Bueno, entre las frenéticas noticias de la política nacional, que cada pocas horas nos dan un nuevo susto, y mi propia deriva enloquecida de saraos y acelerones, esto es un sinvivir desencadenado, una locura permanente; es que no tiene uno ni tiempo de disfrutar un rato de Samantha Fish y su arte. Empezaré por mi locura de vida de jubilado, para ir luego de lo particular a lo general, al contrario de lo que suele ser habitual. Como saben, este lunes tendré una clase presencial en el máster de Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática de la ETSAM que dirige mi amiga Ester Higueras, en el que les contaré mi relato de la historia de la ciudad centrada en su relación con el agua, algo que ya se contó en el blog hace años y que remataré con un enfoque sobre el proyecto Madrid Río. Ester ya me ha escuchado esta conferencia en alguna ocasión y ha decidido que le cuadra en el contexto del máster de este año, lo que le agradezco en el alma. La clase será a las siete de la tarde, así que me acercaré en coche a la Escuela, para poder volver luego pronto a casa y descansar.
Porque el martes tengo un sarao diferente, un encuentro con la ciudad de Bogotá del que ya les he hablado, en el que tengo una intervención de 20 minutos para contar Madrid Río, seguida de un debate específico, como uno de los tres ejemplos sobre los que quiere conversar el equipo urbanístico de la capital colombiana, de cara a su proyecto de conversión en eje verde de la Carrera Séptima, que pasará de ser una vía de tráfico rodado, a una sección más blanda, de convivencia con peatones, bicicletas y zonas verdes. Las otras dos ciudades invitadas serán San Francisco y finalmente Londres, en un sarao que empieza a las 15.30, hora de Madrid y dura tres horas, tras lo cual tendré apenas una hora de descanso hasta conectarme con mi sesión de Billar de Letras para analizar la novela Los Incendiarios, que me está gustando un montón y de la que ya les hablaré otro día. El evento colombiano está promovido por la red ONU-Hábitat y ha retrasado la fecha para que lo pueda presidir la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Vean abajo el poster de dicho encuentro.
Así que estos días estoy intentando prepararme los dos saraos, ambos de compromiso, de cara a que me sigan llamando para cosas similares en los tiempos venideros, lo que me ayudaría a mantenerme en buena forma mental en estos tiempos de encierro a los que nos hemos tenido que acostumbrar a la fuerza. El problema es que, además, me estoy estudiando los proyectos presentados al Reinventing Cities para ayudar a mi jefa y mi compañera M. a quienes no puedo dejar de apoyar en cualquier cosa que me pidan, después de lo bien que me han tratado en los últimos cinco años de trabajo y el cariño que me demostraron en mi despedida como funcionario. Y además, tengo que leerme el libro para Billar de Letras, para lo que dispongo del tiempo justo. Y ocuparme de las gestiones diversas, propias de mi sexo y condición. De estas, ya les adelanto que la más ardua de todas es conseguir que la Seguridad Social se dé por enterada de que me he jubilado y disponga que me paguen la pensión. Pero yo no cejaré en el empeño y ya les contaré el proceso cuando logre que me paguen de una vez.
Otras gestiones ya las tengo finalizadas. Por ejemplo lo de renovar el carné de conducir, o lo de conseguir que la compañía Orange me ponga el Internet a través de fibra óptica, guerras que les contaré también otro día. Todas estas cosas me quitan tiempo de mis empeños laborales y vitales más importantes, pero las tengo que hacer. La semana que termina he tenido unas mañanas bastante ocupadas, que no he podido dedicar a los trabajos pendientes. El miércoles tenía previsto conectarme a las 10.00 con mi amiga Eva Gil, profesora de un curso de Arquitectura en la EPFL (École Polytechnique Fédéral de Lausanne), para concretar una posible charla en su grupo, con el que ya colaboré en las sesiones de calificación del año pasado. Finalmente la conversación se alargó más de lo que yo esperaba, por asuntos personales de ambos que no voy a contar aquí; hacía mucho tiempo que no hablábamos y teníamos mucho que contarnos. A las doce y pico cortamos, me duché, me vestí y cogí el coche para el APOT, donde había quedado con mis compañeras para organizar mi participación en el análisis de los proyectos de Reinventing.
