En estos días de ruido atronador,
previos a la cita electoral del domingo, me refugio en la música. El estruendo
se recrudeció al comienzo de la semana con el absurdo de los dos debates
consecutivos, una auténtica sobredosis de ruidos. Me protegí de ello decidiendo
no perder el tiempo en ver un solo segundo de ese circo. Ya tengo práctica con
el fútbol. Ahora mismo, con el Dépor penando en segunda división, lo único que
me resulta un poco estimulante de ese mundo es la posibilidad de que pierda el Barça, algo
que casi nunca sucede. Como placer sustitutorio, disfruté un montón hace unos
días con la derrota del Manchester City, que, como equipo entrenado por
Guardiola, concentra los odios sobrantes que me deja el Barça. En esa
situación, me siento incapaz de tragarme la retransmisión de un partido entero.
Prefiero enterarme luego de cómo ha quedado y, si acaso, ver uno de esos
resúmenes de tres minutos, con los goles y las dos o tres jugadas de interés. Pues
eso mismo me propuse con los debates: ver al otro día un resumen de los momentos más destacados, los principales insultos y, en suma, los goles de cada candidato.
Dediqué así la primera de las dos noches a terminar mi
traducción de la TED Talk ,
que les subí al blog en el último post, y la segunda a la lectura del libro que tengo a medias (Apegos
feroces, de Vivian Gornick), en ambos casos con el fondo sonoro de uno de mis
discos favoritos: las Variaciones Goldberg, de Bach, tal como las registró Glenn
Gould un día de junio de 1955, en un olvidado estudio musical de la Calle 30 de Nueva York (que
no tiene nada que ver con la
Calle 30 de Madrid). Mi
decisión de no escuchar los debates era firme, porque ya tengo decidido a quién
votar, no voy a cambiar esa decisión y no veía ninguna utilidad en tragarme semejante coñazo duplicado. Pero sucedió
que, en las dos mañanas siguientes, mis compañeros de curre se dedicaron a prolongar
la bronca, confrontando a gritos sus discrepancias delante de la puerta de mi despacho. Así que tuve
que proteger de nuevo mi integridad mental recurriendo otra vez a las Variaciones
Goldberg, con la ayuda de mis estupendos auriculares Sennheiser HD 4.40 BT, de profesional, que tengo en el armario en previsión de situaciones de estrés sonoro como esa. Aquí pueden verme en plena faena.
Como ahora todo está en la red,
les voy a poner un archivo de Youtube en el que se puede escuchar esa grabación
prodigiosa, para que se lo dejen de fondo mientras leen. Dura cerca de 40
minutos, así que les sobra para mi post, pero tal vez quieran dejarlo sonar
después; es un contrapunto perfecto para la jornada de reflexión de estas
elecciones decisivas convocadas para el día de San Pánfilo, que hasta han
obligado a adelantar el Maratón de Madrid al sábado, por primera vez en su
historia. Disfruten en cualquier caso de la música.
Esta semana ha sido de aúpa para
mí en el trabajo. Teníamos que completar las Fichas de Análisis de los nueve
proyectos finalistas de Reinventing Cities, antes del jueves a mediodía, en que
teníamos una call con Hélène
Chartier, desde Nueva York, para cerrarlas consensuadamente con C40. Llegamos a
tiempo con la lengua fuera, lo que nos ha permitido enviar esta mañana toda esta
documentación a los diferentes miembros del Jurado que el 6 y 8 de mayo elegirá
a los cuatro ganadores. Encima, por las tardes tenía unas sesiones de tres
horas en el Medialab, de una iniciativa colaborativa del Ayuntamiento,
denominada Madrid Escucha, consistentes en unas mesas de trabajo con
funcionarios y ciudadanos de a pie apuntados libremente, para reflexionar
conjuntamente sobre temas de movilidad y tratar de llegar a formalizar alguna
propuesta. Es algo a lo que me había apuntado porque el organizador es mi amigo
italiano Gianni Rondinella, que ya ha colaborado alguna vez en este blog
ayudándome a traducir algunas tarantelas italianas. Aquí pueden ver mi grupo de trabajo de estas últimas tardes.
