Con ese encabezamiento
me la envió (por Facebook) mi ex-profesor de inglés, el bueno de Ed. No sé si
es la mejor conferencia jamás vista, pero es extraordinaria y muy oportuna:
confirma lo que ya les vengo yo contando hace un tiempo: el escándalo de
Cambridge Analytica y cómo la votación sobre el Brexit y la elección de Trump
fueron adulteradas. Esta señora se llama Carole Cadwalladr y es la persona que
investigó el tema y lo sacó a la luz. Harta de que no pase nada con lo que ella
averiguó, ha saltado a los Estados Unidos y ha pronunciado esta conferencia en
el marco TED, que acaba de colgarse en la red (todavía no está entera en
Youtube, por lo que han de pinchar el link abajo). Miren ustedes en sus
conciencias, si no se han dejado influir por mensajes del lado oscuro,
recibidos por Facebook o Whatsapp. O por lo que vierte cada día El inMundo. Confiemos
en que en estas elecciones que vienen no se produzcan ese tipo de
interferencias. Yo no estaría muy seguro. AQUÍ
tienen el link. Está en inglés, pueden
ponerle subtítulos en inglés. Lo de abajo es la traducción que he hecho para
ustedes en exclusiva. No sé cómo pueden disfrutarla más cómodamente. Tal vez
con dos ordenadores, uno con la imagen y otro con el texto. Lo único que puedo
asegurarles es que merece la pena.
Bueno,
el día después de la votación del Brexit, en junio de 2016, cuando Gran Bretaña
se despertó con la sorpresa de descubrir que nos íbamos de la Unión Europea , mi
editor del "Observer", un periódico del Reino Unido, me pidió que
volviera a Gales del Sur, donde crecí,
para hacer un reportaje. Y así me fui a un pueblo llamado Ebbw Vale.
Aquí está. Está en los valles del sur de Gales, que es un lugar muy especial. Es
decir, que ha tenido este tipo de cultura muy acentuada de clase trabajadora, y
es famoso por sus coros masculinos galeses, el rugby y su carbón. Pero cuando
yo era una adolescente, las minas de carbón y las acerías se cerraron, y toda la
zona quedó devastada. Y fui allí porque esta zona había registrado uno de los
más altos votos a favor del Leave en todo
el país. El 62% de las personas votaron allí por abandonar la Unión Europea. Y yo
quería saber por qué. Cuando llegué, estaba un poco sorprendida, porque la
última vez que había estado en Ebbw Vale, se veía así. Y… ahora, se veía de
esta otra manera. Esta es la nueva Universidad de Enseñanza Superior, con un
coste de 33 millones de libras, financiada en su mayor parte por la Unión Europea. Y
este es el nuevo Centro Deportivo, parte de un proyecto de regeneración urbana
de 350 millones de libras, que está siendo financiado por la Unión Europea. Y
este es el nuevo Plan de Mejora de Carreteras, con 77 millones de libras de
presupuesto, y hay una nueva línea de tren y una nueva estación de ferrocarril,
y todo está siendo financiado por la Unión Europea. Y no es que todo esto sea un secreto,
porque hay grandes señales como esta por todas partes. (Risas; el cartel dice: Fondos Europeos, invirtiendo en Gales). Tuve
esa especie de extraña sensación de irrealidad, paseando por la ciudad.
Sensación que llegó a un punto crítico cuando me encontré a un joven delante
del Centro Deportivo, que me dijo que había votado por el Leave porque la Unión Europea no
había hecho nada por él. Estaba harto de eso. Y por toda la ciudad, la gente me
decía lo mismo. Me decían que querían recuperar el control, que había sido uno
de los slogans de la campaña. Y me dijeron que estaban aun más hartos de los
inmigrantes y de los refugiados. Ya habían tenido suficiente. ¿Qué era lo raro?
Porque paseando por allí no me encontré ningún inmigrante ni ningún refugiado.
