viernes, 29 de noviembre de 2019

889. La consulta

Pues aquí me tienen disfrutando de una tarde más de este tiempo gallego de lluvia fina y temperaturas suaves, con algunos picos de frío, en el que yo me muevo como pez en el agua y se me curan todos los constipados y carrasperas de garganta. No sé si he contado ya el chiste del tipo que llega a Galicia en medio de esa lluvia fina y le dice al paisano: –O sea que aquí tienen siempre este calabobos. A lo que el gallego se pone tenso y responde muy serio: –Ay, no señor, no, aquí lo que tenemos es orballo. También me viene a la cabeza el magnífico cuento del chileno Roberto Bolaño, titulado El gaucho insufrible, en el que el protagonista se va moviendo por la Pampa inmensa y desolada y, cada vez que abandona un pueblo o una hacienda en donde ha estado unos días, se despiden de él con la misma frase: –Adiós, y que le llueva finito. 
  
He de confesarles que ahora mismo no tengo ni puta idea de sobre qué les voy a escribir. Mi homenaje a Tina Turner ha causado sensación y he recibido parabienes varios que me sorprenden un poco, porque tampoco me parece que sea uno de mis mejores textos. Sí que es emotivo y toca algunos temas difíciles de plantear sin caer en el melodrama. En ese sentido, una de mis prioridades era no dejarme deslizar al amarillismo de la prensa rosa (supongo que captan la discordancia cromática). A mí me parece que la vida de Tina es interesante y resulta de ella una moraleja hermosa, en la que la diva comprende por fin que el amor no es una emoción de segunda mano, como proclamaba en una de sus canciones más celebradas. Pero miren ustedes por dónde, resulta que uno de mis lectores viene y me hace el siguiente comentario: hay que ver qué pena, con la energía que tenía esta mujer y qué arrugadita y pocha se la ve en las imágenes más recientes. ¡Joder! ¿Pero tú qué quieres? Que tiene 80 años, coño, y está espléndida. Pues insiste: no, es que con las que ha pasado y encima ahora con un trasplante de riñón; eso no es algo baladí. Desde luego: el que nace pesimista, lo será pa siempre (que diría José Mota). Hay que ser cenizo y triste para sacar una conclusión negativa de un texto como el de mi post precedente. 

Por supuesto que un trasplante no es un juego de niños. Además obliga a tomar inmunosupresores de por vida, que tienen efectos secundarios a veces duros. Pero me consta que Tina, con sus 80 tacos, está fenomenal. ¿Y saben por qué estoy tan seguro? Pues porque lo ha dicho ella misma. Tina tiene un blog que ha aprovechado para dar las gracias personalmente a toda la gente que la ha felicitado en estos días. Con ese objetivo ha colgado el breve mensaje que pueden ver abajo. Pueden ustedes comprobar que dice que se encuentra fenomenal y aprovechando esta segunda oportunidad que le ha dado la vida.


Además, ahora mismo hay un musical sobre su vida que está representándose por todos los países. A primeros de este mes de noviembre se estrenó en Broadway y allí estaba Tina, acompañada por su marido y su amiga la presentadora Oprah Winfrey. Al final subió al escenario y felicitó una a una a las actrices que la representan en las distintas fases de su vida, desde niña. El vídeo que he encontrado de esta efeméride es de bastante mala calidad y por eso no lo traigo al blog (pueden encontrarlo fácilmente en youtube). A cambio, les animo a ver este otro. Corresponde al estreno en Alemania, en concreto, en Hamburgo, en marzo de este año. Tina aparece también al final, saluda a los actores y lanza el mismo mensaje que lanzará en Broadway seis meses más tarde: mi vida es la demostración palpable de cómo a veces el veneno se convierte en medicina.


Tina fue siempre una mujer enérgica, vital y muy simpática, cuya empatía se desbordaba a raudales. Su vida es una lección de supervivencia, inspiradora para todos nosotros en estos momentos difíciles en que el mundo parece estarse rompiendo por las costuras, y me refiero a todos los lugares en que está habiendo revueltas populares resultado de que los ciudadanos ya no aguantan más. Hablo por ejemplo de Hong Kong, donde la gente quiere seguir viviendo en una sociedad democrática de modelo occidental, y no caer en las garras del sistema chino, que les tiene muchas ganas. Es un conflicto de solución muy difícil. Lo mismo pasa en Irán, donde la población está harta de los ayatollahs y lo único que se le ocurre a Trump es ponerles sanciones económicas, que a quien joden es a esa población descontenta. Y en Irak, donde añoran los tiempos tranquilos y ordenados de Sadam Hussein. Y en Colombia, donde reclaman que se cumpla el proceso de paz iniciado. 

¿Y qué decir de mi querido Chile, que visité el año pasado? Pues que la rigidez del régimen supuestamente democrático, que aun mantiene la Constitución que elaboró y aprobó Pinochet, ha terminado por colmar la paciencia de la gente. ¿Se imaginan que aquí siguiéramos todavía con los Principios Fundamentales del Movimiento? En Chile, lo que se está generando es una verdadera revolución. Mi último post, además de Tina Turner, estaba centrado en el día mundial contra la violencia de género. ¿Saben cómo se celebró ese día en Chile? Pues las mujeres salieron a la calle y se plantaron delante del Ministerio de Justicia, para hacer la performance que pueden ver aquí.


Impresionante. Si usted, querido lector, se siente concernido cuando estas mujeres señalan hacia delante y gritan el violador eres tú, pues ya puede ir poniendo las barbas en remojo, que estas mujeres vienen fuertes y le cortan los cojones al que lo intente. Así está el mundo. Pero ya saben que hay también otros movimientos que, en mi opinión, son reaccionarios y muy peligrosos. El prusés, por ejemplo. Creo que el conflicto catalán no se arreglará hasta que sean los mismos catalanes los que lo desactiven desde dentro. Hasta que se desintoxiquen de esa ameba comecerebros que les ha inoculado su propia clase dirigente, para poderlos mangonear con más facilidad. Les traigo aquí dos textos básicos al respecto. En primer lugar, el discurso de Javier Cercas al aceptar el premio Cuco Cerecedo de periodismo. Pueden consultarlo AQUÍ. Y ¿cómo no? el último artículo de Jaume Reixach. Tal vez piensen que estoy un poco pesado con este señor, pero es que me parece que está haciendo una tarea gigantesca y muy necesaria. Es que lo que este señor cuenta es la clave y el origen del conflicto catalán. Les recomiendo encarecidamente que lo lean, para lo que han de pinchar AQUÍ.

Vale, yo empecé a decir que el movimiento independentista era retrógrado hace más de siete años, al principio de este blog, y tenía entonces la sensación de estar solo, predicando en medio del desierto. Ahora ya lo dice todo el mundo (importantes también las declaraciones de Borrell al respecto). Y estamos de acuerdo en que, mientras reúnan un apoyo inferior al 50% de la población, no se van a comer una rosca. Pero no sería de extrañar que un día lleguen al 60 o al 80, a partir del adoctrinamiento que se lleva impartiendo en las escuelas desde hace 30 años. Entonces habrán ganado y habrá que dejarles que se separen. Pero ¡OJO! Aún en ese supuesto, el movimiento seguirá siendo reaccionario, nazi, absurdo, pedorro y destructivo. Muy peligroso. No es el único ejemplo de movimientos de este tipo, que van para atrás. Sin ir más lejos, el Brexit y su adalid, el impresentable Boris Johnson. Ahora mismo son mayoritarios en Gran Bretaña y parece que van directos a ganar las elecciones convocadas. ¿Es por eso menos lamentable su movimiento? Rotundamente no.

Un inciso. Lo de pedorro lo he dicho literalmente. No sé si leyeron esta noticia acerca del ectoplasma Torra. Parece de El Mundo Today, pero no lo es. Es de verdad. El president se jactó de haberse estratégicamente comido unas mungetas amb butifarra antes de su comparecencia ante el tribunal. Pinchen AQUÍ y comprueben que no les engaño.

Y hay también otro movimiento popular que yo alinearía con el Brexit, el prusés, la elección de Trump y similares. Hablo de lo que está sucediendo en París con los conductores del transporte público. Me tocó pasar allí el vendredi noir en el mes de junio y ahora parece que eso fue sólo un ensayo. En realidad fue pacífico y no han conseguido sus reivindicaciones. Así que ahora preparan la madre de todas las movilizaciones, la macrohuelga general convocada para el próximo 5 de diciembre. La ciudad arderá, sin que intervenga ningún general nazi enloquecido. ¿Y cuál es el motivo por el que se va a armar semejante merdé? ¿Acaso la amenaza del régimen chino? ¿O que en Francia siguen con la Constitución de Napoleón? ¿O que hay cárteles de la droga, paramilitares y guerrilleros emboscados en la selva del Bois de Boulogne? No, señor. Nada de eso. La madre de todas las revueltas se debe a que la ministra de Trabajo de Macron quiere unificar la jubilación de todos los franceses a los 65 años, y los conductores de Metro, RER, etc. la tienen acordada en sus convenios a los 62.

En fin, admito que es un poco excesivo meterles en el saco del Brexit-prusés-Trump. Pero estarán conmigo en que se trata de una reacción gremial de un colectivo que quiere proteger sus privilegios del avance lógico del mundo. Al menos así lo veo yo. Y esto nos retrotrae al tema del principio. Porque Tina Turner estuvo trabajando con la misma energía de siempre hasta los 70. No quiero cansarles con más vídeos, pero Youtube está lleno de archivos de actuaciones suyas con 65 años y más, que te dejan literalmente boquiabierto. Y en ese mismo caso estoy yo, que tengo ahora la duda de siempre. ¿Me jubilo, o sigo un poco más? Ya les puse en su día una canción que refleja mi duda, pero no he encontrado otra mejor, así que se la repito. Should I stay or should I go? ¿Debo quedarme o debo irme?


