Un día antes de que se cumplan seis semanas de mis intervenciones quirúrgicas a cargo de la Brigada Precrimen Dermatológica, sigo sin tener los resultados de los análisis de anatomía patológica de los laboratorios al servicio de dicha Unidad de Precrimen y, créanme, estoy hasta los huevos, porque esa indefinición me impide lanzarme a organizar mi plan fastuoso para los próximos meses, que tampoco quiero anunciar en el blog hasta que se pueda confirmar, que ya saben que trae mala suerte revelar los planes antes de que sean seguros. Pero las cosas son así, me dijeron que de cuatro a seis semanas y no puedo hacer otra cosa que esperar. Hasta que un día me llamen por teléfono para darme esos resultados, o mi amigo médico en activo, que puede entrar en mi historial médico (yo no puedo), me anuncie que ya los han colgado.
Esto es un ejercicio de paciencia y contención frente a la ansiedad proverbial que te producen estas cosas, y más con una obra empezada en el piso justo debajo del mío, en la que están picando minuciosamente techo, paredes y suelo, con el estruendo previsible. Para estos momentos ayuda mucho el yoga, y los amigos, siempre tranquilizadores, aunque yo creo que confunden sus buenos deseos con mis posibilidades estadísticas reales. Alguien me ha dicho: si tardan tanto, es porque no tienes nada grave; si fuera al contrario te habrían llamado ya. Le consulto esto a mi amigo médico y me dice que es una solemne memez, derivada de la ignorancia del personal. Peeeeero… Peeeeeero… Un rayito de buenos augurios: si tardan tanto es porque los de la Unidad de Precrimen lo han mandado por el procedimiento ordinario y no por el de urgencia, lo que, en sí mismo, es una buena señal.
Así que a esperar. Por cierto, mañana cogeré el coche a mediodía para bajar a Jaén, tomarme unas cañas con mi amigo Santi, dormir en el hotel Xauen y estar listos ambos el jueves para recibir a mi amigo coreano Woo Chung y sus colegas, acompañados por mi también amiga la traductora Mía Li, con quienes visitaremos las instalaciones del tranvía y nos reuniremos con el ex-alcalde que promovió el proyecto y supongo que parte de su equipo técnico de entonces. En estos días de tediosa espera he cumplido puntualmente con mis clases de inglés, guitarra y yoga y he tenido alguna actividad menos reglada, que les paso a contar. El viernes 8 por la tarde, tuve finalmente mi encuentro virtual en inglés con el estudiante de máster de París Will McCurdy, que resultó no ser escocés, sino norteamericano de San Diego. Teníamos previsto un encuentro de una hora, pero nos estiramos hasta tres horas y media.
Un inciso. Le pregunté quién le había dado mi contacto y me habló de un tal Antonio Ramos, o algo así, ni siquiera estoy seguro del nombre. Créanme de nuevo: no tengo ni puta idea de quién es este señor. Esto ya me ha pasado más veces, recuerden por ejemplo a Inés Ramirez, profesora de urbanismo en Le Havre, a quien le dio mi contacto otro profesor, en este caso de Grenoble, que me había escuchado en una de tantas visitas de extranjeros que he atendido a lo largo de mis años de funcionario en activo del Ayuntamiento de Madrid. Estas cosas me gustan mucho, porque me confirman que todo ese enorme esfuerzo ha producido sus frutos y me mantiene en contacto con una red internacional de personas que valoran mi forma de entender la planificación urbana. Y la vida, en general.
Por lo demás, el bueno de Will no sabía nada de urbanismo. Vamos, ni el ABC. Su ignorancia era tan llamativa, que le pregunté por su formación y me dijo que no era arquitecto ni nada por el estilo, sino licenciado en Historia Contemporánea, profesor de inglés a tiempo parcial y que se había apuntado al máster de Desarrollo Urbano de París porque le interesa mucho el tema. Me había llamado la atención que no hubiera oído hablar de las Súper Islas de Barcelona, o de conceptos como el urbanismo táctico. Siendo un tipo con un componente transversal y humanista como el mío y una curiosidad infinita, su entrevista conmigo fue para él un auténtico tesoro, tomaba notas continuamente y no quería terminar el encuentro nunca, tuve que ser yo el que le dijera que cortábamos porque ya estaba cansado. Y quedamos en que, una vez que digiriera toda la información que le había dado, tendríamos nuevos encuentros a su antojo; que me podía contactar de nuevo sin problemas.