Era cerca de la una cuando aparqué en el parque Juan Carlos Primero (con perdón). Llamé a mi compañera M. y le pregunté cuándo les convenía mejor que fuera, si ya o a las dos. Me dijo que lo segundo, así que me fui a comer a la Dehesa del Partenón, en donde me recibieron tan cariñosos como siempre. Luego caminé al APOT, con la alegría en el cuerpo de ver que puedo organizar mi mañana laboral llegando al trabajo a las dos de la tarde, con lo que yo he sufrido en el pasado por el absurdo del fichaje en los tornos y la obligación de cumplimiento de horario. Esta situación se parece bastante a la libertad.
El jueves me tocaba correr y de hecho empecé con mis vueltas dentro de casa, pero entonces sonó el teléfono. Mi compañera M. me pedía un favor, que la sustituyera en una reunión por Windows Teams con Hélène Chartier y algunas personas más en relación con un posible proyecto para un eventual Reinventing Cities III. Hélène se alegró mucho de verme otra vez, ya les conté que estuvo presente en mi despedida de la Dirección General y aguantó la hora entera a pesar de que no entiende una palabra de español. Había hablado luego con ella para darle las gracias y me dijo: Emilio, yo tenía que acompañarte en ese momento aunque no entendiera nada, porque Madrid ha sido una de las ciudades que más se ha involucrado en mi proyecto de Reinventing y todo eso sucedió a partir de que nos encontramos tú y yo en Portland en 2017, algo que no puedo olvidar.
La conferencia duró una hora, después reinicié mi carrera indoor y ya desayuné tarde y consumí parte de la mañana útil. Así que decidí bajar a comer al Matilda, que siempre es más rápido que cocinar. El Matilda ha estado cerrado casi dos meses, con un letrero que decía que cerraban por responsabilidad ciudadana, algo que contribuyó a alimentar la paranoia que me hizo encerrarme a principio de año y de la que ya les informé en el blog. Ahora me han confesado que lo que sucedió fue un caso de covid en su entorno familiar, que les obligó a una cuarentena de la que no quisieron decir nada y de la que han salido todos bien. ¡Madre mía! Esta tercera ola me ha pasado rozando por todas partes, he de dar gracias de que no me haya pillado.
Y lo del viernes ya fue el despelote. Estaba comprometido a participar en la presentación de trabajos en el curso de Darío Rivera, donde di mi charla hace poco. De estos trabajos saldrán los seleccionados para participar en Reinventing Students. La cita era a las 9.00 y yo entendí que se terminaba a las 11.00. Cuando el día anterior los técnicos de Orange que venían una vez más a casa a intentar instalarme la fibra óptica, me hablaron del viernes, les dije que a partir de las once, lo que quisieran. Para colmo, a las 12.45 tenía una entrada para bajar a ver la exposición de los expresionistas alemanes en el Thyssen, que una amiga me avisó que se clausura este domingo. Al final, resultó que la clase de Darío duraba hasta las 12.30, con lo cual se me juntaron las tres cosas. Pedí ayuda al portero negacionista de mi casa para que atendiera él a los técnicos de Orange y gracias a eso pude cumplir con todos. A la vuelta del Thyssen, estaba tan agotado que volví a recalar en el Matilda.
La buena noticia es que por fin tengo Internet por fibra, así que a partir de ahora los posts me van a salir niquelaos. Bueno, eso de que no tengo ni tiempo de disfrutar de Samantha es mentira, como ya se imaginan. Así que, antes de hablarles de la actualidad nacional, les voy a pedir que escuchen esta deliciosa intervención de Sam en un festival en Portland (Oregón, que no Valderribas) en el verano de 2016. En ese verano, yo estaba también confinado en Madrid, de baja médica por rotura de húmero, sin sospechar que un año más tarde me estaría paseando por las calles de esa ciudad del oeste americano, en mi primer workshop presencial de C40, en una de cuyas noches conocí a Hélène Chartier, un encuentro que cambiaría mi vida.
Sentada con una guitarra acústica, Sam acomete un riff hipnótico y acelerado, que le sirve de base rítmica para cantar un par de estrofas y permitir el lucimiento de sus dos compañeros también sentados: su amigo friki el obeso Christone Kingfish Ingram y un tercero con aires de asesino en serie. Ambos son unos solistas buenísimos a los que Sam cede todo el protagonismo guitarrero en este viejo blues. A destacar lo bien que se lo pasan los buenos músicos tocando juntos y el hecho de que Sam, siempre tan maqueada para los conciertos, aparece aquí enfundada en unas viejas mallas rotas por las rodillas. Pónganse la pantalla grande y disfruten de esta pequeña maravilla.