Hace tiempo que no les hablo de esto, pero es que la verdad es que tengo hecha la picha un lío. Por un lado me parece un poco penoso aguantar hasta el último día y al día siguiente ya no poder ni entrar en la oficina. Pero al mismo tiempo reconozco que el trabajo que hago ahora es apasionante y que me lo estoy pasando muy bien (en próximas entregas hablaré al respecto). Para el momento en que me jubile tengo proyectado un viaje fastuoso, por todo el mundo, visitando a todos mis conocidos europeos y transoceánicos y sin límite de tiempo. Si pensamos en que donde más gente conozco es en el hemisferio norte, el momento ideal para hacer ese viaje es en mayo/junio, cuando los días son más largos y el personal aun no se ha ido de vacaciones atestando todos los lugares apetecibles del planeta.

Así que contemplo ahora mismo dos alternativas. 1.- Me jubilo el 1 de mayo y me voy de viaje. 2.- Sigo hasta el final y hago el viaje al año que viene, con más tiempo para prepararlo. Honradamente, no sé qué hacer. Pero ya saben que yo soy un blogger y un influencer y no sé cuantas cosas más (feminista, ecologista, errejonudo y colaborativo). Es decir, que soy un vértice de la modernidad. Y un moderno como yo, ha de resolver este dilema con el instrumento de moda: una consulta a las bases. Esto consiste en hacer una pregunta lo más enrevesada que se pueda, a base de negaciones sucesivas entre otros trucos, para que el consultado no entienda nada, no sepa qué contestar y acabe por decir que sí, por si acaso, lo que lleva a apoyos del 95% para arriba. No me dirán que no les suena.

Teniendo en cuenta que mis bases son ustedes, los lectores, permítanme que les formule la siguiente pregunta:

¿Estaría usted en contra, en su caso, de que yo no pida la jubilación para el 1 de mayo, aun en el caso hipotético de que me ofrezcan un puesto de confianza política que no me suponga una presión excesiva ni contravenga mis convicciones ideológicas?

Ahí queda dicho. Para contestar pueden utilizar los comentarios a pie de post, mandarme un mail o llamarme por teléfono. Da igual, los resultados los voy a manipular adecuadamente para que vayan por donde yo quiera, que de eso va esta vaina. Para despedirme les voy a dejar un par de fotos que me ha mandado la organización de la carrera del domingo pasado. En la primera pueden entender por qué en el Retiro me dijeron eso de excelente ritmo, jefe. En la de la meta se me ve un poco más asfixiado, pero es que era cuesta arriba y mi amiga esprintó y traté de seguirla. Por cierto, el reloj no se ve muy bien, pero marcaba 30.01. Mi cronómetro, que puse a cero al pasar sobre la línea de salida, marcó 29.47. En fin, que pasen un buen fin de semana. Y que les llueva finito.



lunes, 25 de noviembre de 2019

888. El cumpledécadas de la reina

En el día internacional contra la violencia de género, empezaré contando que ayer corrí una carrera de 5 kms. precisamente en favor de las víctimas de violencia de género, dentro de los actos que culminan hoy en todo el mundo. La carrera fue en Valdebebas, empezó a las 9 de la mañana y hacía un frío que pelaba. Corrí con una amiga que al terminar accedió a hacerse una foto conmigo en el podio. Por lo abrigada que va mi amiga pueden hacerse idea del frío que hacía. Pero yo suelo decir en estas situaciones que el frío es una cuestión psicológica: si tú decides que no hace frío, pues no tienes frío. Por lo demás, hice una marca ligeramente por debajo de los 30 minutos, lo cual está muy bien. Es la primera vez que bajo de 30 minutos en estos últimos años. Si logro mantener el nivel en mis próximos entrenamientos, tal vez me plantee volver a correr alguna carrera de 10 kms.

Por lo demás, que yo corra contra la violencia de género, no significa que esté de acuerdo con el término; recuerden que hace dos años corrí por el orgullo gay y saben ustedes que no soy gay. La violencia de género es un término acuñado por la izquierda, los rojos de mierda que siempre están dándole la vuelta a todo. Es mucho más lógico hablar de violencia intrafamiliar, como dice Abascal, porque, si no, qué pasa con los crímenes entre primos ¿eh? a ver. Un primo mata a otro primo y, como no es un crimen de género, no sale en los periódicos ni nada. Ni tampoco tiene la policía una unidad de asesoramiento para saber qué tiene uno que hacer ante un primo acosador. ¡Hombre, por Dios! ¡Gibraltar español! Lo que dice Abascal evitaría incluso la violencia entre primos segundos, que también existe, se lo crean o no. Por no hablar de los hermanos mayores que les zurran a los pequeños.

Y ¿qué decir de los cuñados? La violencia entre cuñaos es algo horroroso, sobre todo ahora que vienen las cenas de Navidad. No me diga usted, querido lector, que nunca le han entrado ganas de sacudirle una media bofetada, asín del revés, al cuñao ese que no sabe beber y empieza a decir tonterías en los convites navideños. La violencia cuñadil es algo muy serio y requiere tanta prevención como la de género. En fin, discúlpenme esta digresión, ya sé que es del género idiota y lo realmente increíble es que Vox haya sacado 52 diputados con argumentos como estos. En realidad, yo quería hoy hablarles de otra cosa. Porque mañana es un día muy señalado en el mundo del rock’n roll. Mañana cumple nada menos que 80 años una mujer que lo ha sido todo en ese universo. Este es el aspecto que tiene ahora esta señora, no sé si serán capaces de reconocerla.


Se llama Anna Mae Bullock, pero todo el mundo la conoce por el nombre artístico que le puso el jefe de su primera banda de blues (Ike Turner, que luego se convertiría en su marido) allá por los primeros cincuenta: Tina Turner, toda una leyenda del rock. Que celebra mañana su octavo cumpledécadas. Las biografías que pueden consultarse en Internet la caracterizan como cantante, compositora, bailarina, actriz, escritora y coreógrafa. Tina nació, tal día como mañana, en el año del Señor de 1939, en una zona rural de Tennessee, no muy lejos del río Mississippi. Con su hermana mayor, dio numerosos tumbos en una infancia difícil; ambas fueron criadas mayormente por sus abuelos. Tina iba a la escuela y le interesaba mucho la literatura y la música. Sus tumbos acabaron en Saint Louis-Missouri, en donde terminó el bachillerato y empezó a salir con su hermana a ver el blues que se tocaba por los tugurios de la ciudad. Entre las bandas, destacaba una: Ike Turner y los Reyes del Ritmo. Un día, los músicos las invitaron a subir a cantar al escenario. Su hermana pasó del tema, pero Anna Mae subió y dejó a todo el mundo maravillado. Y su vida cambió para siempre.

Tina fue siempre fogosa y apasionada, le gustaba el blues, la danza, el sexo y la cerveza (y a quién no). Era todavía una adolescente cuando se quedó embarazada. El padre de la criatura era el trompetista de los Reyes del Ritmo, un tipo que, poco después, con motivo de una pequeña lesión de tobillo, se volvió a su pueblo a recuperarse y ya nunca regresó. Como los que se van a por tabaco. A Tina, la familia la echó de casa con motivo de su embarazo y ¿saben quién se apiadó de ella y de su pequeño y permitió que ambos se instalaran en su propia casa? Pues el bueno de Ike Turner. El problema es que el tipo era un verdadero cabrón con pintas. Machista, violento, bebedor, acosador. Le venía muy bien tener una mujer joven en su casa, que se hiciera cargo de sus dos hijos anteriores, preparara comida para todos y encima le apoyara en el grupo musical como cantante, y más todavía si luego se la podía beneficiar por las noches. A cambio de todo eso, es cierto que reconoció como propio al hijo de Tina con el trompetista. La vida de la pareja era un desastre, pero en cambio su éxito musical no paraba de crecer. Escuchemos un tema de ese tiempo, con un título significativo: el blues de las tres de la mañana.


En octubre de 1960 nació su segundo hijo, este ya de Ike. Tina insistió en que se quería casar y consiguió que Ike la llevara a Tijuana, para una ceremonia que luego él defendió que no era válida, el muy canalla. Dice la leyenda que el día de la boda, Ike la llevó a celebrarlo a un puticlub de frontera, en donde ella pudo observar que todas las putas lo conocían, lo que da idea de la catadura del sujeto. Pero su carrera seguía y, mientras Tina debía de cuidar de cuatro niños y llevar la casa, el dúo Ike & Tina Turner empezaba a ser conocido en todo USA y lo cierto es que Ike, aun siendo un impresentable, tocaba la guitarra como los mismos ángeles. Escuchen otro tema de la misma época, sobre unas cuantas fotos de la pareja.


Ambas derivas, la musical y la vital, continuaron evolucionando, pero la voz de Tina no pasaba desapercibida y los cazatalentos cayeron sobre el grupo y empezaron a decirle a ella que debía continuar su carrera sola para explotar adecuadamente su voz y su talento natural. Ike se debatía entre los celos, el despecho y la posibilidad de forrarse con una mujer de la que todo el mundo decía que era un portento. El superfamoso productor Phil Spector le propuso grabar un tema que la catapultaría definitivamente a la fama y hasta le compuso la letra, él en persona. Ike aceptó con la condición de seguir figurando en los créditos. Lo cierto es que es en los créditos en el único sitio en el que aparece Ike, porque no se le escucha por ninguna parte. Las producciones de Spector son reconocibles, lograba crear un ambiente como si la grabación estuviera hecha en una sala enorme, o en una catedral; arropaba las voces con unos arreglos sinfónicos impresionantes. El resultado de esta colaboración, que nunca se repetiría, es este tema, que sólo podemos calificar de grandioso: River deep, mountain high. Les traigo una versión remasterizada, que se hizo para el disco recopilatorio de 1991 Simply the best.