Así que yo comía cualquier cosa
al salir del trabajo y me iba pitando al Medialab, de donde salía bastante
reventado a las siete y media. Para colmo, ayer, después de la presentación de
conclusiones de Madrid Escucha, me fui corriendo al Café Berlín, a escuchar el
concierto de presentación en Madrid del tercer disco de Checopolaco, la banda
granadina que encabeza uno de los hijos de un ilustre seguidor del blog, el ínclito
Coronel Groucho, que venía con ellos y a quien no veía desde hace bastantes años. Eso me llevó hasta las
doce de la noche, con ingesta correspondiente de cervezas Estrella Galicia y
una tortilla creativa riquísima, de aires betanceiros, con la que nos obsequiamos al
salir del concierto, en el bar La Alegría, al lado mismo del Café Berlín. Justo es
decir que el concierto me encantó, que estos chicos son de conservatorio y hacen una música muy
personal, que bebe de grupos como Wilco, Yo La Tengo, o Cigarettes After Sex,
de los que ya les he puesto en el blog algún que otro tema. Por lo demás, un
placer reencontrame con el padre de la criatura, a quien pueden ver conmigo en
la imagen.
Semana, pues, jubilosa y variada,
rematada hoy con una merecida siesta y subsiguiente escritura de post. Ya sé
que algunos de ustedes, queridos lectores, hubieran preferido que me tragara
los dos debates y escribiera luego mis conclusiones. Pero es que no los vi,
entre otros motivos por prescripción médica. Es que, cuando veo a Albert
Rivera, me salen unos sarpullidos de tipo alérgico bastante molestos. No
entiendo cómo se puede votar a ese señor. He de recordarles que su partido ha
estado hasta hace poco sosteniendo simultáneamente a Susana Díaz en Andalucía y
a Cifuentes en Madrid, por mucho que ahora diga que no va a pactar con el PSOE
ni bajo tortura. Esto es un simple postureo, un bandazo más que traduce el
oportunismo y la ambición de este señor, de quien les traigo una foto de hace unos años, que es
real, no es un montaje ni una noticia de El Mundo Today.
En cuanto a Pablo Casado, su
imagen no me produce sarpullidos, sino nauseas. Es un político decididamente
emético. He de decir que siento un cierto respeto por
el PP como institución. Yo he convivido con este partido 26 años en el
Ayuntamiento y no me ha ido tan mal. Tengo diferentes amigos que les votan y no
por ello dejan de serlo. Y creo, honestamente, que quizá se hayan equivocado
eligiendo a Casado, resultado de unas primarias que hicieron para parecer
modernos y diferenciarse del sistema de designación aznariano, basado en el
cuaderno azul. Entiendo que Casado es muy joven y tal vez los años le aporten
un poco más de poso y moderación. De momento lo que ha conseguido es que se
vayan a Vox un montón de cargos intermedios (varios históricos del Ayuntamiento
de Madrid), que se vayan también todos los moderados que arropaban a Rajoy y traer
a cambio a unos fichajes que solo puedo calificar de frikis y que, en cuanto
han abierto la boca, han demostrado la talla exacta que atesoran.
Hablo de Ruth Beitia (a las
mujeres maltratadas se las debe proteger, igual que a los animales
maltratados), Suarez Illana (existe el aborto después del nacimiento –sic–, que
consiste en cortarles el cuello a los recién nacidos, algo que practicaban los neandertales
y que ahora mismo está autorizado en Nueva York), el padre de Mari Luz, famoso
predicador gitano (Sánchez se sienta a la mesa con violadores y pederastas), la
candidata a la Comunidad de Madrid Díaz Ayuso (los atascos son una seña de
identidad de nuestra ciudad y, como siga Podemos en el Ayuntamiento, acabará
con ellos) y tantos otros. También ha fichado a un torero que, por fortuna, no
ha dicho todavía ninguna tontería. Y luego está Cayetana. He de confesarles que a mí,
Cayetana, me pone; qué quieren que les diga, uno tiene sus vicios y sus
desviaciones. Me alegra el espíritu ese rostro agrio y rencoroso, esa rabia que le hace achicar el ojo izquierdo cada
vez que lanza uno de sus dardos verbales. Sólo le falta teñirse el
pelo de rojo para ser la perfecta Cruella de Ville.
