domingo, 31 de marzo de 2024

1.276. Menudo susto que les di

Bueno, mis disculpas; a más de uno de ustedes, queridos seguidores, les dio un vuelco el corazón cuando leyeron el título de mi post anterior, hasta que entraron a leerlo y se dieron cuenta de lo que yo quería decir. Estarán conmigo en que este blog necesitaba un pequeño revolcón, porque nos estábamos adocenando y cayendo en el aburrimiento, como les sucede a menudo a las parejas. Yo no podía seguir indefinidamente contando que me fui al yoga y me tomé unos judiones en el Ricla al salir. Cierto que, de vez en cuando, sucedían cosas curiosas, como que me fuera a Jaén a encontrarme con unos coreanos, o que me viera envuelto en una manifestación en Londres sosteniendo una pancarta de protesta. Pero las cuestiones generales que yo les quería contar y que me servían para rellenar esos vacíos, ya más o menos las he contado todas. Así que les reitero mis disculpas.

Se creían ustedes que ya se iban a librar de mí y de mis fantaseos, pero no va a ser así. Todavía me queda cuerda. Tampoco se van a librar de Samantha Fish, que tendrá un papel estelar en mi nuevo blog, igual que el bueno de Tarick Marcelino Martínez. Respecto a Samantha, quiero anunciarles algo. El próximo 25 de abril empieza en Nueva Orleans el Festival de Jazz que organiza la New Orleans Jazz and Heritage Foundation y que contará con conciertos nocturnos cada día, además de algunos en sesión vermú, más la presencia continua de músicos callejeros a todas horas como cada año. Atención al cartel del jueves 2 de mayo. A las doce de la noche, abrirá el evento Samantha Fish. A continuación, actuará el prestigioso grupo local Dumpstafunk. Y cerrará la noche la actuación estelar de todo el festival: The Rolling Stones.

Los Stones ya fueron invitados hace un par de años, pero cancelaron por la pandemia. Este año han confirmado su participación. Y yo tengo un sueño. Un sueño que ya he previsualizado: que al final del concierto, los Stones hagan subir a Sam a tocar con ellos un par de temas. No sé si sucederá pero, como ese momento llegue, la carrera de Samantha habrá dado el paso definitivo el estrellato. Veremos qué pasa. Si el viejo Keith no ha perdido facultades seguro que la invita. Por ejemplo, el que ha perdido muchas facultades es Eric Clapton, que en el último Crossroadas de LA, la invitó a participar, pero la relegó al escenario secundario al aire libre. Aunque ande por ahí de viaje, estaré atento a este evento, lo mismo que estaré atento a la deriva del Deportivo de la Coruña: el masculino tiene bastante cerca subir a Segunda, y el femenino volver a Primera. De momento, vean el cartel del NO Jazz Fest.

El viaje que les he anunciado tiene tal cantidad de asuntos a los que he de atender, que apenas me queda tiempo para otras cosas. Por ejemplo, he tenido que comprar alguna ropa y zapatos de cara a tener un equipaje pequeño, como pretendo. Tengo que prepararme un botiquín en condiciones, incluyendo un antimosquitos potente, un antibiótico de amplio espectro, antihistamínico y una inyección de eparina para pinchármela en la tripa antes del vuelo más largo que voy a tener. También he de prevenir la diarrea del turista, para lo cual me llevaré Fortasek, que no te cura pero es como si te pusieran un tapón en el culo, más un soluble de probióticos para la adecuada regeneración posterior de la flora y fauna intestinal.

He de tener también algo para prevenir el jet lag. Que va a ser importante, puesto que voy a viajar todo el tiempo en el sentido contrario a la rotación de la Tierra. Mi experiencia me dice que, cuando he viajado a Sri Lanka, Myanmar o Japón, el jet lag lo sufría allí, al llegar. A la vuelta me adaptaba rápido. En cambio cuando he viajado a USA, México, Colombia o Chile, allí apenas tenía problemas, pero el jet lag de vuelta en Madrid me duraba varios días sin poder dormir adecuadamente. Para eso, me he provisto ya de un somnífero potente, que me ayude a coordinar los horarios. En estos últimos tiempos estaba usando melatonina, acompañada de cuatro gotas de CBD, el extracto de cannabis que se vende por aquí legalmente. Pero entrar en lugares como Malasia o Tailandia con un par de frascos de CBD es una imprudencia: lo más normal es que te metan al trullo a compartir celda con descuartizadores y similares.

He de sacar también visados para varios países (ya  se han dado cuenta de que no quiero revelarles mi ruta, que se irá desvelando a toro pasado en el nuevo blog). Y debo dejar hecha la declaración de Hacienda, que es otro coñazo. Teniendo en cuenta que me voy el día 14 y que hasta este próximo día 3 no van a estar a disposición de los contribuyentes los correspondientes borradores, pues tengo el tiempo bastante tasado y justo en la semana previa al viaje, en la que voy a estar más histérico. He de hacerme un seguro de viaje amplio, para lo que todavía tengo dudas entre un par de propuestas.

En cualquier caso, esta tarde ha llegado de París mi amigo Alain Sinou y ya se acabó la tranquilidad para mí. Nuestro programa es el siguiente. Esta noche, aprovechando que la lluvia se ha detenido, hemos quedado en la Plaza de Santa Ana para tomar unas cervezas con algo de picar. Mañana lunes le invitaré a comer en el Ricla, donde tenemos mesa reservada. Por la tarde vienen sus alumnos, que creo que son 18 y que dedicarán el tiempo a tomar posesión de su habitación en el albergue que tienen reservado y tal vez darse una vuelta por el centro. El martes quedaremos en Príncipe Pío para que yo les guíe en una visita de cuatro horas al Madrid Río, que finalizaremos en una comida en el bar del Matadero.

El miércoles, hemos quedado temprano a la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, para que un par de colegas míos de dicha área les cuenten los proyectos que están haciendo o que ya están acabados, rematada por un paseo por determinadas zonas, como las Salesas y la plaza de Olavide, en donde la obra se está acabando estos días. El jueves estaremos temprano en la Plaza de España para que el arquitecto autor del proyecto, Fernando Porras, les explique los detalles de la obra ejecutada en ese lugar. Tanto en la tarde del miércoles como en la del jueves, Alain les ha programado una serie de actividades en las que yo no pinto mucho, dedicando un día a ver el Museo Reina Sofía y el otro a estudiar una plaza concreta para proponer soluciones sobre ella.

Por último, el viernes por la mañana, habrá una reunión final para poner negro sobre blanco las conclusiones de este viaje de estudios. Supongo que me tocará comer con ellos una vez más. Luego, se van todos en el avión por la tarde. Y yo tengo entradas de teatro a las siete para ver la obra de Juan Mayorga La Colección, con José Sacristán, una actividad muy apetecible. A partir del sábado, dispondré de ocho días completos para ocuparme de todos los flecos de mi nueva aventura, para la que partiré en un vuelo tempranero el domingo día 14, a un destino que no creo haberles revelado, dentro de las nuevas coordenadas de mi blog. Lo que sí les digo es que ya me he despedido de muchas de mis actividades regladas, para las que no voy a pagar el mes de abril.

Por ejemplo, el martes 18 de marzo me despedí de mi club de lectura Billar de Letras hasta el próximo mes de septiembre. Esta semana desde mi último post escrito el domingo 24 de marzo, ya he ido cerrando una serie de temas. El lunes no tuve yoga porque era luna nueva. El martes tuve mi penúltima clase de inglés on line y a mediodía quedé con un par de colegas arquitectos que también querían despedirse de mí. El miércoles subí a comer al Ricla, para atar los términos de mi comida allí mañana con Alain. Por la tarde ya no había clase de guitarra por la Semana Santa, me había despedido de mis colegas el miércoles anterior. El jueves tuve mi última clase de inglés en la que me despedí de Ed y los demás alumnos. Tampoco había yoga, esta vez por ser Jueves Santo.