Como les digo, esta versión que han escuchado es la remasterizada de 1991, pero la original se publicó en 1966 y fue un auténtico bombazo. Se escuchó en todo el mundo (hasta en La Coruña, donde yo vivía por entonces, se lo juro). La pareja hizo un buen negocio e ingresó unos dinerillos que nunca vienen mal. Pero la semilla de la discordia estaba sembrada. Tina había visto que podía volar sola, a Ike esto le mortificaba y empezaron las palizas. El maltrato iba in crescendo, mientras la carrera de la pareja declinaba porque Ike quería continuar en los registros del blues clásico y eso ya no estaba de moda. A primeros de los setenta, las ventas de la pareja habían bajado notablemente, hasta el punto que apenas tenían bolos y únicamente les contrataban para hacer de teloneros de algunas bandas que adoraban a Tina, como los Stones, o el propio David Bowie, en la cima del éxito. Y llegó la ruptura. A primeros de 1976, un Ike totalmente borracho y pasado de rosca le pegó una paliza soberana a su mujer, a la que incluso partió la nariz. Fue el final. Tina pidió el divorcio y se fue. Había aguantado su tortura nada menos que 16 años, hasta con algún intento de suicidio.

Tina hubo de operarse la nariz rota. Pero es que además estaba devastada anímicamente y eso es más difícil de recuperar. En sus momentos bajos, la ayudaron algunos colegas de la profesión, sobre todo Cher, que sabía mucho de maltrato de pareja también y no dejó de invitarla a su show de televisión. Y el de siempre: David Bowie, el tipo que ayudaba a todo el mundo. Se cuenta que el Duque canceló uno de sus conciertos, con las entradas ya vendidas, porque dijo que tenía que ir a ver cantar a Tina Turner, que era su cantante favorita. Y sus fans se preguntaban ¿Tina queeee? Las ventas de sus discos subieron algo con esta historia. Pero antes que nada tenía la necesidad imperiosa de contar lo que había sufrido y lo hizo en un primer libro de memorias, que se llamó I, Tina, Yo, Tina, y fue un best seller. Allí ajustaba cuentas con Ike, detallando todo lo que le había hecho sufrir. Ike fue entrevistado en una televisión poco después de la publicación del libro y, abrumado, confesó que le pegaba a su mujer, pero no más de lo que los hombres suelen hacer. El mundo del disco le dio la espalda hasta su muerte en 2007, solo y bastante hecho polvo.

Tina continuó su carrera, un poco al ralentí, mientras terminaba de reconstruirse anímicamente. Participó como actriz en algunas películas, como Tommy en donde interpretaba el personaje The Acid Queen. Recibió buenas críticas y hasta se animó con el teatro. No quería saber nada de los hombres, como es natural, era una mujer con el corazón roto, pero tenía muchos entretenimientos a los que agarrarse, como la lectura, el ejercicio físico, sus giras y la cerveza. Estaba mejorando, pero necesitaba un disco estratosférico, un punto y aparte que le permitiera dejar atrás su pasado. Y ese disco llegó en 1984 y se llamó Private Dancer, el mayor éxito de su vida.

Los mejores compositores escribieron para ella, como Mark Knopfler, que firmó el tema que le da título. Pero tal vez la canción que más repercusión tuvo es esta que les voy a poner a continuación: What’s love got to do with it que podemos traducir por Qué tiene que ver el amor con eso. Se la compusieron un par de músicos profesionales, pero la letra es como si la hubiera escrito ella: el tacto de tu mano me hace vibrar, es la emoción de un chico que conoce a una chica, polos opuestos que se atraen, pero (aquí el tremendo estribillo) ¿qué tiene que ver el amor con eso? ¿qué es el amor, más que una emoción de segunda mano? ¿Quién necesita un corazón si vienen y te lo rompen? Nadie podía cantar una canción como esta de manera más vívida que Tina Turner. Le prepararon un vídeo precioso por las calles de Nueva York. Pónganselo en pantalla grande y disfruten de él. Merece la pena.


Tina era ya una estrella mundial, con una imagen renovada muy cuidada, incluyendo el famoso pelucón rubio. La invitaban a galas por todo el mundo, sus giras eran interminables. Llevaba un grupo de dancers con una coreografía de la que se ocupaba personalmente y exhibía sus legendarias piernas en conciertos intensos de enorme éxito. Algunas leyendas la acompañaban, como esa que dice que fue ella la que le enseñó a moverse a Mick Jagger (la verdad es que en sus vídeos más antiguos, el líder de los Stones es un armario). Tocó en estadios y en festivales, estaba en la cresta de la ola. Y, a veces, invitaba al escenario a alguno de sus fieles amigos, como hizo con David Bowie en este concierto de esos años.


Por fin había logrado el éxito que buscaba. En 1985, en la cumbre de su carrera le ofrecieron interpretar a la Tía Ama en la tercera película de la saga Mad Max. Y obtuvo unas críticas excelentes. Era feliz, estaba sola, pero para qué necesitaba a un hombre, con lo que había sufrido en su pasado. Esta es la imagen más conocida de Tina, en la cumbre de la ola. 46 años. Guapísima. Y conservando las mejores piernas del rock.


Lo que pasa es que, cuando uno está feliz y radiante, las relaciones te vienen solas. Y Tina estaba ya lista para ello. En una fiesta de celebración de sus éxitos en 1985, conoció a Erwin Bach, un productor discográfico alemán, dieciséis años más joven, quien le confesó que estaba fascinado por ella y enamorado como un crío. Tina, digamos que se dejó querer. Y muy pronto se encontró compartiendo su vida con un tipo súper amable, atento con ella al máximo y que estaba ciertamente enamorado. Y se fueron a vivir juntos a un castillo de la familia de él, a orillas del lago Zurich. Erwin le pidió que se casara con él y ella no quiso. Las viejas cicatrices. Vean aquí una foto de los primeros años de la pareja.


La vida de Tina continuó llena de felicidad. Alternando giras con períodos de descanso en la mansión de la pareja al lado del lago Zurich. Erwin la acompañaba en sus viajes y la cuidaba en casa, en donde la diva se dedicaba a leer y a cuidar su jardín. Sus dos hijos venían a verla y Erwin los atendía con la misma amabilidad. Y fueron envejeciendo, juntos y felices. Aquí una imagen más reciente de la pareja.


Y llegó el cambio de siglo. Tina cumplió los sesenta, pero siguió con su tren de vida, disfrutando de los conciertos, manteniendo sus piernas magníficas y descansando entre giras con su pareja. Es increíble, pero Tina continuó en activo hasta su última gira, que empezó en 2008 y terminó en 2009. Tenía ya 70 años y estaba espléndida cuando decidió retirarse. Erwin le volvió a pedir que se casara con él y esta vez aceptó. Pero antes hizo otra cosa: renunciar a su nacionalidad norteamericana y nacionalizarse suiza. Aquí una imagen de la boda, en 2013.


Tina era feliz y había comprobado que en el mundo hay hombres que no son como Ike Turner. Pero el destino le reservaba aun otra vuelta de tuerca. En 2016 le diagnosticaron un cáncer intestinal. Le dieron quimioterapia y, para paliar sus efectos, utilizó unos remedios homeopáticos que le hicieron polvo los riñones. El cáncer estaba curado, pero su capacidad renal estaba al 35% por un proceso degenerativo irreversible. Sólo había dos soluciones: un trasplante, o conectarse el resto de su vida a una máquina de diálisis. Tina estima que ya ha sufrido bastante en su vida y de ninguna manera querría atarse a una máquina, así que optó por el trasplante. El problema es que Tina vive en Suiza y los suizos son muy suyos. Entre ustedes y yo, son más raros que la puñeta. No me extraña nada saber que es uno de los países donde menos trasplantes se efectúan. Si usted, querido lector, es catalán, o tiene algún otro tipo de circunstancia que le lleva a estar acomplejado por el hecho de ser español, pues sepa que vivimos en la meca de los trasplantes, con todo lo que eso revela acerca de nuestra generosidad. Coño, que tiene usted una suerte tremenda de no ser suizo, porque, si un día necesita un trasplante de lo que sea, seguro que va a poder elegir entre varios donantes.

Pasaba el tiempo y no aparecía un puto donante suizo. La capacidad de los riñones de Tina había bajado ya a un 20%. Entonces tomó una decisión. Reafirmada en su idea de que no quería conectarse de por vida a una máquina de diálisis, entró en contacto con la organización Exit, que se ocupa de facilitar la eutanasia a los que la solicitan, algo que es legal en Suiza. Llegó a ir a sus reuniones, pero aquí emergió la figura de Erwin Bach. Enterado de lo que planeaba su mujer, le dijo que él no concebía la vida sin ella, que la seguía queriendo como el primer día y que estaba dispuesto a lo que fuera con tal de no perderla. Incluso donarle uno de sus riñones. Tina estaba estupefacta, era algo que no se esperaba. Se hicieron los análisis pertinentes, que revelaron que eran compatibles. Y la operación se hizo en abril de 2017. Con total éxito. Tina se ha recuperado y está otra vez fenomenal, dentro de lo que cabe a su edad. 

Y ¿cómo es que sé yo todo esto? Pues porque Tina entendió que lo que le había sucedido era algo extraordinario y otra vez tenía que escribir sobre ello y compartir sus reflexiones. Hasta el gesto de su marido, con el que lleva 34 años, pensaba que había una mayoría de hombres buenos y unos pocos impresentables. Y ahora había averiguado que también hay otra minoría de seres extraordinarios, que están en posesión de una generosidad superior a la normal, y compensan a los que no llegan a la media. Todo esto lo contó en su segundo libro de memorias, publicado en 2018, que se titula My love story. Allí precisó que el error de confiar en la homeopatía había sido exclusivamente suyo, por ignorancia, algo por lo que su marido no le había hecho el menor reproche.

