lunes, 27 de junio de 2022

1.147. Doblemente en capilla

Sí señor, en capilla por partida doble, porque mañana tengo mi primera intervención como conferenciante único en el Ateneo de Madrid, donde ya he hablado unas cuantas veces, pero siempre como miembro de una mesa redonda y no como primer espada, pero además he empezado ya el régimen alimenticio específico para la preparación de la colonoscopia que me practicarán el jueves, con permiso del caos inducido en la ciudad por la cumbre de la OTAN que, entre otras molestias, me tiene la cabeza como un bombo con el helicóptero zumbando sobre mi casa a todas horas. Pero vayamos por partes. El cartel de la conferencia de mañana ya lo he traído al blog pero lo repito aquí abajo, por si alguno de mis lectores se anima a venir a escucharme, ya saben que están todos ustedes invitados.

La verdad es que tengo una sensación un poco de vacío en mi sinvivir habitual, por diversas circunstancias. El Billar de Letras se ha parado y no volverá hasta finales de septiembre. Las clases de guitarra con Henry también se han terminado hasta la segunda quincena de septiembre, puesto que me voy a perder la última de este miércoles, por la preparación para la colono. El sábado salí a correr y, casi terminando, me hice una torcedura fuerte del tobillo derecho, por lo que debo de parar el running al menos durante tres semanas. Y el inglés también lo tengo en stand by porque el bueno de Ed se ha ido a New York finalmente y no reanudará las clases hasta por lo menos el 14 de julio. Así que me queda únicamente el yoga. Hoy he ido a la academia y he logrado hacer la rutina entera, a pesar del mi tobillo lesionado.

La verdad es que esto del tobillo es una gaita y podría decir que siempre tiene que suceder algo así en el momento más inoportuno, pero con la vida que llevo cualquier momento resultaría inconveniente, así que no me quejo. Recuerdan que el fin de semana antepasado les conté mi excursión senderista. Pues el martes me llamó mi colega de la foto con los protectores de casco, para decirme que él y otro de los compañeros habían dado positivo por covid. Dado que se trata de dos de los ciclistas, espero que no sea nada serio: son dos personas capaces de hacerse 60 kilómetros en bicicleta, o sea que están en forma a pesar de ser grupo de riesgo por edad. Yo escuché a mi cuerpo y me encontré bien. En realidad, creo que corrí más riesgo en el concierto del martes con la sala El Sol abarrotada. Al lado de esto, lo del tobillo es pataca minuta, que diría el ínclito Caneda. Lo malo es que había quedado con Henry Guitar en acudir a las fiestas de Palomeras el sábado por la tarde noche y no me pareció prudente ir con el tobillo recién lisiado.

Estos días he estado preparando mi conferencia, con las únicas pausas de la consulta de preanestesia del jueves pasado y esta mañana que he acudido a la sede de Adeslas a pedir la autorización correspondiente y luego me he acercado al mercado a comprar cosas para mi nueva dieta, especialmente vino porque me dicen que no tome nada con burbujas y, que yo sepa, el verdejo de Rueda no tiene burbujas. Tampoco me han prohibido hacer yoga, así que he acudido como cada lunes y luego me he constituido en el bar Ricla como de costumbre. Allí he comido una tapa de bacalao en aceite y otra de queso manchego curado, ambas sin pan, y un par de chatos de buen vino blanco. Luego me he venido a casa, me he echado una siesta y me he preparado para conectarme a las seis con el estreno de un nuevo vídeo de Samantha Fish, que he visto en la tele mediante la conexión hdmi.

En realidad, yo estoy deseando que se pase todo esto para dedicarme en exclusiva a pensar en el festival de blues de Cazorla que será del 7 al 9 de julio. Mis dos colegas son realmente peculiares. Er Dani tiene un apuro de trabajo tremendo según me ha dicho, por lo que ha decidido venir únicamente el 7, porque nunca se perdonaría que viniera Zamanta a España y quedarse sin verla, pero al día siguiente se marcha, sin ver a Eric Gales y los demás. En cuanto a Henry Guitar, el otro día le propuse discretamente si le parecía que fuéramos en mi coche. Respuesta: pues va a ser que sí, porque yo no tengo coche, es más, por no tener, no tengo ni carné de conducir y no he conducido en mi vida. Este hombre es un figura. En fin, les voy a poner aquí el vídeo que Sam ha estrenado esta tarde, para que vean cómo está de gordita y de simpática. Es un vídeo patrocinado por la marca norteamericana de cervezas Sierra Nevada, muy popular en la zona de Los Ángeles y San Francisco. Son solamente cuatro canciones y algunos párrafos entre ellas, que no hace falta que entiendan. Les recomiendo especialmente la última All the words, que no canta nunca en sus conciertos porque es muy triste y muy sentimental, pero es una preciosidad. 

