Un
asunto de hace unos días, sobre el que quería hacerles algún comentario. El día
siguiente a las Elecciones Generales, todos los periódicos destacaban un
titular: normalidad absoluta en la jornada de votación, ni un solo incidente,
etc. Era el mensaje que había que dar. Allá por las últimas páginas se daba
cuenta en pequeñito de otra noticia aparentemente insignificante: incendios
generalizados habían brotado en los bosques de Galicia, Asturias, Cantabria,
País Vasco y Navarra. Todos provocados. Ustedes me dirán. ¿Se podía presumir de
normalidad en estas condiciones? Supongo que sí. Pero ya saben que yo soy
desconfiado y no creo mucho en las casualidades. No puede ser casualidad que de
pronto echen a arder los montes de manera simultánea en todo el norte, en pleno
mes de diciembre, a pesar de las altas temperaturas inusuales. No me
malinterpreten. No estoy sugiriendo que los incendios tuvieran por finalidad
desestabilizar la jornada electoral. Pero no creo que la fecha fuera casual.
Sobre
el tema del cambio climático, poco hay que añadir. A día 8 de enero, seguimos
en pleno otoño, climatológicamente hablando, con lluvias, viento y tiempo
desapacible, pero con temperaturas de 15 grados. A pesar del acuerdo alcanzado
en la cumbre de París, el mundo desarrollado continuará aún muchos años dependiendo
de las llamadas energías fósiles, es decir, estropeando el medio ambiente y
generando una boina planetaria bajo la que nos vamos a cocer a fuego lento. Los
casquetes polares se deshacen, Groenlandia muy pronto volverá a hacer honor al
nombre con que la bautizaron los vikingos (Tierra Verde), el nivel del mar sube
de forma inexorable y, si no han visitado Venecia, les recomiendo que lo hagan
pronto, cuando todavía se pueda. El gobierno de Maldivas hace años que está
construyendo una nueva capital administrativa, en un lugar mucho más elevado
que la actual, Male.
Aun
con este tiempo, sin mucho frío y con un sequía prolongada, es raro que se produzcan incendios espontáneos con máximas de
12 o 14 grados. Enseguida se pensó que eran provocados. Pasado el tiempo y
extinguido el fuego, todo el mundo da por hecho que, tras esta ola de incendios,
estaban los ganaderos y pastores, algo que suelen hacer de vez en cuando, aunque
en otras fechas. Es una rutina incorporada a la cultura rural de estas zonas de
bosque desde tiempos inmemoriales. El fuego se usa para sanear terrenos,
eliminar rastrojos y zarzales, preparar barbechos. En Galicia, los pueblos tenían
una tradición ancestral: los pastos de propiedad comunal que cuidaban y usaban en
buena armonía entre todos los vecinos. En tiempos de Franco, ese sistema se
consideró ilegal, por pensar que era una cierta forma de comunismo, e incluso
se colonizaron pastos con pinos y
eucaliptos a través de programas de repoblación forestal. ¿Qué podía hacer el pailán
para defenderse de esto? Poca cosa. Sólo tirar de chisqueiro, como llaman allí a los mecheros. Ahora se ha hablado también de la nueva Ley de
Montes del PP, pero no creo que los incendios tengan relación con
ella.
La
simultaneidad sugiere además una coordinación y una decisión colegiada previa.
¿Por qué precisamente en ese día? Pues yo lo tengo claro: para que el asunto no
fuera titular de portada. Para que pasara camuflado en una jornada en que la
noticia principal iba a ser otra. ¿Y no les parece raro que ningún periodista
cayera en la tentación de relacionar ambas noticias? Hubiera sido muy fácil.
Hubiera bastado algún sutil mensaje subliminal en un simple titular: Ola de incendios en la jornada electoral,
por ejemplo. ¿Cómo es que no hubo una sola opinión sugiriendo la
relación entre una noticia y otra? Pues, porque hubo una directriz de las
alturas en tal sentido. No tengo ninguna duda al respecto. Así que ésta es mi
doble interpretación: los incendios se provocaron en un día elegido con esmero y desde arriba se dieron instrucciones de que nadie los relacionara con
las elecciones.
