Todo el mundo tiene ahora mismo en
su mente, más o menos conscientemente, una duda. Me refiero a la sorpresa, por
contraste, entre lo poco que se tardó en conseguir el Abrazo de Vergara, apenas 24 horas, y la larga e infructuosa
lucha anterior de sus protagonistas durante seis meses, para no llegar a ningún
acuerdo viable, cuando parecía algo muy fácil. Es muy raro ¿no? Los gallegos, que solemos ser desconfiados, tenemos un dicho respecto de estas cosas: Algo ten o cordeiro baixo o rabo. Tiene que haber una explicación oculta, unas claves de ese cambio tan radical. ¿Dónde están las claves, materile-rile-rile? La
explicación más inmediata, la primera que le viene a uno a la cabeza es pensar
que, como dice el refrán, a la fuerza ahorcan. Que han decidido colaborar
porque no les queda más remedio. Porque, si no se pusieran de acuerdo y se llegasen
a convocar otras elecciones, ganarían ya las derechas, a caballo de Abascal y
sus huestes. Abunda en esta línea explicativa la excelente viñeta de El Roto
del día siguiente, certera cual piercing en
pezón de rubia influencer exitosa. Véanlo.
Impresionante. Pero, buscando en
mis fuentes habituales, he encontrado otra explicación más sutil. El gran Jaume
Reixach, el director de El Triangle, es siempre una referencia para mí. En sus
artículos encuentro un tipo de análisis de la actualidad que comparto casi en
su totalidad, junto con precisiones y matices que me descubre y sobre los que
inmediatamente pienso: pero cómo no se me ha ocurrido a mí algo tan obvio. Eso,
unido a un optimismo histórico casi tan indestructible como el mío, me hace
admirar un montón a este periodista superlativo. Les pido que lean detenidamente
su última publicación en El Triangle, nada más conocerse el abrazo de marras.
Han de pinchar AQUÍ.
Les prevengo que este hombre escribe en catalán y lo que yo les he puesto es
una traducción automática, lo que explica algunas discordancias de lenguaje.
A partir de lo que
dice este señor, junto con otras informaciones de las que ya disponíamos, se puede elaborar un relato de lo sucedido. Un relato imaginario, pero verosímil (esa es la esencia de la literatura, que es de lo que va este blog). En primer
lugar, según Reixach, todo parte de la corrupción, la Gurtel y la sentencia de mayo
de 2018, que parece implicar al propio presidente Rajoy. Un paréntesis sobre esto: las
sibilinas frases que implicaban entonces a Rajoy, han sido luego duramente
criticadas y descalificadas por la judicatura, por presuponer responsabilidades que no estaban
probadas, algo ampliamente jaleado desde El inMundo y el ABC y que tiene muy cabreada a toda la derecha. Con
razón. Pero no es menos cierto que en los papeles de Bárcenas aparecían
claramente identificados los pagos a un tal M.Rajoy
a lo largo de años. Todos pudimos ver esos apuntes en los renglones amarillos
del famoso dossier. Tal vez eso estuviera detrás del hecho incontestable de
que el juez de la Gurtel se vino arriba, se extralimitó y le dio la gracia al texto. A lo mejor estaba tan convencido de la
implicación de Rajoy en el tema, que no pudo evitar reflejarlo en la sentencia.
A lo que íbamos. Esa sentencia dio
pie al jaque de Sánchez, un experto en artimañas de filibustero, curtido
en batallas que todo el mundo considera imposibles pero que él gana luego para
sorpresa general, como la recuperación de la secretaría general del PSOE
cuando nadie apostaba por él. El tipo plantea una moción de censura y todo el
mundo piensa que está loco y que no tiene ninguna posibilidad. Pero se conjugan
aquí varias circunstancias con las que nadie contaba. La primera, el voto a favor de
los catalanes. En octubre del año anterior, los secesionistas habían intentado forzar la
independencia y comprobado que era imposible, mientras su porcentaje de
votantes no llegara ni al 50% y no contasen con apoyo de ningún Estado externo.
Desde entonces, el único objetivo de estos señores en las Cortes Españolas es
dar por culo. Y en el momento de la moción de censura vieron una ocasión
pintiparada para ello. Se dio además otra circunstancia imprevista: la
cerrazón en banda de Rajoy a dimitir y permitir así que continuara un gobierno
del PP encabezado por Soraya, a pesar de que lo tuvieron una tarde entera
secuestrado en un restaurante intentando convencerlo.
