Bueno, mis disculpas; a más de uno de ustedes, queridos seguidores, les dio un vuelco el corazón cuando leyeron el título de mi post anterior, hasta que entraron a leerlo y se dieron cuenta de lo que yo quería decir. Estarán conmigo en que este blog necesitaba un pequeño revolcón, porque nos estábamos adocenando y cayendo en el aburrimiento, como les sucede a menudo a las parejas. Yo no podía seguir indefinidamente contando que me fui al yoga y me tomé unos judiones en el Ricla al salir. Cierto que, de vez en cuando, sucedían cosas curiosas, como que me fuera a Jaén a encontrarme con unos coreanos, o que me viera envuelto en una manifestación en Londres sosteniendo una pancarta de protesta. Pero las cuestiones generales que yo les quería contar y que me servían para rellenar esos vacíos, ya más o menos las he contado todas. Así que les reitero mis disculpas.
Se creían ustedes que ya se iban a librar de mí y de mis fantaseos, pero no va a ser así. Todavía me queda cuerda. Tampoco se van a librar de Samantha Fish, que tendrá un papel estelar en mi nuevo blog, igual que el bueno de Tarick Marcelino Martínez. Respecto a Samantha, quiero anunciarles algo. El próximo 25 de abril empieza en Nueva Orleans el Festival de Jazz que organiza la New Orleans Jazz and Heritage Foundation y que contará con conciertos nocturnos cada día, además de algunos en sesión vermú, más la presencia continua de músicos callejeros a todas horas como cada año. Atención al cartel del jueves 2 de mayo. A las doce de la noche, abrirá el evento Samantha Fish. A continuación, actuará el prestigioso grupo local Dumpstafunk. Y cerrará la noche la actuación estelar de todo el festival: The Rolling Stones.
Los Stones ya fueron invitados hace un par de años, pero cancelaron por la pandemia. Este año han confirmado su participación. Y yo tengo un sueño. Un sueño que ya he previsualizado: que al final del concierto, los Stones hagan subir a Sam a tocar con ellos un par de temas. No sé si sucederá pero, como ese momento llegue, la carrera de Samantha habrá dado el paso definitivo el estrellato. Veremos qué pasa. Si el viejo Keith no ha perdido facultades seguro que la invita. Por ejemplo, el que ha perdido muchas facultades es Eric Clapton, que en el último Crossroadas de LA, la invitó a participar, pero la relegó al escenario secundario al aire libre. Aunque ande por ahí de viaje, estaré atento a este evento, lo mismo que estaré atento a la deriva del Deportivo de la Coruña: el masculino tiene bastante cerca subir a Segunda, y el femenino volver a Primera. De momento, vean el cartel del NO Jazz Fest.
El viaje que les he anunciado tiene tal cantidad de asuntos a los que he de atender, que apenas me queda tiempo para otras cosas. Por ejemplo, he tenido que comprar alguna ropa y zapatos de cara a tener un equipaje pequeño, como pretendo. Tengo que prepararme un botiquín en condiciones, incluyendo un antimosquitos potente, un antibiótico de amplio espectro, antihistamínico y una inyección de eparina para pinchármela en la tripa antes del vuelo más largo que voy a tener. También he de prevenir la diarrea del turista, para lo cual me llevaré Fortasek, que no te cura pero es como si te pusieran un tapón en el culo, más un soluble de probióticos para la adecuada regeneración posterior de la flora y fauna intestinal.
He de tener también algo para prevenir el jet lag. Que va a ser importante, puesto que voy a viajar todo el tiempo en el sentido contrario a la rotación de la Tierra. Mi experiencia me dice que, cuando he viajado a Sri Lanka, Myanmar o Japón, el jet lag lo sufría allí, al llegar. A la vuelta me adaptaba rápido. En cambio cuando he viajado a USA, México, Colombia o Chile, allí apenas tenía problemas, pero el jet lag de vuelta en Madrid me duraba varios días sin poder dormir adecuadamente. Para eso, me he provisto ya de un somnífero potente, que me ayude a coordinar los horarios. En estos últimos tiempos estaba usando melatonina, acompañada de cuatro gotas de CBD, el extracto de cannabis que se vende por aquí legalmente. Pero entrar en lugares como Malasia o Tailandia con un par de frascos de CBD es una imprudencia: lo más normal es que te metan al trullo a compartir celda con descuartizadores y similares.
He de sacar también visados para varios países (ya se han dado cuenta de que no quiero revelarles mi ruta, que se irá desvelando a toro pasado en el nuevo blog). Y debo dejar hecha la declaración de Hacienda, que es otro coñazo. Teniendo en cuenta que me voy el día 14 y que hasta este próximo día 3 no van a estar a disposición de los contribuyentes los correspondientes borradores, pues tengo el tiempo bastante tasado y justo en la semana previa al viaje, en la que voy a estar más histérico. He de hacerme un seguro de viaje amplio, para lo que todavía tengo dudas entre un par de propuestas.