El año pasado, Tina tuvo que pasar por otro mal trago: el suicidio de su hijo mayor, que siempre fue un tipo depresivo. Pero es una mujer muy fuerte y, después de sus últimas vivencias, se ha galvanizado. Además, el pequeño (que tiene casi 60 años) la visita con frecuencia en su casa del lago Zurich, está muy unido a su madre y pasa largas temporadas con la pareja. Tina está tan bien que hasta le dejan beber (moderadamente) cerveza. Les dejo con una foto tomada en alguna reciente Oktoberfest de Munich, supongo que antes de sus problemas médicos más graves. En fin, este post, junto con la carrera de ayer, es mi pequeña contribución al día mundial contra la violencia machista. Sean buenos. 





jueves, 21 de noviembre de 2019

887. En un mundo desigual

En El País de hoy viene un reportaje sobre las familias de inmigrantes con niños que duermen en la calle en Madrid haciendo cola para ser atendidos en instituciones públicas ad hoc. Una noticia que tiene relación con la polémica de los MENA, a los que Abascal quiere mandar de vuelta a sus países. Pueden consultar la información AQUÍ, pero no hace falta que se lean el artículo si no quieren, sólo vean el titular y échenle un vistazo diagonal. Estamos en un momento en que arrecia el frío otoñal y es lamentable que en una ciudad como Madrid haya niños a la intemperie. ¿Por qué sucede esto? Pues la respuesta no sólo está en el viento, sino también en el titular de este post: porque vivimos en un mundo que se caracteriza por una desigualdad salvaje.

Sí señor, vivimos en un mundo desigual. En mi periplo por Madagascar tuve ocasión de comprobarlo. La República Malgache es el séptimo país más pobre del mundo, según el indicador más fiable que existe (en mi opinión): el PIB per cápita. AQUÍ pueden consultar el listado de los países del mundo ordenados de mejor a peor según su PIB per cápita, con los datos actualizados a este año. Menudos datos los de ese cuadro. Si en Luxemburgo cuentan con 115.200$ per cápita y en Madagascar con 500$, pues mal vamos. Cada yanqui de los USA tiene 65.000$, más del doble que los españolitos, que tenemos 31.000$ (y no estamos nada mal). No cabe duda de que el capital mundial está muy mal distribuido. Para entender completamente el concepto, nada como visualizarlo, y además hoy no tengo demasiadas ganas de escribir, así que mi post va a ser sobre todo de imágenes, de esas fotos que los lectores se escuernan luego en intentar averiguar de dónde las saco. Empezaremos por una imagen actual de Nueva York. 


Sí, han acertado. Se trata del Brooklyn Bridge Park, a orillas del East River, en una hermosa imagen otoñal. La primera vez que visité New York, en 1982, toda esa zona eran unos muelles medio abandonados y muy peligrosos, infectados por la droga y la prostitución. Si se te ocurría acercarte o te perdías, te podían asaltar hordas de desharrapados que, como le pasó a un amigo mío, hasta te podían perseguir a la carrera, haciéndote revivir la peor escena de La Noche de los Muertos Vivientes. Pero la sociedad americana es tan opulenta que ha logrado regenerar todo el borde de la isla de Manhattan y las demás zonas portuarias tradicionales. Nosotros sabemos lo que cuesta una operación de este tipo, porque hemos vivido en carne propia lo que costó hacer Madrid Río (y que les pregunten a los de Bilbao si el puerto se regeneró en dos días). Comparemos la bonita imagen neoyorkina con esta otra, buscada al azar. Corresponde a los suburbios de una ciudad de Mauritania (1.290$ per cápita). A la izquierda se puede observar una mezquita azul.


Pero, a la vez, estamos en un mundo globalizado. Eso significa que la información corre por el aire y que los señores que habitan esas semichabolas mauritanas, posiblemente tengan todos móvil (hasta hace poco, antenas parabólicas). Es decir, que el tipo que malvive con 1.290$, tiene acceso a ver las películas yanquis en las que se presume del american way of life. A este respecto, tal vez la gente mayor, más quemada y abducida por ideologías y religiones locales, pueda pensar que todo eso es una mierda, que el occidental es un tipo que está loco y no es para nada feliz, porque se pasa el día corriendo para hacer más dinero del que tiene, mientras ellos son los buenos salvajes, en paz con su entorno y con el mundo planetario. Pero la gente joven no se traga semejante milonga. ¿Y qué es lo que hace? Pues algo que se explica con una sola frase: pies pa qué os quiero. No hace falta que haya guerra en el país de origen. La gente sale volando en cuanto tiene una mínima oportunidad de llegar a Occidente. A poco que nos descuidemos, esto será una estampida de jóvenes decididos a entrar en el primer mundo, para jugar sus opciones y tratar de acercarse al nivel de vida de los occidentales. ¿Y qué hace el hombre blanco frente a semejante avalancha potencial? Pues construir muros y barreras. Vean aquí una imagen de la doble verja que protege la ciudad de Ceuta.


Pero la gente que quiere entrar es tenaz, está desesperada y no tiene nada que perder. Así que intenta escalar los muros y las barreras. Y entonces hay que dotarlos de elementos disuasorios muy crueles, como las famosas concertinas. Vean como instalan una valla supuestamente infranqueable, esta vez cerca del Río Grande, en la frontera sur de Estados Unidos, da igual el lugar, el fenómeno es mundial.


Pero la desigualdad entre países no es la única que puede observarse en el mundo. Porque también tenemos la desigualdad en el interior de las naciones o estados. Existe también un índice para medir esa desigualdad, el llamado Coeficiente de Gini, ideado por el estadístico italiano Corrado Gini. Es un índice que ya no se usa demasiado y por eso el ranking de países desiguales está bastante desactualizado. Si tienen curiosidad, pueden consultarlo AQUÍ. En realidad, este índice no es muy significativo. Por ejemplo, Madagascar está bastante bien situado: no hay mucha desigualdad en ese país, porque todos son pobres de cojones. Es curioso que el país más desigual (salvo el dato anecdótico de Seychelles) sea Sudáfrica. Una herencia maldita del apartheid. El año pasado la organización Oxfam-Intermon realizó un estudio sobre nuestro país, imagino que utilizando otro índice más fiable. Según ese estudio, España es el país de la Unión Europea en el que ha crecido más la desigualdad tras la crisis de 2007. En estos momentos es el tercer país más desigual de la Unión, sólo superado por Rumanía y Bulgaria, dato que, por cierto, utilizó Pablo Iglesias en alguno de los debates recientes. AQUÍ un artículo en el que se hace referencia a ese estudio.

Pero en todos los rankings se evidencia un dato, que yo no necesito leer en ningún sitio, porque lo he visto con mis propios ojos: la región que registra un mayor grado de desigualdad en todo el mundo es Latinoamérica. Es algo que se respira en México, en Colombia, en Chile y hasta en Argentina. Y es una desigualdad con un sesgo claramente racista: los descendientes de los españoles son los ricos en todas partes. Y los cholos, los pobres, los más incultos, los de peor calidad de vida. Veamos algunas imágenes más. Empezamos por una emblemática, que tal vez ya conozcan algunos de mis lectores. Se trata de una famosa favela de Sao Paulo, que responde al nombre irónicamente cruel de Paraisópolis. A su lado han construido unos rascacielos de superlujo, con piscinas en las terrazas y unas instalaciones deportivas de primer nivel.


En Bogotá, la imagen no es tan impactante, pero el concepto es el mismo. La ladera llena de tugurios (así llaman en Colombia a las chabolas), permite ver al fondo los bloques de apartamentos. La ciudad formal parece avanzar sobre la masa informal de los barrios chabolistas.


Pero, en ocasiones, los habitantes de los barrios más modestos, se organizan, decoran sus infraviviendas y forman conjuntos edificados mucho más imaginativos y divertidos que los tradicionales. Vean por ejemplo, el caso de la conocida Colonia Libertad, en La Paz (Bolivia). No me digan que no es un lugar mucho más bonito que el barrio regularizado que aparece al fondo.  


En Bolivia está ahora liada parda. Tengo un amigo boliviano exiliado en España, que trabaja de camarero hace años en un bar que frecuento. Lo llamé para que me pusiera al día y me dijo que esa misma tarde había quedado con dos compatriotas recién llegadas de la tierra. Me acerqué al bar a la hora que me dijo y hablé primero un poco con él. En su opinión, parece que efectivamente se ha tratado de una especie de golpe de Estado, pero estima que en este caso no ha habido intervención yanqui, como ha sucedido tantas veces. Dice mi amigo que a Evo Morales se le estaba yendo la pinza por el lado autoritario-leninista y llevaba el mismo camino que Ortega en Nicaragua. Y que han sido los sectores más conservadores de la clase media los que han forzado su sustitución, aprovechando que estaba perdiendo apoyos por esa deriva autócrática y personalista.

Después llegaron las chicas. Ambas se autodefinieron como ex-masistas (ya saben el MAS, Movimiento Al Socialismo, el partido dirigido por Evo Morales). Una de ellas se había dado de baja en el movimiento, porque los tics jerárquicos y la exigencia de obediencia ciega de la élite de Morales se le habían vuelto insoportables. A la otra directamente la habían echado del partido. Entonces decidieron ambas venirse a España. Yo digo lo que me contaron, desde luego que habría que escuchar a la otra parte, pero es significativo. En fin, no cabe duda de que esa desigualdad de la que estamos hablando causa mucha irritación y frustración entre la gente corriente y puede derivar en explosiones de violencia. Ya les mostré dos fotos que recibí desde Chile: la de los pacos culiaos y la de la hermosa guerrera urbana del tirachinas. Aquí tienen otra de lo que se está viviendo allí estos días.

Encima, además de la desigualdad económica, resulta que el primer mundo no sabe cómo eliminar las toneladas de basuras que produce y las echa donde puede, organizando unos vertederos hediondos, en los que trabaja mucha gente recuperando lo que pueden. Son conocidos los de algunos lugares de Sudamérica, pero tal vez las imágenes más brutales se dan en la India, en donde las personas compiten con los marabús para sacar algo de estas inmensas montañas de mierda. Un par de fotos al respecto.


Pero hemos leído que la mayor desigualdad se da en Sudáfrica. Veamos también un par de imágenes de ese enorme país. La masa de chabolas se contrapone en un caso con una cuidada ciudad jardín y en el otro nada menos que con un campo de golf.