Y hubo también una
tercera circunstancia, que pasó inadvertida, pero que es clave para lo que vino
después. Ciudadanos votó en contra de la moción de censura. Si repasan la serie
histórica de las estadísticas de intención de voto, en esos momentos Ciudadanos
encabezaba las encuestas. Era la opción que más seguidores tenía, seguida del
PSOE. Los españolitos valoraban el intento de ambos partidos de lograr un pacto de
estado y castigaban a Podemos por haberlo torpedeado y al PP por el hartazgo de la corrupción. La gente entendía importante que hubiera dos opciones
moderadas de centroizquierda y centroderecha y Ciudadanos cultivaba con mimo esa imagen
de moderación. Por ejemplo, cuando se votó la exhumación de Franco, la proposición contó con
los votos a favor de la mayor parte de los grupos de la cámara, entre ellos
Ciudadanos. Se abstuvieron el PP y ERC, por razones opuestas. Y sólo se registró un voto en contra: una señora del PP que se equivocó al pulsar el botón.
A Rivera, la jugada de Sánchez le
pilla de sorpresa y le descoloca. Decide quedarse al margen y se equivoca. Si hubiera apoyado la moción de censura, Sánchez podría haber gobernado cómodamente con ellos, sin necesidad de hacer un gobierno frankenstein, como lo bautizaron rápidamente en El inMundo. Pero Rivera, en esa encrucijada, se decanta por el lado contrario. Y ese es el punto de inflexión en la trayectoria de Ciudadanos. Desde
entonces la deriva de su líder ha sido una sucesión de errores de estrategia, una
cabezonería que ha llevado finalmente al partido a la irrelevancia. Un inciso: Rivera fracasó al intentar el sorpasso al PP, igual que antes fracasó
Podemos al tratar de hacérselo al PSOE. Apostaría a que la palabra
sorpasso va a ser desterrada para siempre del vocabulario político cotidiano: es obvio
que trae mala suerte. El caso es que Sánchez se ve en La Moncloa e improvisa un
gobierno bastante llamativo y sorprendente, con gente tan presentable como
Borrell o Calviño. En la propia moción había prometido (con la boca pequeña) que convocaría
enseguida elecciones, pero luego se encuentra a gusto y decide continuar todo
lo que pueda.
Y su trayectoria monclovita se prolonga hasta un momento concreto. Hasta que lleva al Pleno la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Se trata de unos presupuestos muy sociales pactados con Podemos. Entonces,
la cosa fracasa ¿recuerdan por qué? Sí señor: porque los catalanes votan en
contra. ¿Y por qué actúan de esa manera? Pues ni lo duden: para dar por culo.
El caso es que Sánchez se ve obligado a convocar elecciones y las gana. Parecía
entonces que formar gobierno sería pan comido, el programa se podía basar en los
presupuestos ya pactados con Podemos, el PNV apoyaba y ERC estaba
dispuesto a abstenerse. Pero, para sorpresa y cabreo generales, no se llegó al acuerdo. Y aquí viene la
sorprendente explicación de Jaume Reixach, que yo no digo que me crea al 100%, pero
que veo posible. Dice este señor que ese acuerdo hubiera generado un gobierno muy débil e inestable condicionado a la volubilidad de Podemos y un montón de grupos más, además de ERC dejando hacer. Y
que Sánchez hizo fracasar intencionadamente la negociación, porque la sentencia
del prusés, que amenazaba en el horizonte, era una bomba de relojería con fecha fija y no le
parecía prudente afrontar las previsibles revueltas con un gobierno de ese
tipo.
El prusés va siguiendo una hoja de ruta incombustible. Respecto a la sentencia pendiente, todo el mundo en Cataluña sabía que el veredicto iba a incluir condenas altas (la sedición es indiscutible). Y en la hoja de ruta prusesista ya tenían previsto que, ante esa
sentencia, se iban a enfadar mucho. Hasta tenían un grupo preparando atentados,
que fue abortado por la Guardia Civil. Dice Reixach que Sánchez prefirió afrontar esas revueltas potenciales con un gobierno en solitario, en funciones, que ni
siquiera tiene que dar cuenta al Congreso de sus actuaciones y, desde luego,
sin ministros podemitas. Superado el trago de la sentencia y las revueltas,
ahora ya se puede dar el abrazo con Iglesias y tocar madera para que se pueda ampliar
ese acuerdo. Reixach, que es un optimista irreductible, termina su artículo
convencido de que para Navidad tendremos gobierno. Yo tengo mis dudas, pero ojalá. Coincido con él en que sólo desde un cierto nivel de diálogo, como el
que promueve el PSOE, se puede solucionar el conflicto catalán. Con el 155 y los remedios de Abascal, lo único que se conseguirá es un mayor grado de encarnizamiento.
