Retomo el título de una serie que
terminé con la sexta entrega hace más de un año, a punto de salir de viaje para
Chicago para participar en el workshop presencial de 2018 de la red LUP (Land
Use Planning), una de las sub-redes de la organización C40, que dirige mi amigo
Flavio Coppola, a quien conocí en San Francisco, durante mi periplo más bloguero, y
volví a ver en ese viaje a Chicago que se anunciaba en el post citado. Quiero resumirles hoy lo que ha sido mi trayectoria laboral
desde entonces, cómo ha evolucionado el asunto Reinventing Cities y cómo todo
ello ha incidido en mi decisión de liarme la manta a la cabeza y seguir en el
trabajo hasta que se me permita, es decir, hasta febrero de 2021. El título
me viene muy bien, porque es una referencia camuflada a Reinventing, programa del
que acabamos de lanzar la segunda edición y al que no quiero citar en el título.
Si citas un tema en el título, inmediatamente aparece en los buscadores de
Google. Y ahora mismo no me interesa que los que buscan información técnica sobre Reinventing-2 entren en este foro, en donde yo cuento algunas cosas que quizá
no debería contar, pero ya saben que tengo un punto de imprudencia, al amparo del
escaso volumen de lectores que me siguen (según el contador, entre 30 y 40
fieles seguidores). Digamos que lo mío es una imprudencia prudente.
En Chicago me lo pasé muy bien,
aunque en el workshop del año anterior en Portland hice más amigos. En
Chicago renové mi amistad con Flavio y con Shannon Ryan, a los que ya conocía, confraternicé
bastante con Horacio-que-no-se-llama-Horacio, mi colega de Barcelona, y también
me resultaron atractivos Giselle, de Curitiba, Marcelo, de Sao Paulo y el
gran Eric, un negro gay gigantesco y expansivo, que venía en representación de Washington DC
y que nos atronaba con sus risotadas contagiosas. Por cierto que a Eric lo despidieron fulminantemente del Ayuntamiento a la vuelta
del workshop. Entonces decidió cogerse un tiempo sabático y se fue a la costa
brasileña, desde donde nos mandaba fotos en tumbonas de playa sujetando caipirinhas, ironizaba sobre su situación
de parado y se ofrecía como canguro eventual por un módico sueldo para cualquiera del grupo que lo
necesitara. Un crack, el gran Eric.
Casi sin tiempo de recuperarme,
viajé a Chile tres semanas con mi panda de Ciudad Real y afronté el último
tramo de 2018 en el que los finalistas de Reinventing-1 empezaban a desarrollar
los anteproyectos que debían presentar a la segunda fase del concurso. El plazo
que tenían terminaba el 15 de marzo, ya en este año. Antes de eso, fui a
París y Lille a ver a mis hijos y dar un par de charlas en dos de sus
universidades respectivas. En abril reunimos al jurado para elegir los ganadores
de cada una de las parcelas del concurso. Y, en la semana previa a las
elecciones locales, mi jefa, mi compañera M. y yo viajamos a Oslo para la
proclamación de los vencedores de todas las ciudades implicadas. Allí lo
pasamos también genial y descubrimos que solamente cinco ciudades habían
completado el proceso en plazo y Madrid era una de ellas.
A continuación vino la debacle
electoral de la señora Carmena, que me hizo dudar muy seriamente si era ya el
momento de marcharme a mi casa. Pero mi jefa me pidió seguir un poco,
después llegó el nuevo equipo con mi amigo Kordineitor
al frente del staff técnico y, entre todos me han convencido de seguir. Entre los factores clave que me han llevado a tal decisión, esta el hecho de que a mi jefa la han mantenido y potenciado, que los
trabajos que teníamos en marcha les han gustado a los nuevos, que mantenemos
hasta el nombre de la unidad (Planificación Estratégica) y que han apreciado especialmente Reinventing Cities. Respecto a los cuatro proyectos
que seleccionamos como ganadores, tengo que decir que estamos ahora en plena negociación
con los equipos, para ver cómo y en qué condiciones les cedemos las parcelas
correspondientes. Es un asunto difícil, del que todavía no tenemos unos
resultados de los que presumir mucho. Les iré contando lo que se pueda.