El Viernes Santo estuve en casa. Qué mejor ocupación mientras afuera diluviaba y el klu-klux-klan paseaba arriba y abajo por nuestras ciudades, En realidad estuve cocinando un potaje para invitar al día siguiente a comer en mi casa a unos buenos amigos a los que hacía mucho que no veía. Ayer sábado, me levanté con tiempo para afeitarme, ducharme y caminar hasta la academia de yoga para mi última clase de la temporada, salvo que cambie de opinión. Luego me tomé la correspondiente torrija de desayuno en La Casa de la Torrijas y volví a casa a terminar de preparar la comida. Les he de confesar que antes pasé por unos chinos a comprar algunas copas de vino, porque no tenía bastantes para los seis que íbamos a ser a comer. Por lo demás, la comida fue un éxito, acabamos a las siete moderadamente borrachos y, cuando se fueron todos me conecté a seguir el partido del Dépor, que volvió a ganar.

Hoy he empezado a escribir este post por la mañana, pero lo he tenido que dejar, porque me han llamado mis amigos músicos de Palomeras, Henry Guitar y Críspulo, para tomar unas copas en el Bada Bing, ya cerca de la M-40. Estaba un poco descolocado con esto del cambio de horario, pero me he vestido, he bajado a coger el Metro y me he acercado hasta allí. Por la tarde, después de comerme el resto de potaje que me sobró de ayer y echarme una buena siesta, he seguido por la tele el partido del Dépor femenino, que no ha podido ganar. Una pena, porque ya se podía haber garantizado el ascenso a Primera. Pero aún tiene ventaja. Acabado el partido, he caminado hasta la plaza de Santa Ana, en donde había quedado con mi amigo Alain Sinou. Nos hemos tomado unas cuantas cervezas con las correspondientes raciones y luego lo he acompañado hasta la puerta de su hotel y he cogido el Metro para volver, porque hacía frío y yo quería venir a terminar el post que tenía pendiente desde la mañana. Continuará, sean buenos.

domingo, 24 de marzo de 2024

1.275. Voy a cerrar el blog

¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga, del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo que no.

Este blog cumplió su cometido; durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.

Es lo mismo que ha pensado mi admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos, composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados. Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez. Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.

Durante su carrera, tocó una vez en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam, esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.

De este tiempo que ahora termina, se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para ustedes.


Presentando nuestros respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en solitario en abril. Saludos.

Muy emotivo, como ven. Esa emotividad se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al chico No apologies, es decir, nada de disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada, que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.

Menuda explosión de emociones. Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado. Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de suspenderlo.

Además, mi plan pasaba por visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017, camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.

Realmente, casi había descartado el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a poner excusas (o apologies). 1.- Es que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.- Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie. Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y qué quieres, ser el más rico del cementerio?

Como ven, no me quedaban muchas más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo salir de la situación en la que se ha metido.

Porque el primer plan era haber salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado, no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano, tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.

Ante una situación que se iba estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.

Pero este plan mío no es sólo un proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10, de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30 nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.

En estos casi doce años de blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto. Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo. Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada ciudad visitada, lo que es un reto para mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su tierra.



En la última, de izquierda a derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.

Por cierto, mi amigo Woo me envió estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.

Ese gesto que hacen las mujeres coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado. Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París. El resto, un plomo.

Lo que pasa es que la preparación del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender, además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de costumbre, sean buenos.

domingo, 17 de marzo de 2024

1.274. E la nave va

Tal vez ustedes no la conozcan, pero así se llamaba una deliciosa película de Federico Fellini, de 1983, que trataba de un barco que zarpa de Italia en plena Gran Guerra, en el que viajan los amigos de una gran soprano recientemente fallecida, para cumplir su último deseo de que su cuerpo sea arrojado al Mar Egeo desde el muelle del pueblo donde nació y pasó su infancia. Son todos personajes estrambóticos, auténticos frikis de los que tanto gustaba el director, y el viaje se complica por los azares derivados de la situación de guerra mundial. Si la conocen, les voy a pedir que rememoren una de las escenas más inolvidables de la travesía, cuando los viajeros improvisan una verdadera orquesta de cristal, con la vajilla que tienen en la cocina. Véanla.

Fellini en estado puro. Igualmente mi nave sigue su singladura, no me dan los malditos resultados solicitados por la Brigada Precrimen Dermatológica y estoy a un tris de mandarles a la mierda y empezar con mi plan soñado para los próximos meses, que me están retrasando más de lo que yo esperaba. Mientras tanto, mi nave va y yo les sigo poniendo al día de mis andanzas en esta tribuna que los expertos en el tema han catalogado de blog zombie, a la vista de su escuálido seguimiento en comparación con la actividad de los llamados influencers, que tienen miles de seguidores. Ya saben que a mí eso me da bastante miedo y por eso nunca he querido asociar este blog con una cuenta de Twitter, y menos lo voy a hacer ahora que esa aplicación ha caído en manos del inicuo Elon Musk, a quien Dios o Alá confunda.

Seguiremos pues con el relato de mi día a día. El martes pasado acabé de escribir mi post ya muy tarde, cerca de las doce de la noche, como pudieron ver. El miércoles tuve diversas ocupaciones mañaneras, comí pronto, descansé y a continuación bajé a coger mi coche para hacer los 330 kms que me separaban del centro de Jaén. Llegué sin mayores contratiempos, conseguí encontrar el hotel Xauen, en pleno centro peatonal de la ciudad y, tras descargar, me fui a dejar el coche en alguna plaza de uno de los parkings públicos que rodean dicho centro peatonal. Tras colocar mis cosas en la habitación, llamé a mi amigo Santi D. que en quince minutos estaba a la puerta del hotel. Como me gusta hacer, le dije que me llevara él a donde quisiera, que yo adoro eso de llegar a un lugar y encontrarme a alguien que vive allí, para que me haga de anfitrión y cicerone.

Santi decidió que íbamos a dar una vuelta por el casco antiguo y echamos a caminar. Rodeamos la catedral, agregado de diferentes estilos (renacentista, barroco, neoclásico). Al parecer, la primera catedral se construyó sobre los restos de la anterior mezquita, como en todas las ciudades andaluzas. Seguimos por el callejero enrevesado, básicamente por calles que mantenían la cota, con cuestas abajo a la derecha y cuestas arriba a la izquierda, a cual más empinadas. En estas calles horizontales de trazado serpenteante vivía antiguamente la clase más acomodada, mientras en las cuestas vivían los pobres.

Vimos una serie de iglesias y palacios antiguos de granito y caliza, como el Palacio de Villardompardo, que actualmente alberga un centro cultural muy potente, bajo el cual hay unos baños árabes bastante interesantes. Santi me dijo que la visita era gratuita y muy recomendable para que la hiciera yo al día siguiente. En cambio, ver la catedral cuesta 8€, 7€ para los mayores, y a mí no me gusta que la iglesia cobre por este tipo de visitas. No obstante, Santi me dijo que la visita era interesante y que yo mismo. Dando la vuelta al palacio, encontramos la llamada Calle de la Cuna.

El nombre de esta calle se debe a que el palacio fue durante muchos años el hospicio público de Jaén y allí, en un lateral del edificio, había un ventanuco con torno en el que las recién paridas que no se sentían con ánimo de criar a sus hijos, o la situación económica se lo impedía, dejaban el cestito con el crío y avisaban dando unos toques en la madera. Parece que existen estadísticas que verifican que una gran mayoría de estos niños abandonados se morían por infecciones o enfermedades diversas. Cuando yo les cuento cosas como esta a mis hijos, les cuesta mucho imaginar ese mundo que tenemos ahí a unos pocos centenares de años. Los pocos niños que llegaban a mayores, eran bautizados y se les ponía el apellido de Expósito (algo que yo ya sabía) o también el de Tirado (esto sí que no lo sabía y me alucina). En Jaén son muy frecuentes los apellidos Expósito y Tirado.