Me parece que ya les he puesto suficientes imágenes. No se quejen, que hoy les he hecho leer menos que de costumbre. La desigualdad produce frustración y es algo que se evidencia cuando los tejidos sociales desiguales están contiguos, como algunos de los que hemos mostrado en este post. Hemos empezado hablando de los niños. ¿Imaginan lo que siente un niño cuando se asoma a un cristal, o a un hueco de una valla, para observar a media distancia el paraíso? Es algo muy fuerte. Es la sensación de exclusión. Es estar al lado de un mundo ordenado y próspero y no poder estar adentro, tener que verlo desde fuera. Este sentimiento lo expresa muy bien Sheryl Crow en la canción On the outside (En el lado de fuera). Les voy a dejar de propina una interpretación en directo de este tema, de hace unos diez años. Es decir, que Sheryl tenía unos cuarenta y tantos y estaba guapísima.

Los conciertos de Sheryl suelen ser una explosión de alegría y de vitalidad, pero cuando trata de un tema serio como este, no bromea. Es una delicia, desde la composición, el título susurrado al micrófono, los tempos alargados entre las estrofas, el tremendo estribillo (Standing on the outside, looking in: estando en el lado de fuera, mirando dentro), la incorporación silente de la batería, la forma en que da entrada al guitarra solista, dejándolo lucirse, como hace ella siempre en sus conciertos. Nadie como Sheryl para crear estos ambientes emotivos intensos. Después viene una última estrofa rematada por un grito desgarrado, en donde se expresa toda la frustración contenida, un grito que Sheryl lanza desde sus entrañas, para poner en suerte al guitarrista para un segundo solo aun más profundo. Esta mujer tiene cientos de temas compuestos y, por canciones como esta, se ha ganado el respeto de los principales músicos del rock. Póngansela en pantalla grande y disfruten



lunes, 18 de noviembre de 2019

886. Las claves del abrazo

Todo el mundo tiene ahora mismo en su mente, más o menos conscientemente, una duda. Me refiero a la sorpresa, por contraste, entre lo poco que se tardó en conseguir el Abrazo de Vergara, apenas 24 horas, y la larga e infructuosa lucha anterior de sus protagonistas durante seis meses, para no llegar a ningún acuerdo viable, cuando parecía algo muy fácil. Es muy raro ¿no? Los gallegos, que solemos ser desconfiados, tenemos un dicho respecto de estas cosas: Algo ten o cordeiro baixo o rabo. Tiene que haber una explicación oculta, unas claves de ese cambio tan radical. ¿Dónde están las claves, materile-rile-rile? La explicación más inmediata, la primera que le viene a uno a la cabeza es pensar que, como dice el refrán, a la fuerza ahorcan. Que han decidido colaborar porque no les queda más remedio. Porque, si no se pusieran de acuerdo y se llegasen a convocar otras elecciones, ganarían ya las derechas, a caballo de Abascal y sus huestes. Abunda en esta línea explicativa la excelente viñeta de El Roto del día siguiente, certera cual piercing en pezón de rubia influencer exitosa. Véanlo. 


Impresionante. Pero, buscando en mis fuentes habituales, he encontrado otra explicación más sutil. El gran Jaume Reixach, el director de El Triangle, es siempre una referencia para mí. En sus artículos encuentro un tipo de análisis de la actualidad que comparto casi en su totalidad, junto con precisiones y matices que me descubre y sobre los que inmediatamente pienso: pero cómo no se me ha ocurrido a mí algo tan obvio. Eso, unido a un optimismo histórico casi tan indestructible como el mío, me hace admirar un montón a este periodista superlativo. Les pido que lean detenidamente su última publicación en El Triangle, nada más conocerse el abrazo de marras. Han de pinchar AQUÍ. Les prevengo que este hombre escribe en catalán y lo que yo les he puesto es una traducción automática, lo que explica algunas discordancias de lenguaje.

A partir de lo que dice este señor, junto con otras informaciones de las que ya disponíamos, se puede elaborar un relato de lo sucedido. Un relato imaginario, pero verosímil (esa es la esencia de la literatura, que es de lo que va este blog). En primer lugar, según Reixach, todo parte de la corrupción, la Gurtel y la sentencia de mayo de 2018, que parece implicar al propio presidente Rajoy. Un paréntesis sobre esto: las sibilinas frases que implicaban entonces a Rajoy, han sido luego duramente criticadas y descalificadas por la judicatura, por presuponer responsabilidades que no estaban probadas, algo ampliamente jaleado desde El inMundo y el ABC y que tiene muy cabreada a toda la derecha. Con razón. Pero no es menos cierto que en los papeles de Bárcenas aparecían claramente identificados los pagos a un tal M.Rajoy a lo largo de años. Todos pudimos ver esos apuntes en los renglones amarillos del famoso dossier. Tal vez eso estuviera detrás del hecho incontestable de que el juez de la Gurtel se vino arriba, se extralimitó y le dio la gracia al texto. A lo mejor estaba tan convencido de la implicación de Rajoy en el tema, que no pudo evitar reflejarlo en la sentencia.

A lo que íbamos. Esa sentencia dio pie al jaque de Sánchez, un experto en artimañas de filibustero, curtido en batallas que todo el mundo considera imposibles pero que él gana luego para sorpresa general, como la recuperación de la secretaría general del PSOE cuando nadie apostaba por él. El tipo plantea una moción de censura y todo el mundo piensa que está loco y que no tiene ninguna posibilidad. Pero se conjugan aquí varias circunstancias con las que nadie contaba. La primera, el voto a favor de los catalanes. En octubre del año anterior, los secesionistas habían intentado forzar la independencia y comprobado que era imposible, mientras su porcentaje de votantes no llegara ni al 50% y no contasen con apoyo de ningún Estado externo. Desde entonces, el único objetivo de estos señores en las Cortes Españolas es dar por culo. Y en el momento de la moción de censura vieron una ocasión pintiparada para ello. Se dio además otra circunstancia imprevista: la cerrazón en banda de Rajoy a dimitir y permitir así que continuara un gobierno del PP encabezado por Soraya, a pesar de que lo tuvieron una tarde entera secuestrado en un restaurante intentando convencerlo.

Y hubo también una tercera circunstancia, que pasó inadvertida, pero que es clave para lo que vino después. Ciudadanos votó en contra de la moción de censura. Si repasan la serie histórica de las estadísticas de intención de voto, en esos momentos Ciudadanos encabezaba las encuestas. Era la opción que más seguidores tenía, seguida del PSOE. Los españolitos valoraban el intento de ambos partidos de lograr un pacto de estado y castigaban a Podemos por haberlo torpedeado y al PP por el hartazgo de la corrupción. La gente entendía importante que hubiera dos opciones moderadas de centroizquierda y centroderecha y Ciudadanos cultivaba con mimo esa imagen de moderación. Por ejemplo, cuando se votó la exhumación de Franco, la proposición contó con los votos a favor de la mayor parte de los grupos de la cámara, entre ellos Ciudadanos. Se abstuvieron el PP y ERC, por razones opuestas. Y sólo se registró un voto en contra: una señora del PP que se equivocó al pulsar el botón.

A Rivera, la jugada de Sánchez le pilla de sorpresa y le descoloca. Decide quedarse al margen y se equivoca. Si hubiera apoyado la moción de censura, Sánchez podría haber gobernado cómodamente con ellos, sin necesidad de hacer un gobierno frankenstein, como lo bautizaron rápidamente en El inMundo. Pero Rivera, en esa encrucijada, se decanta por el lado contrario. Y ese es el punto de inflexión en la trayectoria de Ciudadanos. Desde entonces la deriva de su líder ha sido una sucesión de errores de estrategia, una cabezonería que ha llevado finalmente al partido a la irrelevancia. Un inciso: Rivera fracasó al intentar el sorpasso al PP, igual que antes fracasó Podemos al tratar de hacérselo al PSOE. Apostaría a que la palabra sorpasso va a ser desterrada para siempre del vocabulario político cotidiano: es obvio que trae mala suerte. El caso es que Sánchez se ve en La Moncloa e improvisa un gobierno bastante llamativo y sorprendente, con gente tan presentable como Borrell o Calviño. En la propia moción había prometido (con la boca pequeña) que convocaría enseguida elecciones, pero luego se encuentra a gusto y decide continuar todo lo que pueda.

Y su trayectoria monclovita se prolonga hasta un momento concreto. Hasta que lleva al Pleno la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Se trata de unos presupuestos muy sociales pactados con Podemos. Entonces, la cosa fracasa ¿recuerdan por qué? Sí señor: porque los catalanes votan en contra. ¿Y por qué actúan de esa manera? Pues ni lo duden: para dar por culo. El caso es que Sánchez se ve obligado a convocar elecciones y las gana. Parecía entonces que formar gobierno sería pan comido, el programa se podía basar en los presupuestos ya pactados con Podemos, el PNV apoyaba y ERC estaba dispuesto a abstenerse. Pero, para sorpresa y cabreo generales, no se llegó al acuerdo. Y aquí viene la sorprendente explicación de Jaume Reixach, que yo no digo que me crea al 100%, pero que veo posible. Dice este señor que ese acuerdo hubiera generado un gobierno muy débil e inestable condicionado a la volubilidad de Podemos y un montón de grupos más, además de ERC dejando hacer. Y que Sánchez hizo fracasar intencionadamente la negociación, porque la sentencia del prusés, que amenazaba en el horizonte, era una bomba de relojería con fecha fija y no le parecía prudente afrontar las previsibles revueltas con un gobierno de ese tipo.

