Vaya, después de un post tan intenso y emotivo como el anterior, vuelvo a mis obsesiones cotidianas: el blues, el virus y las elecciones
USA. En orden inverso. Con esto de las elecciones USA, que son dentro de una semana, me estoy poniendo muy
nervioso. ¡¡Ay, qué nervios que tengoooo!! Es que no lo veo nada claro. Según las encuestas, sondeos y casas de apuestas, la victoria de Biden en votos populares
está cantada. Pero ya saben que Hillary sacó 3 millones de votos más que
Trump y perdió. ¿Cómo es posible eso? Pues por el enrevesado sistema electoral
americano. Se lo podría explicar, pero yo creo que mejor les pongo un link a un
artículo del ABC, donde se explica en detalle, y el que quiera que lo lea. Han
de pinchar AQUÍ.
Échenle al menos un ojo al mapa de los estados con el número de compromisarios
de cada uno.
Hay un montón de estados que
están claramente definidos, unos a favor de Trump, otros de Biden. Así que la lucha está
en los llamados swing states. ¿Y cuáles son estos? Pues el más grande Texas,
donde parece clara la victoria de Trump, igual que la de Biden en Pensilvania y
Wisconsin. Pero, entre unos y otros, hay nada menos que seis estados bastante
empatados, con muy ligera ventaja de Biden en Florida, Arizona y Carolina del
Norte y lo mismo para Trump en Georgia, Iowa y Ohio. En esta semana que
queda, todo puede moverse, pero no parece que las cosas vayan a cambiar mucho. De hecho, ya han votado,
anticipadamente o por correo, más de 60 millones de electores, más o menos un 24% del censo de votantes
mayores de 18 años, que es de 245 millones. Si
tenemos en cuenta que en las Generales USA la participación no suele superar por mucho el 50%,
pues parece que ya está todo el pescado vendido. Aquí una imagen de una señora votando anticipadamente en Georgia.
En el último debate no hubo grandes noticias. Hubo que establecer el sistema de que, cuando uno hablaba, se le bloqueaba el micrófono al otro, para evitar que Trump lo convirtiera en un despelote, como el primero. En el fondo, esta medida es una versión suavizada de mi propuesta de que lo llevaran al debate en jaula. Biden aguantó el tipo y Trump se moderó, seguramente aconsejado por su equipo de campaña. El debate tuvo lugar en Nashville, la capital del country, la ciudad musical por excelencia. Está en el estado de Tennessee, en donde la victoria de Trump está cantada. Pudieron ver en los medios las imágenes del circo que montaron sus partidarios a las puertas de la universidad donde se celebraba el debate. Pero no todo el mundo en esa ciudad es partidario de Trump. Allí viven por ejemplo las chicas de Larkin Poe. Y la gran Sheryl Crow. Esta señora de 58 tacos que me sigue gustando un montón, publicó el mismo día del debate un vídeo de mensaje claro, que les pido que vean.
Grabado por Zoom con sus músicos,
enlaza dos temas recientes suyos, concebidos con estructura de talking blues. El talking
blues es un antecedente del rap, en el que la letra se medio recita, salvo el
estribillo que suele ser pegadizo. El primero, se publicó hace un par de años y lo traje al blog. Está claramente dirigido a Trump. El estribillo
dice I wouldn’t wanna be like you/No way; es decir: no quisiera ser como tú/ ni
de coña. Y luego remata: You tell a lie/you tell a lie/you tell a lie/But that
don’t make it true. Dices una mentira/dices una mentira/dices una mentira/pero
eso no la convierte en verdad. El segundo tema tiene un estribillo de simple
nah-nah-nah-nah. Sheryl se ha disfrazado para la ocasión de dominatrix, en una escenografía bastante BDSM. En ese marco, le vocifera a la cara a Trump
la primera canción, como si le diera con un látigo, y directamente se chotea de él en la segunda, en donde hasta parece decirle adiós con la manita y termina con
la uve de la victoria. Más explícito, imposible. Véanlo, porfa.
