Bueno, mis disculpas; a más de
uno de ustedes, queridos seguidores, les dio un vuelco el corazón cuando
leyeron el título de mi post anterior, hasta que entraron a leerlo y se dieron
cuenta de lo que yo quería decir. Estarán conmigo en queeste blog necesitaba un pequeño revolcón,
porque nos estábamos adocenando y cayendo en el aburrimiento, como les sucede a
menudo a las parejas. Yo no podía seguir indefinidamente contando que me fui al
yoga y me tomé unos judiones en el Ricla al salir. Cierto que, de vez en cuando, sucedían cosas curiosas, como que me fuera a Jaén a encontrarme conunos coreanos, o que me viera envuelto en una
manifestación en Londres sosteniendo una pancarta de protesta. Pero las
cuestiones generales que yo les quería contar y que me servían para rellenar
esos vacíos, ya más o menos las he contado todas. Así que les reitero mis
disculpas.
Se creían ustedes que ya se iban
a librar de mí y de mis fantaseos, pero no va a ser así. Todavía me queda
cuerda. Tampoco se van a librar de Samantha Fish, que tendrá un papel estelar
en mi nuevo blog, igual que el bueno de Tarick Marcelino Martínez. Respecto a
Samantha, quiero anunciarles algo. El próximo 25 de abril empieza en Nueva
Orleans el Festival de Jazz que organiza la New Orleans Jazz and Heritage
Foundation y que contará con conciertos nocturnos cada día, además de
algunos en sesión vermú, más la presencia continua de músicos callejeros a todas horas como cada año.
Atención al cartel del jueves 2 de mayo. A las doce de la noche, abrirá el
evento Samantha Fish. A continuación, actuará el prestigioso grupo local
Dumpstafunk. Y cerrará la noche la actuaciónestelar de todo el festival: The Rolling Stones.
Los Stones ya fueron invitados
hace un par de años, pero cancelaron por la pandemia. Este año han confirmado
su participación. Y yo tengo un sueño. Un sueño que ya he previsualizado: que
al final del concierto, los Stones hagan subir a Sam a tocar con ellos un par
de temas. No sé si sucederá pero, como ese momento llegue, la carrera de
Samantha habrá dado el paso definitivo el estrellato. Veremos qué pasa. Si el
viejo Keith no ha perdido facultades seguro que la invita. Por ejemplo, el que
ha perdido muchas facultades es Eric Clapton, que en el último Crossroadas de
LA, la invitó a participar, pero la relegó al escenario secundario al aire
libre. Aunque ande por ahí de viaje, estaré atento a este evento, lo mismo que
estaré atento a la deriva del Deportivo de la Coruña: el masculino tiene
bastante cerca subir a Segunda, y el femenino volver a Primera. De momento,
vean el cartel del NO Jazz Fest.
El viaje que les he anunciado
tiene tal cantidad de asuntos a los que he de atender, que apenas me queda
tiempo para otras cosas. Por ejemplo, he tenido que comprar alguna ropa y
zapatos de cara a tener un equipaje pequeño, como pretendo. Tengo que
prepararme un botiquín en condiciones, incluyendo un antimosquitos potente, un
antibiótico de amplio espectro, antihistamínico y una inyección de eparina para
pinchármela en la tripa antes del vuelo más largo que voy a tener. También he
de prevenir la diarrea del turista, para lo cual me llevaré Fortasek, que no te
cura pero es como si te pusieran un tapón en el culo, más un soluble de
probióticos para la adecuada regeneración posterior de la flora y fauna intestinal.
He de tener también algo para
prevenir el jet lag. Que va a ser importante, puesto que voy a viajar todo el
tiempo en el sentido contrario a la rotación de la Tierra. Mi experiencia me
dice que, cuando he viajado a Sri Lanka, Myanmar o Japón, el jet lag lo sufría
allí, al llegar. A la vuelta me adaptaba rápido. En cambio cuando he viajado a
USA, México, Colombia o Chile, allí apenas tenía problemas, pero el jet lag de
vuelta en Madrid me duraba varios días sin poder dormir adecuadamente. Para
eso, me he provisto ya de unsomnífero
potente, que me ayude a coordinar los horarios. En estos últimos tiempos estaba
usando melatonina, acompañada de cuatro gotas de CBD, el extracto de cannabis
que se vende por aquí legalmente. Pero entrar en lugares como Malasia o
Tailandia con un par de frascos de CBD es una imprudencia: lo más normal es que
te metan al trullo a compartir celda con descuartizadores y similares.
He de sacar también visados para
varios países (yase han dado cuenta de
que no quiero revelarles mi ruta, que se irá desvelando a toro pasado en el
nuevo blog). Y debo dejar hecha la declaración de Hacienda, que es otro coñazo.
Teniendo en cuenta que me voy el día 14 y que hasta este próximo día 3 no van a
estar a disposición de los contribuyentes los correspondientes borradores, pues
tengo el tiempo bastante tasado y justo en la semana previa al viaje, en la que
voy a estar más histérico. He de hacerme un seguro de viaje amplio, para lo que
todavía tengo dudas entre un par de propuestas.
En cualquier caso, esta tarde ha llegado de París mi amigo Alain Sinou y ya se acabó la tranquilidad para mí.
Nuestro programa esel siguiente. Esta
noche, aprovechando que la lluvia se ha detenido, hemos quedado en la Plaza de Santa Ana para tomar
unas cervezas con algo de picar. Mañana lunes le invitaré a comer en el Ricla,
donde tenemos mesa reservada. Por la tarde vienen sus alumnos, que creo que son
18 y que dedicarán el tiempo a tomar posesión de su habitación en el albergue
que tienen reservado y tal vez darse una vuelta por el centro. El martes
quedaremos en Príncipe Pío para que yo les guíe en una visita de cuatro horas
al Madrid Río, que finalizaremos en una comida en el bar del Matadero.
El miércoles, hemos quedado
temprano a la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, para que un
par de colegas míos de dicha área les cuenten los proyectos que están haciendo
o que ya están acabados, rematada por un paseo por determinadas zonas, como las
Salesas y la plaza de Olavide, en donde la obra se está acabando estos días.
Eljueves estaremos temprano en la Plaza
de España para que el arquitecto autor del proyecto, Fernando Porras, les
explique los detalles de la obra ejecutada en ese lugar. Tanto en la tarde del
miércoles como en la del jueves, Alain les ha programado una serie de actividades en las que yo no pinto mucho, dedicando un día a ver
el Museo Reina Sofía y el otro a estudiar una plaza concreta para proponer
soluciones sobre ella.
Por último, el viernes por la
mañana, habrá una reunión final para
poner negro sobre blanco las conclusionesde este viaje de estudios. Supongo que me tocará comer con ellos una vez
más. Luego, se van todos en el avión por la tarde. Y yo tengo entradas de
teatro a las siete para ver la obra de Juan Mayorga La Colección, con José Sacristán, una actividad muy apetecible. A partir del sábado, dispondré de ocho
días completos para ocuparme de todos los flecos de mi nueva aventura, para la
que partiré en un vuelo tempranero el domingo día 14, a un destino que no creo
haberles revelado, dentro de las nuevas coordenadas de mi blog. Lo que sí les
digo es que ya me he despedido de muchas de mis actividades regladas, para las
que no voy a pagar el mes de abril.
Por ejemplo, el martes 18 de
marzo me despedí de mi club de lectura Billar de Letras hasta el próximo mes de
septiembre. Esta semana desde mi último post escrito el domingo 24 de marzo, ya he
ido cerrando una serie de temas. El lunes no tuve yoga porque era luna nueva. El martes tuve
mi penúltima clase de inglés on line y a mediodía quedé con un par de colegas
arquitectos que también querían despedirse de mí. El miércoles subí a comer al
Ricla, para atar los términos de mi comida allí mañana con Alain. Por la tarde
ya no había clase de guitarra por la Semana Santa, me había despedido de mis colegas el
miércoles anterior.
El jueves tuve mi última clase de inglés en la que me despedí de Ed y los demás
alumnos. Tampoco había yoga, esta vez por ser Jueves Santo.
El Viernes Santo estuve en casa.
