No vengan ahora de listillos, que prodigios y portentos no son la misma cosa: prodigio sólo tiene una acepción (suceso extraño, que excede de los límites de la naturaleza, o bien, algo que sobresale dentro de una disciplina o materia), mientras que portento es algo parecido en segunda acepción, pero en primera se refiere a una persona capaz de hacer cosas portentosas o prodigiosas. Por eso se dice: Fulanito es un portento. Hay, obviamente, una derivación irónica, que nos llevaría a decir que la señora Ayuso es un portento (o Pedro Sánchez, si es usted de los que marca paquete del lado contrario). Dicho esto último a título únicamente metafórico, sin ánimo de faltar a los lectores y lectoras más sensibles de esta tribuna, precisamente a la vuelta del Día de la Mujer en el que la Marcha Feminista de todos los 8 de marzo fue prohibida este año por el mismo Delegado del Gobierno de Sánchez que no hace mucho autorizó un concierto de Raphael. Un portento de coherencia este señor.
Pero hemos dicho que un prodigio es algo que excede de los límites normales de la naturaleza. Que se lo pregunten a David Morris, un promotor inmobiliario de 52 años que vive cerca del punto más meridional de Gran Bretaña, el pueblo de Lizard, en la punta de la península de Cornualles desde la que vigila la cabecera del Canal de la Mancha, más o menos enfrente de Brest, en la Bretaña francesa, cuyas costas se alcanzan a ver al fondo en el horizonte, en los atardeceres despejados cuando el sol poniente las ilumina desde atrás, antes de fundirse en la neblina que flota sobre el mar. Este señor gusta de salir por los acantilados tanto al amanecer, antes de irse al trabajo, como al anochecer, cuando vuelve de su actividad laboral cotidiana. La excusa en ambos casos es pasear a su perro, un viejo terrier que agradece estas excursiones para aliviar la vejiga, marcar su zona de dominio y corretear aquí y allá.
Hace unos días, Morris se despertó animoso como casi siempre, descorrió las cortinas y vio que hacía un día precioso. Un sol de justicia se elevaba sobre el cielo, lo que garantizaba unas buenas vistas del Canal, siempre surcado por petroleros y cargueros de todo tipo en dirección a los puertos de El Havre y Rotterdam. El perro lo aguardaba ya nervioso y salieron enseguida, sin desayunar ni apenas lavarse la cara. Llegó a su acantilado favorito, miró al mar y vio algo inesperado. No daba crédito. Pensó que todo se debía a que no se había lavado los ojos, o que la noche anterior se había pasado de cerveza. Miró otra vez y se dijo: no puede ser, es imposible, mi cabeza o mis ojos me están jugando una mala pasada. Llevaba su móvil y decidió hacer una foto del prodigio, a ver si el aparato procesaba la imagen mejor que su cerebro. Pero nada: la foto coincidía con lo que él veía. Así que decidió continuar con su paseo y no darle más vueltas al tema. Por la tarde colgó la foto en su perfil de Facebook. Y esa noche ya se había vuelto viral. Véanla.
Lo primero que pensaron los listillos fue que era un truco, un Photoshop o similar. Pero enseguida entraron expertos que certificaron que la foto era real y no había sido manipulada. ¿Cómo se explica el portento? Hace unos cuantos siglos eso hubiera sido considerado un milagro divino. Pero ahora la ciencia tiene explicaciones para todo. La doctora Claire Cisowsky, investigadora de óptica de la universidad de Glasgow, lo explica en términos sencillos: se trata de un ejemplo típico de espejismo superior, un fenómeno poco corriente, parece que son más frecuentes los llamados espejismos inferiores. Todo se debe a que la luz que viene de lejos, no siempre sigue una trayectoria recta. Cuando atraviesa capas de aire a diferente temperatura, su trayectoria se dobla. Pero el cerebro (y, al parecer, la lente óptica de una cámara también) procesa la imagen como si la trayectoria de los rayos de luz fuera recta.