El prusés va siguiendo una hoja de ruta incombustible. Respecto a la sentencia pendiente, todo el mundo en Cataluña sabía que el veredicto iba a incluir condenas altas (la sedición es indiscutible). Y en la hoja de ruta prusesista ya tenían previsto que, ante esa sentencia, se iban a enfadar mucho. Hasta tenían un grupo preparando atentados, que fue abortado por la Guardia Civil. Dice Reixach que Sánchez prefirió afrontar esas revueltas potenciales con un gobierno en solitario, en funciones, que ni siquiera tiene que dar cuenta al Congreso de sus actuaciones y, desde luego, sin ministros podemitas. Superado el trago de la sentencia y las revueltas, ahora ya se puede dar el abrazo con Iglesias y tocar madera para que se pueda ampliar ese acuerdo. Reixach, que es un optimista irreductible, termina su artículo convencido de que para Navidad tendremos gobierno. Yo tengo mis dudas, pero ojalá. Coincido con él en que sólo desde un cierto nivel de diálogo, como el que promueve el PSOE, se puede solucionar el conflicto catalán. Con el 155 y los remedios de Abascal, lo único que se conseguirá es un mayor grado de encarnizamiento. Y estamos ante un tema muy peligroso. En el post anterior hablaba yo de balcanización de España y algunos lectores me han tachado de alarmista. Hoy les pido que lean la entrevista con Slavenka Drakulic, reputada cronista del desastre yugoslavo, publicada en El Confidencial el día 16 (y por tanto posterior a mi post: cuando yo hablé de balcanización no conocía esta entrevista). Han de pinchar AQUÍ.

Quiero detenerme por último en un matiz. Reixach se pitorrea de los disturbios de estos días en Cataluña, que califica de tormenta en un vaso de agua. La verdad es que produce cierto sonrojo el nivel de virulencia de estos disturbios. Como decía el otro Jaume (Sisa), los catalanes salen, dan dos voces, rompen algunos cristales y luego a dormir que mañana hay que abrir la botiga. Lo que se ha montado en Cataluña es un juego de niños, comparado con lo que está sucediendo en este mismo momento en Hong Kong, en Santiago de Chile o en Bolivia, por no hablar de la franja de Gaza. Son éstas revueltas que defienden causas justas, que denuncian situaciones reales de grave injusticia que no tienen visos de solucionarse, lo que produce una frustración ciudadana real. Y, cuando se trata de causas justas, la desobediencia civil está justificada. Como una imagen vale más que mil palabras, les voy a dejar de propina una foto tomada uno de estos días en una calle de Santiago de Chile, que me parece muy impresionante y con un alto grado de simbolismo. Que tengan una buena semana.



jueves, 14 de noviembre de 2019

885. Reflexiones infames

Vaya, pues he terminado el relato de mis aventuras por Madagascar y miren ustedes que tengo así como una sensación de vacío, un vértigo, una inquietud, un come-come que casi no me deja ni dormir y que se puede sintetizar en una frase: ¡Y ahora de qué hablo yo, quillo! Y dirán ustedes: pues de la actualidad, de las elecciones y todo eso. Bueno, qué aburrimiento, pero vamos a ello. En sintonía con un chascarrillo de esos que te mandan por Whatsapp, yo también añoro aquellos tiempos dorados en que Vox era un diccionario, Rivera un vino, Casado un estado civil y Pedro y Pablo los Picapiedra, secundados por Wilma. Quién los pillara. Los políticos españoles actuales son todos de suspenso, yo ya les he dicho que echo de menos al señor Rajoy, por no ir más atrás. Así que para empezar les vamos a poner a todos un cero. Se lo ponemos los ciudadanos.



Mi reflexión es sencilla: ha ganado Vox y han perdido todos los demás. Bueno, también han ganado los independentistas, esos llevan ganando muchos meses, otra cosa es que sean conscientes de a dónde van. Con el resultado de las elecciones, nuestro país se ha balcanizado un poquito más. Ya teníamos unas cuantas figuras homólogas de Franjo Tudjman y Milan Kučan, los artífices de las independencias de Eslovenia y Croacia, al respective inverso, honrados como héroes nacionales en sus países, de cuyas repúblicas fueron también los primeros presidentes. Unos tipos bastante siniestros, pero no menos que Pujol, Arzallus y demás impulsores de las independencias vasca y catalana. Aquí lo único que nos faltaba para liarnos a bofetadas era un Milosevic. Y ahora tenemos a Abascal. Algunos piensan que Vox es un globo y que se pinchará. Ojalá acierten. Yo no las tengo todas conmigo. Yo creí que no llegaría tan lejos, como también pensé que el Dépor ganaría un partido algún día pero, como decía un profesor muy cursi que tuve de niño, el creique y el penseque son hijos de Doña Ignorancia y Don Perdereltiempo. Frente a Vox no podemos hacer otra cosa que tocar madera, porque Abascal es un tipo bastante brillante, que se come a sus contrincantes con patatas alioli, como se vio en el debate.

Y los demás están a uvas. Sánchez la ha cagado a fondo convocando estas segundas elecciones y ahora tiene que tragar con Iglesias le guste o no. Y con diez diputados menos entre los dos. El Abrazo de Vergara se lo podían haber dado en mayo y mejor nos hubiera ido a todos. Por no haber sido capaces de negociar y pactar entonces, los electores les han castigado claramente. El PSOE ha perdido 727.000 votos y Podemos 635.000. La gente ha repartido culpas entre ambos. A mí me cuesta creer que ese millón y pico de votos hayan ido a otros partidos, aunque Vox presume de haber atraído a votantes del PSOE y no creo que sea de farol. La mayoría se han ido, supongo, a la abstención. Una abstención merecida, tras el espectáculo que nos ha tocado sufrir durante seis meses. A donde, seguro, no han ido esos votos es a Ciudadanos.

Voy a dejar a Rivera para el final y hablar de los demás. Casado ha manejado sus armas con inteligencia, a base de enseñar poco a Cayetana y alardear en cambio de tener en su partido a Ana Pastor, que es de lo mejorcito de este país. Con eso y un poco de moderación y buenas maneras ha empezado a recuperar lo que perdió en abril. Ahora le espera una legislatura cómoda como jefe de la oposición, aprendiendo y creciendo políticamente. Sólo tiene que mantener el libro de estilo y cuidar el flanco derecho, que Abascal viene desbocado. Si es un poco listo, no le costará mucho diferenciar su discurso del de Vox. Y nos queda Errejón. Mira que me he proclamado reiteradamente carmenista y errejonudo en este blog. Pero una cosa es ser errejonudo y otra ser tonto. Este señor se ha precipitado, ha enhebrado malamente una candidatura bastante endeble y ha terminado por hacer un sanchezmato. Vamos, que se ha lucido. Menos mal que lo vi venir y no se me ocurrió votarle, si no estaría ahora buscando mi voto en el contenedor, como el tipo de la viñeta del otro día del Roto. 

Lo que ha pasado con Ciudadanos era algo que también se veía de venir. Todo el mundo se lo esperaba, menos el propio Rivera. Yo creo que hasta Malú se lo imaginaba. Es que Ciudadanos nació como partido de centro, como bisagra, para apoyar a un lado o a otro según conviniera. Su ideario de partida era socialdemócrata y con ese credo lograron ser la lista más votada en Cataluña. ¿Qué hicieron con ese importante acervo? Nada, y ahí la empezaron a cagar. Se vinieron a Madrid y se travistieron en liberales y luego en ultraliberales. No olvidemos que, en su primera vida, llegaron a tener un pacto de gobierno con Sánchez, que no salió por la postura cerril de Iglesias, que sólo tenía que abstenerse y no fue capaz (sus delirios de Juego de Tronos le hicieron confiarlo todo a un imposible sorpasso al PSOE). También en su primera vida, llegaron a encabezar las encuestas de intención de voto. Eran los primeros y sólo hace de eso año y medio. A partir de entonces, a Rivera se le fue la olla, empezó a soñar también con hacerle el sorpasso al PP y se mostró tan bisoño como Iglesias. 

El colmo de esa deriva fue la mala educación mostrada en la sesión de investidura, toda esa mierda del sanchismo, la banda y la habitación del pánico. Y que luego no acudiera siquiera a la llamada de Moncloa, cuando se hizo la ronda de consultas. Si a alguien odian especialmente los españoles es a los maleducados. El batacazo, como yo pronostiqué, ha tenido dimensiones bíblicas. El problema ahora de Ciudadanos es que, sin Rivera, no son nada. Los fundadores del partido se han ido marchando, a medida que la deriva de su líder se iba agudizando. Su gesto de dimitir ha sido bien valorado por todo el mundo y a mí también me parece bien. No tanto su discurso infantil, intentando dar pena y sin el menor atisbo de autocrítica. Los memes de los españolitos no se hicieron esperar. Estaba yo viendo su discurso en directo por el ordenador cuando ya me llegó al móvil el siguiente mensaje: se confirma que Rivera será el nuevo guitarrista en la gira de Malú. Poco después, le dieron forma a la idea con el photoshop, como ven abajo.


La verdad es que con una mujer como esta, yo también me retiraría de la política, o de cualquier otra cosa que me distrajera de mi objetivo central en la vida. Es que realmente, los tíos estamos tontos, porque, si no, no se explica la reciente información aparecida en la prensa, según la cual el juguete erótico más vendido este otoño es el succionador de clítoris Satisfyer. Por si creen que les estoy engañando, pueden pinchar AQUÍ y comprobarlo. Se puede comprar por Amazon y cuesta sólo unos 35€. El sexo es vida, no creo que usted, querido lector, tenga la menor duda al respecto y yo entiendo que, si una mujer necesita comprarse un Satisfyer, es porque no está bien atendida. Porque su hombre se dedica a la política, el urbanismo o cualquier otra mamarrachada de esas que nos sorben el seso a los varones. Por poner un ejemplo cercano, la presidenta regional Díaz Ayuso presume todo el rato de ser muy feliz y estar perfectamente atendida en ese terreno, en el que ya saben que comparte su vida y amor con un famoso peluquero. Esa plenitud se nota en algunas de sus imágenes, cuando huye del encorsetamiento oficial al que le obliga su puesto. Véanla en la foto de abajo, en un descanso en la Asamblea madrileña. Una imagen vale más que mil palabras y parece claro que esta mujer no necesita un Satisfyer.