Qué mejor ocupación mientras afuera diluviaba y el klu-klux-klan paseaba arriba y abajo por nuestras ciudades,
En realidad estuve cocinando un potaje para invitar al día siguiente a comer en
mi casa a unos buenos amigos a los que hacía mucho que no veía. Ayer sábado, me
levanté con tiempo para afeitarme,
ducharme y caminar hasta la academia de yoga para mi última clase de la
temporada, salvo que cambie de opinión. Luego me tomé la correspondiente
torrija de desayuno en La Casa de la Torrijas y volví a casa a terminar de
preparar la comida. Les he de confesar que antes pasé por unos chinos a comprar
algunas copas de vino, porque no tenía bastantes para los seis que íbamos a ser
a comer. Por lo demás, la comida fue un éxito, acabamos a las siete
moderadamente borrachos y, cuando se fueron todos me conecté a seguir el
partido del Dépor, que volvió a ganar.
Hoy he empezado a escribir este
post por la mañana, pero lo he tenido que dejar, porque me han llamado mis
amigos músicos de Palomeras, Henry Guitar y Críspulo, para tomar unas copas en
el Bada Bing, ya cerca de la M-40. Estaba un poco descolocado con esto del
cambio de horario, pero me he vestido, he bajado a coger el Metro y me he
acercado hasta allí. Por la tarde, después de comerme el resto de potaje que me
sobró de ayer y echarme una buena siesta, he seguido por la tele el partido del
Dépor femenino, que no ha podido ganar. Una pena, porque ya se podía haber
garantizado el ascenso a Primera. Pero aún tiene ventaja. Acabado el partido,
he caminado hasta la plaza de Santa Ana, en donde había quedado con mi amigo
Alain Sinou. Nos hemos tomado unas cuantas cervezas con las correspondientes
raciones y luego lo he acompañado hasta la puerta de su hotel y he cogido el Metro para volver, porque hacía frío y yo quería venir a terminar el post que
tenía pendiente desde la mañana. Continuará, sean buenos.
¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con
lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una
solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a
hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les
voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia
decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece
más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e
inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene
algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga,
del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello
salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo
que no.
Este blog cumplió su cometido;
durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan
mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño
club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de
los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en
exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena
de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como
esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con
confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a
rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se
detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.
Es lo mismo que ha pensado mi
admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos,
composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se
separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su
formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados.
Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera
y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez.
Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos
shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está
de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris
Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de
acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.
Durante su carrera, tocó una vez
en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente
Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y
estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos
después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue
a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena
decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han
grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como
en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo
estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam,
esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en
solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a
Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.
De este tiempo que ahora termina,
se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca
había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una
gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último
concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a
hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven
abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para
ustedes.
Presentando nuestros
respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de
escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un
pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por
Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los
géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha
Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es
su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa
por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando
en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último
fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso
de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así
que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y
trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te
advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número
uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar
con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de
mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en
solitario en abril. Saludos.
Muy emotivo, como ven. Esa emotividad
se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de
mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que
grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo
rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la
que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al
chico No apologies, es decir, nada de
disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada
parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una
interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada,
que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.
Menuda explosión de emociones.
Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la
ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como
pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en
estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado.
Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la
carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The
Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me
dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía
cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis
contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de
suspenderlo.
Además, mi plan pasaba por
visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a
San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde
tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017,
camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado
todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella
y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron
los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo
difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido
salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para
llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.
Realmente, casi había descartado
el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el
Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que
no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto
es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo
quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te
quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a
poner excusas (o apologies). 1.- Es
que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes
ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.-
Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie.
Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier
ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y
qué quieres, ser el más rico del cementerio?
Como ven, no me quedaban muchas
más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que
hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo
corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba
la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome
psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a
intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un
cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo
salir de la situación en la que se ha metido.
Porque el primer plan era haber
salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con
su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho
que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera
semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una
segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica
que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía
patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado,
no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por
supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el
tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano,
tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.
Ante una situación que se iba
estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución
prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando
tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado
hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del
viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me
tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general
positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído
por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico
intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la
ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres
hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo
contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.
Pero este plan mío no es sólo un
proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa
esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y
ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho
mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un
poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de
refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En
ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10,
de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30
nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se
acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la
carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.
En estos casi doce años de
blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto.
Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de
mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero
lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar
anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan
llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los
coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo.
Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco
días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero
dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada
ciudad visitada, lo que es un reto para
mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les
he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su
tierra.
En la última, de izquierda a
derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de
Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos
pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida
en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.
Por cierto, mi amigo Woo me envió
estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé
comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le
contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo
que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a
Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le
pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la
señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la
había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un
niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.
Ese gesto que hacen las mujeres
coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo
estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había
operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al
presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio
adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado.
Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues
imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las
peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París.
El resto, un plomo.
Lo que pasa es que la preparación
del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como
les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como
hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de
que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes
matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender,
además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de
costumbre, sean buenos.
Tal vez ustedes no la conozcan,
pero así se llamaba una deliciosa película de Federico Fellini, de 1983, que
trataba de un barco que zarpa de Italia en plena Gran Guerra, en el que viajan los
amigos de una gran soprano recientemente fallecida, para cumplir su último
deseo de que su cuerpo sea arrojado al Mar Egeo desde el muelle del pueblo donde nació y
pasó su infancia. Son todos personajes estrambóticos, auténticos frikis de
los que tanto gustaba el director, y el viaje se complica por los azares
derivados de la situación de guerra mundial. Si la conocen, les voy a pedir que
rememoren una de las escenas más inolvidables de la travesía, cuando los
viajeros improvisan una verdadera orquesta de cristal, con la vajilla que tienen
en la cocina. Véanla.
Fellini en estado puro. Igualmente mi nave sigue su
singladura, no me dan los malditos resultados solicitados por la Brigada
Precrimen Dermatológica y estoy a un tris de mandarles a la mierda y empezar
con mi plan soñado para los próximos meses, que me están retrasando más de lo
que yo esperaba. Mientras tanto, mi nave va y yo les sigo poniendo al día de
mis andanzas en esta tribuna que los expertos en el tema han catalogado de blog
zombie, a la vista de su escuálido seguimiento en comparación con la actividad
de los llamados influencers, que tienen miles de seguidores. Ya saben que a mí
eso me da bastante miedo y por eso nunca he querido asociar este blog con una
cuenta de Twitter, y menos lo voy a hacer ahora que esa aplicación ha caído en
manos del inicuo Elon Musk, a quien Dios o Alá confunda.
Seguiremos pues con el relato de
mi día a día. El martes pasado acabé de escribir mi post ya muy tarde, cerca de
las doce de la noche, como pudieron ver. El miércoles tuve diversas ocupaciones
mañaneras, comí pronto, descansé y a continuación bajé a coger mi coche para
hacer los 330 kms que me separaban del centro de Jaén. Llegué sin mayores
contratiempos, conseguí encontrar el hotel Xauen, en pleno centro peatonal de
la ciudad y, tras descargar, me fui a dejar el coche en alguna plaza de uno de los
parkings públicos que rodean dicho centro peatonal. Tras colocar mis cosas en
la habitación, llamé a mi amigo Santi D. que en quince minutos estaba a la
puerta del hotel. Como me gusta hacer, le dije que me llevara él a donde
quisiera, que yo adoro eso de llegar a un lugar y encontrarme a alguien que vive
allí, para que me haga de anfitrión y cicerone.
Santi decidió que íbamos a dar
una vuelta por el casco antiguo y echamos a caminar. Rodeamos la catedral,
agregado de diferentes estilos (renacentista, barroco, neoclásico). Al parecer,
la primera catedral se construyó sobre los restos de la anterior mezquita, como
en todas las ciudades andaluzas. Seguimos por el callejero enrevesado,
básicamente por calles que mantenían la cota, con cuestas abajo a la derecha y
cuestas arriba a la izquierda, a cual más empinadas. En estas calles
horizontales de trazado serpenteante vivía antiguamente la clase más acomodada,
mientras en las cuestas vivían los pobres.
Vimos una serie de iglesias y
palacios antiguos de granito y caliza, como el Palacio de Villardompardo, que
actualmente alberga un centro cultural muy potente, bajo el cual hay unos baños
árabes bastante interesantes. Santi me dijo que la visita era gratuita y muy
recomendable para que la hiciera yo al día siguiente. En cambio, ver la
catedral cuesta 8€, 7€ para los mayores, y a mí no me gusta que la iglesia cobre
por este tipo de visitas. No obstante, Santi me dijo que la visita era
interesante y que yo mismo. Dando la vuelta al palacio, encontramos la llamada
Calle de la Cuna.