Pero la red C40 sigue su propio
devenir. Como les he explicado, esta red, que en estos momentos agrupa a 96 grandes ciudades de todo el mundo, cuenta con un órgano político constituido por la asamblea de
todos los alcaldes, que se reúne en un magno congreso que se celebra cada tres
años y en el que se elige al presidente para el período siguiente, a la manera de las comunidades de propietarios. En el verano de 2016 se celebró ese congreso en
Ciudad de México y allí salió elegida la señora Anne Hidalgo, alcaldesa de
París. Como saben, ese es el origen de Reinventing Cities, un programa
propuesto por esta señora, a imagen y semejanza del Reinventer Paris que el Ayuntamiento de la capital gala había
organizado antes por su cuenta. En consecuencia,
este año tocaba nuevo congreso de C40, y ese congreso tuvo lugar en octubre,
en Copenhague.
Tengo que contar que, como es
natural, invitaron a ese sarao a los alcaldes de las 96 ciudades y que el de
Madrid declinó la invitación, imagino que por miedo a que le regañaran por sus
ataques a Madrid Central. Ahí estuvo al quite Begoña Villacís, a la que ya he
conocido personalmente y es una mujer muy guapa y de trato muy agradable.
Villacís fue a Copenhague al frente de la delegación de Madrid y firmó el
documento por el que las ciudades de C40 se comprometen a continuar la lucha
contra el cambio climático, con una batería de medidas y actuaciones concretas.
También estábamos invitados al sarao los tres mosqueteros de Reinventing Cities
(C40 está muy contenta con nosotros) lo que pasa es que al final sólo fueron
dos, porque el tercero estaba cazando lémures por Madagascar. Este era un viaje
que tenía yo organizado desde mucho antes, y por eso no fui a Copenhague.
Estaba yo en Antsirabé visitando
la estación de tren, esa de la que sale el único tren de la isla, que tarda
once horas en hacer 170 kilómetros, cuando me llegó un whatsapp desde
Copenhague. Mi jefa y mi compañera M. me mandaban unas fotos suyas y me decían
que me estaban echando mucho de menos. No me resisto a subir al blog una de
estas fotos. Si un día alguna de ellas entra en este foro, espero que no le moleste. Es una foto en la que están muy guapas y me hizo mucha ilusión recibirla en medio de mi aventura
africana.
En Copenhague, se procedió a
votar al nuevo presidente de C40 (no insistiré más en la opción que hubiera
tenido Carmena, porque ya saben que el hubiera
no existe) y resultó elegido el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti, es
decir, el jefe de mi amiga Shannon Ryan durante los últimos años. Cuando yo la
visité en Los Ángeles, estaba en la oficina del alcalde. En realidad, el presidente de C40 se elige por votación secreta antes del congreso y en Copenhague todo el mundo sabía ya a quién se iba a proclamar. A mí me lo contó mi amiga Julia López Ventura, así que llamé a Shannon por si iba a viajar con su jefe, para que saludara a
mis compañeras. Fue entonces cuando me contó que ya no estaba en la oficina del
alcalde, sino que había vuelto a su puesto anterior en el Departamento de
Planeamiento Urbano. Y que, por tanto, no iba a Copenhague.
Y el nuevo presidente de C40 ha
decidido mantener el concurso Reinventing Cities, del que Hélène Chartier ya
tenía todo preparado para lanzar una segunda edición. Igual que hace dos años,
hemos tenido hasta mediados de noviembre para presentar la carta de adhesión,
que esta vez ha firmado Villacís. Y, más o menos en ese momento, yo decidí seguir hasta
el final de 2020. A partir de estos dos hechos, hemos empezado ya la previsible
vorágine de trabajo. El pasado día 4 de diciembre hicimos el acto de
presentación a la ciudad de esta segunda edición. Vean primero la convocatoria que mandamos a todo el mundo. Puro rock'n roll.
Utilizamos el llamado International Lab, un edificio municipal de la calle Bailén. Presidió el Concejal y me tocó hacer de moderador, igual que hace dos años. Vino mucha gente (contamos 70 asistentes) y tuve ocasión de hacer una pequeña travesura. Durante todo el acto, estuvo en el centro del escenario un globo terráqueo, que la gente interpretó que formaba parte de la decoración, en alusión a la cumbre del clima y todo el tema medioambiental que promueve C40. Vean estas dos fotos que nos hicieron, en donde la Tierra aparece como protagonista destacada en el centro.