El resto de la letra de estas dos
composiciones de Sheryl es también bastante claro, pero búsquenselo ustedes si
tienen curiosidad; no se lo voy a dar todo mascado. Y, mientras tanto, ¿qué está
sucediendo aquí, en la periferia del imperio? Pues andamos revolucionados
con las diferentes modalidades de confinamiento que nos van imponiendo unos y
otros. Para mí, lo sucedido es una historia bien clara. Sánchez impuso un estado de
alarma a Madrid, porque llevábamos una deriva funesta. Lollipop Ayuso dijo que,
en cuanto pasaran los 15 días, abriría otra vez la Comunidad, convencida de que
la alarma no se iba a prorrogar; ya se encargaría su partido de evitarlo. Y, cuando
se acercaba la fecha del levantamiento, resulta que la mayor parte de las demás comunidades
se dirigió a Sánchez para pedirle por favor que las confinara a todas. ¿Por
qué? ¿De verdad no lo han pensado? Pues la respuesta es clara y meridiana: en cuanto
Lollipop abriera la comunidad, los madrileños se precipitarían a salir a sus
segundas residencias o a cualquier parte. Las demás comunidades han implorado a
Sánchez un nuevo estado de alarma para que no se les llene todo de madrileños
poniéndolo todo perdido de virus y contagios.
La idea de llevar el estado de
alarma hasta mayo me parece bien en principio. Ya les dije que en Italia no se
ha levantado la alarma desde marzo, sin que la oposición monte ningún aquelarre
cacerolero reclamando libertad. Aquí, Sánchez tuvo que sufrir una verdadera
tortura con cada petición de prórroga, hasta que ya no resistió la presión y
procedió a hacer una desescalada apresurada y chapucera, cuyas consecuencias se
están viendo. A Sánchez estuvieron a un tris de derribarlo en uno de esos rifirrafes,
pero le salvó la jugada in extremis de Arrimadas. Ahora ha planteado una sesión
del Congreso para prorrogarlo de una sola vez hasta mayo. Parece que podría contar con
los apoyos necesarios para aprobarlo sin los votos del PP. Si es así, el PP puede
hacer dos cosas: UNA, votar en contra o abstenerse. En tal caso demostrará que
el discurso del otro día del fraCasado fue pura retórica y una simple trifulca doméstica
entre fachas (más abajo hablo de dicho discurso).
DOS, votar a favor, en cuyo caso
verificará la voluntad de su partido de iniciar una senda de oposición
constructiva, todo lo implacable que quieran, pero presentable. Y de estar donde tienen que estar: en primera línea de las tareas de reconstrucción del país, aportando sus propuestas
y su ideología, que es la de muchos millones de votantes, a los que hay que
respetar. Si así fuera, prometo dejar de llamarle el fraCasado. Ya le aplaudí
cuando le dio la patada a Cayetana (que ha peleado con uñas y dientes por la
abstención de su partido en la moción de Vox). Ahora tiene la oportunidad de
olvidarse de la bronca y las cacerolas y actuar como un estadista. La que no
tiene remedio es Lollipop, con el siniestro MAR en la retaguardia. En fin, si
Sheryl se chotea de Trump y le hace nah-nah-nah-nah con la manita, yo también tengo
el derecho de chotearme de Lollipop. Y en versión karaoke, para que canten
también ustedes, si lo desean.
Por si no lo han reconocido, el
tipo que hace pop con el carrillo es Andy Williams, uno de los crooners más
famosos de los USA, fallecido en 2012. La verdad es que nos vendría bien un
período largo de cierta estabilidad y que dejen de volvernos locos los
políticos. Si se aprueba ese confinamiento extendido, tendremos la ventaja de
que nos saltaremos las Navidades y el Año Nuevo. ¿Se imaginan qué maravilla,
que llegue el día de Nochebuena y lo celebres tomándote un par de huevos fritos con patatas, con
una cerveza Estrella Galicia, escuchando a Bach o a Schubert, sin tener que
aguantar a ningún cuñao poniendo verde a Sánchez o cagándose en los
catalanes, sin tener que sufrir los villancicos y los petardos por las calles?
Una delicia. Yo creo que se tendría que confinar el mundo entero, para calmar
al virus. Les recuerdo que ahora mismo, mientras ustedes leen esto, se están
produciendo medio millón de contagios diarios. Como lo oyen. La mitad de ellos
en Europa. Joder, la economía ya la arreglaremos. Ahora es hora de darle duro y
darle rápido al virus, como recomienda Jacinda Ardern.