No se acuesta uno sin saber una cosa nueva. También me enseñó Santi una capilla que está documentado que es el punto en el que se fundó la ciudad. Existía allí un manantial de agua de muy buena calidad y situado en posición alta a media ladera. Por eso se establecieron allí los árabes, igual que en Madrid, porque ya les he contado que los moros habían desarrollado un sistema de riego formado por los llamados viajes de agua, canalizaciones abiertas de barro sin cocer por las que circulaba el agua por la simple pendiente. El sistema incluía arquetas y codos, que podían derivar el flujo incluso a noventa grados, lo que permitía suministrar agua a los pequeños asentamientos que se iban edificando. El manantial de Jaén está ahora seco pero quedan restos de su antiguo esplendor.

Tras nuestro largo paseo por el centro, que por cierto está bastante deteriorado y lleno de inmigrantes, bajamos a la zona más elegante, como si dijéramos de ensanche, al pie de la montaña del casco antiguo. Allí, Santi me llevó a un bar con terraza, que se llama el Panaceite. Nos sentamos afuera, porque la temperatura era lo suficientemente suave. Y nos tomamos allí unas alcachofas y otras cosas de picar, seguidas de sendas raciones de carrillada, cocinada con una especie de ras el hanut, que estaba deliciosa. Cayeron también unas cuantas jarras de cerveza de presión, tras de lo cual, Santi me acompañó hasta el hotel y se fue a dormir. Durante la velada hablamos de lo divino y lo humano, se trata de un personaje muy interesante, culto, amable y buen conversador.

El jueves habíamos quedado a las doce menos cuarto delante del Ayuntamiento, a espaldas de la catedral, con mi amigo coreano Woo Chung, sus dos colegas del KDI y Mía Li, su traductora. Hace un par de posts les expliqué cómo es que vienen por aquí unos coreanos y mi papel de ponerles en contacto con los ex-alcaldes de Granada y Jaén. Los coreanos llevaban ya unos días en Granada y el jueves venían a Jaén en un coche alquilado, para nuestra cita en el Ayuntamiento, en donde nos esperaban a las doce. Así que por la mañana, me duché en el hotel, me vestí, recogí todas mis cosas para llevarlas al coche y pagué el hotel. Decidí volver al Panaceite, donde me había enterado de que también se desayuna bien, y me senté, esta vez dentro, para tomarme un café con leche y media tostada con aceite, tomate y jamón (ya saben que en esta región ha de pedirse media tostada, porque la entera es doble).

Eché a andar por el camino de la noche anterior, rodeé la catedral y me acerqué a ver el centro cultural del Palacio de Villardompardo y antiguo hospicio. Depende de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, es enorme y muy interesante. Además de los baños del sótano, que se extienden bajo la plaza a la que da el palacio, visité varias exposiciones, como una dedicada a Miguel Hernández muy interesante y otra de arte naif, que ocupaba varias salas. No es este un tipo de arte que me interese demasiado, pero la exposición era extensísima. Hice unas cuantas fotos de la catedral (en el centro cultural están prohibidas) y les muestro un par de ellas: la gran fachada barroca y la Capilla del Sagrario, reconstruida por Ventura Rodríguez, después de que la original se derrumbara parcialmente como resultado del terremoto de Lisboa, cuyos efectos llegaron hasta aquí. Por cierto, la catedral fue diseñada por Andrés de Vandelvira, el autor de los magníficos edificios de Úbeda y Baeza.

Me encontré con Santi a la puerta del Ayuntamiento y enseguida llegaron los coreanos. El abrazo que me di con Woo es de los que identifican a los amigos de verdad. Venía con dos ayudantes muy jóvenes, con aire de becarios, aunque luego me precisó que ambos tenían contratos fijos del KDI, uno llevaba cuatro años en la empresa y el otro dos. En cuanto a Mía, sigue tan cariñosa como siempre. Subimos al despacho que el Grupo Socialista tiene en el edificio y allí nos recibió el ex-alcalde y actual jefe de la oposición, que se llama Julio, con tres o cuatro de sus compañeros de grupo. Fueron muy amables; a pesar del horario apretado que suelen tener los políticos, nos dedicaron más de una hora.

Woo hizo muchas preguntas técnicas, sobre la financiación, la participación ciudadana, la gestión de las diferentes fases, la concertación entre administraciones. Mía es una traductora magnífica y permitía una conversación fluida. Los dos jóvenes no decían nada, pero tomaban notas como locos. Y hasta Santi y yo nos animamos a intervenir con acotaciones técnicas o históricas. Como saben, el PP paralizó la inauguración del tranvía de Jaén cuando ganó las elecciones locales de 2011, contienda en la que venció con un programa en el que prometió justo lo que hizo: no utilizar el tranvía.

Yo, por ejemplo, apostillé que la derecha es reacia en todo el mundo a cualquier medida que limite la libertad del automovilista, pero Santi dijo que la derecha en España es particularmente casposa y retrógrada en estas cuestiones que, en realidad, deberían estar fuera del debate político: nos estamos cargando el planeta y hay que hacer algo al respecto. Tal vez tenga razón, pero en París las medidas de la señora Hidalgo fueron recibidas por la derecha con anuncios del apocalipsis inmediato, lo que pasa es que allí fue reelegida, no como la señora Carmena o el alcalde de Jaén que promovió el tranvía. Y yo tengo claro que, cuando una de estas medidas se implanta y la gente ve que no pasa nada, luego ya no hay quien la revierta. Pasó lo mismo con la prohibición de fumar en los bares y locales.

Bien, nos despedimos de los políticos locales y caminamos hasta un restaurante que había reservado Santi y cuyo nombre no recuerdo. Fue una comida magnífica, que empezamos con unas coquinas fresquísimas y sin una sola arena. Continuamos con unas tostas alargadas con anguila ahumada, guacamole y carpaccio de presa. Después, alcachofas y daditos de merluza rebozados con ensalada de tomate. Los coreanos disfrutaron como auténticos enanos. Nos sacaron un aceite con el que nos echamos unos chorritos en el plato para mojar el pan mientras esperábamos la comida, que les pareció ya extraordinario; después se llevaron tres o cuatro botellas cada uno de las distintas marcas que tenían en la tienda.

Y estuvimos súper a gusto. Como ya les he dicho, los coreanos son tan educados y exquisitos como los japoneses, pero con un punto informal, gamberro, disfrutón. Pedimos una ronda de cervezas, en la que el más joven se excusó: era el chofer y habían acordado que no bebiera para llevarles de vuelta a Granada sin problemas. También era el encargado de las finanzas del grupo, que debía de guardar todos los tickets y pagar con la tarjeta de la empresa. Los coreanos son muy jerárquicos, si bien Woo trataba a sus dos colegas con mucho cariño y muchas risas. Santi le preguntó a Mía que cómo es que había acabado viviendo en España. Y ella nos contó su historia: había venido a hacer un equivalente al Erasmus a Salamanca, allí se había enamorado de un español y ahora era su esposa y madre de dos niños muy guapos con los que vive en Alicante. Yo hablé de muchas cosas con Woo, que es un gran tipo. Vean aquí alguno de los selfies que nos hicimos.



Woo me contó que tiene previsto hacer un próximo viaje a La Coruña, para estudiar el caso del tranvía y a Pontevedra para el modelo de peatonalización del centro, famoso en todo el mundo. Quedamos en que vendrá a Madrid y desde allí vamos en mi coche a ver ambas ciudades, además de Santiago de Compostela. Llegada la segunda ronda de copas de cerveza, yo me excusé, porque debía de conducir de vuelta a Madrid. Woo, Santi y el segundo coreano no perdonaron ronda. Mía bebía coca cola y el tercer coreano agua. Terminada la comida nos hicieron entrega de unas bolsas de regalo de la empresa con cajas de té de ginseng rojo coreano. A mí me tocaron dos, porque Woo me traía una como regalo personal suyo. Desde el restaurante caminamos hasta una parada de taxis, donde ellos tomaron uno que les llevara hasta su coche, en la otra punta de la ciudad. Santi y yo caminamos hasta el centro, donde tenía yo mi coche, y nos despedimos.