Ya ven qué carácter, qué energía y qué personalidad tiene la diva de este blog, aunque no es la única. También está Athenea del Castillo que ayer domingo jugó con la selección española un amistoso contra Australia que vi en la tele y que ganaron las nuestras por 7-0. Esta mañana el seleccionador ha dado la lista definitiva para la inminente Eurocopa (tenía que hacer cinco descartes de última hora) y, como no podía ser de otra manera, Athenea está entre las elegidas. Pero el blues, junto con el yoga, ha pasado a formar parte de mi vida cotidiana, hasta un punto que no sospechaba. En Cazorla voy a asistir a conciertos de grandes artistas consagrados como Eric Gales o Tommy Castro and the Painkillers, junto con otros más veteranos como Raimundo Amador, o Twangero, a quien no conozco, pero dice Henry Guitar que es cojonudo. Por cierto, abajo les muestro mi nuevo carné de miembro de pleno derecho de la SBM, la Sociedad del Blues de Madrid. Este carné conlleva rebajas en el precio de los conciertos en Madrid, citas para jam sessions y similares. Vean la foto.

Por ejemplo, si el tema de la colonoscopia sale bien (vuelvo a tocar madera), el viernes podría acercarme de nuevo a Palomeras a ver otro concierto de Osi Martínez and Guille the Kid, que tocan en un bar del barrio. De aquí a que empiecen las clases de guitarra otra vez, he de practicar todo lo que pueda para no perder lo aprendido en este año y medio largo. Últimamente con el sinvivir que les he ido contando, la verdad es que no he practicado apenas y estoy un poco estancado. Pero ahora espero tener más tiempo, puesto que aparte del yoga y la lectura no voy a tener muchas más ocupaciones veraniegas. Ya me estoy acabando el libro Hubo un jardín, de mi amiga Valeria Correa que, como el anterior La condición animal, es desigual, en mi opinión, con algunos relatos sensacionales y otros más flojos, aunque todos ellos bien escritos y con algún punto de interés. A continuación me pondré con Los vencejos de Fernando Aramburu. Pero la música es algo especial, y vean lo que decía al respecto el gran Frank Zappa.

Se lo traduzco, añadiendo artículos determinados donde corresponde: La información no es conocimiento, el conocimiento no es sabiduría, la sabiduría no es la verdad, la verdad no es belleza, la belleza no es amor, el amor no es música, la música es LO MEJOR. Excelente frase con la que estoy bastante de acuerdo. Yo estoy muy encelado con los nuevos valores del blues, como los que vienen a Cazorla, el gordo Christone Kingfish Ingram o las chicas de Larkin Poe, pero un clásico es un clásico y entre los grandes guitarristas históricos del blues no podemos olvidar al gran Eric Clapton, de quien, en sus inicios, toda Inglaterra se llenó de chapitas y pegatinas que decían Clapton is God

El gran Eric está medio sordo, dicen, pero se ha puesto a editar su colección de vídeos y grabaciones de la época gloriosa, que se pueden comprar por Internet. Entre estos documentos impagables, un disco que se llama Nothing but the blues y recoge la grabación en directo de un concierto de 1994. Entre los vídeos de ese fabuloso concierto, está esta maravilla con la que ya les dejo, que tengo que descansar para mis saraos inminentes: Have you ever loved a woman. Esto es algo ciertamente fuera de serie. Y contiene una pregunta interesante: ¿han amado ustedes alguna vez a una mujer? Lo dicho: que sean buenos. 

2 comentarios:

  1. Espectacular lo de Clapton, qué manera de tocar. Por otro lado, no me extraña que esté medio sordo, como muchos rockers de esa generación, que no se ponían tapones en los oídos, como hacen ahora todos (Phill Collins está completamente sordo). En este video se ve que Clapton tiene las orejas al aire y el oído sufre con esos volúmenes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene razón, no había caído en ese detalle. El vídeo es de 1994 y en esa época nadie llevaba tapones.

      Eliminar