Toca pues hablar de la vertiginosa actualidad nacional y creo que trataré de establecer una cronología. La cosa empieza en abril de 2017. En ese mes, el presidente regional murciano Pedro Antonio Sánchez, acorralado por su imputación judicial en el caso Púnica y otros, pacta con la dirección nacional del PP su dimisión irrevocable, que le acepta la cúpula del partido, dirigida entonces por Rajoy y Soraya. Como el PP tiene una mayoría holgada, a un escaño de la absoluta, le sucede el siguiente de la lista, Fernando Miras, este jovenzano y esforzado caballero cuya imagen de esos tiempos (ahora se ha recortado las greñas), ven a la izquierda, el cual no logrará su investidura en primera votación, pero sí en la segunda, al cosechar más síes que noes gracias a la escéptica abstención de Ciudadanos, que no lo ve muy claro, pero sigue las directrices de Albert Rivera que ya por entonces barruntaba sumarse a la infame foto de Colón, convertir a su partido en Ciudadanospedorros y hacer el mayor ridículo de la historia política de la Democracia.
El nuevo presidente se convierte en el político más joven en encabezar un gobierno regional superando la marca de José María Aznar en Castilla León. Y le imprime a su gestión un empuje decisivo basado en su juventud, si bien no consigue quitarse de encima el olor de la corrupción de su predecesor, quien, tras retirarse de la política, vive ahora en Miami, sin que esté clara cuál es su ocupación. Llegan las elecciones de 2019 y la lista más votada es la del PSOE, pero Miras obtiene el respaldo de Ciudadanospedorros (y de Vox en la sombra) y continúa de presidente. En estos años hasta ahora, la situación del gobierno regional se ha ido avinagrando por momentos, al igual que en el Ayuntamiento de Murcia. Liberados de Rivera, los miembros de Ciudadanos se han quitado de encima el sufijo pedorros y han rescatado su viejo afán de luchar contra la corrupción. Y no les ha gustado lo que han visto a su alrededor, entre sus compañeros de ambas administraciones.
En la Comunidad, el reparto de vacunas ha sido un sindios, varios políticos y más de 400 funcionarios se han colado en la lista para vacunarse antes que nadie y hasta al obispo de Cartagena lo pillaron vestido de lagarterana para colarse camuflado en un turno al que no tenía derecho según la norma. En el Ayuntamiento, el jefe del grupo de Ciudadanos Mario Gómez había aceptado a regañadientes el acuerdo con el PP a condición de que se creara una Comisión de Transparencia, presidida por él mismo, que investigara la corrupción municipal. Por cierto, tanto las habituales prácticas municipales como las autonómicas incurren en corruptelas a partir del abuso de los contratos menores, para fraccionar otros más grandes. Por ejemplo: ¿que hay que hacer un puente que cuesta 30.000€? Sin problemas, se hacen dos menores por valor de 15.000 cada uno, que son de adjudicación directa. Gómez acumula un montón de información sobre todo esto, pero sus socios de gobierno municipal le tienen cortocircuitada la comisión, a la que no dejan avanzar.
Harto de la situación, Gómez le pasa más de tres gigas de información a la UDEF, la unidad de la Guardia Civil que investiga estos delitos, inaugurando con este paso una cascada de comportamientos antideportivos de libro, por todas las partes. Sí, ya sé que es por una buena causa, pero a mí me enseñaron de pequeñito que ser acuseta es algo muy feo. Este señor sabrá por qué lo ha hecho, pero a partir de aquí, todo vale. Gómez empieza a recibir amenazas en su teléfono, que denuncia ante la policía. El PP local le planta una querella criminal por revelación de secretos. Y desde la dirección nacional de Ciudadanos, Arrimadas empieza a maquinar la doble moción de censura en Ayuntamiento y Comunidad. Arrimadas sopesa este movimiento como forma de asomar la patita rompiendo la foto de Colón y ver qué pasa. Pero ha de hacerse con la máxima discreción, para evitar que en ambos lugares se huelan la tostada y la aborten convocando elecciones anticipadas.
Lo demás ya se lo saben. El miércoles a primera hora salta la liebre. Yo me entero por la televisión mientras comía en la Dehesa del Partenón. Y allí en directo anuncian la jugada de Ayuso en Madrid: a ella no le van a hacer la cusqui como al murciano, buena es ella. Aquí se produce una circunstancia clave. Arrimadas dice que se apresuró a telefonear a Casado a garantizarle que la jugada de su partido se circunscribía exclusivamente a Murcia, que no tenían intención de replicarla en ningún otro lado, y menos en Madrid. Pero Casado dice que esa llamada se produjo tres horas después de anunciarse las mociones de Murcia y en ese momento él ya no podía frenar a Ayuso, que nunca se ha llevado bien con Aguado, su vicepresidente de Ciudadanos y estaba deseando tener un pretexto para darle una patada en el culo. Yo creo que los dos dicen la verdad, no tengo motivo para no creerles. Arrimadas no podía llamar a Casado antes del anuncio, obviamente, pero metió la pata demorando esa llamada tres horas. Un error de pardilla que le puede costar muy caro.
