martes, 30 de septiembre de 2014

289. Catalonia is an unbearable pain in the ass

Lo siento si le molesta a alguien. He puesto en el Traductor Google “Cataluña es un coñazo insoportable”, y me ha salido la traducción que se ve en el título. Se lo juro. Hagan la prueba y lo comprobarán. Debe de ser que en inglés, en vez de usar una expresión tan inequívocamente machista y carpetovetónica (un coñazo), utilizan esa otra (un dolor en el culo), más universal, unisex y, por tanto, adaptada a estos tiempos en que uno debe cuidar mucho sus expresiones, para no incurrir en violencia de sexo verbal (que no oral), arriesgándose a que le tachen de machista ajqueroso, antiguo, prepotente, rancio, casposo, cavernícola, gallardón y otros epítetos infamantes de uso común en este año del Señor de 2014.

Hablando de fechas, los judíos celebraron el pasado miércoles, 24 de septiembre, el Shana Tova, el año nuevo judío. En su calendario acaban de entrar en el año 5.775. Los catalanes, en cambio, se disponen a inaugurar el año 1 de su era. O tal vez el 300, si se admite como fecha fundacional el fin del asedio de Barcelona de 1714. Después de admitir Junqueras como animal de compañía, cualquier cosa puede ser posible. Hasta que Pujol siga siendo molt unurabla. He puesto el título en inglés para que me se entienda porque, desde que Catalonia is not Spain, cuesta mucho entenderse con ellos. Cualquiera que siga este blog sabrá que, con la expresión un coñazo, no me estoy refiriendo a la nación catalana o al pueblo catalán, que tienen todos mis respetos y en donde cuento con buenos amigos, tanto en el lado del SÍ, como en el del NO. Obviamente, lo que es un coñazo para mí es el tema Catalonia.

A lo que me refiero es a la pesadez que se nos viene encima en los próximos meses. Qué envidia de los escoceses, que han hecho un proceso legal, deportivo, con discursos positivos y no tramposos por ambos bandos, creando las condiciones para que el pueblo opine en libertad, tras ser puntual y detalladamente informado. Y, de acuerdo con el resultado, qué alivio deben de sentir ahora que se les ha quitado la tontería y ya se pueden dedicar a trabajar, a escribir, a hacer deporte, a ir al cine o a lo que les dé la gana, sin la incómoda presión de las banderas y los cánticos por las calles. Ese es el coñazo que nos va a tocar por aquí durante una larga temporada. Un auténtico grano en el culo. En los próximos meses, nuestro desayuno será café con leche con tostada de Catalonia y mermelada. A mediodía comeremos Catalonia en pepitoria y, de postre, Catalonia (que no macedonia) de frutas del bosque. Y por la noche, huevos fritos con Catalonia y cuajada de Catalonia (con miel, para poderla tragar).

Como no quiero contribuir a la hartura, desde aquí proclamo que ya  no voy a hablar más del tema en una temporada, que con este post me despido de semejante peplum. No soy muy de fiar en el cumplimiento de mis promesas, pero, al menos lo voy a intentar. Cuando inauguré este blog no tenía la menor intención de convertirlo en un foro antinacionalista. Es algo que surgió de forma espontánea. En aquellos tiempos me preocupaban dos cosas. Una, lo poco que se hablaba del tema en Madrid, como si fuera algo que afectara a otro país, y no al nuestro. La otra, que los nacionalistas se presentaran como modernos, avanzados y progresistas, cuando yo creo que se trata de un movimiento regresivo, de vuelta a la caverna y a la tribu, profundamente reaccionario frente a la tendencia natural del mundo hacia el mestizaje y la mezcla de culturas. Ahora, la cosa ha cambiado. Respecto a lo primero, el problema actual es el contrario: que ya no se habla de otra cosa. Que es una murga insufrible.

Respecto a lo segundo, creo que ya todo el mundo tiene claro que las propuestas de Pujol-Mas, no son muy diferentes del modelo del PP, por no hablar de las simetrías Bárcenas-Pujol, Gurtel-Palau, etc. Me tranquiliza leer opiniones tan sesudas como las que les he enlazado en posts anteriores (Javier Cercas, John Carlin y tantos otros, nada sospechosos de derechistas). Me parece que ya nadie duda de que los nacionalismos son algo muy de derechas y hay espacio para hacer un análisis crítico de este virus político desde una perspectiva de izquierdas. El último que se suma a la corriente es Javier Marías en su habitual artículo de los domingos en El País Semanal. AQUÍ tienen el enlace. Es un texto que yo podría firmar debajo, excepto por el hecho de que nunca escribiré con la maestría de este señor. Como ya no voy a seguir con la murga, a partir de ahora se los van a tener que buscar ustedes solos, pero no se preocupen: tendrán donde elegir. No se va a hablar de otra cosa.