El nombre de esta calle se debe a
que el palacio fue durante muchos años el hospicio público de Jaén y allí, en
un lateral del edificio, había un ventanuco con torno en el que las recién
paridas que no se sentían con ánimo de criar a sus hijos, o la situación
económica se lo impedía, dejaban el cestito con el crío y avisaban dando
unos toques en la madera. Parece que existen estadísticas que verifican que una
gran mayoría de estos niños abandonados se morían por infecciones o
enfermedades diversas. Cuando yo les cuento cosas como esta a mis hijos, les
cuesta mucho imaginar ese mundo que tenemos ahí a unos pocos centenares de
años. Los pocos niños que llegaban a mayores, eran bautizados y se les ponía el
apellido de Expósito (algo que yo ya sabía) o también el de Tirado (esto sí que
no lo sabía y me alucina). En Jaén son muy frecuentes los apellidos Expósito y
Tirado.
No se acuesta uno sin saber una
cosa nueva. También me enseñó Santi una capilla que está documentado que es el
punto en el que se fundó la ciudad. Existía allí un manantial de agua de muy
buena calidad y situado en posición alta a media ladera. Por eso se
establecieron allí los árabes, igual que en Madrid, porque ya les he contado
que los moros habían desarrollado un sistema de riego formado por los llamados
viajes de agua, canalizaciones abiertas de barro sin cocer por las que circulaba el
agua por la simple pendiente. El sistema incluía arquetas y codos, que podían derivar
el flujo incluso a noventa grados, lo que permitía suministrar agua a los
pequeños asentamientos que se iban edificando. El manantial de Jaén está ahora
seco pero quedan restos de su antiguo esplendor.
Tras nuestro largo paseo por el
centro, que por cierto está bastante deteriorado y lleno de inmigrantes,
bajamos a la zona más elegante, como si dijéramos de ensanche, al pie de la
montaña del casco antiguo. Allí, Santi me llevó a un bar con terraza, que se
llama el Panaceite. Nos sentamos afuera, porque la temperatura era lo suficientemente
suave. Y nos tomamos allí unas alcachofas y otras cosas de picar, seguidas de
sendas raciones de carrillada, cocinada con una especie de ras el hanut, que estaba deliciosa. Cayeron también unas cuantas
jarras de cerveza de presión, tras de lo cual, Santi me acompañó hasta el hotel
y se fue a dormir. Durante la velada hablamos de lo divino y lo humano, se
trata de un personaje muy interesante, culto, amable y buen conversador.
El jueves habíamos quedado a las
doce menos cuarto delante del Ayuntamiento, a espaldas de la catedral, con mi
amigo coreano Woo Chung, sus dos colegas del KDI y Mía Li, su traductora. Hace
un par de posts les expliqué cómo es que vienen por aquí unos coreanos y mi
papel de ponerles en contacto con los ex-alcaldes de Granada y Jaén. Los
coreanos llevaban ya unos días en Granada y el jueves venían a Jaén en un coche
alquilado, para nuestra cita en el Ayuntamiento, en donde nos esperaban a las
doce. Así que por la mañana, me duché en el hotel, me vestí, recogí todas mis
cosas para llevarlas al coche y pagué el hotel. Decidí volver al Panaceite,
donde me había enterado de que también se desayuna bien, y me senté, esta vez
dentro, para tomarme un café con leche y media tostada con aceite, tomate y
jamón (ya saben que en esta región ha de pedirse media tostada, porque la
entera es doble).
Eché a andar por el camino de
la noche anterior, rodeé la catedral y me acerqué a ver el centro cultural del
Palacio de Villardompardo y antiguo hospicio. Depende de la consejería de Cultura
de la Junta de Andalucía, es enorme y muy interesante. Además de los baños del
sótano, que se extienden bajo la plaza a la que da el palacio, visité varias
exposiciones, como una dedicada a Miguel Hernández muy interesante y otra de
arte naif, que ocupaba varias salas. No es este un tipo de arte que me interese
demasiado, pero la exposición era extensísima. Hice unas cuantas fotos de la
catedral (en el centro cultural están prohibidas) y les muestro un par de
ellas: la gran fachada barroca y la Capilla del Sagrario, reconstruida por Ventura
Rodríguez, después de que la original se derrumbara parcialmente como resultado
del terremoto de Lisboa, cuyos efectos llegaron hasta aquí. Por cierto, la
catedral fue diseñada por Andrés de Vandelvira, el autor de los magníficos
edificios de Úbeda y Baeza.
Me encontré con Santi a la puerta
del Ayuntamiento y enseguida llegaron los coreanos. El abrazo que me di con Woo
es de los que identifican a los amigos de verdad. Venía con dos ayudantes muy
jóvenes, con aire de becarios, aunque luego me precisó que ambos tenían
contratos fijos del KDI, uno llevaba cuatro años en la empresa y el otro dos.
En cuanto a Mía, sigue tan cariñosa como siempre. Subimos al despacho que el
Grupo Socialista tiene en el edificio y allí nos recibió el ex-alcalde y actual
jefe de la oposición, que se llama Julio, con tres o cuatro de sus compañeros
de grupo. Fueron muy amables; a pesar del horario apretado que suelen tener los
políticos, nos dedicaron más de una hora.
Woo hizo muchas preguntas
técnicas, sobre la financiación, la participación ciudadana, la gestión de las
diferentes fases, la concertación entre administraciones. Mía es una traductora
magnífica y permitía una conversación fluida. Los dos jóvenes no decían nada,
pero tomaban notas como locos. Y hasta Santi y yo nos animamos a intervenir con
acotaciones técnicas o históricas. Como saben, el PP paralizó la inauguración
del tranvía de Jaén cuando ganó las elecciones locales de 2011, contienda en la
que venció con un programa en el que prometió justo lo que hizo: no utilizar el
tranvía.
Yo, por ejemplo, apostillé que la
derecha es reacia en todo el mundo a cualquier medida que limite la libertad
del automovilista, pero Santi dijo que la derecha en España es particularmente
casposa y retrógrada en estas cuestiones que, en realidad, deberían estar fuera
del debate político: nos estamos cargando el planeta y hay que hacer algo al
respecto. Tal vez tenga razón, pero en París las medidas de la señora Hidalgo
fueron recibidas por la derecha con anuncios del apocalipsis inmediato, lo que
pasa es que allí fue reelegida, no como la señora Carmena o el alcalde de Jaén
que promovió el tranvía. Y yo tengo claro que, cuando una de estas medidas se
implanta y la gente ve que no pasa nada, luego ya no hay quien la revierta.
Pasó lo mismo con la prohibición de fumar en los bares y locales.
Bien, nos despedimos de los
políticos locales y caminamos hasta un restaurante que había reservado Santi y
cuyo nombre no recuerdo. Fue una comida magnífica, que empezamos con unas
coquinas fresquísimas y sin una sola arena. Continuamos con unas tostas
alargadas con anguila ahumada, guacamole y carpaccio de presa. Después,
alcachofas y daditos de merluza rebozados con ensalada de tomate. Los coreanos
disfrutaron como auténticos enanos. Nos sacaron un aceite con el que nos
echamos unos chorritos en el plato para mojar el pan mientras esperábamos la
comida, que les pareció ya extraordinario; después se llevaron tres o cuatro
botellas cada uno de las distintas marcas que tenían en la tienda.
Y estuvimos súper a gusto. Como
ya les he dicho, los coreanos son tan educados y exquisitos como los japoneses,
pero con unpunto informal, gamberro,
disfrutón. Pedimos una ronda de cervezas, en la que el más joven se excusó: era
el chofer y habían acordado que no bebiera para llevarles de vuelta a Granada
sin problemas. También era el encargado de las finanzas del grupo, que debía de
guardar todos los tickets y pagar con la tarjeta de la empresa. Los coreanos
son muy jerárquicos, si bien Woo trataba a sus dos colegas con mucho cariño y
muchas risas. Santi le preguntó a Mía que cómo es que había acabado viviendo en
España. Y ella nos contó su historia: había venido a hacer un equivalente al
Erasmus a Salamanca, allí se había enamorado de un español y ahora era su
esposa y madre de dos niños muy guapos con los que vive en Alicante. Yo hablé
de muchas cosas con Woo, que es un gran tipo. Vean aquí alguno de los selfies
que nos hicimos.