Ayuso es ya incontrolable, tiene detrás al astuto y avieso MAR y yo creo que está convencida de que puede ganar con mayoría absoluta o apoyándose en Vox. Sin perder de vista que su movimiento es tan antideportivo como todos los demás en esta contienda, hay que reconocer que es una jugada brillante, porque pilla a la izquierda a contrapié. Podemos-Pero-No-Queremos, está fraccionado hasta el ridículo. Y el PSOE no tiene de quién echar mano y ha de encomendarse otra vez al sieso de Gabilondo, qué tristeza, por Dios, cómo van a ganar con un tipo tan aburrido y con tan poca energía. Sí, ya sé que es un señor muy inteligente, buena gente, formado, educado y todo lo que ustedes quieran, pero no tiene el gancho que se requiere para esta guerra y lo ha demostrado a lo largo de toda su carrera de político. Es un mandiles y Ayuso se lo come entre pan sin mover apenas un dedo. El mejor retrato de Ayuso lo leí precisamente en La Voz de Galicia y lo firma Pousa, una de las mejores plumas periodísticas de Galicia, en mi opinión. Pueden leerlo AQUÍ
Pero el culebrón no se había terminado. Faltaba la intervención del campeón mundial de lanzamiento de güitos de aceituna, que es murciano y conoce su tierra. En un inesperado contrataque, este señor ha dejado chiquito al tamayazo comprando a tres de los seis consejeros de Ciudadanos en el anterior gobierno murciano. Cómo lo ha conseguido, no lo sé ni me interesa, pero la jugada al borde del reglamento es patente. Ahora la bomba regional murciana se ha desactivado, se desconoce si la moción de censura se mantiene en el Ayuntamiento. Y la señora Ayuso parece haberse pasado de frenada. O quizá no, porque a lo mejor es lo que ella estaba buscando, una simple excusa para romper la baraja. Y yo la veo claramente ganadora. Esta señora, nos guste o no, ha afrontado la pandemia con una política que sólo ella se ha atrevido a promover en Europa (lo intentó Boris Johnson, pero le entró la cagalera cuando se vio a las puertas de la UCI).
Cierto que las cifras de la pandemia en Madrid son las peores de España, descontando Ceuta y Melilla, pero no son mucho peores, como podría esperarse. Y Madrid es percibida en todos lados como la ciudad libre. Los dueños de bares y restaurantes, los autónomos, los de los cines y teatros la van a votar en masa. Su empeño tiene sin duda riesgos. Pero creo que es una mujer valiente hasta extremos suicidas. Y que le pone precisamente el riesgo, la apuesta, no en vano es heredera directa de Aznar y Esperanza. Además de todo eso, no sé si ustedes están al tanto de que su pareja, el peluquero que proclamaba continuamente su amor por ella en Instagram, la dejó estas Navidades. Así que no tiene ya más apoyos vitales que la lucha política. Esto del peluquero se conoció en enero y tal vez tenga que ver con su actual talante, dispuesta a comerse el mundo asumiendo los riesgos que hagan falta.
Pero miren por dónde, la cosa tiene una derivada inesperada en el mundo del cotilleo de la peor estofa entre los famosos. Tal vez ustedes lo hayan olvidado, pero yo les hablé no hace mucho de Steisy, una tronista (es decir, participante en el programa de TV Mujeres, Hombres y Viceversa). La tal Steisy sorprendió a todo el mundo cuando contó públicamente por qué le gustaba tanto tener un novio bisexual: es que, lo mismo te come el coño, que te maquilla (sic). Una declaración que me pareció sensacional y por eso la traje al blog. Si lo recuerdan, resultó que el maromo, por nombre Pablo, era arquitecto, de lo cual yo deduje que la ETSAM había diversificado muchísimo sus enseñanzas desde los tiempos en que yo andaba por allí (por entonces las enseñanzas de la Escuela no incluían la forma correcta de comerle sus partes a una señora).