Llegué a Madrid sin incidencias reseñables, había anulado mi sesión de yoga, pero llegué a tiempo de subir al Ricla a comerme un pote asturiano de puta madre, con unas copitas de un Ribeiro muy bueno que tienen. El viernes estuve en casa tranquilito por la mañana con el gato y por la tarde acompañé a una amiga a una consulta en el Doce de Octubre y, al salir, nos tomamos unas cervezas con algo de picar en el Café del Gallo, un lugar con una amplia terraza enfrente del hospital, donde sirven unas cosas muy ricas. El sábado tuve sesión de yoga y, de vuelta, me pasé por el mercado a reponer existencias. Comí y me dispuse a ver el partido del Dépor, que ya ha cortado su racha de victorias por goleada: ahora empata, pero de momento sigue de líder. Nadie dijo que fuera fácil. Y hoy tampoco hay gran cosa que contar, salvo la propia escritura de este post a la que me he puesto por la tarde.

Pero me gustaría comentar más en profundidad un tema sobre el que hablé largamente con mi querido amigo Woo. ¿El tranvía de Jaén fracasó por una cabezonería del PP, que prometió revertir el proyecto estrella del PSOE? Bueno, en parte sí, pero es una interpretación un poco simplista. El tranvía ha fracasado también en La Coruña, en Vélez Málaga o en Parla. Sin embargo es un éxito en Granada o en Zaragoza. Este tipo de casos son los que les interesa comparar al equipo de ingenieros del KDI, que está preparando un informe muy elaborado, que le sirva a las ciudades coreanas para no meterse en proyectos fallidos y resolver correctamente el problema de la movilidad en sus ciudades. Qué se puede concluir al respecto.

En realidad, en los primeros años de este siglo, el tranvía fue patrocinado por los partidos más a la izquierda como un signo de modernidad, como algo que molaba mucho y era muy sostenible medioambientalmente. Por eso muchos ayuntamientos de izquierdas se lanzaron a promover tranvías sin un estudio de movilidad riguroso. Y esta infraestructura es bastante cara. El tranvía de Vélez Málaga costó 40 millones de euros. Y el de Jaén 120. El de Jaén se va a rehabilitar porque hay un consenso para ello, ya está construido y se ha conseguido para su puesta en marcha una ayuda europea de los fondos Next Generation. Pero no olvidemos que el PSOE perdió unas elecciones locales en Jaén, las de 2011, frente a un grupo que promovía la desaparición del tranvía. Es decir, que había una mayoría de la población que no lo quería. En La Coruña funcionó varios años y luego se cerró, porque nadie lo usaba, era deficitario.

En conclusión, para implantar un tranvía en una ciudad hacen falta varias cosas: voluntad y liderazgo político, un estudio de movilidad serio que determine si es viable como alternativa al automóvil, un enfoque participativo riguroso, para determinar si la gente lo quiere o no y un estudio financiero minucioso, para que no sea ruinoso o se le crucen corruptelas. ¿Hubo todo eso en Parla? Es obvio que no. Y, si las razones para implantar un tranvía son sólo de ecopostureo y hacerse los modernos, el fracaso está asegurado.

Y eso es independiente de izquierda o derecha: en la Comunidad de Madrid hay un Metro ligero que viene de Pozuelo-Majadahonda a Madrid y que nadie usa, porque te lleva a una estación de Metro al lado de la Casa de Campo con muy mala conectividad, cuando hay un magnífico sistema de autobuses que te llevan a Moncloa en menos tiempo. Ese fue un medio de transporte que implantó Esperanza Aguirre por ecopostureo y por emular a Gallardón, que era muy popular tras la construcción del Metrosur. Y ahora es una especie de tren de juguete que casi no tiene uso y es un fiasco. La compañía de Metro es consciente de que es ruinoso, pero no se atreven a cortarlo, porque es una obra promovida por los suyos. Si fuera de una administración PSOE dirían que es comunista y lo cerrarían ipso facto. Vale, lo de siempre, que sean felices.

martes, 12 de marzo de 2024

1.273. Una mirada alrededor

Un día antes de que se cumplan seis semanas de mis intervenciones quirúrgicas a cargo de la Brigada Precrimen Dermatológica, sigo sin tener los resultados de los análisis de anatomía patológica de los laboratorios al servicio de dicha Unidad de Precrimen y, créanme, estoy hasta los huevos, porque esa indefinición me impide lanzarme a organizar mi plan fastuoso para los próximos meses, que tampoco quiero anunciar en el blog hasta que se pueda confirmar, que ya saben que trae mala suerte revelar los planes antes de que sean seguros. Pero las cosas son así, me dijeron que de cuatro a seis semanas y no puedo hacer otra cosa que esperar. Hasta que un día me llamen por teléfono para darme esos resultados, o mi amigo médico en activo, que puede entrar en mi historial médico (yo no puedo), me anuncie que ya los han colgado.

Esto es un ejercicio de paciencia y contención frente a la ansiedad proverbial que te producen estas cosas, y más con una obra empezada en el piso justo debajo del mío, en la que están picando minuciosamente techo, paredes y suelo, con el estruendo previsible. Para estos momentos ayuda mucho el yoga, y los amigos, siempre tranquilizadores, aunque yo creo que confunden sus buenos deseos con mis posibilidades estadísticas reales. Alguien me ha dicho: si tardan tanto, es porque no tienes nada grave; si fuera al contrario te habrían llamado ya. Le consulto esto a mi amigo médico y me dice que es una solemne memez, derivada de la ignorancia del personal. Peeeeero… Peeeeeero… Un rayito de buenos augurios: si tardan tanto es porque los de la Unidad de Precrimen lo han mandado por el procedimiento ordinario y no por el de urgencia, lo que, en sí mismo, es una buena señal.

Así que a esperar. Por cierto, mañana cogeré el coche a mediodía para bajar a Jaén, tomarme unas cañas con mi amigo Santi, dormir en el hotel Xauen y estar listos ambos el jueves para recibir a mi amigo coreano Woo Chung y sus colegas, acompañados por mi también amiga la traductora Mía Li, con quienes visitaremos las instalaciones del tranvía y nos reuniremos con el ex-alcalde que promovió el proyecto y supongo que parte de su equipo técnico de entonces. En estos días de tediosa espera he cumplido puntualmente con mis clases de inglés, guitarra y yoga y he tenido alguna actividad menos reglada, que les paso a contar. El viernes 8 por la tarde, tuve finalmente mi encuentro virtual en inglés con el estudiante de máster de París Will McCurdy, que resultó no ser escocés, sino norteamericano de San Diego. Teníamos previsto un encuentro de una hora, pero nos estiramos hasta tres horas y media.

Un inciso. Le pregunté quién le había dado mi contacto y me habló de un tal Antonio Ramos, o algo así, ni siquiera estoy seguro del nombre. Créanme de nuevo: no tengo ni puta idea de quién es este señor. Esto ya me ha pasado más veces, recuerden por ejemplo a Inés Ramirez, profesora de urbanismo en Le Havre, a quien le dio mi contacto otro profesor, en este caso de Grenoble, que me había escuchado en una de tantas visitas de extranjeros que he atendido a lo largo de mis años de funcionario en activo del Ayuntamiento de Madrid. Estas cosas me gustan mucho, porque me confirman que todo ese enorme esfuerzo ha producido sus frutos y me mantiene en contacto con una red internacional de personas que valoran mi forma de entender la planificación urbana. Y la vida, en general.

Por lo demás, el bueno de Will no sabía nada de urbanismo. Vamos, ni el ABC. Su ignorancia era tan llamativa, que le pregunté por su formación y me dijo que no era arquitecto ni nada por el estilo, sino licenciado en Historia Contemporánea, profesor de inglés a tiempo parcial y que se había apuntado al máster de Desarrollo Urbano de París porque le interesa mucho el tema. Me había llamado la atención que no hubiera oído hablar de las Súper Islas de Barcelona, o de conceptos como el urbanismo táctico. Siendo un tipo con un componente transversal y humanista como el mío y una curiosidad infinita, su entrevista conmigo fue para él un auténtico tesoro, tomaba notas continuamente y no quería terminar el encuentro nunca, tuve que ser yo el que le dijera que cortábamos porque ya estaba cansado. Y quedamos en que, una vez que digiriera toda la información que le había dado, tendríamos nuevos encuentros a su antojo; que me podía contactar de nuevo sin problemas.

