lunes, 23 de diciembre de 2019

895. Feliz Navidad para todos

En fechas tan señaladas… bueno, dejémonos de coñas, esto de la Navidad es un peñazo, para qué nos vamos a engañar, pero hay que pasarlo y, sin ninguna duda, se lleva mejor con un poquito de rock and roll. Chuck Berry lo entendió hace mucho, nada menos que en 1958. En las navidades de ese año, Chuck felicitó las pascuas a sus seguidores con una canción que tituló Run Run Rudolph. Corre, corre Rodolfo. La letra es tan aguda y cómica como todas las suyas: Rudolph es el reno más listo de la manada y por eso lo eligen para que lleve a Santa (Claus) a la ciudad. Y todos le meten prisa. Corre, corre Rudolph, que Santa tiene que llegar abajo enseguida. Tiene que bajar de la montaña y salir autopista abajo a toda pastilla. Porque hay un chico que le ha dicho: todo lo que quiero por Navidad es una guitarra eléctrica de Rock and Roll. Escúchenla de aperitivo, es muy cortita y les puede servir para practicar inglés si intentan entender la letra.


Estamos, pues, como cada año, en ese momento en que se acaba el mundo durante unos días. Pero, antes de que se acabe el mundo, hay que celebrar el cambio de año (y, esta vez, también de década) por todo lo alto. Prácticamente desde que cerramos el puente de la Constitución y la Inmaculada, que en Madrid incluyó el lunes día 9, no he parado de participar en celebraciones y despedidas de año, casi todas centradas en eventos gastronómico-alcohólico-festivos, así que ya debo de tener los triglicéridos por las nubes, con lo que me estaba cuidando yo. El día 10 empezó la serie con los vinos después de la sesión de cierre de curso de Billar de Letras, una reunión brillante e inspiradora, en torno al libro Prestigio, de la novelista británica nacida en Canadá Rachel Cusk, un auténtico portento, posiblemente el libro más innovador e inquietante de todos los que hemos analizado en el año, del que les hablaré en un post próximo que estoy preparando sobre la literatura femenina. De momento quédense con la imagen de esta señora.


El jueves 12 tuve una mañana llena de citas. A las 8.30, encuentro informativo interno de la Dirección General para repasar la marcha de los trabajos en curso. A las 9.15, reunión con el equipo de producción para empezar a preparar el Meet Up de Reiventing Cities 2, que habrá que organizar a final de febrero y es un sarao que no se prepara en dos días. A las 11.15, tenía un desayuno con el grupo de compañeros jubilados con el que me reúno más o menos una vez por semana en un bar de la zona, grupo al que recientemente se ha incorporado mi amiga del alma África, mi soul sister a la que echo de menos todos los días en la ofi. En suma: otra reunión de cierre de año y otro aporte calórico inhabitual. A las 13.00, acompañé a mi jefa y a Kordineitor a presentar los trabajos que preparamos para los próximos años ante el Foro de Empresas por Madrid, en un acto que tuvo lugar en Cibeles. Por último, a las 15.00 tenía una comida en el Jai Alai, con mi amigo X y la querida cúpula de la extinta Oficina Municipal del Plan, con quienes me sigo viendo desde que se cerró en 1997, hace ya más de 20 años.

A pesar de una mañana tan nutrida de eventos, tras una breve siesta, me concentré en cumplir con ustedes y escribir un post llamado Recovering Myself VII, que no me dio tiempo a terminar en plazo, por lo que ya tuve que colgarlo el viernes 13 de madrugada. El citado viernes 13, los compañeros de la Dirección General nos fuimos a cenar a Lavapiés, una iniciativa que no habíamos hecho nunca desde que se creó la Dirección, pero que logró un éxito notable (nos reunimos 19 personas), indicativo de que cada vez somos un grupo más cohesionado y no sólo en torno al trabajo. Después de esta cena de empresa, decidimos irnos a bailar y, tras ver que la cola para entrar en Medias Puri en Tirso de Molina era de unas dos horas, acabamos en el Sunset, un antro de la calle Huertas donde se pincha música de los 70 (Bee Gees, Gloria Gaynor y similares), cuyos vídeos se proyectan en una pantalla grande para que el personal se inspire a la hora de imitar a Travolta y otros. No me resisto a subir una foto en el restaurante, cuando todavía no estábamos muy borrachos. Me rodean en la imagen tres compañeras, ejemplo del canon de juventud, belleza y alegría que distingue a nuestra Dirección General.