Y estamos ante un tema muy peligroso. En el post anterior hablaba yo de
balcanización de España y algunos lectores me han tachado de alarmista. Hoy les pido que lean la entrevista con Slavenka Drakulic, reputada cronista del desastre yugoslavo, publicada en El Confidencial el día 16 (y por
tanto posterior a mi post: cuando yo hablé de balcanización no conocía esta
entrevista). Han de pinchar AQUÍ.
Quiero detenerme por último en un
matiz. Reixach se pitorrea de los disturbios de estos días en Cataluña, que califica de tormenta en un vaso de
agua. La verdad es que produce cierto sonrojo el nivel de virulencia de estos disturbios.
Como decía el otro Jaume (Sisa), los catalanes salen, dan dos voces, rompen
algunos cristales y luego a dormir que mañana hay que abrir la botiga. Lo que se ha montado en Cataluña
es un juego de niños, comparado con lo que está sucediendo en este mismo momento en Hong
Kong, en Santiago de Chile o en Bolivia, por no hablar de la franja de Gaza. Son éstas revueltas que defienden causas justas, que denuncian situaciones reales de grave injusticia que no tienen visos de solucionarse, lo que produce una frustración ciudadana real. Y, cuando se trata de causas justas, la desobediencia civil está justificada.
Como una imagen vale más que mil palabras, les voy a dejar de propina una foto tomada uno de estos días en una calle de Santiago de Chile, que me parece muy impresionante y con un alto grado de simbolismo. Que tengan una
buena semana.
Leyendo su historia o historieta, se trasluce por su parte una cierta fascinación por la figura de Sánchez. A mí este personaje no me da ninguna confianza, aunque confío en que su intuición sobre él sea cierta, por la cuenta que nos trae.
ResponderEliminarPor lo demás, muy bien escrito y la foto del final, ciertamente singular. La he buscado en Internet y no la encuentro. ¿De dónde saca usted esas imágenes con las que nos suele obsequiar?
Bueno, digamos que Sánchez me parece un poco menos flojo que los demás gallos de la pelea. Pero coincido con usted en que no es muy de fiar. Ahora bien, tenga en cuenta que estamos en una batalla larga y dura (la de Cataluña). Y que, al otro lado del frente hay unos tipos que ya han demostrado una falta de lealtad inmensa, un comportamiento antideportivo de libro y un manejo de todos los trucos, legítimos y no tan legítimos. Todo vale para esta banda de facinerosos. Y creo que para combatir a esta gente, no nos viene mal tener a un tipo como Sánchez, un pirata, un tipo al que les va a costar mucho engañar. Desde luego, mucho mejor que alguien aquejado de "buenismo" como Zapatero. Muchos de los lodos en los que ahora chapoteamos vienes de polvos zapateriles.
EliminarLa foto. Ya sabe que no me gusta revelar mis fuentes. Me parece una imagen icónica, no sólo por su belleza plástica. Es que, si en Chile una mujer guapa, bien alimentada, que hace gimnasia, se depila las cejas y sale a la calle en top, tiene que dedicarse a lanzar proyectiles con un tirachinas, es que las cosas están realmente mal. Esta no es una revolución de cuatro desharrapados desesperados.
No se abre el link al artículo de Reixach. Te lo digo por un poco de control de calidad, porque yo lo he buscado por fuera y es muy bueno.
ResponderEliminarUf!! Muchas gracias. Ya está solucionado el fallo. Lo que no sé es por qué no lo ha cantado ninguno de los 18 lectores que han entrado en el texto antes que usted, según el contador de blogger. Imagino que tengo muchos lectores que no siguen los enlaces que les pongo. Le reitero mi agradecimiento. El control de calidad es algo básico.
EliminarYo pude abrir a la primera el artículo de Reixach.
ResponderEliminarEs porque entraste por la noche. Ya estaba arreglado.
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