Woo me contó que tiene previsto
hacer un próximo viaje a La Coruña, para estudiar el caso del tranvía y a Pontevedra
para el modelo de peatonalización del centro, famoso en todo el mundo. Quedamos
en que vendrá a Madrid y desde allí vamos en mi coche a ver ambas ciudades, además
de Santiago de Compostela. Llegada la segunda ronda de copas de cerveza, yo me
excusé, porque debía de conducir de vuelta a Madrid. Woo, Santi y el segundo
coreano no perdonaron ronda. Mía bebía coca cola y el tercer coreano agua.
Terminada la comida nos hicieron entrega de unas bolsas de regalo de la empresa
con cajas de té de ginseng rojo coreano. A mí me tocaron dos, porque Woo me
traía una como regalo personal suyo. Desde el restaurante caminamos hasta una parada
de taxis, donde ellos tomaron uno que les llevara hasta su coche, en la otra
punta de la ciudad. Santi y yo caminamos hasta el centro, donde tenía yo mi
coche, y nos despedimos.
Llegué a Madrid sin incidencias
reseñables, había anulado mi sesión de yoga, pero llegué a tiempo de subir al
Ricla a comerme un pote asturiano de puta madre, con unas copitas de un Ribeiro
muy bueno que tienen. El viernes estuve en casa tranquilito por la mañana con
el gato y por la tarde acompañé a una amiga a una consulta en el Doce de
Octubre y, al salir, nos tomamos unas cervezas con algo de picar en el Café del
Gallo, un lugar con una amplia terraza enfrente del hospital, donde sirven unas
cosas muy ricas. El sábado tuve sesión de yoga y, de vuelta, me pasé por el mercado a reponer existencias. Comí y me dispuse
a ver el partido del Dépor, que ya ha cortado su racha de victorias por
goleada: ahora empata, pero de momento sigue de líder. Nadie dijo que fuera
fácil. Y hoy tampoco hay gran cosa que contar, salvo la propia escritura de
este post a la que me he puesto por la tarde.
Pero me gustaría comentar más en
profundidad un tema sobre el que hablé largamente con mi querido amigo Woo. ¿El
tranvía de Jaén fracasó por una cabezonería del PP, que prometió revertir el
proyecto estrella del PSOE? Bueno, en parte sí, pero es una interpretación un
poco simplista. El tranvía ha fracasado también en La Coruña, en Vélez Málaga o
en Parla. Sin embargo es un éxito en Granada o en Zaragoza. Este tipo de casos
son los que les interesa comparar al equipo de ingenieros del KDI, que está preparando
un informe muy elaborado, que le sirva a las ciudades coreanas para no meterse
en proyectos fallidos y resolver correctamente el problema de la movilidad en sus ciudades. Qué
se puede concluir al respecto.
En realidad, en los primeros años
de este siglo, el tranvía fue patrocinado por los partidos más a la izquierda como
un signo de modernidad, como algo que molaba mucho y era muy sostenible
medioambientalmente. Por eso muchos ayuntamientos de izquierdas se lanzaron a
promover tranvías sin un estudio de movilidad riguroso. Y esta infraestructura
es bastante cara. El tranvía de Vélez Málaga costó 40 millones de euros. Y el
de Jaén 120. El de Jaén se va a rehabilitar porque hay un consenso para ello,
ya está construido y se ha conseguido para su puesta en marcha una ayuda
europea de los fondos Next Generation. Pero no olvidemos que el PSOE perdió
unas elecciones locales en Jaén, las de 2011, frente a un grupo que promovía la
desaparición del tranvía. Es decir, que había una mayoría de la población que no lo quería.
En La Coruña funcionó varios años y luego se cerró, porque nadie lo usaba, era
deficitario.
En conclusión, para implantar un
tranvía en una ciudad hacen falta varias cosas: voluntad y liderazgo político,
un estudio de movilidad serio que determine si es viable como alternativa al
automóvil, un enfoque participativo riguroso, para determinar si la gente lo
quiere o no y un estudio financiero minucioso, para que no sea ruinoso o se le
crucen corruptelas. ¿Hubo todo eso en Parla? Es obvio que no. Y, si las
razones para implantar un tranvía son sólo de ecopostureo y hacerse los
modernos, el fracaso está asegurado.
Y eso es independiente de
izquierda o derecha: en la Comunidad de Madrid hay un Metro ligero que viene de
Pozuelo-Majadahonda a Madrid y que nadie usa, porque te lleva a una estación de Metro al
lado de la Casa de Campo con muy mala conectividad, cuando hay un magnífico sistema
de autobuses que te llevan a Moncloa en menos tiempo. Ese fue un medio de
transporte que implantó Esperanza Aguirre por ecopostureo y por emular a
Gallardón, que era muy popular tras la construcción del Metrosur. Y ahora es
una especie de tren de juguete que casi no tiene uso y es un fiasco. La compañía
de Metro es consciente de que es ruinoso, pero no se atreven a cortarlo, porque
es una obra promovida por los suyos. Si fuera de una administración PSOE dirían que
es comunista y lo cerrarían ipso facto. Vale, lo de siempre, que sean felices.
Un día antes de que se cumplan
seis semanas de mis intervenciones quirúrgicas a cargo de la Brigada Precrimen
Dermatológica, sigo sin tenerlos
resultados de los análisis de anatomía patológica de los laboratorios al
servicio de dicha Unidad de Precrimen y, créanme, estoy hasta los huevos,
porque esa indefinición me impide lanzarme a organizar mi plan fastuoso para
los próximos meses, que tampoco quiero anunciar en el blog hasta que se pueda
confirmar, que ya saben que trae mala suerte revelar los planes antes de que sean seguros.
Pero las cosas son así, me dijeron que de cuatro a seis semanas y no puedo
hacer otra cosa que esperar. Hasta que un día me llamen por teléfono para darme
esos resultados, o mi amigo médico en activo, que puede entrar en mi historial
médico (yo no puedo), me anuncie que ya los han colgado.
Esto es un ejercicio de paciencia
y contenciónfrente a la ansiedad
proverbial que te producen estas cosas, y más con una obra empezada en el piso justo debajo del mío, en la que están picando minuciosamente techo, paredes y suelo, con el estruendo previsible. Para estos momentos ayuda mucho el yoga, y los
amigos, siempre tranquilizadores, aunque yo creo que confunden sus buenos
deseos con mis posibilidades estadísticas reales. Alguien me ha
dicho: si tardan tanto, es porque no tienes nada grave; si fuera al contrario
te habrían llamado ya. Le consulto esto a mi amigo médico y me dice que es una
solemne memez, derivada de la ignorancia del personal. Peeeeero… Peeeeeero… Un
rayito de buenos augurios: si tardan tanto es porque los de la Unidad de
Precrimen lo han mandado por el procedimiento ordinario y no por el de
urgencia, lo que, en sí mismo, es una buena señal.
Así que a esperar. Por cierto,
mañana cogeré el coche a mediodía para bajar a Jaén, tomarme unas cañas con mi
amigo Santi, dormir en el hotel Xauen y estar listos ambos el jueves para
recibir a mi amigo coreano Woo Chung y sus colegas, acompañados por mi también
amiga la traductora Mía Li, con quienes visitaremos las instalaciones del
tranvía y nos reuniremos con el ex-alcalde que promovió el proyecto y supongo
que parte de su equipo técnico de entonces. En estos días de tediosa espera he
cumplido puntualmente con mis clases de inglés, guitarra y yoga y he tenido
alguna actividad menos reglada, que les paso a contar. El viernes 8 por la tarde,
tuve finalmente mi encuentro virtual en inglés con el estudiante de máster de
París Will McCurdy, que resultó no ser escocés, sino norteamericano de San
Diego. Teníamos previsto un encuentro de una hora, pero nos estiramos hasta
tres horas y media.
Un inciso. Le pregunté quién le
había dado mi contacto y me habló de un tal Antonio Ramos, o algo así, ni
siquiera estoy seguro del nombre. Créanme de nuevo: no tengo ni puta idea de
quién es este señor. Esto ya me ha pasado más veces, recuerden por ejemplo a Inés
Ramirez, profesora de urbanismo en Le Havre, a quien le dio mi contacto otro
profesor, en este caso de Grenoble, que me había escuchado en una de tantas visitas
de extranjeros que he atendido a lo largo de mis años de funcionario en activo
del Ayuntamiento de Madrid. Estas cosas me gustan mucho, porque me confirman
que todo ese enorme esfuerzo ha producido sus frutos y me mantiene en contacto
con una red internacional de personas que valoran mi forma de entender la planificación urbana. Y la vida, en general.