No
soy un tipo especialmente paranoico, de esos que ven órdenes de arriba detrás
de todo lo que sucede. Pero sí creo que existen a veces campañas orquestadas
con mucho cuidado. Ahora, por ejemplo, se están dando instrucciones de que todo el mundo informe que el Real Mandril va a arrasar en los próximos partidos, con el
cambio de entrenador. El primero, el de mañana, contra mi Dépor. Con esa
campaña ya han logrado un primer objetivo: que se vendan todas las entradas,
algo que sólo ha sucedido este año contra el Barça. Esta vez yo no tengo
localidad y creo que lo tendré que ver por la tele. La Federación de Peñas las
ha vendido todas en La
Coruña. No sé si encontraré alguna de última hora, pero es
que tampoco tengo mayor interés, porque me temo una encerrona importante. Los
últimos partidos del Mandril en casa se han saldado con unas cuantas
expulsiones de contrarios y la señalización de uno o dos penaldos. Eso es lo que nos espera. Once enemigos de blanco y uno de
negro.
Los
árbitros se estaban esforzando por que el Mandril no se quedara descolgado,
algo que no conviene al negocio del fútbol. Pero el tito Floren ha comprendido
que el problema de su equipo era otro. El problema era que los jugadores le
estaban haciendo la cama a Benítez, un señor gordo y antipático que les quería
hacer trabajar y les resultaba muy aburrido. Esto es algo tan frecuente en el
fútbol como los incendios en los montes. Y de características similares. Quiero
decir que, todos los jugadores niegan su implicación en el asunto, por lo menos con tanto énfasis como los ganaderos. Un caso reciente es el vivido por el Chelsea. El año pasado
ganó la Premier League
de manera incontestable. Este año, con los mismos jugadores, perdía más
partidos de los que ganaba. Hasta que su propio tito Floren particular se dio cuenta
de cuál era el problema (en este caso, que los jugadores no soportaban ya al insufrible
Mourinho). Mano de santo: fue echar a Mourinho y empezar a ganar partidos (0-3,
el último domingo).
O
sea, que mañana nos arrasan, una vez que se han quitado al entrenador al que no
querían. Y, por si la cosa falla o el Dépor sale respondón, no se preocupen:
allí estará el de negro, listo para cargarse el partido con alguna expulsión o
algún penaldo. ¡Ah! ¿Qué no saben lo
que es un penaldo? Lo explica muy
bien AQUÍ
el periodista de El País Manuel Jabois. Léanlo, es de las cosas más graciosas
que he encontrado en la prensa en los últimos tiempos. Por lo demás, el Dépor
saldrá a dar la cara, como en todos los partidos este año. Lo normal es que se
la partan, pero nunca se sabe. A lo mejor rememoramos el Centenariazo y
provocamos un incendio de consecuencias planetarias. Que pasen ustedes un buen
finde.
Usted es sabio. La gente se cree que el fin último de los incendios es urbanizar. No saben que existen planes generales ni nada por el estilo, pero...vayamos a lo importante: El real Mierdil ganará por lo civil o por lo penal(do). El señor del cabezazo tiene que ganar su primer partido porque si no...tiemble usted tito Floren...
ResponderEliminarAbrazo amigo.
Bueno, amigo, ya sabemos lo que pasó y no hay vuelta de hoja. Tuvieron sus ayuditas, pero en todo caso nos arrasaron porque salimos un poco blandos. A ver si esta noche damos cuenta del Mirandés.
EliminarA toro pasado. Que rapidez en encauzarle el partido al Mandril con un gol con tres jugadores en fuera de juego...Lo demás...pura anécdota.
ResponderEliminarEn la tele, de primeras, me pareció claro que había tres blancos en fuera de juego. Luego, te lo repiten veinte veces a cámara lenta y todo el mundo da por hecho que el que disparó estaba en línea. Son difíciles de ver estas cosas desde la posición de los árbitros. Pero lo cierto es que en caso de duda, todos pitan por la más tetuda.
EliminarLo mismo con las dos manos de jugadores del Mandril dentro del área (estas casi no las repitieron). Si llega a ser en la contraria, hay penaldos seguros. Como el marcador se puso enseguida muy claro, pudieron haber pitado alguna de los dos, para disimular, pero ni eso. En fin. A seguir con lo nuestro, que esta temporada ya casi seguro que nos quedamos en primera y p'al año vamos a tener más dinero y sin tener que descontar el que se gastó Lendoiro por anticipado, como en este año.
Un abrazo.