Encontré a una mujer polaca, que me dijo que era prácticamente la única
extranjera de la ciudad. Y cuando comprobé las cifras, descubrí que Ebbw Vale
tiene realmente una de las tasas de inmigración más bajas del país. Así que
estaba un poco desconcertada, porque realmente no podía entender de dónde
estaba la gente sacando su información. Porque eran los periódicos
sensacionalistas de la derecha los que habían publicado todas esas historias
sobre la inmigración, aunque esta zona es un reducto del ala más izquierdista
del laborismo. Pero, cuando salió mi artículo, una mujer se puso en contacto
conmigo. Era una mujer de Ebbw Vale y me contó que todo este rollo lo había
visto en Facebook. Le pregunté: ¿qué rollo? Y ella me contestó que todas esas
cosas aterradoras sobre la inmigración, especialmente sobre los turcos. Así que
traté de encontrarlo. Pero allí no había nada. Porque no quedan archivos de los
mensajes que la gente había visto, o de lo que había sido colgado en sus
páginas de noticias. No hay rastro de nada, todo ha sido borrado. Y este fue el
gran referéndum, que tendrá este profundo efecto para siempre en Gran Bretaña
–ya está teniendo un profundo efecto: los fabricantes japoneses de coches, que
venían a Gales y al noreste para sustituir los puestos de trabajo de la
minería, se están largando fuera por culpa del Brexit. Y todo este referéndum
se celebró en la oscuridad, porque tuvo lugar en Facebook. Y lo que sucede en
Facebook se queda en Facebook, porque en cuanto lees una nueva noticia, se
desvanece, así que es imposible investigar nada. Así que no tenemos ni idea de
quién vio qué cosas, o que impacto tuvieron, o qué datos se usaron para
orientar a esas personas. O incluso quiénes pusieron esos mensajes, o cuánto
dinero se gastaron, ni siquiera de qué nacionalidad era. Pero Facebook sí lo
sabe. Facebook tenía las respuestas a estas preguntas, pero se negó a
dárnoslas. Nuestro Parlamento ha pedido muchas veces a Mark Zuckerberg que
viniera a Gran Bretaña y nos diera esas respuestas. Y cada vez se negaba. Y ustedes
se preguntarán por qué. Porque lo que yo y otros periodistas hemos descubierto
es que se cometieron diversos delitos durante el referéndum. Y tuvieron lugar
en Facebook. Porque en Gran Bretaña hay un límite para el dinero que se puede
gastar en unas elecciones. Y esto es así porque en el Siglo XIX la gente andaba
por ahí con literalmente carretillas de dinero en efectivo y simplemente
compraba a los votantes por la calle. Así que aprobamos leyes estrictas para
que eso no sucediera. Pero esas leyes ya no funcionan. Este referéndum se llevó
a cabo casi enteramente on line. Y
usted puede gastarse cualquier cantidad de dinero en anuncios en Facebook, o en
Google o en Youtube, y nadie lo sabrá porque son compartimentos estancos. Y eso
es lo que sucedió. Realmente no tenemos ni idea de la amplitud de esto. Pero
sabemos que en los días anteriores a la votación del Brexit, la campaña oficial
por el Leave lavó casi tres cuartos de millón de libras a través de otra
entidad involucrada, que nuestra comisión electoral ha dictaminado que era
ilegal, lo que está denunciado a la policía. Y con este efectivo ilegal, la
campaña por el Leave esparció una ola de fuego de desinformación. Anuncios como
este. (76 millones de turcos se están
adhiriendo a la Unión
Europea ). Esto es una mentira, una completa mentira.