Y el sábado, invité a comer en mi casa a Henry Guitar, Crispulo y dos señoras que se apuntaron. Les cociné un pollito con ras el hanut, que me salió muy rico, pero que tengo que perfeccionar. En realidad, en un momento de la elaboración, me pareció que estaba muy espeso, le añadí agua y la cagué, porque supongo que me pasé de agua. Salió un poco líquido, aunque riquísimo y, con el arroz basmati que les hice de acompañamiento, el exceso de líquido quedó equilibrado en los platos. La próxima vez que lo haga, le añadiré menos agua y tal vez no le venga mal una pastilla de Avecrem. Ellos aportaron el vino tinto (nos soplamos dos botellas, más los vermús y cervezas iniciales), el pan, los aperitivos y el postre. Y salimos de la mesa directos a las siestas por la casa, que le permitieron a Tarik Marcelino señalar al que le ofrecía un asiento más mullido, premio que recayó de nuevo en Henry, como pueden ver abajo.

Como ven, nada extraordinario. Y quizá sea este el momento de echar una mirada alrededor, como me vienen reclamando algunos de mis seguidores más fieles, que dicen que no hablo nada de Gaza y Ucrania y que por qué no me pronuncio. Tienen razón, lo que pasa es que el contexto general es tan deprimente que hablar de ello es radicalmente incompatible con el talante positivo del que yo siempre he querido dotar a este blog, que bastantes cosas tristes tienen ustedes que aguantar a su alrededor, queridos lectores, como para que encima les machaque yo aún más con mis reflexiones al respecto. Ese matiz me ha llevado a la táctica del avestruz: yo meto la cabeza debajo de la tierra, dedico mis posts a hablar de las peripecias minúsculas que me van sucediendo y allí me las den todas. Pero ya mis lectores me reclaman algo más y también me ha llegado a lo más hondo el discurso del otro día de mi admirada y querida Susan Sarandon, ante una manifestación a favor de Palestina, en Nueva York y bajo un persistente diluvio. Ha circulado mucho por los Whatsapps estos días, pero, por si no lo han visto, aquí lo tienen.

Impresionante. Tiene razón esta señora. No podemos ponernos de perfil. Así que, vayamos a ello. Les recuerdo que yo no soy un analista político, tarea para la que no estoy en absoluto cualificado y, por el contrario, este foro es un lugar donde se consignan sentimientos, los míos. Así que, si no están de acuerdo con algo de lo que yo diga, no se sulfuren ni me pongan comentarios chungos, por favor: yo no estoy en posesión de la verdad, sólo doy mis opiniones, ustedes pueden aportar las suyas, pero sin acritú. Tal vez deberíamos empezar por el panorama nacional. En primer lugar, toda esta mierda de las tramas corruptas que aprovecharon la pandemia para forrarse a dos manos comprando mascarillas medio rotas y cobrando comisiones de escándalo. Ya sean los diferentes allegados de Ayuso, los Medina y Luceño o el inefable Koldo y sus chanchullos con Ábalos y otros. Una vergüenza. Qué se puede esperar de un país como este. Por cierto, no sé cómo nadie se ha dado cuenta de una coincidencia de rostros muy llamativa. Vean primero a Koldo, en segundo término detrás de Ábalos.

Díganme. ¿No les recuerda a nadie ese siniestro caballero? A mí sí. Es clavadito al señor de abajo. 

Sí señor, el ínclito señor Roldán. Como decimos en mi tierra, es que el Koldo es cuspidiño a Roldán, solamente que se recorta la barba según la moda actual y se ha puesto unas gafas para disimular. ¿Habrá una especie de fenotipo del mamporrero? ¿Es posible que nadie en el PSOE se hubiera dado cuenta de la calaña o catadura de este sujeto? Confiemos en que los tribunales den cuenta de él y de todos los demás implicados en la mandanga mascarillera. Este es un tema lamentable, pero, como dice Susan Sarandon, la Historia los pondrá en su sitio. Y la Historia ya va poniendo en su sitio al señor Aznar y su empeño en decir que lo del 11-M era obra de ETA. Este señor, está en camino de quedar para la Historia como un auténtico cazurro. Veinte años después de los atentados de Atocha, se han publicado algunos artículos que demuestran la falacia de este caballero que nos quiso hacer comulgar con una rueda de molino, por intereses puramente electorales y que nunca se ha disculpado por ello.

Tampoco se ha disculpado por vendernos el bulo de las armas de destrucción +IVA que sólo existían en la fantasía de algún analista yanqui equivocado o interesado en que se armara una guerra. Tanto Bush como Blair se han disculpado por esta metedura de pata descomunal, que ha dejado a Irak jodido de por vida; es Aznar el único que no se ha disculpado por ello, a pesar de que su papel en la foto de las Azores era el de simple palmero, puesto que nosotros no enviamos tropas de combate, sino hombres de apoyo en retaguardia y tareas humanitarias. Aznar tenía que salir en esa foto como fuera, igual que ponía las patas sobre el escritorio de Bush o montaba una boda para su hija en El Escorial, como si de una reina se tratara. Desde la izquierda se da por hecho que nos hicieron el atentado del 11-M en respuesta a la presencia de Aznar en esa foto. Sin embargo, yo no comparto esa teoría, lo siento. Ya lo dije en el blog.

Según lo que yo sé, el terrorismo ataca donde puede, de manera bastante indiscriminada. Y yo creo que atacaron en Madrid porque en ese momento era un flanco mal atendido, porque, mientras en toda Europa estaban en alerta, el gobierno de Aznar, en su soberbia y ensimismamiento, no tenía el territorio nacional bien protegido y no hizo caso de los avisos de la inteligencia y eso hizo que nos pillaran en bragas, como suele decirse. O sea, un caso similar al de Netanyahu, que ni se olió el ataque de Hamas que ha desencadenado el horror actual. Por supuesto, que cada uno piense lo que quiera. Lo que está demostrado es que Aznar hizo todo lo humano y lo divino para prolongar la duda de si había sido ETA, porque pensaban que eso les favorecería en las inminentes elecciones generales. Y que perdieron esas elecciones precisamente por la mala gestión de la información sobre el atentado. La gente no es tonta, se olió el gran engaño y castigaron electoralmente a un PP que era favorito para ganar.

Y aquí entra el mecanismo de intoxicación que pusieron en marcha Pedrojota y Losantos. Al respecto les recomiendo que lean un par de artículos de estos días que explican al detalle esa conspiración. El primero, de Jesús Ceberio, por entonces director de El País y ahora anciano de cerca de 80 años. Para leerlo han de pinchar AQUÍ. ¿Cómo dicen? ¿Que no lo pueden abrir por no ser suscriptores de El País? Ese no es mi problema, vayan a una hemeroteca, pídanselo a un amigo o, en último caso, mándenme un Whatsapp pidiendo que se lo imprima en un pdf y se lo envíe. Lo haré con mucho gusto. Otro artículo que es muy aclaratorio, lo encuentran pinchando AQUÍ.

De estos artículos se deduce que, durante años, los muñidores de esa teoría conspiranoica se dedicaron a insistir en que la autoría de los islamistas no estaba clara y que no se podía descartar que les hubiera ayudado ETA. Los medios de la derecha que no se sumaron a esta línea, como el ABC y la edición digital del Mundo, se vieron presionados hasta el extremo de que su directores fueron cesados. Ahora me explico yo algo que observé. Por entonces yo seguía las ediciones digitales de El País y El Mundo, por tener todas las opiniones, y me llamaba mucho la atención ver en los kioscos las portadas de la edición de papel de El Mundo con grandes titulares hablando de LA MOCHILA. Iba uno tan tranquilo por la calle y las letras gigantes de los titulares sobre LA MOCHILA te saltaban a los ojos, cuando en el digital apenas aparecía.