Pero les había prometido hablar
del discurso de Casado (le relevo ya del prefijo fra, provisionalmente, hasta
ver qué vota en la petición de prórroga del estado de alarma hasta mayo). Como
les conté, el día de la moción de censura de Vox, me dediqué a otras cosas más
interesantes, entre ellas escribir un post para ustedes y hacerme una comida
apetitosa. Muy pronto me empezaron a llegar noticias de que Casado había hecho
un discurso buenísimo, demoledor, que había dejado a Abascal con dos palmos de
narices. Fueron tantas las voces y los elogios, que me decidí a escucharlo
entero. Y me sucedió como cuando vas a ver una película, después de que todo el
mundo te advierta de que es la hostia y que te vas a caer de culo viéndola: que
la ves y te parece que no es para tanto. Vamos por partes. A mí me encanta que
este señor le haya vuelto la espalda a Vox (como Sheryl Crow, le dijo textualmente a Abascal: en el PP no queremos ser como tú). Era algo que se le estaba pidiendo
desde su propio partido. Vox llevaba mucho tiempo marcando la agenda de la
derecha, desde la foto de Colón. Lo que ha hecho Casado es borrarse de esa
foto, para que no le pasase lo que a Rivera: que, por no quitarse a tiempo, sus
votantes lo sacaron a patadas.
De ese nuevo posicionamiento del
PP, yo me felicito y me congratulo, si es que es sincero, que pronto lo
empezaremos a ver. En segundo lugar, me parece una jugada táctica inteligente.
Si, como él piensa, Sánchez se ha escorado a la izquierda, arrastrado por
coletas e independentistas diversos, está quedando en el centro un hueco
importante de votantes moderados de centro. Como no espabile Casado, ese sector
del electorado se lo llevará Arrimadas, que está jugando muy bien sus cartas. Por este lado, también muy bien por Casado. Con lo que ya no
comulgo nada es con el fondo ideológico del discurso, debe de ser que
finalmente no soy de derechas. Como se ha dicho, es un discurso con tonalidades
de Reagan y que marca una falsa equidistancia entre Sánchez y Abascal, para
venderse como única opción de centro (a Arrimadas ni la menciona). Si es por
puro tacticismo, bien, pero, si de verdad se cree que Sánchez y Abascal son intercambiables, es que no ha progresado
mucho.
A este respecto, no me resisto a
traer aquí una frase vitriólica de Alfonso Guerra, de cuando este señor era
cáustico y preciso como un cuchillo al rojo. Con motivo de una proclama del PP
de que se iba a convertir en un partido de centro, dijo algo así: Desde que
lo conocemos, el PP lleva haciendo un viaje al centro, que me parece muy bien.
El problema es que nunca llega. Y yo me pregunto ¿de dónde será que vienen, que
les cuesta tanto llegar a ese centro que anhelan? Una maravilla (ya no hay
parlamentarios como ese, salvo Aitor, el del PNV). Podría decirse ahora lo
mismo. ¿Cuál es el talante verdadero del PP? Porque no olvidemos que, en su
afán por derribar a Sánchez, han llegado a ir a Bruselas a pedir, en línea con los
llamados frugales, que nos jodan aun más a cambio de los fondos que nos
han prometido.
Pero hay factor del discurso de Casado que es el que más me ha sorprendido. La calidad
oratoria de la pieza es alta. Fue un discurso bien hilvanado y contundente. Y parece demostrado que se lo escribió él solo (nadie sabía lo que iba a hacer),
en su casa, con su mujer y un asesor áulico para cuestiones gramaticales y sintácticas. Eso sí revela a un tipo con talla política. Veremos si lo confirma. Casado es
un hombre muy joven y nunca había tenido una intervención pública como esa. Su
forma de hablar tuvo un cierto deje de mira, mamá, yo solito. Pero, si gana un
poco más en serenidad, en aplomo, y se va elaborando un discurso más consistente, tal
vez estemos asistiendo al nacimiento de un político sólido de derechas. Algo
muy necesario en nuestro país, lo mismo que se necesitaría una figura sólida de la izquierda.
Me queda ponerles al día de las novedades
en el mundo del rock. Bruce Springsteen publicó por fin su nuevo disco que es
muy bueno. Ya no va a hacer más vídeos, el resto de las canciones se pueden
escuchar en Youtube sobre la imagen de una foto suya con nieve cayendo. Ya les
traeré alguna al blog. Por otra parte, las chicas de Larkin Poe están muy
contentas porque el Boss las ha mencionado en su programa de radio como uno de
los nuevos grupos cuya música escucha. Lo han dicho en su perfil de Facebook. Desconozco
si ha mencionado a Samantha Fish, ella no ha dicho nada al respecto, está muy
ocupada trabajando en su gira, que va como un tiro.