Turquía no se está adhiriendo a la Unión Europea. Ni siquiera está en discusión que
se una a la
Comunidad Europea. Y muchos de nosotros nunca vimos estos
mensajes, porque no éramos el objetivo de ellos. Vota Leave identificó un pequeño sector de gente a la caracterizó
como persuadible. Y ellos sí los vieron. Y la única razón por la que estamos
viendo esto ahora es porque el Parlamento obligó a Facebook a entregarlos. Y
quizá ustedes puedan pensar: –bueno, sí, fue un poco de gasto excesivo, unas
cuantas mentiras. Pero este ha sido el mayor fraude electoral en el Reino Unido
en 100 años. En una votación que se celebra una vez en cada generación, que se
jugaba sólo en un uno por ciento del electorado. Y este fue sólo uno de los
delitos que se cometieron durante el referéndum. Hubo otro grupo, que fue
perpetrado por este hombre, Nigel Farage, el que está a la derecha de Trump. Y
su grupo Leave-USA, también violó la
ley. Violó las leyes electorales británicas y las leyes de protección de datos
británicas, y esto también está denunciado a la policía. Y este otro señor,
Arron Banks financió esta campaña. Y, en otro caso separado completamente, está
siendo investigado por nuestra Agencia Nacional del Crimen, nuestro equivalente
del FBI, porque nuestra comisión electoral concluyó que no se sabía de dónde
venía ese dinero. Incluso si era o no dinero británico. Y ni siquiera voy a
entrar en las mentiras que Arron Banks ha dicho sobre su relación encubierta
con el gobierno ruso. O en el extraño momento en que Nigel Farage mantuvo
varias reuniones con Julian Assange, o con Roger Stone, el amigo de Trump ahora
imputado, inmediatamente antes de dos filtraciones masivas de Wikileaks, ambas
con datos que beneficiaron a Donald Trump. Pero les diré que el Brexit y Trump
estuvieron íntimamente relacionados. Este otro caballero que ven en la foto, me
dijo que el Brexit fue el tubo de ensayo para Trump. Y sabemos que son las
mismas personas, las mismas empresas, las mismas bases de datos, las mismas
técnicas, el mismo uso del odio y el miedo. Esto es lo que estaban publicando
en Facebook. Y ni siquiera quiero llamar a esto una mentira (inmigración sin asimilación igual a invasión),
porque yo la siento más como un delito de odio. No tengo que decirles que el
odio y el miedo están siendo sembrados on line por todo el mundo, no sólo en
Gran Bretaña o en USA, sino también en Francia y en Hungría y en Brasil y en
Myanmar y en Nueva Zelanda. Y sabemos que existe esa oscura corriente que nos
conecta a todos a nivel mundial. Y esto fluye a través de las plataformas
tecnológicas. Pero sólo vemos una pequeña parte de lo que está sucediendo en la
superficie. Y yo sólo me enteré de algo sobre este oscuro basurero, porque
empecé a investigar sobre la relación de Farage con Trump, en una empresa
llamada Cambridge Analytica. Y me pasé meses rastreando a un ex-empleado que se
llamaba Christopher Wiley. Y él me explicó cómo esa compañía, que trabajaba
tanto para Trump como para el Brexit, había elaborado perfiles políticos de la
gente, para entender sus miedos individuales, para orientarlos mejor, a través
de sus mensajes de Facebook. Y lo hicieron recopilando ilícitamente los
perfiles de 87 millones de personas de Facebook. ¡Les tomó un año entero de
trabajo para que Christopher los tuviera en su disco! Y yo tuve que
transformarme de guionista de largometrajes en reportera de investigación para
averiguarlo. Y él fue extraordinariamente valiente, porque el propietario de la
compañía era Robert Mercer, el multimillonario que financió a Trump, quien
amenazó varias veces con demandarnos para parar la publicación. Pero finalmente
lo conseguimos y hasta adelantamos un día la publicación. Y tuvimos otra
amenaza legal. No de Cambridge Analytica esta vez, sino de Facebook. Nos
dijeron que, si publicábamos eso, nos demandarían. Pero lo hicimos de todas
formas (Aplausos). Señores de
Facebook, ustedes estaban en el lado equivocado en esta historia. Y estuvieron
también en el lado equivocado cuando se negaron a darnos las respuestas que les
demandábamos. Y es por esto que estoy aquí. Para dirigirme directamente a
ustedes, los dioses de Silicone Valley (Más
aplausos). Mark Zuckerberg y Sheryl Sandberg y Larry Page y Sergey Brin y
Jack Dorsey. Y a vuestros empleados y a vuestros inversores también. Porque
hace cien años, el mayor peligro en las minas de carbón de Gales del Sur era el
gas grisú. Silencioso, letal e invisible. Es por eso que ponían abajo canarios,
para comprobar el aire. Y en este masivo, global, experimento on line que todos estamos viviendo,
nosotros en Gran Bretaña hemos sido los canarios. Nosotros somos el test de lo
que les sucede a las democracias occidentales, cuando leyes electorales de cien
años son destrozadas por la tecnología. Nuestra democracia se ha roto, nuestras
leyes ya no funcionan, y no soy yo quien lo dice, es nuestro Parlamento, que
publicó un informe diciendo esto. Estas herramientas tecnológicas que ustedes han inventado, han sido maravillosas. Pero ahora son la escena de un crimen. Y
ustedes tienen la evidencia. Y no basta con decir que lo harán mejor en el
futuro. Porque para que tengamos alguna esperanza de evitar que esto suceda
otra vez, tenemos que saber la verdad. Y quizá ustedes piensen: –Vaya, esto
fueron sólo unos cuantos mensajes, y la gente es más lista que eso ¿no es
cierto? A lo que yo diría: –Buena suerte con eso. Porque lo que la votación del
Brexit demuestra es que la democracia liberal está rota. Ustedes la han roto.