También se puede ver que esa historia inauguró una línea, en la que todavía estamos. La de que los gobiernos que no son de la derecha, son ilegítimos, aunque hayan surgido de unas elecciones o de una moción de censura. Da igual. Zapatero era tonto (sí que lo era en parte) y Sánchez tiene halitosis física, mental y política. Y uno bastante más tonto que Zapatero, el ínclito Albert Rivera, contribuyó al mayor hallazgo lingüístico de ese movimiento: el sanchismo. Ya hemos hablado de este tema en el blog, pero ahora quiero dar un paso más adelante. Porque esa insistencia en la descalificación del gobierno de la nación, está generando en muchos una reacción contraria. Yo no he votado nunca PSOE, pero cada vez me siento más sanchista. Estoy agradecidísimo a este señor, que está ayudando a que tengamos fuera del gobierno a Vox, igual que Macron en Francia con la señora Le Pene.

En cualquier caso, vergüenza eterna para Aznar, Pedrojota y Losantos. Harían bien en hacer alguna declaración de disculpa, pero no son capaces. Cierto que tampoco lo es Pablo Iglesias, responsable de haberse cargado Podemos y con él el espíritu del 15-M, además de haber impedido que ganara la señora Carmena en Madrid por segunda vez y a quien no se ha escuchado una sola frase de autocrítica. O Irene Montero, que con su ley de sólo sí es sí propició por torpe la salida de la cárcel de más de mil condenados por delitos sexuales y tampoco se le ha oído disculparse o desviarse de su posición ni un milímetro. Con cosas como estas, comprenderán que no quiera escribir de política en el blog. Me estoy alargando ya mucho y creo que dejaremos Ucrania y Gaza para otra entrada posterior.

Porque quiero cerrar con una idea más sobre lo expuesto más arriba. Seríamos muy simplistas si pensásemos que esos tres personajes siniestros, con el del bigote a la cabeza, fueron una especie de demonios que engañaron a medio país para llevarlos por donde ellos querían. Es lo mismo que si creemos que Hitler era un loco aislado que convenció a todos los alemanes de que se volvieran cómplices del horror absoluto. Y no fue así. En Alemania había antes de Hitler mucho antisemitismo y mucho clasismo y fascismo camuflado. Hitler se limitó a canalizar ese odio, esos enemigos de los que habla Susan Sarandon: el odio, el racismo, la codicia, etc. También en España había mucho fascista y mucho franquista antes de Aznar. Este señor lo que hizo fue encenderlos, activarlos y crisparlos. Y quiero recordarles una anécdota mía personal que ya he contado dos veces, pero que muestra esto que quiero decirles y viene como anillo al dedo a este momento de veinte aniversario del 11-M.

Día siguiente a la matanza. Manifestación de repulsa a la que me sumo. Mucha gente bajando por la calle Génova hacia Colón. A mi derecha caminan dos pijos de libro, con pantaloncitos de color claro, camisas bien planchadas y jersey sobre los hombros con un nudo en la pechera. Van hablando de sus cosas tranquilamente. En un momento dado, el más bajo, con cara de mamón (quiero decir, boca abierta, labio superior deformado hacía arriba desde pequeño), un tipo graciosillo, canchero, colega, se viene arriba, empieza dar palmadas e inicia un grito para ser coreado: VAJCOS SÍ, ETA NO. El más alto le frena: qué dices, si no ha sido ETA. El mamón se para, frunce el ceño y pregunta: ¿Quién lo ha dicho? Su compañero le responde: joder, lo están diciendo ya todos los medios. Entonces el mamón abre los brazos estupefacto y concluye: ¿Entonces qué cojones hacemos aquí tú y yo?, Vámonos a tomarnos unas birras.

Eso no me lo ha contado nadie, lo vi con mis propios ojos. Aquellos dos pájaros querían oír lo que Aznar y sus secuaces estaban diciendo y no otra cosa. No querían que la verdad les estropeara su historia. Seguro que se pasaron luego dos años muy interesados en el tema de LA MOCHILA. Y no me cabe duda de que ahora son padres de unos chavales de los que se dedicaron durante meses a ir a la sede de Ferraz a montar el pollo. Por cierto, otra cosa que les repito: el muñeco que apalearon entre rezo y rezo del rosario, diciendo que representaba a Sánchez, a mí se me parecía más a Feijoo, lo que son las cosas. Esta gente, herederos de franquistas que se enriquecieron durante los años de la dictadura por sistemas que ahora no quieren que se investiguen, seguirán dando la murga toda la legislatura. Pero Sánchez resistirá como el Dúo Dinámico. Y los catalinos le harán su juego de amagar con no apoyarle, para al final plegar velas. Por la cuenta que les trae. Lo dicho. Que sean buenos.

martes, 5 de marzo de 2024

1.272. Un frío que pela, unos coreanos y el Dépor, que está de vuelta

Aquí sigo a mi tran-tran casero, con un tiempo excepcionalmente frío, sobre todo en mi ático del Barrio de las Letras, un piso muy expuesto y especialmente sensible a los vientos fuertes y las temperaturas gélidas. Hace hoy una semana que terminé y publiqué mi post anterior, empezado un día antes. Desde entonces, las cosas han seguido su curso sin grandes novedades. Acabado mi trabajo con el blog, cené algo ligero, leí un rato y me fui a dormir. El miércoles por la tarde acudí al aeropuerto a recoger a mi hijo Kike que venía a Madrid en viaje de trabajo. Con el coche lo acerqué a casa y seguí después a mi clase de guitarra. Previendo la premura entre ambas citas, había cargado la eléctrica en el maletero antes de salir de casa.

Tuve una intensa y larguísima clase de la que salí bastante cascado, porque con motivo de mi viaje a París había faltado a las dos clases anteriores. Nada más salir de la academia, miré mi móvil para ver cómo iba España en la final de la Nations League de futbol femenino. Íbamos ganando dos-cero. Conduje hasta mi garaje, subí a casa: el partido estaba recién terminado y las chicas esperaban ya para recoger la copa. Kike había invitado a cenar a una pareja de amigos, evento al que me sumé y para el que estaba preparando unos spaghettoni cacio e pepe, que se pueden imaginar cómo estaban. Abajo la foto que nos hicimos después de tan estupenda cena.

La sobremesa se prolongó divertida, hasta que los amigos se fueron. Entonces, me puse el partido entero en diferido; tanto me gusta ver cómo juegan estas chicas que mantienen un grado de excelencia admirable. Ahora mucha gente las sigue pero, cuando yo empecé a hablar de Athenea del Castillo o de Aitana Bonmatí en este blog, muchos de mis lectores se lo tomaron como otra extravagancia de las mías, como la que me traigo con Samantha Fish. Háganme caso: estas chicas juegan como los ángeles. El gol que marcó Bonmatí a Holanda en la semifinal merece la pena ser visto. Más abajo tienen el resumen de este partido, que ese día vi en directo, recién llegado de París. Son tres minutos, por si alguien quiere repasarlo.

El primer gol de España, lo marca Jenny Hermoso haciendo una especie de tuya-mía entre sus dos piernas, hasta que encuentra el hueco para tirar, un gol de veterana con muchas mañas. Pero es que el segundo, de Bonmatí, es de verdadero escándalo. Mientras la extremo avanza por su carril, se puede ver a Aitana corriendo como loca por el centro, para llegar antes que todas las defensas, levantar la pierna derecha y fusilar a la portera a bocajarro. Este tipo de jugadas, que en su día hacía Di Stefano, se ven ahora con poca frecuencia en el fútbol masculino.

Mientras yo veía la final en diferido, mi hijo se acostó, que tenía que madrugar al día siguiente. En efecto, el jueves se levantó muy pronto y se llevó mi coche para llegar a la primera reunión de trabajo que tenía, en la sede de su empresa en Torrejón. Yo remoloneé en la cama un buen rato, me levanté para mi clase de inglés on line y dediqué el resto de la mañana a mis negocios. Comí un par de tostadas con tomate y jamón, me eché una siestecilla y luego caminé hasta mi centro de yoga. Al salir de clase, me obsequié con un potaje de garbanzos, bacalao y espinacas en el Ricla, el bar de mis amigos, que me tenían ese plato preparado para festejar mi regreso venturoso desde París.