Por lo demás, el bueno de Will no
sabía nada de urbanismo. Vamos, ni el ABC. Su ignorancia era tan llamativa, que
le pregunté por su formación y me dijo que no era arquitecto ni nada por el
estilo, sino licenciado en Historia Contemporánea, profesor de inglés a tiempo
parcial y que se había apuntado al máster de Desarrollo Urbano de París porque
le interesa mucho el tema. Me había llamado la atención que no hubiera oído hablar
de las Súper Islas de Barcelona, o de conceptos como el urbanismo táctico.
Siendo un tipo con un componente transversal y humanista como el mío y una
curiosidad infinita, su entrevista conmigo fue para él un auténtico tesoro,
tomaba notas continuamente y no quería terminar el encuentro nunca, tuve que
seryo el que le dijera que cortábamos
porque ya estaba cansado. Y quedamos en que, una vez que digiriera toda la
información que le había dado, tendríamos nuevos encuentros a su antojo; que me
podía contactar de nuevo sin problemas.
Y el sábado, invité a comer en mi
casa a Henry Guitar, Crispulo y dos señoras que se apuntaron. Les cociné un
pollito con ras el hanut, que me salió muy rico, pero que tengo que
perfeccionar. En realidad, en un momento de la elaboración, me pareció que
estaba muy espeso, le añadí agua y la cagué, porque supongo que me pasé de
agua. Salió un poco líquido, aunque riquísimo y, con el arroz basmati que les
hice de acompañamiento, el exceso de líquido quedó equilibrado en los platos.
La próxima vez que lo haga, le añadiré menos agua y tal vez no le venga mal una
pastilla de Avecrem. Ellos aportaron el vino tinto (nos soplamos dos botellas,
más los vermús y cervezas iniciales), el pan, los aperitivos y el postre. Y
salimos de la mesa directos a las siestas por la casa, que le permitieron a
Tarik Marcelino señalar al que le ofrecía un asiento más mullido, premio que
recayó de nuevo en Henry, como pueden ver abajo.
Como ven, nada extraordinario. Y
quizá sea este el momento de echar una mirada alrededor, como me vienen reclamando algunos de mis seguidores más fieles, que dicen que no hablo nada de
Gaza y Ucrania y que por qué no me pronuncio. Tienen razón, lo que pasa es
que el contexto general es tan deprimente que hablar de ello es radicalmente
incompatible con el talante positivo del que yo siempre he querido dotar a este
blog, que bastantes cosas tristes tienen ustedes que aguantar a su alrededor,
queridos lectores, como para que encima les machaque yo aún más con mis reflexiones
al respecto. Ese matiz me ha llevado a la táctica del avestruz: yo meto la
cabeza debajo de la tierra, dedico mis posts a hablar de las peripecias minúsculas que me van
sucediendo y allí me las den todas. Pero ya mis lectores me reclaman algo más y
también me ha llegado a lo más hondo el discurso del otro día de mi admirada y
querida Susan Sarandon, ante una manifestación a favor de Palestina, en Nueva
York y bajo un persistente diluvio. Ha circulado mucho por los Whatsapps estos
días, pero, por si no lo han visto, aquí lo tienen.
Impresionante. Tiene razón esta señora. No podemos ponernos de perfil. Así que, vayamos a ello. Les recuerdo que
yo no soy un analista político, tarea para la que no estoy en absoluto
cualificado y, por el contrario, este foro es un lugar donde se consignan
sentimientos, los míos. Así que, si no están de acuerdo con algo de lo que yo
diga, no se sulfuren ni me pongan comentarios chungos, por favor: yo no estoy
en posesión de la verdad, sólo doy mis opiniones, ustedes pueden aportar las
suyas, pero sin acritú. Tal vez
deberíamos empezar por el panorama nacional. En primer lugar, toda esta mierda
de las tramas corruptas que aprovecharon la pandemia para forrarse a dos manos
comprando mascarillas medio rotas y cobrando comisiones de escándalo. Ya sean
los diferentes allegados de Ayuso, los Medina y Luceño o el inefable Koldo y
sus chanchullos con Ábalos y otros. Una vergüenza. Qué se puede esperar de un
país como este. Por cierto, no sé cómo nadie se ha dado cuenta de una
coincidencia de rostros muy llamativa. Vean primero a Koldo, en segundo término detrás de
Ábalos.
Díganme. ¿No les recuerda a nadie
ese siniestro caballero? A mí sí. Es clavadito al señor de abajo.
Sí señor, el ínclito señor
Roldán. Como decimos en mi tierra, es que el Koldo es cuspidiño a Roldán,
solamente que se recorta la barba según la moda actual y se ha puesto unas gafas para disimular.
¿Habrá una especie de fenotipo del mamporrero? ¿Es posible que nadie en el PSOE
se hubiera dado cuenta de la calaña o catadura de este sujeto? Confiemos en que
los tribunales den cuenta de él y de todos los demás implicados en la mandanga
mascarillera. Este es un tema lamentable, pero, como dice Susan Sarandon, la
Historia los pondrá en su sitio. Y la Historia ya va poniendo en su sitio al
señor Aznar y su empeño en decir que lo del 11-M era obra de ETA. Este señor,
está en camino de quedar para la Historia como un auténtico cazurro. Veinte
años después de los atentados de Atocha, se han publicado algunos artículos que
demuestran la falacia de este caballero que nos quiso hacer comulgar con una
rueda de molino, por intereses puramente electorales y que nunca se ha disculpado
por ello.
Tampoco se ha disculpado por
vendernos el bulo de las armas de destrucción +IVA que sólo existían en la
fantasía de algún analista yanqui equivocado o interesado en que se armara una
guerra. Tanto Bush como Blair se han disculpado por esta metedura de pata
descomunal, que ha dejado a Irak jodido de por vida; es Aznar el
único que no se ha disculpado por ello, a pesar de que su papel en la foto de
las Azores era el de simple palmero, puesto que nosotros no enviamos tropas de combate,
sino hombres de apoyo en retaguardia y tareas humanitarias. Aznar tenía que
salir en esa foto como fuera, igual que ponía las patas sobre el escritorio de
Bush o montaba una boda para su hija en El Escorial, como si de una reina se
tratara. Desde la izquierda se da por hecho que nos hicieron el atentado del
11-M en respuesta a la presencia de
Aznar en esa foto. Sin embargo, yo no comparto esa teoría, lo siento. Ya lo
dije en el blog.
Según lo que yo sé, el terrorismo
ataca donde puede, de manera bastante indiscriminada. Y yo creo que atacaron en
Madrid porque en ese momento era un flanco mal atendido, porque, mientras en
toda Europa estaban en alerta, el gobierno de Aznar, en su soberbia y
ensimismamiento, no tenía el territorio nacional bien protegido y no hizo caso
de los avisos de la inteligencia y eso hizo que nos pillaran en bragas, como
suele decirse. O sea, un caso similar al de Netanyahu, que ni se olió el ataque
de Hamas que ha desencadenado el horror actual. Por supuesto, que cada uno piense
lo que quiera. Lo que está demostrado es que Aznar hizo todo lo humano y lo
divino para prolongar la duda de si había sido ETA, porque pensaban que eso les
favorecería en las inminentes elecciones generales. Y que perdieron esas
elecciones precisamente por la mala gestión de la información sobre el
atentado. La gente no es tonta, se olió el gran engaño y castigaron
electoralmente a un PP que era favorito para ganar.
Y aquí entra el mecanismo de
intoxicación que pusieron en marcha Pedrojota y Losantos. Al respecto les
recomiendo que lean un par de artículos de estos días que explican al detalle
esa conspiración. El primero, de Jesús Ceberio, por entonces director de El
País y ahora anciano de cerca de 80 años. Para leerlo han de pinchar AQUÍ.
¿Cómo dicen? ¿Que no lo pueden abrir por no ser suscriptores de El País? Ese no
es mi problema, vayan a una hemeroteca, pídanselo a un amigo o, en último caso,
mándenme un Whatsapp pidiendo que se lo imprima en un pdf y se lo envíe. Lo
haré con mucho gusto. Otro artículo que es muy aclaratorio, lo encuentran
pinchando AQUÍ.
De estos artículos se deduce que,
durante años, los muñidores de esa teoría conspiranoica se dedicaron a insistir
en que la autoría de los islamistas no estaba clara y que no se podía descartar
que les hubiera ayudado ETA. Los medios de la derecha que no se sumaron a esta
línea, como el ABC y la edición digital del Mundo, se vieron presionados hasta
el extremo de que su directores fueron cesados. Ahora me explico yo algo que
observé. Por entonces yo seguía las ediciones digitales de El País y El Mundo,
por tener todas las opiniones, y me llamaba mucho la atención ver en los
kioscos las portadas de la edición de papel de El Mundo con grandes titulares
hablando de LA MOCHILA. Iba uno tan tranquilo por la calle y las letras
gigantes de los titulares sobre LA MOCHILA te saltaban a los ojos, cuando en el
digital apenas aparecía.
