Bueno, pues aquí seguimos a
caballo de la realidad líquida embravecida, como el mar coruñés en días de
tormenta. Para cabalgar la ola hacen falta dos cosas: piernas y cabeza. En este presente vertiginoso, la posibilidad de que sucedan milagros es
real y es algo que no debe causarnos sorpresa. Sin embargo hay temas a los que
no alcanza el poder de San Benitiño de Lérez y otros santos milagreiros. Por
ejemplo, que el Dépor se salvara del descenso era imposible y así lo entendí yo en
enero, después de viajar a La Coruña para verlos jugar en directo. Lo que vi
fue un grupo de jugadores abatidos, con plomo en las piernas, bajo el hechizo de un meigallo funesto. Era
imposible hacer nada con ellos. Y la debacle se ha consumado: el año que viene
jugaremos contra el Reus, el Alcorcón y el Nastic de Tarragona. En fin, yo seré
siempre del Dépor, pero ya les he anunciado que el año que viene hincharé (como dicen los argentinos)
para Rayo Vallecano, tíos, qué pasa, aquí el menda: bukanero de toda la vida.
Lo siento sobre todo por Clarence Seedorf, un buen tío, currante y mediático
como nadie, lo cual no quiere decir que sea buen entrenador. Sólo tienen que ver a
Guardiola, un tipo bastante detestable, pero un gran entrenador. En cambio el
señor Mourinho, que también es detestable, encima es malo de cojones
profesionalmente, al menos en mi opinión.
He dicho que Seedorf es un tipo
mediático. He aquí otra de las claves del mundo moderno. Hay tipos mediáticos y tipos que no lo son. Hay temas que venden y
temas que no. Y temas trascendentes que pasan desapercibidos, bajo la marea de
las noticias con más visibilidad. Por ejemplo, estos días nos han acosado por
todas partes dos temas: Cifuentes y La Manada. No voy a decir mucho de ambos,
hay que esperar a que baje el nivel de ruido. Cifuentes es una persona que
padece una enfermedad (en la medida en que la ludopatía y otras adicciones lo
son). Pero lo tremendo es que haya unos habitantes de las cloacas que se dedican a almacener imágenes y vídeos de nuestras miserias, para sacarlos en el momento oportuno. El
caso del vídeo del mangue de cremas anti-aging, revela dos cosas que apenas se
han comentado. UNO, que lo del Máster era sólo una primera escaramuza: alguien
dio la orden de fuera con esta señora, por
alguna razón que no conocemos, y empezaron con el fuego de infantería, antes de
usar la artillería pesada.
DOS, que ese vídeo revela una
premeditación por parte del que lo obtuvo. Que esta señora no ha robado una vez
sola, que seguramente lo suyo era compulsivo y andaban detrás de pillarla. Porque
la casualidad no existe, queridos seguidores del blog. Aquí hay un tipo que
opera de productor de la cinta, que está al loro, que aparece en el momento
justo para ofrecer una compensación suficiente al vigilante que custodiaba las
grabaciones antes de que se destruyeran. Que todo eso requiere un plan, un
presupuesto, una logística y unas necesidades de montaje y post-producción. Las
razones de por qué se han cargado a esta señora no las sabemos y puede que no
las sepamos nunca. En cualquier caso, hay algo claro: que Cifuentes no era uno de los
suyos. Que se trata de una trepa, que se declara agnóstica y proabortista, que
lleva un tatuaje étnico encima del culo, que es motera y se pega unas chufas
monumentales con la moto y que probablemente le gusta el rock duro. Un personaje muy alejado del
estereotipo de señora del OPUS que ve con naturalidad cómo le crecen los Jaguar
en el garaje.
De La Manada, poco hay que decir.
Yo, si fuera el juez, les habría recetado la prisión permanente renovable y comprendo la
indignación callejera. Pero la partida judicial no se ha terminado. Veremos qué
sucede con los recursos. A la calle hay que tenerla en paz que, si no, es un
factor que puede adquirir mucho peso. Los pensionistas se movilizaron a tiempo
y ya conocen el resultado. Ahora todo son concesiones, lo cual me parece muy
bien, por la cuenta que me trae. Pero de esto es de lo que yo quería hablarles:
atronados por el ruido de Cifuentes y La Manada, a muchos de ustedes seguro que
se les ha pasado un tema bastante trascendental. Hablo del acuerdo Gobierno-PNV
que ha permitido desbloquear la tramitación de los Presupuestos del Estado
2018. Merece la pena leerse los detalles de ese acuerdo, que incluye nada menos
que el aplazamiento de la aplicación del factor de sostenibilidad a las
pensiones, previsto en la Ley de diciembre de 2013 para que entrara en vigor el
próximo 1 de enero y que, en virtud de ese nuevo acuerdo, retrasa su aplicación hasta el comienzo de 2023.
Sobre ese presunto cambio inminente del régimen de
actualización anual de las pensiones había yo edificado mi plan de jubilación,
aunque ya estaba empezando a flaquear en mis convicciones, como se evidenció en
el Post #722 Proyectos de futuro. Les
diré que, a lo largo de las caminatas de mi excursión senderista de este fin de
semana, tuve ocasión de comentar mis dudas con sucesivos colegas, la mayor parte
jubilados, y escuchar sus sabios consejos. Y llegué a una conclusión. A la hora
de decidir la fecha de jubilación (pudiendo elegir, como es mi caso) lo más
importante no es el tema económico, sino tus propias sensaciones. Los que así
me hicieron pensar me decían que los recortes no serían en ningún caso muy
drásticos; que, en caso de que lo fueran, afectarían por igual a todos, sin
importar que se hubieran jubilado antes o después del 1 de enero de 2019. Y una
razón más: Rajoy es tan vago que hasta es posible que no haga el Reglamento que
tiene que hacer por pura desidia, con lo cual, la Ley podría no llegar a aplicarse por falta de Reglamento.
