás de la aparición de los antivacunas, los terraplanistas, los chalecos amarillos y todas las demás versiones del malestar contra el poder establecido. El mundo está en riesgo, nuestra generación puede ser la última que viva mejor que sus padres y JODER eso es algo difícil de soportar. Algunos analistas anticipan explosiones de ira generalizadas, como las que se han producido últimamente en Cuba, en Perú, en Chile, o en Myanmar, Hong-Kong y otros lugares, por no hablar de los disturbios raciales en USA. Un país en donde la venta de armas se ha disparado. Les pido que lean este artículo aparecido recientemente en El País. El autor se deja llevar a veces por raptos poéticos un tanto cursis, pero lo que cuenta es muy interesante. Han de pinchar AQUÍ.

Samantha Fish no es ajena a estos problemas. Ella ha sacado un disco muy optimista y muy pop. Porque ese era su estado de ánimo y lo quería mostrar a todo el mundo. Pero el disco termina en una canción preciosa, melódica, profunda, de tintes entre la británica Adele y los propios Beatles. Como diciendo: vale, yo he hecho una cosa muy alegre y superficial, pero sigo siendo Samantha Fish y esta es la canción que lo expresa. Dudo que a los puristas más cerriles no les guste este tema. Es una maravilla. Con él les dejo. Terminen bien el domingo.

2 comentarios:

  1. Acojonante lo del obispo. ¿Tal vez los exorcismos que practicaba intentaban borrar el alma españolista de los contrarios al procés? El artículo que nos compartes es muy claro y la conclusión demoledora: Cataluña sigue en la edad media.

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    1. Cataluña sigue bastante en la Edad Media, en algunos temas. Y al pobre obispo ahora le monta guardia la prensa enfrente de su casa de Manresa. El otro día salió a correr a las seis de la mañana, le hicieron una foto y se le puso una cara de mala hostia increíble. Yo lo que no sé es cómo ha aguantado tantos años de obispo, si le gustaban las mujeres y no los niños, y perdón por la bordez, no quiero ofender a nadie.

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