domingo, 24 de marzo de 2024

1.275. Voy a cerrar el blog

¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga, del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo que no.

Este blog cumplió su cometido; durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.

Es lo mismo que ha pensado mi admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos, composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados. Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez. Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.

Durante su carrera, tocó una vez en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam, esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.

De este tiempo que ahora termina, se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para ustedes.


Presentando nuestros respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en solitario en abril. Saludos.

Muy emotivo, como ven. Esa emotividad se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al chico No apologies, es decir, nada de disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada, que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.

Menuda explosión de emociones. Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado. Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de suspenderlo.

Además, mi plan pasaba por visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017, camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.

Realmente, casi había descartado el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a poner excusas (o apologies). 1.- Es que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.- Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie. Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y qué quieres, ser el más rico del cementerio?

Como ven, no me quedaban muchas más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo salir de la situación en la que se ha metido.

Porque el primer plan era haber salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado, no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano, tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.

Ante una situación que se iba estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.

Pero este plan mío no es sólo un proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10, de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30 nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.

En estos casi doce años de blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto. Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo. Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada ciudad visitada, lo que es un reto para mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su tierra.



En la última, de izquierda a derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.

Por cierto, mi amigo Woo me envió estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.

Ese gesto que hacen las mujeres coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado. Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París. El resto, un plomo.

Lo que pasa es que la preparación del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender, además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de costumbre, sean buenos.

2 comentarios:

  1. ¡Hombre, querido brother, ahí le he pillado! ¿Por qué no se decide usted a comprarse un "600" y hacer esa gira mundial por carretera en homenaje a la del '74...?
    Espero nos tenga informados de sus aventuras.
    Un abrazo fuerte.
    ¡Ah! y no se olvide de llevar su guitarra...

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    1. Lo del 600 no sería mala idea. En cuanto a la guitarra, lo siento, pero no me la puedo llevar. Sí me llevo mis enseñanzas musicales de estos años y no descarto, si me prestan alguna, marcarme un blues de puta madre. Un fuerte abrazo.

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