Nos acostamos como a las 3 de la mañana, pero el sábado 14 seguía el lío: a las 12 del mediodía tenía que estar en el Medialab, que ese día celebraba el cierre de curso en medio de la incertidumbre de saber si el nuevo Gobierno municipal les permitirá mantener la línea de estos últimos años o no. La celebración se titulaba genéricamente Un año en un día y daba un repaso a todas las actividades desarrolladas en el lugar a lo largo de 2018. Aprovechamos la ocasión para reunirnos los del grupo de Madrid Escucha que habíamos trabajado en la creación de un prototipo de parking de residentes en altura, como se contó puntualmente en el blog. Para presentar el proyecto contábamos sólo con 5 minutos, dentro del acto global, que duraba mañana y tarde. Nos fuimos a las 14.00 para tomar algo juntos, en un bar cercano a donde yo les llevé, confiado en que les gustarían las empanadas artesanales de estilo argentino que despachan en el lugar. Aquí una foto del grupo, en donde pueden ver a mi amigo César Fernández, el de Arriba las Ramas. El resto son mujeres y guapas, para variar: las mujeres y los jóvenes dominan el mundo y yo estoy con ellos a muerte.


En fin, no les voy a cansar con el detalle de lo que he hecho en la última semana lectiva. Sólo les diré que en la oficina estamos tan eufóricos de que no nos hayan disuelto, como anunciaban los primeros rumores después del batacazo electoral, que, no contentos con organizar una cena de empresa, tuvimos además una copa de Navidad en el trabajo el miércoles a mediodía y un desayuno con roscón y chocolate el viernes a primera hora. Además de eso el lunes por la tarde tuve una call con Londres, en concreto con mi amiga Melina, del GRI Club, para empezar a definir mi participación en el congreso que el grupo hará en abril. Tras la call me fui de vinos con mi amigo suizo Werner, en una noche que empezamos en La Venencia y acabamos en un antro de gin-tonics de garrafón adonde me llevó mi colega, rememorando los tiempos heroicos. Y la tarde del martes y la mañana del miércoles las dedicamos enteras mi jefa, mi compañera M. y yo a otra interminable doble jornada de EUROPAN en la que se proclamaron los proyectos ganadores de todas las ciudades españolas, elegidos en Innsbruck, se lanzó el siguiente EUROPAN, que es bienal, y tuvimos una primera reunión con los ganadores de la parcela de Madrid, que son un equipo de Barcelona.

Como saben, toda esa actividad, no me ha impedido publicar dos posts sobre tema climático, el segundo de ellos escrito el viernes por la tarde, lo que aún me dejó tiempo de ver en la tele el partido Dépor-Tenerife, finalizado con la primera victoria de mi equipo desde el mes de agosto, récord negativo de todas las ligas europeas este año. Al mediodía de ese viernes me había despedido de los compañeros hasta mi vuelta el 8 de enero. Por la tarde llegó mi hijo Kike, en un vuelo desde Bucarest a donde lo había mandado su compañía parisina, y el sábado vino también mi otro hijo Lucas directamente desde Lille. En estos días de vacaciones que tengo, mi plan es descansar, disfrutar de mis hijos, procurar beber menos, entrenar un poco, cuidar el blog, terminar la lectura de Los Errantes, de Olga Tokarczuk, que me tiene fascinado, y pasar como pueda las celebraciones familiares ineludibles.