Y el sábado, invité a comer en mi casa a Henry Guitar, Crispulo y dos señoras que se apuntaron. Les cociné un pollito con ras el hanut, que me salió muy rico, pero que tengo que perfeccionar. En realidad, en un momento de la elaboración, me pareció que estaba muy espeso, le añadí agua y la cagué, porque supongo que me pasé de agua. Salió un poco líquido, aunque riquísimo y, con el arroz basmati que les hice de acompañamiento, el exceso de líquido quedó equilibrado en los platos. La próxima vez que lo haga, le añadiré menos agua y tal vez no le venga mal una pastilla de Avecrem. Ellos aportaron el vino tinto (nos soplamos dos botellas, más los vermús y cervezas iniciales), el pan, los aperitivos y el postre. Y salimos de la mesa directos a las siestas por la casa, que le permitieron a Tarik Marcelino señalar al que le ofrecía un asiento más mullido, premio que recayó de nuevo en Henry, como pueden ver abajo.
Como ven, nada extraordinario. Y quizá sea este el momento de echar una mirada alrededor, como me vienen reclamando algunos de mis seguidores más fieles, que dicen que no hablo nada de Gaza y Ucrania y que por qué no me pronuncio. Tienen razón, lo que pasa es que el contexto general es tan deprimente que hablar de ello es radicalmente incompatible con el talante positivo del que yo siempre he querido dotar a este blog, que bastantes cosas tristes tienen ustedes que aguantar a su alrededor, queridos lectores, como para que encima les machaque yo aún más con mis reflexiones al respecto. Ese matiz me ha llevado a la táctica del avestruz: yo meto la cabeza debajo de la tierra, dedico mis posts a hablar de las peripecias minúsculas que me van sucediendo y allí me las den todas. Pero ya mis lectores me reclaman algo más y también me ha llegado a lo más hondo el discurso del otro día de mi admirada y querida Susan Sarandon, ante una manifestación a favor de Palestina, en Nueva York y bajo un persistente diluvio. Ha circulado mucho por los Whatsapps estos días, pero, por si no lo han visto, aquí lo tienen.
Impresionante. Tiene razón esta señora. No podemos ponernos de perfil. Así que, vayamos a ello. Les recuerdo que yo no soy un analista político, tarea para la que no estoy en absoluto cualificado y, por el contrario, este foro es un lugar donde se consignan sentimientos, los míos. Así que, si no están de acuerdo con algo de lo que yo diga, no se sulfuren ni me pongan comentarios chungos, por favor: yo no estoy en posesión de la verdad, sólo doy mis opiniones, ustedes pueden aportar las suyas, pero sin acritú. Tal vez deberíamos empezar por el panorama nacional. En primer lugar, toda esta mierda de las tramas corruptas que aprovecharon la pandemia para forrarse a dos manos comprando mascarillas medio rotas y cobrando comisiones de escándalo. Ya sean los diferentes allegados de Ayuso, los Medina y Luceño o el inefable Koldo y sus chanchullos con Ábalos y otros. Una vergüenza. Qué se puede esperar de un país como este. Por cierto, no sé cómo nadie se ha dado cuenta de una coincidencia de rostros muy llamativa. Vean primero a Koldo, en segundo término detrás de Ábalos.
Díganme. ¿No les recuerda a nadie ese siniestro caballero? A mí sí. Es clavadito al señor de abajo.
Sí señor, el ínclito señor Roldán. Como decimos en mi tierra, es que el Koldo es cuspidiño a Roldán, solamente que se recorta la barba según la moda actual y se ha puesto unas gafas para disimular. ¿Habrá una especie de fenotipo del mamporrero? ¿Es posible que nadie en el PSOE se hubiera dado cuenta de la calaña o catadura de este sujeto? Confiemos en que los tribunales den cuenta de él y de todos los demás implicados en la mandanga mascarillera. Este es un tema lamentable, pero, como dice Susan Sarandon, la Historia los pondrá en su sitio. Y la Historia ya va poniendo en su sitio al señor Aznar y su empeño en decir que lo del 11-M era obra de ETA. Este señor, está en camino de quedar para la Historia como un auténtico cazurro. Veinte años después de los atentados de Atocha, se han publicado algunos artículos que demuestran la falacia de este caballero que nos quiso hacer comulgar con una rueda de molino, por intereses puramente electorales y que nunca se ha disculpado por ello.