De propina les pongo un enlace a un medio que seguramente no encontrarían si yo no se lo digo. Tal vez ni siquiera saben que aquí en España existe un partido que se llama UCE (Unificación Comunista de España). UCE se define como partido marxista-leninista-maoísta y parece que se fundó como tal en 1973. Como quien dice, hace dos días. UCE tiene un órgano de difusión y propaganda de sus ideas en Internet, que se llama De verdad digital. AQUÍ tienen el análisis que hace un periodista de ese medio (por cierto, catalán) del proceso escocés y su incidencia en Cataluña. Es largo, como un discurso de Fidel Castro, pero les recomiendo que lo lean hasta donde aguanten y, sobre todo, no se pierdan el último párrafo. No es por presumir pero, aunque no soy maoísta, muchas de las cosas que dice este señor, están ya escritas hace mucho en mi blog. Los vascos se tragaron durante años que les explotaran sus patronos, a los que no podían criticar, porque parte del dinero que les esquilmaban lo destinaban a financiar ikastolas y similares. Los ricachones catalanes basta que salgan con una barretina y una butifarra en la mano para que nadie se meta con ellos. Los abucheos se reservan para Raimon, Cercas y otros.

Como me voy a estar calladito sobre este asunto una temporada, les insisto en unos cuantos matices, ya comentados por aquí.  UNO. Cuando la Transición, los catalanes dijeron lo que querían y se les concedió entero. Lo que pasa es que luego, por una cuestión de justicia distributiva, se dio lo mismo (más o menos) a las demás autonomías. Y ahora dicen: escolti, nen, pero qué cachondeo es este, nos dan lo que pedimos, pero luego le dan lo mismo a los demás, que ni han peleado por ello ni nada: esto no es serio, ¿eh? Tal cual se lo he oído proclamar a un catalán muy enfadado, que ni siquiera se daba cuenta del componente antiestético de lo que decía. DOS. El grado de autonomía que tiene ahora mismo Cataluña es muy superior al que obtendrá Escocia al final de las negociaciones en curso, y al que tiene ya Irlanda del Norte, a cambio del cual el IRA entregó sus armas. Sólo lo supera Flandes.

TRES. Insisto en el tema del mapa que sacan en sus banderitas. Aquí tienen una foto de los manifestantes de ayer noche, cuando se supo que el Constitucional prohibía la consulta del 9-N. La imagen es de poca calidad, pero se ve a la derecha el mapa idéntico al que portaba el tipo de la barretina por las calles de Edimburgo (post #285). Incluyendo Valencia y las Baleares. Es decir, el plan de esta gente es convocar la consulta sólo en Cataluña, ganarla, independizarse y convertirse en Estado. En cuanto lo hayan logrado, prohibirán el derecho a decidir en sus provincias, faltaría más, y empezarán a reivindicar Valencia y Baleares, les guste o no a los lugareños de estas bonitas regiones. Este tercer matiz, me parece que da una información precisa de la naturaleza del movimiento. Naturaleza es una palabra demasiado suave. En castellano existen otras (catadura, calaña, ralea, pelaje) más ajustadas a lo que quiero decir. Ese mapa no es una boutade de un loco. Es el que muestran todas las banderas que ondean en las manifestaciones independentistas. No sé, pero yo no he visto un solo mapa de los nacionalistas gallegos en donde se incluya El Bierzo.

En fin, con todo lo que se ha escrito y hablado últimamente, creo que los catalanes tienen suficiente información para votar acertadamente, como han hecho los escoceses. Adelante, voten, ya que les hace tanta ilusión. Si se equivocan, la historia dejará constancia de ello. Si admitimos el derecho a decidir, también habrá que admitir el derecho a equivocarse. Yo ya he hecho mi trabajo. Más no puedo hacer. Como europeo, tampoco me preocupa tanto como lo de Escocia. Somos un país de la periferia, sin capacidad de sentar precedentes para el mundo civilizado. Si los catalanes se independizan, a nadie le va a importar una mierda fuera de aquí. Pasaremos a ser un lugar aun más pintoresco: el flamenco, los toros y el derecho a decidir. Y las grandes multinacionales nos podrán mangonear mejor, como a Eslovaquia y la República Checa.