El viernes me levanté con mi hijo, que ese día teletrabajaba, desayunamos bien y echamos la mañana cada uno a sus cosas. A mediodía, Kike me hizo otra pasta espectacular, antes de seguir trabajando hasta las seis. Entonces recogió sus cosas y se fue a casa de su madre, donde se ha hospedado el resto de su viaje. Yo me acerqué al centro a comprar café en La Mexicana y alguna cosa más en el súper del Corte Inglés, en donde suelo comprar las cosas que no encuentro en el Alcampo de mi barrio. Volví, coloqué las compras en sus lugares respectivos y salí de nuevo. Tomé el Paseo de las Delicias y caminé por él media hora para llegar al Teatro Español del Matadero. Había quedado allí con un grupo amplio de amigos para ver la obra Vania x Vania, que les recomiendo encarecidamente ver: creo que es una de las mejores obras de teatro que he visto este año.  

La obra la ha montado la compañía Kamikaze, que regentó el Teatro Pavón en Lavapiés hasta que tuvo que cerrarlo. Y se representa en dos versiones. La primera es fiel a la obra de Chejov (Tío Vania, 1899) y la presentan los seis actores sentados en sillas, sin escenografía alguna, solamente mueven en ocasiones alguna silla o se tiran al suelo. En la segunda hay una escenografía y la obra se reinterpreta trayendo la problemática de la Rusia rural del siglo XIX a la Castilla actual. La crítica y, digamos, la intelectualidad teatrera de Madrid, se han puesto de acuerdo en que es imprescindible ver las dos versiones, a elegir: el mismo día una detrás de otra, o en días sucesivos. A mí esto me parece un exceso y ya les digo que me he limitado a ver la segunda, que me ha parecido magnífica. La adaptación al tiempo actual, el guion y la actuación del repertorio es magnífica, destacando un Javier Cámara que está inmenso.

Le había visto en numerosas películas, sé que es un buen actor, excelente por ejemplo en Truman, con Ricardo Darín. Me gustó menos en El olvido que seremos, porque lo veía a él y no al personaje que representaba, el padre asesinado del escritor Héctor Abad. Pero verle en directo haciendo teatro es una experiencia única. Con enorme maestría y empatía, representa al típico campesino amargado por no haberse ido a la ciudad como otros, que comprueba que toda su vida es un fracaso y lo expresa con grandes aspavientos ante los demás personajes que intentan animarle. La problemática es igual en la Rusia antigua que ahora en la España vaciada. Por eso sacan los tractores y vienen a dar la murga a las ciudades, porque están desesperados.

Salimos del teatro abrumados, para encontrarnos con una noche tan gélida e intempestiva que ni siquiera nos tomamos la caña de después. El sábado subí por la mañana a una nueva sesión de yoga, luego me tomé la reglamentaria torrija con un vinito dulce y un café en La Casa de Las Torrijas y a continuación cogí el Metro para acercarme a la Vallecas profunda a tomarme el aperitivo con mis colegas músicos Henry Guitar y Críspulo a los que tenía muchas ganas de ver. Recalamos esta vez en el bar Bada Vink, un antro de la zona de Palomeras ya al límite con la M-40, donde te ponen de tapa cosas como callos con garbanzos y oreja. Hicimos buenas risas y bebimos lo que corresponde en estas ocasiones, antes de retirarnos a nuestros cubiles respectivos, en mi caso a comer algo rápido para echarme una buena siesta.

Después estuve trabajando en los asuntos que tengo entre manos hasta la noche y ya no salí más. El domingo, mi hijo Kike decidió organizar una comida conjunta conmigo y con su madre, como suelen hacer tanto él como su hermano Lucas, cada vez que vienen a Madrid. Se decidió democráticamente que yo pondría la casa, Kike cocinaría y su madre aportaría el vino y el postre. De nuevo nos hizo una pasta estupenda, esta vez con judías verdes y tomatitos cherry incorporados. La cosa se prolongó bastante, incluso sacamos una botella de cava que tenía yo en la nevera, todo ello para gran deleite de Tarik Marcelino a quien le encanta que venga gente a casa. Vean como eligió entre los tres contertulios al que le ofrecía más tranquilidad y asiento mullido.

A las siete de la tarde los eché de casa porque quería centrarme en ver el partido del Dépor, del que les hablaré más abajo. Luego, celebré la importante victoria con una cena en condiciones y me acosté, feliz como una perdiz. Ayer lunes dediqué la mañana a mis asuntos particulares, comí unas sobras que tenía por ahí de los días anteriores y me puse a escribirles, pero no me dio tiempo a terminar el post, porque tenía yoga de siete y media a nueve. Esta mañana también he estado muy ocupado, pero a eso de la una me he cogido el coche y me he acercado a comer al Campo de las Naciones, donde mi antiguo trabajo, al bar de mis amigos Sonia y Mon a los que hace tiempo que no veía. Y después de la correspondiente siesta me he sentado a acabar este post. Por cierto, Kike tuvo que trabajar ayer, pero se fue en tren a Torrejón con todo su equipaje. Por la tarde, al terminar su trabajo, se fue en un taxi al aeropuerto, que está al lado, y se volvió a París, hasta la próxima misión.

Pero, a lo largo de este texto les he hablado varias veces de algunos asuntos que me han tenido ocupado estos días y a los que hace referencia el título del post. Hay en este apartado algún tema familiar con mis hermanos, que no les voy a explicar aquí, pero también algunos asuntos más blogueros, que ahora les cuento, además de ponerles al día de la actualidad del Deportivo de La Coruña, que de modo sorprendente se ha puesto a jugar bien después de Navidad y tiene a todo el mundo asombrado. El primero de estos asuntos tiene que ver con un joven urbanista que se llama Will McCurdy, imagino por el nombre que es escocés, que estudió en la Paris-8 y está preparando un estudio o tesis sobre las formas en que las grandes ciudades europeas están adaptando su modelo urbano a propuestas con un enfoque más medioambiental.

Alguien le dijo a este buen hombre que yo podría darle unas opiniones fundamentadas sobre el tema, no sé si fue Alain Sinou o tal vez alguno de los alumnos a los que di clase el año pasado y con los que sigo conectado por Linkedin. Porque fue antes de mi viaje a Paris cuando este chico me escribió. Le contesté que iba a estar diez días en París y que tal vez podíamos encontrarnos para un café, o en la universidad, pero me dijo que justo esos días estaba de vacaciones fuera de París (efectivamente, se trataba de esa semana de descanso que en Francia se lleva a rajatabla). Entonces le propuse que me mandara un cuestionario, yo le daría mis opiniones sobre los diferentes temas y, después de que él se estudiara mis respuestas, podríamos mantener un encuentro vía Zoom. Es la forma en que se hacen estas cosas en los últimos tiempos.

Así que me mandó un cuestionario muy amplio, que recibí en París y sobre el cual le dije que no me pondría a trabajar hasta mi vuelta. Durante unos días me dio un poco de pereza ponerme con él, ocupado en mis diferentes asuntos, pero este fin de semana ya le metí el diente y ha sido algo bastante laborioso. Porque yo lo he escrito primero en español y luego he tenido que traducirlo al inglés. La versión española se la envié a mi amigo napolitano Gianni Rondinella, que es más especialista en este tema que yo, y que me contestó que estaba de acuerdo con mis manifestaciones a un 99%, si bien me hizo alguna matización que incorporé. Porque mis opiniones sobre cómo se están haciendo las cosas en Madrid son muy críticas, como no podía ser de otra manera. No es que lo diga yo, es que en cualquier ranking que se elabore, Madrid aparece a la cola como ciudad adaptada a la bicicleta, tanto en relación con las grandes capitales europeas, como con las demás ciudades españolas.  

Lo que yo le dije a este señor es que, para mejorar la calidad del aire en las ciudades, puesto que de eso se trata en suma, hay que adoptar dos tipos de medidas, unas preventivas y otras correctivas. Y en Madrid, ahora mismo sólo se aplican las segundas. Las medidas preventivas pasan por una voluntad política de cambiar el modelo de movilidad urbana y una planificación estratégica con ese objetivo, como la que empezamos a poner en marcha después de la victoria de la señora Carmena y que se continuó en los años siguientes, mientras el urbanismo estuvo en manos de Ciudadanos. Ahora, el PP prácticamente ha disuelto la Dirección General que nosotros montamos, y solamente el área de Medio Ambiente implementa algunas medidas para disminuir la contaminación, pero la calle sigue dominada por el automóvil.