Lo que sí ha anunciado Sam es algo
que también la tiene muy contenta. El día 6 participará en el concierto de
arranque de la gira de Tab Benoit, del que ya tengo mi entrada para verlo
en directo a las 3 de la mañana. Será en el auditorio Ryman ¿saben de dónde? Pues sí, han acertado: de Nashville (Tennessee). En principio, habían acordado que ella subiera
al escenario a cantar dos o tres canciones a medias con Tab y su grupo (con el
gordo del bajo incluido). Pero ahora han decidido que Samantha tendrá un espacio
a su disposición para tocar una parte del concierto con su propio grupo de dos
negrazos cincuentones. No sé cómo se repartirán los tiempos, imagino que
al final tocarán algunas canciones todos juntos. Ya les contaré.
Podríamos terminar este post con un vídeo de Samantha, tengo una cola importante de vídeos suyos que mostrarles. Pero he pensado en algo más adecuado. Estoy ansioso de que llegue el día de los resultados definitivos de las elecciones USA. Porque, a nivel mundial estamos en un dilema decisivo. Está en juego nada menos que la supervivencia del sistema democrático. Si no queremos que este sistema desaparezca, no puede ser que la nación más poderosa y una de las democracias más antiguas del mundo reelija como presidente a un energúmeno destemplado, fascistoide, sociópata, ridículo, fanfarrón, machista, racista, faltón, abusón, putero, maleducado y patético.
Gritémosle nosotros también a este señor: NO QUEREMOS SER COMO TÚ. A ver si con los resultados en la mano podemos cantarle
todos ese nah-nah-nah-nah moviendo la manita a izquierda y derecha. Dice Muñoz Molina que es triste que el mundo de la normalidad no tenga a nadie mejor que Biden para oponer al fantoche. Pero no por eso debemos dejar de pensar que estamos ante un episodio decisivo en la eterna lucha entre el progreso y la reacción, entre la cultura y la ignorancia, entre la modernidad y la
tradición, entre la vanguardia y la caspa. Y aquí viene al pelo el vídeo que
les pongo abajo de despedida.
El Lollipop de las Chordettes que les he mostrado
arriba, está grabado
en 1958 y sintetiza en sí mismo toda esa caspa rancia, toda esa ideología
reaccionaria, desde los atuendos de las chicas, sus peinados y sus poses de
mujeres florero, hasta la letra glorificando a esa tipología de mujeres dulces como un pastel de manzana, listas para recibir al marido, aflojarle la corbata y soltarle el proverbial ¿te pongo una copa? Pero, en ese mismo tiempo, ya estaba brotando el rock and
roll. Y uno de los principales estandartes de ese movimiento renovador de la
música era un antiguo camionero de Memphis, la capital del estado trumpista de
Tennessee, del que hemos hablado mucho en este post. Se llamaba Elvis Presley y era ya
un asiduo del show televisivo semanal de Ed Sullivan. De hecho, el vídeo que les dejo de regalo es incluso anterior, de 1957. Un buen ejemplo, contrapuesto a las Chordettes, de esa dicotomía, de esa misma lucha que seguimos
teniendo cada día, aún en medio de una pandemia. No dejen de admirar lo guapo que era este
señor, algo que resalta aún más por lo feos que son los que le
acompañan. Que tengan una buena semana.
Según lo que dice, el Give peace a chance de John Lennon sería un talking blues ¿no?
ResponderEliminarDesde luego.
EliminarMe han encantado dos cosas. La imagen de los madrileños en diáspora, poniéndolo todo periodo de virus, es muy fuerte. Y no parece del todo descabellada: Lollipop (otro hallazgo, el mote) está reunida esta tarde con los presidentes de las dos Castillas para coordinar el asunto.
ResponderEliminarY luego los doce (12) adjetivos que le adjudica a Trump, como si no fuera bastante con las connotaciones del sustantivo "energúmeno". Creo que es la caracterización más completa del personaje que he leído nunca. Felicidades.
Lollipop la volvió a liar tras dicha reunión. Reunirse con ella es como hacerlo con una niña traviesa, no sabes por dónde te va a salir. Por cierto, el mote no es mío, es de una buena amiga.
EliminarNo había contado los adjetivos, pero creo que uno por uno son atinados. Al menos así es cómo veo yo a ese señor.