También se puede ver que esa
historia inauguró una línea, en la que todavía estamos. La de que los gobiernos
que no son de la derecha, son ilegítimos, aunque hayan surgido de unas
elecciones o de una moción de censura. Da igual. Zapatero era tonto (sí que lo
era en parte) y Sánchez tiene halitosis física, mental y política. Y uno bastante más tonto que Zapatero, el ínclito Albert Rivera, contribuyó al mayor hallazgo
lingüístico de ese movimiento: el sanchismo. Ya hemos hablado de este tema en el
blog, pero ahora quiero dar un paso más adelante. Porque esa insistencia en la
descalificación del gobierno de la nación, está generando en muchos una
reacción contraria. Yo no he votado nunca PSOE, pero cada vez me siento más
sanchista. Estoy agradecidísimo a este señor, que está ayudando a que tengamos
fuera del gobierno a Vox, igual que Macron en Francia con la señora Le Pene.
En cualquier caso, vergüenza
eterna para Aznar, Pedrojota y Losantos. Harían bien en hacer alguna declaración de disculpa, pero
no son capaces. Cierto que tampoco lo es Pablo Iglesias, responsable de haberse
cargado Podemos y con él el espíritu del 15-M, además de haber impedido que
ganara la señora Carmena en Madrid por segunda vez y a quien no se ha escuchado
una sola frase de autocrítica. O Irene Montero, que con su ley de sólo sí es sí
propició por torpe la salida de la cárcel de más de mil condenados por delitos
sexuales y tampoco se le ha oído disculparse o desviarse de su posición ni un
milímetro. Con cosas como estas, comprenderán que no quiera escribir de
política en el blog. Me estoy alargando ya mucho y creo que dejaremos Ucrania y
Gaza para otra entrada posterior.
Porque quiero cerrar con una idea
más sobre lo expuesto más arriba. Seríamos muy simplistas si pensásemos que esos
tres personajes siniestros, con el del bigote a la cabeza, fueron una especie
de demonios que engañaron a medio país para llevarlos por donde ellos querían.
Es lo mismo que si creemos que Hitler era un loco aislado que convenció a
todos los alemanes de que se volvieran cómplices del horror absoluto. Y no fue
así. En Alemania había antes de Hitler mucho antisemitismo y mucho clasismo y
fascismo camuflado. Hitler se limitó a canalizar ese odio, esos enemigos de los
que habla Susan Sarandon: el odio, el racismo, la codicia, etc. También en España
había mucho fascista y mucho franquista antes de Aznar. Este señor lo que hizo
fue encenderlos, activarlos y crisparlos. Y quiero recordarles una anécdota mía
personal que ya he contado dos veces, pero que muestra esto que quiero decirles
y viene como anillo al dedo a este momento de veinte aniversario del 11-M.
Día siguiente a la matanza.
Manifestación de repulsa a la que me sumo. Mucha gente bajando por la calle Génova
hacia Colón. A mi derecha caminan dos pijos de libro, con pantaloncitos de color claro, camisas bien planchadas y
jersey sobre los hombros con un nudo en
la pechera. Van hablando de sus cosas
tranquilamente. En un momento dado, el más bajo, con cara de mamón (quiero
decir, boca abierta, labio superior deformado hacía arriba desde pequeño), un
tipo graciosillo, canchero, colega, se viene arriba, empieza dar palmadas e
inicia un grito para ser coreado: VAJCOS SÍ, ETA NO. El más alto le frena: qué
dices, si no ha sido ETA. El mamón se para, frunce el ceño y pregunta: ¿Quién lo
ha dicho? Su compañero le responde: joder, lo están diciendo ya todos los
medios. Entonces el mamón abre los brazos estupefacto y concluye: ¿Entonces qué cojones hacemos aquí tú y yo?, Vámonos
a tomarnos unas birras.
Eso no me lo ha contado nadie, lo
vi con mis propios ojos. Aquellos dos pájaros querían oír lo que Aznar y sus
secuaces estaban diciendo y no otra cosa. No querían que la verdad les estropeara su historia. Seguro que se pasaron luego dos años muy interesados
en el tema de LA MOCHILA. Y no me cabe duda de que ahora son padres de unos
chavales de los que se dedicaron durante meses a ir a la sede de Ferraz a
montar el pollo. Por cierto, otra cosa que les repito: el muñeco que apalearon entre
rezo y rezo del rosario, diciendo que representaba a Sánchez, a mí se me
parecía más a Feijoo, lo que son las cosas. Esta gente, herederos de
franquistas que se enriquecieron durante los años de la dictadura por sistemas
que ahora no quieren que se investiguen, seguirán dando la murga toda la
legislatura. Pero Sánchez resistirá como el Dúo Dinámico. Y los catalinos le
harán su juego de amagar con no apoyarle,
para al final plegar velas. Por la cuenta que les trae. Lo dicho. Que sean
buenos.
Aquí sigo a mi tran-tran casero,
con un tiempo excepcionalmente frío, sobre todo en mi ático del Barrio de las
Letras, un piso muy expuesto y especialmente sensible a los vientos fuertes y
las temperaturas gélidas. Hace hoy una semana que terminé
y publiqué mi post anterior, empezado un día antes. Desde entonces, las cosas han
seguido su curso sin grandes novedades. Acabado mi trabajo con el blog, cené
algo ligero, leí un rato y me fui a dormir. El miércoles por la tarde acudí al aeropuerto a recoger a mi hijo Kike que venía a Madrid en viaje de trabajo. Con el coche lo acerqué a casa y seguí después a mi clase de
guitarra. Previendo la premura entre ambas citas, había cargado la eléctrica en
el maletero antes de salir de casa.
Tuve una intensa y larguísima clase de la
que salí bastante cascado, porque con motivo de mi viaje a París había faltado
a las dos clases anteriores. Nada más salir de la academia, miré mi móvil para
ver cómo iba España en la final de la Nations League de futbol femenino. Íbamos
ganando dos-cero. Conduje hasta mi garaje, subí a casa: el partido estaba
recién terminado y las chicas esperaban ya para recoger la copa. Kike había invitado a cenar a una pareja de amigos, evento al que me sumé y para el que estaba preparando unos spaghettoni cacio e
pepe, que se pueden imaginar cómo estaban. Abajo la foto que nos hicimos
después de tan estupenda cena.
La sobremesa se prolongó divertida, hasta que los amigos se fueron. Entonces, me puse el partido entero en
diferido; tanto me gusta ver cómo juegan estas chicas que mantienen un grado de
excelencia admirable. Ahora mucha gente las sigue pero, cuando yo empecé a
hablar de Athenea del Castillo o de Aitana Bonmatí en este blog, muchos de mis
lectores se lo tomaron como otra extravagancia de las mías, como la que me
traigo con Samantha Fish. Háganme caso: estas chicas juegan como los ángeles. El
gol que marcó Bonmatí a Holanda en la semifinal merece la pena ser visto. Más abajo
tienen el resumen de este partido, que ese día vi en
directo, recién llegado de París. Son tres minutos, por si alguien quiere repasarlo.
El primer gol de España, lo marca
Jenny Hermoso haciendo una especie de tuya-mía entre sus dos piernas, hasta que
encuentra el hueco para tirar, un gol de veterana con muchas mañas. Pero es que
el segundo, de Bonmatí, es de verdadero escándalo. Mientras la extremo avanza
por su carril, se puede ver a Aitana corriendo como loca por el centro, para
llegar antes que todas las defensas, levantar la pierna derecha y fusilar a la
portera a bocajarro. Este tipo de jugadas, que en su día hacía Di Stefano, se ven ahora con poca frecuencia en el fútbol masculino.
Mientras yo veía la final en
diferido, mi hijo se acostó, que tenía que madrugar al día siguiente. En
efecto, el jueves se levantó muy pronto y se llevó mi coche para llegar a la primera
reunión de trabajo que tenía, en la sede de su empresa en Torrejón. Yo remoloneé en la
cama un buen rato, me levanté para mi clase de inglés on line y dediqué el
resto de la mañana a mis negocios. Comí un par de tostadas con tomate y jamón,
me eché una siestecilla y luego caminé hasta mi centro de yoga. Al salir de clase, me
obsequié con un potaje de garbanzos, bacalao y espinacas en el Ricla, el bar de
mis amigos, que me tenían ese plato preparado para festejar mi regreso
venturoso desde París.