Hay que recordar que el automóvil es ahora mismo el único elemento contaminante, toda vez que la industria ha desaparecido de esta ciudad, convertida en centro de servicios y oferta para el turismo. También han desaparecido las calefacciones de carbón, después de una larga lucha del Ayuntamiento en este terreno, que podemos englobar en lo que yo he llamado medidas correctivas. Así que sólo queda el coche, un medio de transporte individual cuyos partidarios acérrimos votan todos al PP, que naturalmente ha de cuidar este semillero de votantes. Pero la ciudad se va poco a poco rezagando en este terreno, no sólo ante París, Londres o Berlín, sino en comparación con Barcelona, Valencia o Sevilla. La última pregunta del cuestionario era si yo consideraba a la ciudad capaz de cumplir los objetivos de la Agenda Urbana 2030. Mi respuesta es que me parece imposible, a menos que se empiece a cambiar ya el modelo de movilidad urbana, algo que no parece que vaya a suceder.

Otro asunto que me ha llevado su tiempo tiene que ver con mi amigo coreano Wooyun Chung. Este señor, Ingeniero de Caminos que trabaja para el KDI, Korean Development Institut, el mayor think tank de Corea y uno de los mejores del mundo, me visitó con unos colegas en 2016 y me tocó enseñarle las instalaciones de Madrid Calle 30 y el parque Madrid Río, tras de lo cual, me los llevé a un bar a comer con unas cervezas y sellamos nuestra amistad. El año pasado, Woo Chung reapareció para pedirme que atendiera a un colega suyo, que se llama Han y está preparando un proyecto de una autopista en Corea que ha levantado una oposición muy potente de toda la población afectada por su trazado. Woo le aconsejó que viniera a Madrid, en donde habíamos tenido un caso semejante, y donde él le pondría en contacto con la persona que mejor le podía explicar el proceso.

Todo esto se contó en el blog, y también que el tal Han era un tipo bastante estirado, algo de lo que Woo me había advertido en tono medio de broma. Bien, pues Woo me escribió en febrero, porque va a venir de nuevo a España, esta vez a Granada, Jaén y Velez-Málaga, para estudiar in situ tres casos de implantación de un tranvía, el primero exitoso y los otros dos fracasados. En su correo, que recibí antes de irme a París, me decía que la traductora con la que cuentan en España, mi amiga Mía Li, estaba teniendo muchas dificultades para conseguirles encuentros con instituciones como los ayuntamientos respectivos o la Junta de Andalucía. Le pedí unos días para ver qué podía hacer. Y entonces recordé que, con mi grupo de senderistas habíamos visitado Jaén, guiados por un miembro del grupo que es de allí, aunque vive en Alcalá de Henares.

Recuerdo perfectamente la ciudad surcada por las vías de un tranvía que no había llegado ni a inaugurarse y de la que ni mi amigo ni los lugareños querían hablar, porque les daba vergüenza. Así que llamé a mi amigo, y resultó que su hermano mayor, que se llama Santi, había trabajado en el proyecto del tranvía, como ayudante de obras públicas, antes de jubilarse. Me dio su teléfono y hablé un rato con él. Me contó que el tranvía de Jaén había sido el proyecto estrella del Ayuntamiento socialista; que estaba a punto de inaugurarse cuando se convocaron elecciones locales, y que el PP hizo su campaña sobre la idea de que si ganaban revertirían el asunto (como hacen siempre) y que ganaron y cumplieron su promesa. El tranvía lleva parado desde 2011, con las vías criando verdín y los tranvías en la cochera.

Sin embargo, parece que ahora hay un acuerdo de consenso para revitalizar el tema. Este acuerdo se debe a dos factores: por un lado, Ayuntamiento y Comunidad son del mismo partido, PP, y por otro, influye también el talante del actual presidente autonómico, Moreno, que representa la línea más moderada y razonable dentro del PP. El caso de Vélez Málaga es similar, se invirtieron 40 millones en una línea de tranvía que uniera el pueblo con la zona de bloques de hoteles y apartamentos de la playa, pero el proyecto se abandonó, entre sospechas de corruptelas diversas. Y ahora hay también consenso, pero en este caso para enterrarlo del todo. Y Granada dispone de un tranvía que une los municipios de la corona del entorno entre ellos y con el centro de la ciudad, por lo que está conceptuado como caso de éxito.

Es un tema tan llamativo que hasta en Corea se interesan por él. El caso es que puse en contacto a Mía Li con Santi, quien les ha conseguido entrevistas con los ex alcaldes de Jaén y Granada que impulsaron los proyectos. Woo y dos colegas llegan la semana que viene a Granada donde han cogido un hotel con Mía. Y tienen previsto viajar a Jaén el día 14 por la mañana para entrevistarse con el ex alcalde. Santi les acompañará y yo también, porque me interesa mucho el tema y me apetece encontrarme de nuevo con Woo. Así que el miércoles 13 cogeré mi coche por la tarde y viajaré a Jaén en donde he reservado un hotel céntrico. Esa noche me iré de cañas con Santi, a quien sólo conozco por teléfono, pero lo suficiente para saber que es un gran tipo. Y el jueves, ambos nos encontraremos con los coreanos para la visita técnica a las instalaciones del tranvía y el encuentro con el ex alcalde. Luego comeremos juntos en algún restaurante típico y cada oveja a su redil.

La organización de todo esto me ha llevado también su tiempo, como se pueden imaginar. Pero me ha quedado margen para seguir al Dépor de mis amores, que lleva un año esplendoroso. Les recuerdo que mi equipo de toda la vida está por cuarto año consecutivo en la tercera división del fútbol nacional. A pesar de ello, la afición le sigue apoyando a muerte en un caso de fidelidad sin parangón en el mundo, como ha resaltado hasta la prensa extranjera. Hace mucho que no hablo del Dépor porque me tenía muy disgustado su deriva de estos años, penando por una categoría que no le corresponde. En verano, la propiedad, en manos de la entidad bancaria Abanca, decidió echar a todo el mundo y renovar a los jugadores, el equipo técnico y la estructura del club. Y los primeros meses han sido terribles.

Hasta que se ha ido engrasando todo, el equipo ha ido de culo, llegando incluso a ocupar plaza de descenso a la cuarta categoría. Las navidades mostraban al equipo en mitad de la tabla, a diez puntos del primer puesto, que es el que da derecho al ascenso directo. Pero desde el uno de enero, el equipo ha recuperado lesionados, ha empezado a jugar bien y el resultado es que ha ganado ya nueve de los diez partidos jugados, los últimos siete seguidos y los últimos cinco por amplias goleadas. Este domingo ganaron al Lugo por 4-1, alcanzando ya el liderato. Si seguimos así, subiremos este año a segunda y empezaremos a luchar para volver a primera, que es donde tenemos que estar por afición y por historia.

Por ahora, el Dépor es el equipo que más puntos ha sacado este año en todas las divisiones, tres más que el Real Madrid que lidera la primera. Con lo mal que lo hemos pasado en estos años, esto es un subidón que yo ya no me esperaba. Así que volveré a hablar de este tema en el blog, donde hace mucho que no me ocupaba de él. Les recuerdo que, tanto el fútbol femenino como la tercera división se pueden ver gratis por la tele, lo que ayuda bastante porque ya les he dicho que a mí me prohíbe mi religión pagar por ver fútbol en la tele. Si el Dépor sube a Primera, reconsideraré seguramente este precepto. O si se rescata la fórmula del pay-per-view. Yo pagaría lo que me pidieran por ver un partido concreto que me apeteciera ver. Pero que no cuenten conmigo para sumarme a ninguna plataforma. No quiero ser socio de ninguna plataforma que me admita a mí como socio, como decía Groucho (Marx, no el Coronel). Asi que, lo dicho: que sean buenos.