Es el mismo fundamento por el que una pajita metida en el agua se ve como doblada aunque sigue siendo recta, o una mano bajo el mar se percibe desalineada: la luz viaja a distinta velocidad por el aire que por el agua, pero nuestro cerebro se despista. Y es sabido que el aire frío es mucho más denso que el aire caliente. En los espejismos inferiores, los más comunes, la imagen que viene de lejos atraviesa dos capas de aire a muy diferente temperatura, una muy caliente pegada a la tierra que guarda el calor del día (son frecuentes en el desierto) y otra más fría que se coloca encima de la primera. Una imagen lejana atraviesa ambas capas y su trayectoria se dobla hacia arriba. Por eso vemos en el horizonte un trozo de cielo que se confunde con agua o aire ardiendo. En el caso de Cornualles, sucedió lo contrario. El sol salió y empezó a calentar el aire superior pero, en pleno invierno, una capa de aire helado se quedó agarrada al mar. Entonces, los rayos de luz se doblaron hacia abajo. Y, en vez de ver un trozo de cielo cayendo sobre la tierra en el horizonte, lo que se vio fue el barco levantado, como si estuviera levitando.
En nuestro entorno más inmediato, suceden también prodigios y portentos. Por ejemplo, mi querida buganvilla está finalmente viva, ya no tengo ninguna duda, todo el tronco bulle de retoños minúsculos que al principio creí que estaban ahí ya en enero y se habían helado. Pero están vivos y crecen de forma imperceptible todavía. Tan seguro estoy, que ayer le di una poda inmisericorde para estimular la fuerza de esos brotes. Eso sí, se lo expliqué pacientemente, le dije que era por su bien y le pedí reiteradamente disculpas. Mi querida buganvilla es muy lista y reaccionó al Filomena tirando todas las hojas y haciéndose la muerta más de dos meses, como hacen algunos insectos. Este es un asunto que me tiene muy contento.
Y para prodigio el que se necesitaría para que el Dépor se enganchara al tren del ascenso a Segunda División. Lo de mi equipo del alma, del que además soy accionista, es una decadencia de proporciones bíblicas, un auténtico descenso a los infiernos; como se descuide, puede acabar en la cuarta o la quinta de las divisiones nacionales. Me veo al año que viene jugando contra el Polvorín FC. No importa, resurgiremos de nuestras cenizas y volveremos, no lo duden. Lo que más me jode es que en su caída está arrastrando al Dépor Femenino, que se va de cabeza a Segunda. Mi admirada Athenea del Castillo, a la que vemos abajo celebrando un gol, me imagino que terminará en el Real Madrid. Raro será que Florentino no la tenga ya atada.
Y hablando de descensos a los infiernos, qué espectáculo más lamentable el de la izquierda en el Ayuntamiento de Madrid. Ya les anticipé hace mucho tiempo que en Más Madrid, la plataforma que montó la señora Carmena para concurrir a las últimas elecciones (y que habría ganado si Pablo Iglesias hubiera sido menos tonto), existían dos sensibilidades diferentes: los carmenistas y los errejonudos. Los segundos han montado un partido con unos estatutos, tarea en la que están entretenidos desde las elecciones, en vez de dedicarse a hacer de oposición. Se han quedado fuera de ese invento cuatro carmenistas residuales, que han decidido formar una escisión (de Más Madrid que ya era a su vez una escisión de Podemos). Los cuatro se llamarán ahora Recupera Madrid e irán por libre.
Yo tengo más trato y más proximidad con estos cuatro que con el resto del grupo (Calvo fue mi concejal cuatro años, Cueto apoyó Reinventing Cities más que nadie y Felipe Llamas se encargaba de las relaciones internacionales y tuve muy buena relación también con él). Pero esto es un despelote. El eterno problema de las izquierdas. Si la cosa sigue por esos derroteros, lo siguiente será dividirse en dos grupos de dos, que podrían llamarse Recu y Pera. En Recu estarían por ejemplo Calvo y Cueto, aunque siempre podrían luego dividirse de nuevo y quedarse en dos grupos unipersonales, un formato bastante cómodo, ya que evita las discusiones bizantinas prototípicas de estas formaciones y parece constituir la única forma de que un grupo de izquierdas tome decisiones por unanimidad. Un auténtico portento.
Pero aun no les he hablado del prodigio de los prodigios: la página de Facebook Samantha Fish España, que llevaba cerca de dos meses atascada en 99 miembros, ha alcanzado el número 100, lo que ha sido celebrado por todo lo alto por los demás peñistas. ¿Y saben quién es el número 100? Pues nada menos que el gran Paco Couto, uno de los seguidores más ilustres de este blog, que imagino que tras leer mi post anterior quiso echar una mano para qué llegáramos a los tres dígitos. Otra muestra más de que el universo del blog se está imponiendo al mundo real, como les expliqué en dicho post en relación con mi doble personalidad. Bienvenido al grupo, querido amigo, tú sí que eres grande, este blog no sería lo que es sin seguidores tan incondicionales como tú.