Y, hablando de encorsetamientos, les confieso que ya estaba empezando a hartarme del formato de mis anteriores posts, en los que me veía obligado a continuar el relato de mi viaje a Madagascar sin salirme apenas del guión, para que no se me estirase hasta navidades, lo que me impedía irme por los cerros de Úbeda, que es lo que a mí me gusta. Es decir, empezar analizando los resultados electorales y acabar hablando de mujeres, un tema mucho más suculento y agradecido. Es que ya saben que yo soy un blogger y no sólo un blogger sino encima un influencer, tarea en la que me ayudaría mucho ser mujer y guapa, pero hago lo que puedo con lo que hay. ¿Creen que exagero? Pues vean: la reina mundial de las influencers es una italiana que se llama Chiara Ferragni, tiene 32 añitos y se desempeña en el mundo de la moda. Su blog The blonde salad registra cada día más de 110.000 visitas. Vean una foto suya y seguimos. 


Esta señora es un portento de dimensiones planetarias. Su cuenta de Instagram tiene más de 17 millones de seguidores. En 2017 la revista Forbes la señaló como “el factor de influencia más importante en el mundo de la moda”. Hace anuncios en exclusiva de Swarovsky, sale en portadas de las revistas más influyentes y su última aventura ha sido protagonizar un documental sobre ella misma dirigido por una prestigiosa directora italiana llamada Elisa Amoruso. El documental es tan bueno que fue presentado en el festival de Venecia, en el mes de septiembre pasado. Chiara Ferragni asistió al estreno, para lo que se enfundó en un precioso vestido de Dior comprado para la ocasión. Estaba resplandeciente. El problema es que el vestido le jugó una mala pasada mientras saludaba, como pueden ver abajo, lo que, unido a que se pudo observar en donde lleva esta belleza un piercing, redundó en una nueva dimensión de su fama.


Ponerse un piercing en semejante lugar requiere valor y personalidad, además de, entre otras cosas, puntería. Esta ha sido una de las imágenes virales de este otoño, lo que pasa es que ustedes no se enteran de estas cosas si no las encuentran en mi blog, tan focalizados como están con las elecciones y otros asuntos igual de aburridos. La verdad es que vivimos en un mundo absurdo, en el que algo tan natural como enseñar una teta, se convierte en un problema. Es algo que parte de un prejuicio que las mujeres de hoy en día tratan de combatir y les pongo un ejemplo. Es bastante frecuente ahora que las madres recientes le den el pecho a sus hijos en los parques o en los cafés (y hasta en el Congreso de los Diputados). Sin embargo en estas situaciones siempre aparece alguien a quien le molesta (imagino que es algo común entre los votantes de Vox) y que, con tono de mucha irritación, le suelta a la doña lactante la fórmula mágica: cúbrase señorita. Ante esa exigencia tan perentoria, una mujer de Toronto reaccionó como se ve en la foto.


Es que realmente, la teta tiene tanta simbología alrededor, en este mundo machista y abstruso, que muchas mujeres caen en la bobada de agrandárselas con implantes de silicona. Por ejemplo, ahora mismo en Brasil lo difícil (y lo más valorado) es encontrar una mujer que no se haya hecho nada en el cuerpo. Hace años solía yo correr con una amiga que, en mi opinión, estaba muy bien tanto física como mentalmente. Un día la llamé para ver si nos apuntábamos juntos a una media maratón y me dijo: no puedo, porque me voy a operar dentro de unos días. –Y de qué. –Del pecho. –¡Joder! –la exclamación me salió del alma– ¿sabe tu chico que después el tacto no tiene nada que ver con el natural? –Jajajá ¿Eres experto en el tema? –Desde luego. –Nosotros también somos conscientes, pero es que yo tengo complejo y, cuando una mujer sufre porque tiene ese complejo, la intervención está indicada. En fin, qué quieren que les diga. Para ayudar en la lucha contra ese complejo, algunas mujeres, como la guapísima actriz Keira Knightley llevan a gala su pecho pequeño y hacen bandera de él todo el tiempo. Lo mismo que otras muestran el pelo de los sobacos como reivindicación. La teta pequeña es también una reivindicación y otra línea de la lucha feminista. Y hasta hay una marca de camisetas que incorpora ese mensaje (No tengo tetas).  



La de cosas que aprenden ustedes en este foro. En realidad, huir de la civilización tres semanas a un lugar como Madagascar, te da otra perspectiva de la realidad y del mundo. Uno vuelve de un lugar como ese con la escala de valores revisada. El otro día estuve en el teatro viendo la obra Parque Lezama, una estupenda comedia con dos actores argentinos soberbios. Si no la han visto, se la recomiendo sin dudarlo. El protagonista es un tipo ya mayor, que fabula todo el rato sobre lo que fue su vida, inventándose pasajes delirantes. Le da el contrapunto otro personaje que es el típico amargado, que por sistema no se cree nada de lo que le cuenta el primero. Pues nada, ustedes queridos lectores, hagan el favor de no ser matitis y créanse lo que yo les cuento, aunque está claro que a mí también me gusta fabular. Y, ya que hemos empezado con los resultados electorales, una reflexión final. Las elecciones, como los referendums, son muy peligrosas. Como se te vayan de madre, se pueden convertir en un arma de destrucción masiva, y si no que se lo pregunten a Evo Morales. Como he leído en alguna parte, cuidado con las elecciones, que las carga el diablo. Y, en este caso, el diablo no viste de Prada. El diablo viste de Vox. Sean felices. 

domingo, 10 de noviembre de 2019

884. Mdgscr 9: el final del viaje

Dediqué ayer la jornada de reflexión a escribir este texto y procedo a publicarlo antes de ir a votar. Y que nos pillen confesaos. El decimonoveno día de nuestro periplo tuvo poca historia. La ducha y el desayuno desmerecieron bastante de lo que esperábamos de un hotel tan bonito, construido en medio de una selva espesa. Salimos temprano a visitar el Parque Nacional de Ranomafana, al parecer el más valorado por las agencias de turismo. Resultado: estaba lleno de extranjeros pedorros. El principal interés de este parque son los animales pero, ante la avalancha de turistas que invaden su hábitat, lo que hacen los bichos es esconderse o subirse a lo más alto de los árboles. Hay verdaderas hordas de turistas arracimados alrededor de sus guías, que miran hacia arriba tratando de descubrir algún lémur. De vez en cuando, te señalan a un lugar donde con mucho esfuerzo consigues ver a lo lejos un lémur, apenas una sombra adivinada. Algo que ya no tenía ningún interés para nosotros, que los habíamos tenido comiendo en nuestra mano y subiéndosenos a la cabeza.

Encima nos tocó un guía con el que Alain nos pidió por favor que tuviéramos mucha paciencia, porque estaba aprendiendo español. Y les puedo jurar que no se entendía absolutamente nada de lo que nos decía. El chaval hacía un esfuerzo meritorio y soy consciente de que los idiomas se aprenden así, a fuerza de practicar, pero el esfuerzo que nos suponía a nosotros intentar entender algo de lo que nos decía, era algo que resultaba totalmente disuasorio. Entre unas cosas y otras, le pedimos a Alain discretamente que nos abreviara la visita al fastuoso parque nacional, que apenas tenía ya interés para el grupo. Así que volvimos al minibús, bajamos el puertecito y recuperamos la carretera RN7 en dirección norte. Hicimos una parada intermedia en Ambositra, un pueblo mediano donde comimos algo y recorrimos una hilera de tiendas de artesanías y souvenirs varios, en busca de regalos para nuestras familias y amigos.

Y por la tarde seguimos camino hasta llegar a Antsirabé, la ciudad en la que habíamos dormido el cuarto día de viaje y donde teníamos reservado el mismo hotel, el estupendo Flower Palace. Salimos en busca de la pizzería de nuestra primera visita, pero estaba cerrada. Y nos encontramos de noche, sin cenar y con todos los lugares cerrados o a medio cerrar. Hasta que encontramos un bar restaurante en el que los currantes ya se estaban yendo, vestidos de calle, pero desde el fondo un par de chicas (tal vez familia de los propietarios) nos animaron a entrar y salieron a buscar a los cocineros para decirles que volvieran y se cambiaran otra vez. Una cena de diez personas les arreglaba seguramente el día, si no la semana. Nos recalentaron unas sopas y nos apañaron algunos platos más que tenían por allí. Y salimos del paso, como siempre, con buena cerveza.

El vigésimo día, después del magnífico desayuno que nos ofreció el Flower Palace, nos dedicamos a ver algo de esta ciudad, en la que a la ida habíamos pasado prácticamente de largo. Visitamos primero dos talleres artesanos. En el primero, se dedicaban a la talla de figuras, joyas y abalorios en cuerno de zebú. La forma en que trabajaban, con toda clase de aparatos hechos con materiales de reciclaje, era admirable. En la tienda, yo vi enseguida un colgante de piezas de cuerno pulidas, que inmediatamente imaginé en la garganta de cierta persona y lo compré sin regatear, porque la jefa del taller me dijo que allí tenían precio fijo. Mis compañeros me miraron regular, ellos adoran el regateo, obligatorio en todo Madagascar, del que generalmente se sacan precios de menos de la mitad del que te ofrecen al principio. Pero a mí es algo que no me divierte. Y lo cierto es que en esa tienda ellos intentaron regatear y se acabaron yendo de vacío.

Vimos también cómo trabajaban unos virgueros que hacían bicicletas y triciclos en miniatura, utilizando piezas de viejas latas y otros materiales reciclados. Después nos dimos un paseo por la zona de la estación de ferrocarril, de la que sólo sale un tren los días pares y viene de vuelta los impares. Es el llamado Expreso Malgache, que hace un trayecto de 170 kilómetros hasta el puerto de Manakara, en la costa este, para lo que tarda nada menos que once horas. Es el único tramo que queda en servicio de una red que construyeron los franceses, con obreros chinos, obra que se paralizó tras la Segunda Guerra Mundial y la independencia. La estación es bonita, pero está medio abandonada, hasta el punto que descubrimos una familia de conejos que vivía en una de las terrazas y se les veía pulular desde abajo. Les pongo una imagen de la estación y otras de algunas casas de colonos franceses, ahora ocupadas por empresas, hoteles y entidades administrativas.