Utilizamos el llamado International Lab, un edificio municipal de la calle Bailén. Presidió el Concejal y me tocó hacer de moderador, igual que hace dos años. Vino mucha gente (contamos 70 asistentes) y tuve ocasión de hacer una pequeña travesura. Durante todo el acto, estuvo en el centro del escenario un globo terráqueo, que la gente interpretó que formaba parte de la decoración, en alusión a la cumbre del clima y todo el tema medioambiental que promueve C40. Vean estas dos fotos que nos hicieron, en donde la Tierra aparece como protagonista destacada en el centro.
En realidad, el globo era una
pelota de playa. La había comprado yo en una juguetería creativa de Malasaña la
tarde anterior y la había inflado por la noche. Como llegué el primero, para organizar
toda la logística del acto, la deposité en el centro del escenario (pueden
imaginar las miradas que suscité cuando caminé desde mi casa hasta Bailén, medio de
noche todavía, llevando ese balón de playa en la mano). Pero el objetivo de ese elemento
no era solamente decorativo. Terminadas las intervenciones principales, anuncié
que comenzábamos el turno de ruegos y preguntas y que iba a ser un turno innovador y colaborativo. Al
que levantara la mano para hacer una pregunta le lanzaríamos el globo. Aquí
tienen un vídeo que tomó mi compañera de la derecha en la mesa, de cómo se
inició esta gamberrada, que nadie en la mesa ni en la sala sabía que iba a perpetrar. Al final, la cosa gustó a
todo el mundo (aunque en el vídeo he descubierto a un matiti, a la izquierda en
primera fila, que está abstraído con su móvil y es el único que no se ríe).
Ayer por la mañana acompañé a mi
jefa y a Kordineitor a contar este proyecto (y otros) ante el Foro de Empresas por Madrid, un
grupo de empresas de las grandes, que ayudan al Ayuntamiento en determinados
proyectos, y ante el cual fuimos también en su día a publicitar el
Reinventing-1. Allí es donde vi por primera vez en directo a Begoña Villacís,
que es muy simpática y me saludó con un par de besos, como si me conociera de toda la vida. Les juro que me sentí como el sapo del cuento que se convierte en príncipe. Me
queda ahora una semana de trabajo, antes de irme de vacaciones navideñas. El
viernes día 20 será mi primer día de asueto. Para entonces tenemos que tener
acabadas un montón de cosas relacionadas con Reinventing. Y, por cierto, qué
delicia estas tres semanas de cuatro días lectivos con que estoy terminando mi penúltimo año laboral. Así deberían ser todas. Que pasen un buen finde.
Qué bueno, tío, Rock and roll para convocar a la peña, partida de voleibol con los promotores, que son los tíos más siesos del mundo. Y, la guinda: saludo afectuoso con Villacís que, sin ofender a sus numerosas seguidoras feministas, está como un queso fresco de Burgos.
ResponderEliminarMe cuentan que esta señora, en los últimos actos, gusta de aparecer con su hijo recién nacido y que le encasqueta la criatura al primero que pilla cerca, ¿sabe usted si eso es cierto?
Estoy de acuerdo al 100% en su primer párrafo. Respecto a la pregunta del segundo, la verdad es que yo también lo he escuchado, pero, por desgracia, cuando me encontré con ella no llevaba a la niña. Digo por desgracia, porque una de las cosas que más me gustan del mundo es un bebé. Le diré que tengo buena mano con ellos, que se tranquilizan visiblemente cuando los tomo en brazos y que consigo que se duerman con bastante facilidad, solamente bailándoles alguna canción de Sade, habilidad que desarrollé cuando mis hijos eran pequeños.
EliminarUn abrazo y feliz Navidad.
Por lo que cuenta, parece deducirse que usted ha montado un entramado de contactos y amistades, que es inmune a los cambios políticos. Aunque llegasen al poder los de Vox, le respetarían el tinglado.
ResponderEliminarSí, si lo quiere usted interpretar de esa manera. Lo cierto es que ese entramado, como usted lo llama, es exclusivamente técnico, aparte consideraciones de género. Somos un gran grupo transnacional, que compartimos una misma forma de entender la ciudad.
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