Por hache o por be, ya ven que siempre acabo hablando de Samantha Fish. Es como lo que le pasaba al gran Juan Rulfo que con Pedro Páramo entró directamente en el Olimpo de la gran literatura universal, y ya no escribió nada más. Los editores sólo pudieron sacarle una antología de cuentos que tenía escritos de antes y que se publicó como El llano en llamas. A Rulfo lo invitaban a todos los congresos de escritores en donde era alabado por todos sus colegas. Pero inevitablemente le preguntaban por qué no escribía alguna otra obra, lo tachaban de vago y no entendían qué le pasaba. Entonces él se excusaba: si yo ya lo intento, cuates, lo que pasa es que me pongo a escribir y nomás me sale Pedro Páramo otra vez. Pues yo me pongo a escribir y nomás me sale Sam todo el rato. Sin que pretenda compararme con el maestro.
Como siempre, Samantha sigue generando noticias. El domingo cerró la parte de su gira correspondiente al estado de Florida, con el concierto en Kissimmee. En estos bolos la hemos visto de nuevo en formato power trío, con sus dos negros cincuentones, el bajo Ron Johnson y el batería Terence Higgins, cada vez más conjuntados y con mayor complicidad entre ellos, hasta el punto de que ya se animan a hacerle coros y segundas voces. Hace poco hicieron una encuesta informal en una de las fan pages de Facebook a las que estoy suscrito, para ver cual era el formato de Sam que más gustaba, si el trío, la big band o ella sola cantando con la guitarra acústica. Ganó el trío por mayoría abrumadora. Pero tenía pendiente contarles cómo es que Sam sigue haciendo sus giras en este tiempo de pandemia. Para ello les traigo aquí un artículo recientemente aparecido en la prensa de Nueva Orleans, pero no les pido que lo lean, es muy largo y ya les resumo yo abajo lo principal. Lo encuentran AQUÍ.
Dice el articulista que sólo hay tres artistas que están de momento organizando sus giras por el país: Samantha, Tab Benoit y la Allman Betts Band, el grupo que formaron los hijos de la antigua Allman Brothers Band. Los tres son amigos y tienen el mismo representante, un tipo que se llama Rueben Williams. Rueben es el socio de Samantha en la Wild Heart Records, compañía independiente que por ahora sólo ha producido tres discos (ya hablaremos de ello otro día). Según cuenta el artículo, estas giras han implicado continuas pruebas pcr a los músicos y controles muy estrictos, además de en algunos casos ocupar hoteles sin otros huéspedes, en plan burbuja sanitaria. Además, los músicos han ido combinando conciertos al exterior, por ejemplo en drive-in cinemas, con otros en interiores, con limitación severa de capacidad.
Esto les ha permitido mantener vivos sus negocios y tener ocupados a sus empleados. Dice Samantha que está trabajando el doble de duro y no gana el dinero al que estaba acostumbrada. Pero, añade, están intentando trabajar de forma segura, transitando por la delgada línea que separa la seguridad de la necesidad de salvar una industria a la que muchos como ella han dedicado sus vidas. Rueben es consciente de los riesgos, ha perdido amigos y conocidos por la epidemia y piensa continuamente en los peligros de moverse por todo el país en una burbuja sanitaria con controles permanentes, pero sus músicos y él son conscientes de que nadie les iba a ayudar en este empeño. Y han logrado salvar un sector del negocio que se basa en la fidelidad que suscitan estos músicos. Rueben piensa además que han abierto un camino y que otros músicos que necesitan tocar en directo para ganarse la vida y mantenerse en la onda pueden seguir su senda.
Samantha continuará su gira a finales de este mes por las principales ciudades de Texas. Pero antes hay otra novedad. El Samantha Fish Cigar Box Guitar Festival que cada enero tiene lugar en Nueva Orleans, y que este año se suspendió por la pandemia, se va a celebrar finalmente los días 19 y 20 de marzo, por eso había dejado Sam ese espacio libre en su calendario. ¡Y se podrá ver en streaming! Yo ya tengo mi entrada. Es este el festival al que acuden músicos provistos de instrumentos artesanales de todo el país. Suele ser un evento en parte al aire libre, aunque habrá conciertos en el Chickie Wah Wah, cuya imagen ven abajo, y otras salas de conciertos de NOLA.