Tampoco se ha disculpado por vendernos el bulo de las armas de destrucción +IVA que sólo existían en la fantasía de algún analista yanqui equivocado o interesado en que se armara una guerra. Tanto Bush como Blair se han disculpado por esta metedura de pata descomunal, que ha dejado a Irak jodido de por vida; es Aznar el único que no se ha disculpado por ello, a pesar de que su papel en la foto de las Azores era el de simple palmero, puesto que nosotros no enviamos tropas de combate, sino hombres de apoyo en retaguardia y tareas humanitarias. Aznar tenía que salir en esa foto como fuera, igual que ponía las patas sobre el escritorio de Bush o montaba una boda para su hija en El Escorial, como si de una reina se tratara. Desde la izquierda se da por hecho que nos hicieron el atentado del 11-M en respuesta a la presencia de Aznar en esa foto. Sin embargo, yo no comparto esa teoría, lo siento. Ya lo dije en el blog.
Según lo que yo sé, el terrorismo ataca donde puede, de manera bastante indiscriminada. Y yo creo que atacaron en Madrid porque en ese momento era un flanco mal atendido, porque, mientras en toda Europa estaban en alerta, el gobierno de Aznar, en su soberbia y ensimismamiento, no tenía el territorio nacional bien protegido y no hizo caso de los avisos de la inteligencia y eso hizo que nos pillaran en bragas, como suele decirse. O sea, un caso similar al de Netanyahu, que ni se olió el ataque de Hamas que ha desencadenado el horror actual. Por supuesto, que cada uno piense lo que quiera. Lo que está demostrado es que Aznar hizo todo lo humano y lo divino para prolongar la duda de si había sido ETA, porque pensaban que eso les favorecería en las inminentes elecciones generales. Y que perdieron esas elecciones precisamente por la mala gestión de la información sobre el atentado. La gente no es tonta, se olió el gran engaño y castigaron electoralmente a un PP que era favorito para ganar.
Y aquí entra el mecanismo de intoxicación que pusieron en marcha Pedrojota y Losantos. Al respecto les recomiendo que lean un par de artículos de estos días que explican al detalle esa conspiración. El primero, de Jesús Ceberio, por entonces director de El País y ahora anciano de cerca de 80 años. Para leerlo han de pinchar AQUÍ. ¿Cómo dicen? ¿Que no lo pueden abrir por no ser suscriptores de El País? Ese no es mi problema, vayan a una hemeroteca, pídanselo a un amigo o, en último caso, mándenme un Whatsapp pidiendo que se lo imprima en un pdf y se lo envíe. Lo haré con mucho gusto. Otro artículo que es muy aclaratorio, lo encuentran pinchando AQUÍ.
De estos artículos se deduce que, durante años, los muñidores de esa teoría conspiranoica se dedicaron a insistir en que la autoría de los islamistas no estaba clara y que no se podía descartar que les hubiera ayudado ETA. Los medios de la derecha que no se sumaron a esta línea, como el ABC y la edición digital del Mundo, se vieron presionados hasta el extremo de que su directores fueron cesados. Ahora me explico yo algo que observé. Por entonces yo seguía las ediciones digitales de El País y El Mundo, por tener todas las opiniones, y me llamaba mucho la atención ver en los kioscos las portadas de la edición de papel de El Mundo con grandes titulares hablando de LA MOCHILA. Iba uno tan tranquilo por la calle y las letras gigantes de los titulares sobre LA MOCHILA te saltaban a los ojos, cuando en el digital apenas aparecía.
También se puede ver que esa historia inauguró una línea, en la que todavía estamos. La de que los gobiernos que no son de la derecha, son ilegítimos, aunque hayan surgido de unas elecciones o de una moción de censura. Da igual. Zapatero era tonto (sí que lo era en parte) y Sánchez tiene halitosis física, mental y política. Y uno bastante más tonto que Zapatero, el ínclito Albert Rivera, contribuyó al mayor hallazgo lingüístico de ese movimiento: el sanchismo. Ya hemos hablado de este tema en el blog, pero ahora quiero dar un paso más adelante. Porque esa insistencia en la descalificación del gobierno de la nación, está generando en muchos una reacción contraria. Yo no he votado nunca PSOE, pero cada vez me siento más sanchista. Estoy agradecidísimo a este señor, que está ayudando a que tengamos fuera del gobierno a Vox, igual que Macron en Francia con la señora Le Pene.