Muy bien, pues esta misma Steisy, en cuanto supo que el peluquero amoroso había dejado a la señora Ayuso, se apresuró a hacer una nueva declaración, en la que sostiene habérselo follado (yo, en mi blog zombie, no tengo por qué camuflar las expresiones malsonantes con asteriscos). El novio bisexual la acompaña al hacer esa declaración y asiente vivamente. ¿Que les parece increíble? A mí también. Pero pueden consultarlo AQUÍ. En este momento me viene a la mente un viejo chiste de la infancia. No lo recuerdo con exactitud, pero era algo así: ¿Por qué los soldados ingleses son tan valientes? Respuesta: porque hay muchas solteronas (recuerden el término: spinsters). Al haber muchas solteronas, hay muchos gatos. Como hay muchos gatos, hay pocos ratones. Como hay pocos ratones hay mucho queso. El queso se saca de la vaca y los soldados ingleses comen mucha carne de vaca y por eso son tan valientes. Ya ven qué tontería.
Pero no es muy difícil establecer una asociación similar. Si Steisy, a la hora de ponderar las bondades de su novio, resalta el tema del sexo oral, es porque le gusta ese tipo de práctica. Si el peluquero tuvo una historia con ella, debe de ser que no lo hace tan mal. Y extrapolando, podemos pensar que cierta señora está ahora mismo de los nervios porque se acaba de quedar sin nadie que se ocupe cotidianamente de satisfacerla en tan delicado desempeño. Vale, no sigo más allá, aquí lo dejo, que sigan ustedes pasando este delicioso fin de semana pre-primaveral. Menos mal que este es un blog zombie, sin casi repercusión. En caso contrario, en unos días estaría yo en el trullo por aplicación de la Ley Mordaza o similar. Sean buenos, no como yo.
A crispar la relación PP-Ciudadanos en Murcia ha contribuido decisivamente Vox, con su imposición del llamado pin parental como condición para aprobar los presupuestos. A Ciudadanos le costó mucho tragar con eso.
ResponderEliminarEn cuanto a su explicación final del nerviosismo de Ayuso, que la habría llevado a pasarse de frenada, es divertida, pero no es muy creíble. En el mundo actual existe un invento: el succionador de clítoris Satisfyer, que es mucho más cómodo, no huele mal ni tiene barba pinchosa.
Buenos apuntes ambos, amiga (no sé quién eres pero me gusta creer que eres mujer). Por si no estás al tanto, el Satisfyer Pro 2 de ultima generación se consigue en Amazon con descuento del 50%, al módico precio de 24,89€. Besos con mascarilla.
EliminarNo se si el número de dueños de bares supera al de mayores acojonados con la política de la cenacha. Pero hay una cosa clara: El comunismo inculcó en todos la idea de que ellos son el motor de la historia. La cenacha es una víctima de esta propaganda porque acusa a sus adversarios de comunistas. Y si es una víctima del comunismo, también lo puede ser de sí misma. Es un suponer.
ResponderEliminarMás: Luis García Montero contra la cenacha "sin condiciones de vida digna e igualdad, la libertad no es más que una invitación autoritaria a la ley de más fuerte".
ResponderEliminarY esto entronca con que el eslogan adoptado por el PP, copiado de Trump y su entorno, está basado (por oposición) en el genuino, que creo que es de Rosa Luxemburgo: "socialismo o barbarie".
EliminarP. D. Obviamente Rosa Luxemburgo con socialismo no quería decir PSOE, pero aquí es lo que puede haber ahora.
EliminarVuelvo a responderos conjuntamente a los dos, Paco y Mariano, esta vez no por sentimentales, sino por vuestros análisis políticos que aprecio y agradezco por partida doble. Ya sabéis que este no es un blog de análisis político (por mi parte), aunque nunca vienen mal opiniones como las vuestras.
ResponderEliminarEn este texto yo me había limitado a rebuscar el origen de la implosión del gobierno murciano, que creo que algo aporta al conocimiento de la debacle generada. Mis tendencias y opiniones yo las expreso en mi voto y más o menos todos sabéis de qué pies cojeo.
Particularmente, a mí lo que más me gusta de este post es el vídeo de Sam, que me parece sensacional.
Un fuerte abrazo para ambos.
He entrado con mucho retraso a este post y sólo le hago una precisión: lo que lleva puesto Sam no son unas viejas mallas rotas sino unos leggins. Y las roturas en las rodillas seguramente están hechas adrede, porque sino no se suelen romper. De nada.
ResponderEliminarPues se agradece la precisión. No se acuesta uno ningún día sin haber aprendido una cosa nueva, como decía mi madre.
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