Eso es lo que me traje yo en la
cabeza de Priego (Cuenca), después de poner a prueba mis piernas con unas rutas de 21 y 12 kms. respectivamente. Por cierto, dice Inmaculada que no he ponderado
suficientemente la calidad de los tomates de esa tierra: son ciertamente
extraordinarios, me traje un par de kilos que todavía me estoy comiendo. Pero
subsistía la espada de Damocles de la aplicación en enero del factor de
sostenibilidad. Y el lunes se anunció el acuerdo con el PNV. Así que, en este
mundo en permanente transformación, mis coordenadas han dado un vuelco
espectacular: hace un año estaba aburrido y me amenazaban con bajarme la pensión si insistía en quedarme. Ahora me lo estoy pasando bien en el trabajo con el tema Reinventing
Cities y ya no voy a perder pensión si me quedo después del 1 de enero. Esa es
la nueva ecuación. Hasta finales de septiembre tengo tiempo de pensármelo. En
este ínterin pueden suceder muchas cosas y puede que vuelva a cambiar de opinión. Creo que es este un tema del que ya
no voy a hablar mucho más en el blog pero, en las condiciones actuales, como
suele decirse: blanco y en botella.
Otro tema es que, independientemente de que este acuerdo con el PNV me beneficie a mí a título personal, mi opinión
sobre el mismo no es muy positiva. Creo que, en términos futbolísticos esto no
es más que echar el balón para adelante y esperar a ver qué pasa. El sistema de
pensiones ha de ser revisado, porque es insostenible, como les demostré en el Post #714 Las pensiones. Todo esto no es más que una estrategia de Rajoy para seguir en el puesto hasta las elecciones,
lo cual me parece muy bien, dada la talla política de las alternativas que
tenemos. Pero, antes mejor que después, habrá que afrontar esa reforma. El lado
positivo es que se demuestra que la situación económica no es tan desesperada como
lo era a comienzos de esta década. Que hay dinero para soportar el gasto que
supone la mejora de las pensiones. Que la mejora de nuestro país en las
calificaciones de las agencias de rating (a pesar de que mantienen a Cataluña a
la altura de Zimbabwe), nos permite tener la prima de riesgo por debajo de
70, lo cual es cojonudo, lo miren como lo miren.
Todos estos movimientos son
preparatorios de las elecciones locales y autonómicas de 2019 y, sobre todo, de
las generales de 2020. El PP, dentro de su desmoronamiento por el tema de la
corrupción, se defiende como gato panza arriba del avance de Ciudadanos, la
cuña de la misma madera y el enemigo real, dada la inconsistencia de las
propuestas del PSOE y Podemos. Asistiremos a este interesante duelo desde la
barrera, que es desde donde mejor se ven los toros. Pero este blog es un foro ligero,
casi siempre humorístico. Y resulta que hay otro asunto que también,
seguramente, se les ha pasado por alto, entre el fragor de las batallas de los trending topics Cifuentes y La Manada. Hace unos días, el presidente Macron visitó a Trump en
Washington. Los dos presidentes, con sus señoras, asistieron en los jardines de la Casa Blanca a la interpretación de los himnos nacionales. Ambas primeras damas dieron en
venir vestidas del mismo color blanco inmaculado y fueron objeto de los flashes
de los fotógrafos. Empecemos por ver una foto de las piernas de ambas señoras.
Según la Wikipedia, Brigitte
Macrón tiene 65 años recién cumplidos. En cambio, Melania Trump tiene 48, también
recién cumplidos. A la vista de las piernas que les muestro, les hago una
pregunta: ¿a quién pertenecen esas maravillosas parejas de extremidades que
vemos en la imagen? La respuesta parece clara: las que vemos a la derecha
son unas piernas más baqueteadas, parecen sugerir una trayectoria más veterana,
una sucesión de trabajos, carreras y episodios más longeva. Los pies están mucho más hinchados y llenos de venas que sobresalen; parecen sin duda los pies de una persona
mayor. No se olviden que los pies, piernas y manos son las partes más
reveladoras de la edad de una persona, que la cirugía estética no ha encontrado
soluciones para la mejora de la apariencia de estas partes del cuerpo. Las piernas
que vemos a la izquierda son en cambio estilizadas, torneadas, de piel tersa y tobillo fino. Así que
supongo que coinciden con mis apreciaciones: las piernas de la derecha son las
de la sexagenaria Brigitte y las de la izquierda las de la cuarentona Melania.
Ahora vean la imagen completa.
Las apariencias engañan, queridos
amigos. Parece que la señora Macron cuida más sus piernas que la señora Trump,
a pesar de que la segunda se ajusta más a los cánones que parece admirar el
señor Trump, a quien todo el rato se le relaciona con actrices del porno, con
tetas de plástico y enormes tacones. En realidad, está claro que Trump se fija
más en otras partes de la anatomía femenina. La solución a este acertijo está en la foto de
estas dos señoras en contraplano, desde la propia fachada de la Casa Blanca. Aquí se ven muy claramente
cuáles son las preferencias del estrambótico presidente del pelo zanahoria.
Lo dejaremos por hoy. Disfruten
del fin de semana. Y recuerden: no se fíen de las apariencias. Lo que hoy es
negro, mañana puede ser blanco. Excepto la invariante del Dépor, que se va a Segunda, todo fluye, nada permanece. Ya lo dijo
Heráclito de Éfeso, un precursor de las teorías de la realidad líquida.