Por lo demás, me dicen que Pablo
Iglesias demostró en los debates que es el más educado. No lo dudo, pero a mí
me produce un cierto agobio su nueva imagen de cuarentón con el ceño
permanentemente fruncido y los hombros encogidos, sepultado bajo el peso de sus razonamientos. Como no le avise algún asesor
de imagen, se va a quedar sin cuello. Aplaudo desde luego su nuevo talante moderado, pero
sólo volveré a apreciar a este señor el día que dé un puñetazo encima de la mesa y
arengue a sus huestes a que voten a Carmena y Errejón, algo que dudo que suceda,
porque va contra su fascinación por Juego de Tronos. Ya desarrollaré esta línea
cuando inaugure la murga de las elecciones locales. Así que me queda sólo Sánchez. Ahora he de hacerles
una confesión más. Una razón adicional para no ver los debates fue mi miedo a
salir de ellos con la decisión de abstenerme, algo que creo que no es bueno en este momento.
Porque Sánchez tampoco me entusiasma. Tal vez sea el que menos afecciones
médicas me induce, pero no me gusta. Aun así, le pienso apoyar porque entiendo que
ese es ahora el voto útil.
Y porque, en cualquier caso, creo
que hay que hacer lo posible para frenar el gobierno a tres de los fachas. No
me preocupa Vox, entiendo que den miedo, pero para mí son simples activistas,
que han movilizado a una parte de la sociedad hasta ahora oculta y que posiblemente estén usando procedimientos como los denunciados por Carole Cadwalladr en la charla que les
traje al post anterior. A mí los que me preocupan son los otros dos. Entre otras cosas,
porque los veo incapaces de solucionar el problema de Cataluña. En el mundo
actual, las cosas no se arreglan por la fuerza. Lo que se arregla por la
fuerza, acaba por rebrotar. ¿ME LO VAN A DECIR A MÍ?
Jajajajajajaja. Que tengan un buen
finde, y que voten en conciencia. Yo les pediría que no se abstengan, aunque
entiendo perfectamente que lo hagan. Abrazos a porrillo.
Mi querido brother, he disfrutado de una más que agradable velada con usted el día 25 (San Marcos, obispo). Hacía mucho tiempo que no nos juntábamos para el placer de escuchar buena música y libar del néctar cervecero. En cuanto a la estampilla que ha publicado, y se lo agradezco, me recuerda a alguna escena de don Quijote y Sancho Panza. Con ella me siento como un héroe por aparecer en su tan leído blog.
ResponderEliminarRespecto a la jornada de reflexión (una estupidez como tantas otras) le comento que lo estoy haciendo escuchando a don Claudio Debussy, concretamente las sonatas para violín, cello y piano. Como ya le he comentado a usted en nuestro feliz encuentro, me hallo con serias dudas entre votar o no. Me chirrían todos y, como le dije, una mezcla de Vox y Podemos creo sería una opción válida para mí pero, claro, los programas no se sirven a la carta. Creo que la opción de quedarme el domingo (San Pánfilo) en el dulce hogar me está apeteciendo cada vez más. Como dice mi querida prima estaba deciso y ahora estoy indeciso.
Un abrazo amigo y disfrute escuchando a Bach y si tiene tiempo a Checopolaco.
aivai, aivai, meu hooooome!
EliminarSí señor, gran velada, querido Coronel. He de precisarle que, desde entonces llevo puesto en el coche el disco de Checopolaco, muy útil para afrontar los atascos de Madrid y soportar que los taxistas te cierren en diagonal sin mosquearte. En el coche suena como Dios.
EliminarAivai, Berto y un abrazo para ambos.