En cualquier caso, esta tarde ha llegado de París mi amigo Alain Sinou y ya se acabó la tranquilidad para mí. Nuestro programa es el siguiente. Esta noche, aprovechando que la lluvia se ha detenido, hemos quedado en la Plaza de Santa Ana para tomar unas cervezas con algo de picar. Mañana lunes le invitaré a comer en el Ricla, donde tenemos mesa reservada. Por la tarde vienen sus alumnos, que creo que son 18 y que dedicarán el tiempo a tomar posesión de su habitación en el albergue que tienen reservado y tal vez darse una vuelta por el centro. El martes quedaremos en Príncipe Pío para que yo les guíe en una visita de cuatro horas al Madrid Río, que finalizaremos en una comida en el bar del Matadero.
El miércoles, hemos quedado temprano a la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, para que un par de colegas míos de dicha área les cuenten los proyectos que están haciendo o que ya están acabados, rematada por un paseo por determinadas zonas, como las Salesas y la plaza de Olavide, en donde la obra se está acabando estos días. El jueves estaremos temprano en la Plaza de España para que el arquitecto autor del proyecto, Fernando Porras, les explique los detalles de la obra ejecutada en ese lugar. Tanto en la tarde del miércoles como en la del jueves, Alain les ha programado una serie de actividades en las que yo no pinto mucho, dedicando un día a ver el Museo Reina Sofía y el otro a estudiar una plaza concreta para proponer soluciones sobre ella.
Por último, el viernes por la mañana, habrá una reunión final para poner negro sobre blanco las conclusiones de este viaje de estudios. Supongo que me tocará comer con ellos una vez más. Luego, se van todos en el avión por la tarde. Y yo tengo entradas de teatro a las siete para ver la obra de Juan Mayorga La Colección, con José Sacristán, una actividad muy apetecible. A partir del sábado, dispondré de ocho días completos para ocuparme de todos los flecos de mi nueva aventura, para la que partiré en un vuelo tempranero el domingo día 14, a un destino que no creo haberles revelado, dentro de las nuevas coordenadas de mi blog. Lo que sí les digo es que ya me he despedido de muchas de mis actividades regladas, para las que no voy a pagar el mes de abril.
Por ejemplo, el martes 18 de marzo me despedí de mi club de lectura Billar de Letras hasta el próximo mes de septiembre. Esta semana desde mi último post escrito el domingo 24 de marzo, ya he ido cerrando una serie de temas. El lunes no tuve yoga porque era luna nueva. El martes tuve mi penúltima clase de inglés on line y a mediodía quedé con un par de colegas arquitectos que también querían despedirse de mí. El miércoles subí a comer al Ricla, para atar los términos de mi comida allí mañana con Alain. Por la tarde ya no había clase de guitarra por la Semana Santa, me había despedido de mis colegas el miércoles anterior. El jueves tuve mi última clase de inglés en la que me despedí de Ed y los demás alumnos. Tampoco había yoga, esta vez por ser Jueves Santo.
El Viernes Santo estuve en casa. Qué mejor ocupación mientras afuera diluviaba y el klu-klux-klan paseaba arriba y abajo por nuestras ciudades, En realidad estuve cocinando un potaje para invitar al día siguiente a comer en mi casa a unos buenos amigos a los que hacía mucho que no veía. Ayer sábado, me levanté con tiempo para afeitarme, ducharme y caminar hasta la academia de yoga para mi última clase de la temporada, salvo que cambie de opinión. Luego me tomé la correspondiente torrija de desayuno en La Casa de la Torrijas y volví a casa a terminar de preparar la comida. Les he de confesar que antes pasé por unos chinos a comprar algunas copas de vino, porque no tenía bastantes para los seis que íbamos a ser a comer. Por lo demás, la comida fue un éxito, acabamos a las siete moderadamente borrachos y, cuando se fueron todos me conecté a seguir el partido del Dépor, que volvió a ganar.
Hoy he empezado a escribir este post por la mañana, pero lo he tenido que dejar, porque me han llamado mis amigos músicos de Palomeras, Henry Guitar y Críspulo, para tomar unas copas en el Bada Bing, ya cerca de la M-40. Estaba un poco descolocado con esto del cambio de horario, pero me he vestido, he bajado a coger el Metro y me he acercado hasta allí. Por la tarde, después de comerme el resto de potaje que me sobró de ayer y echarme una buena siesta, he seguido por la tele el partido del Dépor femenino, que no ha podido ganar. Una pena, porque ya se podía haber garantizado el ascenso a Primera. Pero aún tiene ventaja. Acabado el partido, he caminado hasta la plaza de Santa Ana, en donde había quedado con mi amigo Alain Sinou. Nos hemos tomado unas cuantas cervezas con las correspondientes raciones y luego lo he acompañado hasta la puerta de su hotel y he cogido el Metro para volver, porque hacía frío y yo quería venir a terminar el post que tenía pendiente desde la mañana. Continuará, sean buenos.
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