El viernes me levanté con mi
hijo, que ese día teletrabajaba, desayunamos bien y echamos la mañana cada uno
a sus cosas. A mediodía, Kike me hizo otra pasta espectacular, antes de seguir
trabajando hasta las seis. Entonces recogió sus cosas y se fue a casa de su
madre, donde se ha hospedado el resto de su viaje. Yo me acerqué al centro a
comprar café en La Mexicana y alguna cosa más en el súper del Corte Inglés, en
donde suelo comprar las cosas que no encuentro en el Alcampo de mi barrio.
Volví, coloqué las compras en sus lugares respectivos y salí de nuevo. Tomé el
Paseo de las Delicias y caminé por él media hora para llegar al Teatro Español del Matadero. Había quedado allí con un grupo amplio de amigos para ver la
obra Vania x Vania, que les recomiendo encarecidamente ver: creo que es una
de las mejores obras de teatro que he visto este año.
La obra la ha montado la compañía
Kamikaze, que regentó el Teatro Pavón en
Lavapiés hasta que tuvo que cerrarlo. Y se representa en dos versiones. La
primera es fiel a la obra de Chejov (Tío Vania, 1899) y la presentan los seis
actores sentados en sillas, sin escenografía alguna, solamente mueven en
ocasiones alguna silla o se tiran al suelo. En la segunda hay una escenografía
y la obra se reinterpreta trayendo la problemática de la Rusia rural del siglo
XIX a la Castilla actual. La crítica y, digamos, la intelectualidad teatrera de
Madrid, se han puesto de acuerdo en que es imprescindible ver las dos
versiones, a elegir: el mismo día una detrás de otra, o en días sucesivos. A mí esto me parece un exceso y ya
les digo que me he limitado a ver la segunda, que me ha parecido magnífica. La
adaptación al tiempo actual, el guion y la actuación del repertorio es
magnífica, destacando un Javier Cámara que está inmenso.
Le había visto en numerosas
películas, sé que es un buen actor, excelente por ejemplo en Truman, con Ricardo Darín. Me gustó
menos en El olvido que seremos,
porque lo veía a él y no al personaje que representaba, el padre asesinado del
escritor Héctor Abad. Pero verle en directo haciendo teatro es una experiencia
única. Con enorme maestría y empatía, representa al típico campesino amargado
por no haberse ido a la ciudad como otros, que comprueba que toda su vida es un
fracaso y lo expresa con grandes aspavientos ante los demás personajes que
intentan animarle. La problemática es igual en la Rusia antigua que ahora en la
España vaciada. Por eso sacan los tractores y vienen a dar la murga a las
ciudades, porque están desesperados.
Salimos del teatro abrumados,
para encontrarnos con una noche tan gélida e intempestiva que ni siquiera nos
tomamos la caña de después. El sábado subí por la mañana a una nueva sesión de
yoga, luego me tomé la reglamentaria torrija con un vinito dulce y un café en
La Casa de Las Torrijas y a continuación cogí el Metro para acercarme a la
Vallecas profunda a tomarme el aperitivo con mis colegas músicos Henry Guitar y
Críspulo a los que tenía muchas ganas de ver. Recalamos esta vez en el bar Bada
Vink, un antro de la zona de Palomeras ya al límite con la M-40, donde te ponen
de tapa cosas como callos con garbanzos y oreja. Hicimos buenas risas y bebimos
lo que corresponde en estas ocasiones, antes de retirarnos a nuestros cubiles
respectivos, en mi caso a comer algo rápido para echarme una buena siesta.
Después estuve trabajando en los
asuntos que tengo entre manos hasta la noche y ya no salí más. El domingo, mi
hijo Kike decidió organizar una comida conjunta conmigo y con su madre, como
suelen hacer tanto él como su hermano Lucas, cada vez que vienen a Madrid. Se
decidió democráticamente que yo pondría la casa, Kike cocinaría y su madre
aportaría el vino y el postre. De nuevo nos hizo una pasta estupenda, esta vez
con judías verdes y tomatitos cherry incorporados. La cosa se prolongó
bastante, incluso sacamos una botella de cava que tenía yo en la nevera, todo
ello para gran deleite de Tarik Marcelino a quien le encanta que venga gente a
casa. Vean como eligió entre los tres contertulios al que le ofrecía más
tranquilidad y asiento mullido.
A las siete de la tarde los eché
de casa porque quería centrarme en ver el partido del Dépor, del que les hablaré
más abajo. Luego, celebré la importante victoria con una cena en condiciones y
me acosté, feliz como una perdiz. Ayer lunes dediqué la mañana a mis asuntos
particulares, comí unas sobras que tenía por ahí de los días anteriores y me
puse a escribirles, pero no me dio tiempo a terminar el post, porque tenía yoga
de siete y media a nueve. Esta mañana también he estado muy ocupado, pero a eso
de la una me he cogido el coche y me he acercado a comer al Campo de las
Naciones, donde mi antiguo trabajo, al bar de mis amigos Sonia y Mon a los que
hace tiempo que no veía. Y después de la correspondiente siesta me he sentado a
acabar este post. Por cierto, Kike tuvo que trabajar ayer, pero se fue en tren
a Torrejón con todo su equipaje. Por la tarde, al terminar su trabajo, se fue en un taxi al
aeropuerto, que está al lado, y se volvió a París, hasta la próxima misión.
Pero, a lo largo de este texto
les he hablado varias veces de algunos asuntos que me han tenido ocupado estos
días y a los que hace referencia el título del post. Hay en este apartado algún
tema familiar con mis hermanos, que no les voy a explicar aquí, pero también algunos
asuntos más blogueros, que ahora les cuento, además de ponerles al día de la
actualidad del Deportivo de La Coruña, que de modo sorprendente se ha puesto a
jugar bien después de Navidad y tiene a todo el mundo asombrado. El primero de estos asuntos tiene que ver con un joven urbanista que se llama Will McCurdy, imagino por el nombre que es escocés, que estudió en
la Paris-8 y está preparando un estudio o tesis sobre las formas en que las
grandes ciudades europeas están adaptando su modelo urbano a propuestas con un
enfoque más medioambiental.
Alguien le dijo a este buen
hombre que yo podría darle unas opiniones fundamentadas sobre el tema, no sé si fue Alain Sinou o tal vez alguno
de los alumnos a los que di clase el año pasado y con los que sigo conectado
por Linkedin. Porque fue antes de mi viaje a Paris cuando este chico me
escribió. Le contesté que iba a estar diez días en París y que tal vez podíamos
encontrarnos para un café, o en la universidad, pero me dijo que justo esos
días estaba de vacaciones fuera de París (efectivamente, se trataba de esa semana
de descanso que en Francia se lleva a rajatabla). Entonces le propuse que me
mandara un cuestionario, yo le daría mis opiniones sobre los diferentes
temas y, después de que él se estudiara mis respuestas, podríamos mantener un
encuentro vía Zoom. Es la forma en que se hacen estas cosas en los últimos tiempos.
Así que me mandó un
cuestionario muy amplio, que recibí en París y sobre el cual le dije que no me
pondría a trabajar hasta mi vuelta. Durante unos días me dio un poco de pereza
ponerme con él, ocupado en mis diferentes asuntos, pero este fin de semana ya
le metí el diente y ha sido algo bastante laborioso. Porque yo lo he escrito
primero en español y luego he tenido que traducirlo al inglés. La versión española
se la envié a mi amigo napolitano Gianni Rondinella, que es más especialista en
este tema que yo, y que me contestó que estaba de acuerdo con mis
manifestaciones a un 99%, si bien me hizo alguna matización que incorporé.
Porque mis opiniones sobre cómo se están haciendo las cosas en Madrid son muy
críticas, como no podía ser de otra manera. No es que lo diga yo, es que en
cualquier ranking que se elabore, Madrid aparece a la cola como ciudad adaptada a
la bicicleta, tanto en relación con las grandes capitales europeas, como con
las demás ciudades españolas.
Lo que yo le dije a este señor
es que, para mejorar la calidad del aire en las ciudades, puesto que de eso se
trata en suma, hay que adoptar dos tipos de medidas, unas preventivas y otras
correctivas. Y en Madrid, ahora mismo sólo se aplican las segundas. Las medidas
preventivas pasan por una voluntad política de cambiar el modelo de movilidad
urbana y una planificación estratégica con ese objetivo, como la que empezamos
a poner en marcha después de la victoria de la señora Carmena y que se continuó
en los años siguientes, mientras el urbanismo estuvo en manos de Ciudadanos.