Fianaratsoa, Antsirabé y Antananarivo son las tres grandes ciudades del país, que conforman el eje central más desarrollado de la isla, enhebrado por la carretera RN7. Después de nuestro paseo por Antsirabé, tomamos otra vez el bus y seguimos hacia el norte en dirección a la capital. No les sorprenderá saber que paramos a comer en Behenjy, para degustar de nuevo el excelente foie gras del lugar. Nuestro vuelo Antananarivo-París salía a las 12 de la noche y teníamos muchas horas que llenar viendo la capital. Lo primero que hicimos fue subir a la colina en donde está el barrio alto, el asentamiento original construido por los franceses. Mis compañeros de viaje, que conocen Kenia, Tanzania, Etiopía, Senegal y otros países africanos, estuvieron de acuerdo en que Antananarivo es la más bonita de todas las capitales africanas que habían visitado. Realmente tiene un encanto especial. Lo mejor es que les ponga unas imágenes. La primera es la del recargado Palacio Presidencial, con un águila de dudoso simbolismo.








La última de estas fotos es de la catedral católica, del mismo estilo de las que ya les he mostrado de otras ciudades. El barrio alto de Antananarivo es muy bonito y da idea de cómo se implicaron los franceses en la construcción y el cuidado de la ciudad. Viendo estas imágenes y las de más abajo, me reafirmo en mi teoría de que la mayor putada que se les hizo a estos pueblos no fue la colonización. La colonización fue la segunda mayor putada. La peor y la más cruel de todas fue la descolonización, un movimiento perverso de occidente por el que se dejó a estos pueblos abandonados a su suerte, listos para matarse entre ellos en guerras interminables, o en manos de tiranos semianalfabetos. El deterioro de estas maravillosas ciudades coloniales lo demuestra.

Abajo les he reservado dos fotos más. La primera es de un edificio impecablemente racionalista, algo lógico, puesto que los franceses estuvieron edificando en la ciudad hasta 1939. La segunda es una panorámica en la que se ve el lago Anosy, un estanque artificial de gran tamaño en el centro de la ciudad. Fue construido, cómo no, por los franceses y le rodea un paseo peatonal muy animado. Y en primer plano, el estadio donde juega la selección nacional de fútbol, que el año pasado consiguió por primera vez clasificarse para la Copa de África de este año, en la que logró llegar a Cuartos de Final. Los jugadores fueron recibidos como héroes y el presidente-disc-jockey (el de las camisetas naranja) los puso como ejemplo para la juventud del país. 



Y ya que hablamos de juventud, en nuestro deambular por los barrios históricos, llegamos a un templete desde el que se presumía otra vista bonita de la ciudad. Allí se había montado el botellón de los viernes una pandilla de chavales de ambos sexos, que apenas superaban los catorce años. Tenían sus botellas de bebidas alcohólicas y un aparato de música que atronaba con ritmos afroamericanos. Estuvimos un rato con ellos. Y, de pronto, dos chicas tomaron la iniciativa y se marcaron un baile salvaje del que les hice la serie de fotos que ven abajo. Una maravilla. Las mujeres en estos países tropicales maduran sexualmente muy pronto, se ponen guapísimas y suelen llevar la delantera a sus compañeros varones siempre más tímidos. Por cierto, que entre los adolescentes y la gente más joven, a la ciudad se la llama simplemente Tana.






Tana tiene más o menos millón y medio de habitantes y es la típica ciudad del tercer mundo, con una contaminación altísima y un tráfico caótico, sin semáforos y con apenas algunos guardias urbanos superados por la situación. Bajamos de los barrios altos y nos costó bastante tiempo llegar al centro, en donde Alain nos quería enseñar el mercado central, una especie de Rastro gigantesco que se mete por todas las callejuelas como una hidra, una sinfonía de colores, gentes, ruidos, músicas a todo volumen, vendedores voceando sus mercancías, bocinazos, motos y tuk-tuks abriéndose paso trabajosamente por entre la multitud. Logramos aparcar en un extremo y nos dispusimos a dar un paseo hasta la punta contraria. Pero Alain nos rogó encarecidamente que no lleváramos nada de valor, ni dinero, ni móviles, ni nada. Que dejáramos todo en el bus. Así que no pude hacer fotos.

Yo estoy seguro de que podría haber llevado el móvil, he estado en lugares similares en Marruecos y en Siria y en Sri Lanka y en tantos otros países del tercer mundo, y ya saben que me manejo bien en estos entornos urbanos, en medio de las multitudes. No creo que este mercado sea más peligroso que la plaza de la Yemaa el Fna de Marrakech. Pero era el último día y el bueno de Alain no quería que se le estropeara una historia que le había salido tan bien. De todas formas, si buscan ustedes en Google-Imágenes “Mercado de Analakely” encontrarán cientos de fotos. Antes de subir de nuevo al bus, recorrimos la Avenida de la Independencia, una especie de Campos Elíseos muestra del urbanismo y la grandeur franceses. Allí, entre otros edificios oficiales, está el Ayuntamiento. Alain nos contó que el original fue incendiado por los estudiantes en 1970, en una revuelta en sintonía con Mayo del 68 y otros incidentes que se produjeron por todo el mundo en esas fechas. Y había costado muchos años reconstruirlo.

Se hacía de noche y decidimos poner rumbo al aeropuerto. El atasco era monumental y todavía nos quedaba vivir una última aventura. Después de unas dos horas intentando salir de la ciudad, por fin tomamos la carretera del aeropuerto, una vía bien asfaltada, flanqueada por edificios modernos de oficinas, comercios, hoteles y restaurantes muy iluminados. Habíamos reservado un hotel de día, es decir un establecimiento en el que durante unas horas contaríamos con unas habitaciones para ducharnos, rehacer los equipajes, y comer algo. Y esperábamos que se tratara de uno de estos hoteles que se veían a los lados de la vía. Pero, de pronto, en plena carretera, Yves giró bruscamente a la izquierda y se internó por una calle en cuesta abajo, sin asfaltar y sin ninguna iluminación. Nos miramos inquietos, pero no teníamos ningún motivo para desconfiar de Alain ni de Yves. Un buen rato después la pista que llevábamos desembocó en una especie de campa, sin edificios a la vista. Entonces comprendimos que se habían perdido. Alain bajó del bus con una linterna y le vimos alejarse. Yves le imitó enseguida. Nos quedamos allí solos en mitad de la oscura noche y a nuestras mentes acudieron todos los fantasmas que se pueden imaginar ustedes, queridos y pacientes lectores de mi blog.

Un largo rato después vimos acercarse un grupo de personas con luces. Pensamos que era la proverbial y temida cuadrilla de bandidos que venían a matarnos y robarnos todo el equipaje. Pero no: eran Alain e Yves que venían con algunas personas del hotel, que efectivamente estaba por allí, perdido en medio de la nada. El lugar tenía un buen restaurante, muy bonito y romántico, pero otra cosa distinta eran las chambres. Las chambres eran una co-chambre. Pero cumplieron su función. Rehicimos los equipajes, metimos todos los líquidos y cosas prohibidas en la maleta grande que íbamos a facturar y sacamos la ropa de abrigo y lo necesario para nuestra estancia en París. Nos olvidamos de la idea de la ducha: era súper cutre y sin agua caliente. Antes de guardar el frasco correspondiente, me di una buena rociada de antimosquitos, porque en la co-chambre los había como conejos. Y nos obsequiamos con una cena excelente. A la hora convenida salimos por la cuesta arriba hasta alcanzar la carretera, llegamos al aeropuerto, facturamos, pasamos la aduana y subimos sin problemas al avión, en donde nos tomamos un potente somnífero. Y adiós Madagascar.

El vigésimo primer día de nuestro viaje nos despertamos sobre Europa. Aterrizamos a media mañana, dejamos las maletas grandes en la consigna del aeropuerto Charles De Gaulle (18€ por maleta cada 24 horas) y tomamos el RER. En París me tocaba a mí hacer de guía. Llegamos en el Metro al hotel Est-Magenta, muy cerca de Republique, dejamos las cosas y salimos a patear París. Comimos algo en una brasserie frente a la puerta de Saint Michel, tomamos el Metro a Trocadero para ver la Tour Eiffel, y luego regresamos también en Metro, para hacer mi recorrido favorito de la ciudad, que les encantó: el Marais, el barrio judío, la plaza de Sainte Catherine du Marché, la plaza de los Vosgos, la Bastilla, la zona de Sully-Morland, donde está el Pabellón del Arsenal en el que he dado al menos dos conferencias, la isla de Saint Louis, Nôtre Dame, el barrio Latino, Saint Germain, el Odeon. Estaban ya bastante agotados pero les pedí un último esfuerzo para llegar a pie al restaurante La Coupole, en Montparnasse, donde había hecho una reserva en mi último viaje a París con motivo del congreso del GRI Club. Aquí el grupo al completo estudiando la carta de La Coupole.


Teníamos a la puerta el Metro directo al hotel, en donde dormimos como angelitos. Y, para concluir, les cuento que el vigésimo segundo día de viaje amanecimos en París y tuvimos tiempo de acercarnos hasta Republique, donde desayunamos café y croissants en el bar de un argelino admirador de Zidane. Luego dimos un largo paseo por el barrio que se vertebra alrededor del Canal Saint Martin. Volvimos al hotel, recogimos los equipajes y nos dirigimos andando a la Gare du Nord, donde tomamos el RER al aeropuerto. Allí recuperamos las maletas grandes de la consigna (llegamos cuando se cumplían las 24 horas justas) y nos subimos al vuelo a Madrid, que transcurrió sin novedad. En la Terminal 2 de Barajas, me despedí de mis compañeros, tomé un taxi y llegué a casa. Lo primero que hice fue echar TODO al cesto de la ropa sucia: mochilas, zapatillas, cazadoras, sombreros, toda la ropa. Me desnudé y me pesé: había perdido 3 kilos en el conjunto del viaje. Y me tumbé a descansar, que al día siguiente tenía que madrugar para ir al trabajo.

Ya les he contado todo. Ahora, que ustedes lo voten bien.