Esto no es una democracia, sembrando mentiras en la sombra, pagando eso con
dinero ilegal, Dios sabe de dónde. Eso es subversión. Y ustedes son el
complemento necesarios de eso (aplauso
largo). Nuestro Parlamento ha sido el primero en el mundo en pedirles
cuentas, y ha fallado. Ustedes están literalmente fuera del alcance de la ley
británica –y no sólo de las leyes británicas; hay nueve parlamentos, nueve
países representados en esta mesa, a la que Mark Zuckerberg se negó a ir y dar
explicaciones. Y lo que ustedes no parecen entender es que esto es más grande que
ustedes. Es más grande que cualquiera de nosotros. Y esto no va de derechas o
izquierdas, de Leave o Remain, de Trump o no Trump. Esto va de
si va a ser realmente posible o no tener unas elecciones libres y justas algún
día. Porque, tal como está, no creo que sea posible. Así que mi pregunta para
ustedes es: ¿esto es lo que quieren? ¿Es así como quieren que la historia les
recuerde? ¿Cómo los mamporreros del autoritarismo que está surgiendo por todo
el mundo? Porque ustedes querían conectar a la gente. Y ahora se niegan a reconocer
que esa misma tecnología nos está separando. Y mi pregunta para todos los demás
es: ¿Es eso lo que queremos? ¿Para que se salgan con la suya? ¿Y seguir
sentados jugando con nuestros móviles mientras cae esta oscuridad? La historia
de los valles del sur de Gales es la de una lucha por nuestros derechos. Y esto
no es sólo un simulacro, es un punto de inflexión. La democracia no está garantizada
y esto no es algo inevitable. Tenemos que luchar y tenemos que ganar esta lucha
y no podemos dejar que las compañías tecnológicas tengan un cheque en blanco de
poder, es algo que nos concierne, a ustedes, a mí, a todos nosotros. Nosotros
somos los únicos que tenemos que recuperar el control (aplausos finales).
Tema muy interesante, formato un poco disuasorio. El texto es una transcripción traducida, sin puntos y aparte. Esto lo hace bastante arduo de leer. Imagino que gustará a los que estén aprendiendo inglés, para verlo, como usted dice, con dos pantallas. No es mi caso. No se me ocurre cómo se podría hacer más asequible.
ResponderEliminarBueno, yo creo que se puede disfrutar aunque no se esté aprendiendo inglés. Además, con los subtítulos y mi traducción, el inglés se va aprendiendo solo. Por eso me he tomado el trabajo. Si conociera una forma mejor de presentar este tema, la hubiera hecho.
EliminarPor cierto, la página te permite hacer unos subtítulos y subirlos. Después de una somera revisión, los cargan. El problema es que ahora mismo yo no tengo tiempo de hacer eso.
Le agradezco sus críticas constructivas.
Impresionante y aterrador el discurso de Carol Caldwalladr.
ResponderEliminarSí, es tremendo, pero esto ya lo sabíamos y yo lo conté en algún post no hace mucho. Lo impresionante es la fuerza y la convicción con que esta señora lo plantea y cómo anima a luchar contra una guerra que no considera perdida.
EliminarAunque se había contado por algunos medios está muy bien que esta periodista nos recuerde a todos que nuestra democracia está en peligro y que son los legisladores los que tienen que poner su esfuerzo para sacar adelante leyes para que se persigan estos delitos tecnológicos. Y a los legisladores les elegimos los ciudadanos.
ResponderEliminarHola Ana, no sé si nos conocemos. En cualquier caso, este es tu primer comentario en el blog con tu nick, así que me corresponde darte la bienvenida y animarte a seguir comentando lo que te plazca, que siempre será bien valorado y agradecido.
EliminarEfectivamente, la conferenciante pone el acento preciso sobre un tema muy grave, que no debemos dejar de tener en cuenta, porque sin duda sigue sucediendo.
Saludos cordiales.