Hala, ya me callo. Si lo siento, es sólo por mi entrañable troll nacionalista, al que voy a dejar sin entretenimiento. La verdad es que le estaba cogiendo cariño. Voy a ver si me da tiempo a ver el partido del Barça. Que duerman bien.


jueves, 25 de septiembre de 2014

288. El hombre supernuevo

Ese soy yo, sí señor. Hace año y medio, en mi post #107 “Punto y seguido al Hombre Nuevo”, me proclamaba encantado de que me hubieran trasladado a un edificio de la periferia, de trabajar en una oficina paisaje y otras novedades, en un texto que acababa con las siguientes palabras: Están ustedes ante el Hombre Nuevo, primaveral, optimista, bajo en colesterol, con la ITV superada, con nuevo despacho (es un decir), con la casa llena con las plantas que me he llevado del despacho viejo, con mi Smartphone cargado con la música que más me gusta y mis auriculares a estrenar, listo para continuar la pelea y seguir escribiendo en mi blog, mientras paso las mañanas bailando al son que me toquen. ¿Acaso debería estar amargado? Yo creo que no. Sólo me falta que el Deportivo salga del Domingo de Resurrección con posibilidades de quedarse en Primera. Para eso debe ganar o empatar en casa del Mallorca. Veremos. El Deportivo es también un Equipo Nuevo, desde que ha llegado un entrenador de la tierra, que lo primero que ha hecho es mandar a la grada al negro Evaldo ¡¡¡Arre carallo!!!

En este año y medio, el Dépor bajó a Segunda, volvió a subir, se deshizo de su entrenador gallego y hasta  del presidente de la cara de berberecho (eso dice el seguidor más entusiasta de mi blog, a quien no he podido identificar todavía para darle el abrazo que le debo; yo más bien lo veía clavadito a un rodaballo), y otra vez lucha por no caer a las catacumbas: para eso tiene que conseguir que al final de la Liga haya, al menos, tres equipos por detrás de él. O sea, que, en este aspecto, estamos como siempre. En mi tierra, donde abundan los optimistas como yo, suele decirse: Estades millor que queredes. Por el camino se nos ha quedado uno de los seguidores del blog más fieles y queridos, cuya personalidad y sentido del humor tanto se echa de menos, una pérdida que siempre tendremos presente.

Lo del nuevo edificio pronto se reveló como algo nefasto, y así quedó registrado en el post #237 “Espectros en el Campo de las Naciones”. Ahora mismo, mis compañeros y yo nos sentimos aherrojados en esta especie de Isla de Alcatraz, eso sí, en situación carcelaria de tercer grado, lo que se conoce como régimen abierto o pase pernocta, que nos permite salir a dormir a nuestros domicilios. En este punto, con la legislatura ya de capa caída y la señora jefa liberada después de anunciar su retirada de la competición, no queda otra que aguantar el tipo, apretar el culo y cruzar los dedos, a ver si vienen tiempos mejores. Y pasar lo más desapercibido posible, como en la mili.

Otro tema que ha evolucionado es el asunto del running. Después de casi 30 años corriendo, por primera vez tuve molestias en la espalda a finales de 2013. Paré de correr durante unos ocho meses (con lo que me demostré a mí mismo que no soy un adicto), pero la molestia en la espalda no desapareció. Ahora he vuelto al tajo, siguiendo los consejos de mi amigo Juanmi el Guitarrero, el luthier del barrio, del que ya les he hablado. De acuerdo con él, uso una faja de neopreno, bajo la que me doy una capa de Traumeel, y, de esa guisa, salgo a correr los lunes, miércoles y viernes por El Retiro, bajo los castaños de Indias ya dorados por el otoño, que este año viene precioso. Completo mi parte física yendo a nadar un día por semana, martes o jueves, en función de mis restantes actividades. Lo hago al salir del curre, en el Polideportivo Luis Aragonés, a diez minutos de mi oficina y más o menos por donde desarrollaba sus actividades el Pederasta de Ciudad Lineal. Para mí, la noticia no es que lo hayan atrapado, sino que esta vez no es un cura, con perdón de sensibilidades afines. Se preguntarán ustedes: ¿y la espalda? Pues me sigue doliendo, pero cada vez menos.

Pero, tal vez lo que más define mi nueva etapa de hombre supernuevo es la cantidad de medicamentos y sustancias euforizantes que consumo, algo que en cierta forma me supone asumir por primera vez que soy una persona mayor que ha de tomar sus pastillas con regularidad, porque si no, no sirven para nada. En mi mente tengo asociada la imagen de los viejos con una cajita, llamada pastillero, de la que en cada comida sacaban cuatro o seis grageas que se calzaban obedientemente entre plato y plato. He aquí los potingues que me administro, por si les sirven de indicativo.