Les recuerdo que, como una pequeña llama de esperanza, los días han empezado a crecer ya desde este sábado. En realidad, las tardes empiezan a estirar desde el 13 de diciembre, Santa Lucía, pero ese aumento no compensa lo que se pierde por las mañanas, hasta que llega el día del solsticio, en el que la relación se invierte, como ya les he explicado otros años. Este desfase, debido a la inclinación del eje de la tierra sobre el plano de la eclíptica, tiene un reflejo antiguo en el refranero gallego: Santa Lucía, mengua a noite e crece o día. Estas cosas se entienden muy bien estudiando la astronomía clásica, anterior a Ptolomeo, que consideraba la Tierra como centro de un universo plano y pensaba que era el sol el que se movía alrededor. Yo tuve un profesor de Matemáticas (don Gumersindo) que me dio algunas clases al respecto (eran voluntarias, no formaban parte del programa lectivo) que me fueron muy útiles a la hora de estudiar la mejor orientación de los edificios para aprovechar la energía solar.

Hemos empezado este post con rock y vamos a terminarlo con otro tema navideño 40 años posterior. Mi adorada Sheryl Crow demuestra aquí su vena más soul, acompañada a la guitarra por su amigo el gran Eric Clapton. Ambos se han peinado, arreglado y vestido de gala para la ocasión, lo que, en el caso de Clapton, se traduce en lucir una corbata que parece fabricada con los restos de una de esas cortinas opacas que ponen en los hoteles por encima de los visillos para que la luz matinal no moleste a los durmientes rezagados. Teniendo en cuenta que Clapton nació en 1945, bien pudiera ser ese niño que le pidió a Santa Claus una guitarra eléctrica de rock and roll en el tema de Chuck Berry. Pocos contemporáneos suyos le habrán sacado tanto partido a su juguete como este hombre, de carrera eterna. La grabación es de las navidades de 1998. Con 21 años menos, Sheryl estaba tan guapa como mis compañeras de las fotos de arriba. La juventud es lo que tiene. Pongan la pantalla completa y disfruten de la música. Me uno a su mensaje: Merry Christmas, babies (and dear followers).


4 comentarios:

  1. Gracias por el par de villancicos que nos has puesto. Ha sido un placer escucharlos.
    Ves como no todo es un peñazo en Navidad.
    Un fuerte abrazo y muchas felicidades.

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    1. Un fuerte abrazo para ti también. La Navidad no me gusta especialmente, pero hago lo posible por disfrutarla lo mejor posible. Lo que menos me gusta es el aquelarre consumista a que se someten las familias, obligadas a tirar la casa por la ventana, para simular unos posibles por encima de los reales. Yo, por ekemplo, en el Black Friday me he gastado cero euros, lo mismo que en el Ciber Monday. Inventos del capitalismo sedicente que inunda nuestras vidas.
      Feliz Navidad, y hacemos por vernos pronto.

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  2. Querido amigo: Creo que debes ser cuidadoso cuando ponderes lo bien que os lleváis los componentes de vuestro equipo municipal. Te recuerdo que estás (estáis) en un sitio en el que la cohesión entre los componentes de un mismo equipo está mal vista, y no sólo por las envidias que despierta (que lñas hay), sino porque llevarse de maravilla y funcionar de forma coordinada escapa al control de jerifaltes cuyos intereses vuelan mor andurriales no siempre coincidentes con la optimación del trabajo, sino con la adecuada foto en la que desean salir, sea cual fuere el producto vendido.
    No te arriesgues a que cualquier día una mano negra (que las hay, y muy negras) os divida y envíe a cada cual a uno de los extremos de los tentáculos del pulpo.
    Sed felices, pero guardad la ropa.
    Un abrazo

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    1. Mi muy querido amigo: aunque te camufles tras un perfil de "Ateo piadoso" reconocería tu prosa entre cien. Agradezco tus advertencias, sabias como siempre y derivadas de tu conocimiento profundo de la administración y, hasta si me apuras, de la mente humana. Pero debo tranquilizarte: a mí lo que me motiva y me divierte es precisamente el trabajo en equipo, los lazos que se crean entre las personas que trabajan juntos y lo hacen a gusto. Si encima el mayor porcentaje de compañeros es femenino y joven, me siento doblemente reconfortado. Si un día la cosa se estropea, me fastidiará, pero tengo fácil una retirada a mis cuarteles, así que digamos que disfruto de mi éxtasis circense sobre una sólida red.
      Gracias de nuevo por tus consejos y feliz año nuevo.

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