Ahora, el PP prácticamente ha disuelto la Dirección General que nosotros montamos,
y solamente el área de Medio Ambiente implementa algunas medidas para disminuir
la contaminación, pero la calle sigue dominada por el automóvil.
Hay que recordar que el
automóvil es ahora mismo el único elemento contaminante, toda vez que la industria
ha desaparecido de esta ciudad, convertida en centro de servicios y oferta para
el turismo. También han desaparecido las calefacciones de carbón, después de
una larga lucha del Ayuntamiento en este terreno, que podemos englobar en lo
que yo he llamado medidas correctivas. Así que sólo queda el coche, un medio de
transporte individual cuyos partidarios acérrimos votan todos al PP, que
naturalmente ha de cuidar este semillero de votantes. Pero la ciudad se va poco
a poco rezagando en este terreno, no sólo ante París, Londres o Berlín, sino
en comparación con Barcelona, Valencia o
Sevilla. La última pregunta del cuestionario era si yo consideraba a la ciudad
capaz de cumplir los objetivos de la Agenda Urbana 2030. Mi respuesta es que me
parece imposible, a menos que se empiece a cambiar ya el modelo de movilidad
urbana, algo que no parece que vaya a suceder.
Otro asunto que me ha llevado su tiempo tiene que ver con mi amigo coreano Wooyun Chung. Este señor, Ingeniero
de Caminos que trabaja para el KDI, Korean Development Institut, el mayor think
tank de Corea y uno de los mejores del mundo, me visitó con unos colegas en
2016 y me tocó enseñarle las instalaciones de Madrid Calle 30 y el parque Madrid
Río, tras de lo cual, me los llevé a un bar a comer con unas cervezas y
sellamos nuestra amistad. El año pasado, Woo Chung reapareció para pedirme que
atendiera a un colega suyo, que se llama Han y está preparando un proyecto de
una autopista en Corea que ha levantado una oposición muy potente de toda la
población afectada por su trazado. Woo le aconsejó que viniera a Madrid, en donde
habíamos tenido un caso semejante, y donde él le pondría en contacto con la
persona que mejor le podía explicar el proceso.
Todo esto se contó en el blog, y
también que el tal Han era un tipo bastante estirado, algo de lo que Woo me
había advertido en tono medio de broma. Bien, pues Woo me escribió en febrero, porque
va a venir de nuevo a España, esta vez a Granada, Jaén y Velez-Málaga, para
estudiar in situ tres casos de implantación de un tranvía, el primero exitoso y
los otros dos fracasados. En su correo, que recibí antes de irme a París, me
decía que la traductora con la que cuentan en España, mi amiga Mía Li, estaba teniendo muchas dificultades
para conseguirles encuentros con instituciones como los ayuntamientos
respectivos o la Junta de Andalucía. Le pedí unos días para ver qué podía
hacer. Y entonces recordé que, con mi grupo de senderistas habíamos visitado
Jaén, guiados por un miembro del grupo que es de allí, aunque vive en Alcalá de
Henares.
Recuerdo perfectamente la ciudad
surcada por las vías de un tranvía que no había llegado ni a inaugurarse y de
la que ni mi amigo ni los lugareños
querían hablar, porque les daba vergüenza. Así que llamé a mi amigo, y resultó
que su hermano mayor, que se llama Santi, había trabajado en el proyecto del
tranvía, como ayudante de obras públicas, antes de jubilarse. Me dio su teléfono
y hablé un rato con él. Me contó que el tranvía de Jaén había sido el proyecto
estrella del Ayuntamiento socialista; que estaba a punto de inaugurarse cuando
se convocaron elecciones locales, y que el PP hizo su campaña sobre la idea de
que si ganaban revertirían el asunto (como hacen siempre) y que ganaron y
cumplieron su promesa. El tranvía lleva parado desde 2011, con las vías criando
verdín y los tranvías en la cochera.
Sin embargo, parece que ahora hay
un acuerdo de consenso para revitalizar el tema. Este acuerdo se debe a dos
factores: por un lado, Ayuntamiento y Comunidad son del mismo partido, PP, y por
otro, influye también el talante del actual presidente autonómico, Moreno, que representa
la línea más moderada y razonable dentro del PP. El caso de Vélez Málaga es
similar, se invirtieron 40 millones en una línea de tranvía que uniera el
pueblo con la zona de bloques de hoteles
y apartamentos de la playa, pero el proyecto se abandonó, entre sospechas de
corruptelas diversas. Y ahora hay también consenso, pero en este caso para enterrarlo
del todo. Y Granada dispone de un tranvía que une los municipios de la corona
del entorno entre ellos y con el centro de la ciudad, por lo que está conceptuado
como caso de éxito.
Es un tema tan llamativo que
hasta en Corea se interesan por él. El caso es que puse en contacto a Mía Li
con Santi, quien les ha conseguido entrevistas con los ex alcaldes de Jaén y
Granada que impulsaron los proyectos. Woo y dos colegas llegan la semana que
viene a Granada donde han cogido un hotel con Mía. Y tienen previsto viajar a Jaén el día 14 por la
mañana para entrevistarse con el ex alcalde. Santi les acompañará y yo también,
porque me interesa mucho el tema y me apetece encontrarme de nuevo con Woo. Así
que el miércoles 13 cogeré mi coche por la tarde y viajaré a Jaén en donde he
reservado un hotel céntrico. Esa noche me iré de cañas con Santi, a quien sólo
conozco por teléfono, pero lo suficiente para saber que es un gran tipo. Y el
jueves, ambos nos encontraremos con los coreanos para la visita técnica a las
instalaciones del tranvía y el encuentro con el ex alcalde. Luego comeremos juntos en
algún restaurante típico y cada oveja a su redil.
La organización de todo esto me
ha llevado también su tiempo, como se pueden imaginar. Pero me ha quedado
margen para seguir al Dépor de mis amores, que lleva un año esplendoroso. Les
recuerdo que mi equipo de toda la vida está por cuarto año consecutivo en la
tercera división del fútbol nacional. A pesar de ello, la afición le sigue apoyando
a muerte en un caso de fidelidad sin parangón en el mundo, como ha resaltado
hasta la prensa extranjera. Hace mucho que no hablo del Dépor porque me tenía
muy disgustado su deriva de estos años, penando por una categoría que no le
corresponde. En verano, la propiedad, en manos de la entidad bancaria Abanca,
decidió echar a todo el mundo y renovar a los jugadores, el equipo técnico y la
estructura del club. Y los primeros meses han sido terribles.
Hasta que se ha ido engrasando
todo, el equipo ha ido de culo, llegando incluso a ocupar plaza de descenso a
la cuarta categoría. Las navidades mostraban al equipo en mitad de la tabla, a
diez puntos del primer puesto, que es el que da derecho al ascenso directo. Pero desde
el uno de enero, el equipo ha recuperado lesionados, ha empezado a jugar bien y
el resultado es que ha ganado ya nueve de los diez partidos jugados, los últimos siete seguidos y los últimos cinco por amplias goleadas. Este domingo ganaron al Lugo por
4-1, alcanzando ya el liderato. Si seguimos así, subiremos este año a segunda y
empezaremos a luchar para volver a primera, que es donde tenemos que estar por
afición y por historia.
Por ahora, el Dépor es el equipo
que más puntos ha sacado este año en todas las divisiones, tres más que el Real Madrid
que lidera la primera. Con lo mal que lo hemos pasado en estos años, esto es un
subidón que yo ya no me esperaba. Así que volveré a hablar de este tema en el
blog, donde hace mucho que no me ocupaba de él. Les recuerdo que, tanto el fútbol
femenino como la tercera división se pueden ver gratis por la tele, lo que
ayuda bastante porque ya les he dicho que a mí me prohíbe mi religión pagar por
ver fútbol en la tele. Si el Dépor sube a Primera, reconsideraré seguramente
este precepto. O si se rescata la fórmula del pay-per-view. Yo pagaría lo que
me pidieran por ver un partido concreto que me apeteciera ver. Pero que no
cuenten conmigo para sumarme a ninguna plataforma. No quiero ser socio de
ninguna plataforma que me admita a mí como socio, como decía Groucho
(Marx, no el Coronel). Asi que, lo
dicho: que sean buenos.