Samantha sigue dando entrevistas, donde cuenta que para ella ha sido muy raro estar seis meses encerrada en su casa con sus gatos, después de diez años de prácticamente vivir en la carretera. Que estaba acostumbrada a componer en los ratos libres por las noches en los hoteles y que ahora ha tenido que organizarse de otra manera. El disco que ha grabado con los temas compuestos en su encierro está en fase de post-producción, ella ya ha acabado su trabajo y no sabe cuándo se lanzará. Lo único que ha desvelado es que se trata de un paso adelante en su carrera, igual que los anteriores, en los que no se ha ceñido a los parámetros estrictos del blues de toda la vida, aunque siempre llevará el blues en su alma.
Después del Cigar Box Festival y su gira texana, Sam tocará varios conciertos con Tab Benoit en abril y ya tiene un programa continuo hasta el verano, en función de cómo vaya la pandemia y la vacunación en USA. Lo que les conté de que por la mañana yo podía ver íntegramente el concierto de la noche anterior ya lo han cortado, como no podía ser de otra manera. Su pequeña compañía no se puede permitir esa piratería si no quieren ir a la ruina. No obstante, yo seguiré estando bien informado de sus andanzas, para las que le deseo toda la suerte del mundo.
Me preguntaba una lectora si iba a hacer un post especial sobre el Día de la Mujer, que fue ayer. No lo estimo necesario, porque toda mi actividad a lo largo del año es un continuo homenaje a la mujer y al eterno femenino. Aquí se habla todo el rato de Samantha Fish, de las chicas de Larkin Poe (últimamente las tengo un poco abandonadas, ya saben que soy partidario decidido del poliamor, aunque Sam me está llevando de vuelta a la monogamia), de Jacinda Ardern y Athenea del Castillo y Khatia Buniatishvili y otras guerreras que triunfan en sus respectivas disciplinas a base de esfuerzo, determinación y calidad. Hoy me voy a despedir con otra chica que se acerca a la excelencia en su campo. Hablo de Elena González del Pino, especialista en narración oral.
Elena ha publicado ya su segunda entrega de la serie En voz alta y pelo largo. Y es de verdad espectacular. El problema de Elena es que hace sus grabaciones a un volumen de sonido muy bajo (ya se lo he dicho). Es lo que tienen las producciones artesanales. Para escucharla bien les recomiendo utilizar auriculares si los tienen. En caso contrario, el ruido ambiente les dificultará oír bien lo que dice y esta es una disciplina que requiere una buena audición. Hace diez años Elena se desempeñaba como narradora oral en Libertad-8 y otros locales madrileños. Luego lo dejó para dedicarse a otras experiencias vitales, y ahora lo ha recuperado. El cuento que les propongo escuchar, de Dorothy Parker, es una delicia y no se puede declamar mejor. Les dejo con él, no sin antes desearles que pasen una buena semana.
Que alegría saber que la buganvilla vive. Me tenía apenado. Recu y Pera deberían pensar en las flores del bien.
ResponderEliminarGracias Emilio.
ResponderEliminarPero, aunque Samantha es importante, lo que realmente importa de lo que nos cuentas hoy es, para mí y al menos también para quien escribe el primer comentario, el renacimiento de la bugambilia (me gusta más esta ortografía).
Pues sí, el poco pensamiento mágico que me queda me dice que quien te acompaño en acontecimientos tan faustos como los nacimientos de tus hijos, te acompañará en muchos otros felices acontecimientos que te quedan en tu nueva vida de jubilado.
Respondo conjuntamente a los dos. Queridos Mariano y Paco, es posible que seáis mis dos lectores más sentimentales, además de fieles "bulletproof". Os agradezco mucho vuestras palabras de apoyo, mi querida buganvilla (yo sigo escribiendo en manchego, aunque no desprecio en absoluto el nombre que dices, Paco, parece que propio de Mexico y Centroamérica) sigue progresando adecuadamente, ha echado ya unas primeras hojitas tímidamente en la parte más cercana a la tierra, con mucha cautela, porque no se fía después del Filomena. Pronto empezará brotar por todos lados y ya iré subiendo alguna que otra foto al blog, para que se vean las mejoras. Es una buena compañera y muy agradecida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ambos.