En cualquier caso, vergüenza eterna para Aznar, Pedrojota y Losantos. Harían bien en hacer alguna declaración de disculpa, pero no son capaces. Cierto que tampoco lo es Pablo Iglesias, responsable de haberse cargado Podemos y con él el espíritu del 15-M, además de haber impedido que ganara la señora Carmena en Madrid por segunda vez y a quien no se ha escuchado una sola frase de autocrítica. O Irene Montero, que con su ley de sólo sí es sí propició por torpe la salida de la cárcel de más de mil condenados por delitos sexuales y tampoco se le ha oído disculparse o desviarse de su posición ni un milímetro. Con cosas como estas, comprenderán que no quiera escribir de política en el blog. Me estoy alargando ya mucho y creo que dejaremos Ucrania y Gaza para otra entrada posterior.
Porque quiero cerrar con una idea más sobre lo expuesto más arriba. Seríamos muy simplistas si pensásemos que esos tres personajes siniestros, con el del bigote a la cabeza, fueron una especie de demonios que engañaron a medio país para llevarlos por donde ellos querían. Es lo mismo que si creemos que Hitler era un loco aislado que convenció a todos los alemanes de que se volvieran cómplices del horror absoluto. Y no fue así. En Alemania había antes de Hitler mucho antisemitismo y mucho clasismo y fascismo camuflado. Hitler se limitó a canalizar ese odio, esos enemigos de los que habla Susan Sarandon: el odio, el racismo, la codicia, etc. También en España había mucho fascista y mucho franquista antes de Aznar. Este señor lo que hizo fue encenderlos, activarlos y crisparlos. Y quiero recordarles una anécdota mía personal que ya he contado dos veces, pero que muestra esto que quiero decirles y viene como anillo al dedo a este momento de veinte aniversario del 11-M.
Día siguiente a la matanza. Manifestación de repulsa a la que me sumo. Mucha gente bajando por la calle Génova hacia Colón. A mi derecha caminan dos pijos de libro, con pantaloncitos de color claro, camisas bien planchadas y jersey sobre los hombros con un nudo en la pechera. Van hablando de sus cosas tranquilamente. En un momento dado, el más bajo, con cara de mamón (quiero decir, boca abierta, labio superior deformado hacía arriba desde pequeño), un tipo graciosillo, canchero, colega, se viene arriba, empieza dar palmadas e inicia un grito para ser coreado: VAJCOS SÍ, ETA NO. El más alto le frena: qué dices, si no ha sido ETA. El mamón se para, frunce el ceño y pregunta: ¿Quién lo ha dicho? Su compañero le responde: joder, lo están diciendo ya todos los medios. Entonces el mamón abre los brazos estupefacto y concluye: ¿Entonces qué cojones hacemos aquí tú y yo?, Vámonos a tomarnos unas birras.
Eso no me lo ha contado nadie, lo vi con mis propios ojos. Aquellos dos pájaros querían oír lo que Aznar y sus secuaces estaban diciendo y no otra cosa. No querían que la verdad les estropeara su historia. Seguro que se pasaron luego dos años muy interesados en el tema de LA MOCHILA. Y no me cabe duda de que ahora son padres de unos chavales de los que se dedicaron durante meses a ir a la sede de Ferraz a montar el pollo. Por cierto, otra cosa que les repito: el muñeco que apalearon entre rezo y rezo del rosario, diciendo que representaba a Sánchez, a mí se me parecía más a Feijoo, lo que son las cosas. Esta gente, herederos de franquistas que se enriquecieron durante los años de la dictadura por sistemas que ahora no quieren que se investiguen, seguirán dando la murga toda la legislatura. Pero Sánchez resistirá como el Dúo Dinámico. Y los catalinos le harán su juego de amagar con no apoyarle, para al final plegar velas. Por la cuenta que les trae. Lo dicho. Que sean buenos.
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