-Seis pastillas diarias de colágeno con magnesio, de las comercializadas por la doctora Ana Lajusticia. Están recomendadas para la reconstrucción de los diversos tejidos del cuerpo dañados, tanto por el deporte, como por la propia vejez. Dos al desayuno, dos a la comida, dos a la cena.
-Un frasquito de Artilane por las mañanas, para las articulaciones de las rodillas. El Artilane, tiene también colágeno y ácido hialurónico, que no sé lo que es, pero debe de ser buenísimo. Además es lo que toma el rey padre, para sus maltrechos tendones.
-Una pastilla de Crestor, 10 miligramos, cada dos días, para el colesterol. En realidad es el único medicamento tradicional que tomo, bajo prescripción médica. Lo demás son ayudas de parafarmacia que me autorreceto yo mismo.
-Aproximadamente dos veces por semana me desayuno un té de ginseng rojo coreano, que está malísimo (puede suavizarse con miel), pero que, tomado en ayunas, te pone como un tiro para todo el día. Me regalaron una caja los de una delegación de Seul, de esas que recibo y paseo por la ciudad y es realmente un invento. Procuro no abusar, sólo lo tomo los días en que tengo un programa apretado.

A todo esto hay que añadirle un par de cafés y en torno a un litro de cerveza al día. Después de un mes a este ritmo, me veo cada vez más cerca de correr alguna carrera de 10 kilómetros, de las que se organizan en los barrios de Madrid. Como llegaré a la meta en el pelotón de cola, no me veré obligado a pasar el control antidoping. Si no, estaba apañado

Por último, la otra seña de identidad de mi condición de hombre supernuevo es mi ordenador formateado y con el Windows-8. Bueno, me ha costado, pero ya lo tengo y es extraordinario. Un amigo me había prevenido: él había formateado su ordenador y lo siguiente que hizo fue llevarlo al Punto Limpio. Espero que no sea mi caso. De momento, para celebrar el estreno, les voy a poner un poco de música (en el curre tenemos el youtube capao). Algún lector me ha acusado de no poner nunca rock de después de los 70. Es que, para mí, lo que se hizo en esos años no se ha igualado. No obstante, ahora se graban cosas decentes. El joven que le pongo abajo se llama George Ezra y es inglés. Tiene 21 añitos (podría ser mi nieto) pero, preguntado por sus referencias musicales, cita a Bob Dylan y a Woody Guthrie. No va descaminado el zagal. Este mismo año ha conseguido un bombazo con el tema Budapest. Aquí lo tienen.



No me digan que no les ha gustado. Es muy pegadizo eso de uuuuuh, I'd leave it all. Por ti lo dejaría todo, nena. Aprovechando el éxito, el mozo anda de gira por Europa y recalará por Madrid el próximo día 10 de octubre. Si me decido a ir a verlo, habré de tomarme un té de ginseng rojo coreano ese día. Hombre, hay que reconocer que los clásicos son los clásicos. En 1959, uno de los que más molaban era Eddie Cochran. Era un crack. Tenía también 21 añitos. Por aquello de cambiar de sabor, les dejo un vídeo de ese año, rescatado de la TV. Duerman bien.



martes, 23 de septiembre de 2014

287. La foto de Sofía

Esta es la primera semana que viven como octogenarias dos personas a las que adoro por diferentes motivos. Sofía Loren cumplió 80 años el sábado. Leonard Cohen, el domingo. Ambos conservan estupendamente los valores que los llevaron a la fama: la belleza y la poesía. Estamos ante dos estupendos octogenarios. Cuando yo cumplí los 60, lo celebré con una fiesta en el Honky Tonk (dónde si no) a la que invité a buena parte de mis amigos. En la invitación que les mandé, escribí un pequeño texto donde explicaba que estaba celebrando cuatro cambios: el de año, el de década, el de Edad (de la Segunda a la Tercera) y por último el de sufijo.

Efectivamente, no hay nada que defina mejor el paso del tiempo que los sufijos que hacen referencia a la edad. El primero es añero. Quinceañero, veinteañero, treintañero, son apelativos que sugieren ligereza, agilidad, alegría, flexibilidad, inconsciencia. A partir de los cuarenta, el sufijo se cambia por el aumentativo on. Cuarentón y cincuentón son vocablos que definen a un tipo pesadote, poco ágil, asentado, conservador, tirando a coñazo. Y, a los sesenta, uno ingresa en el reino del tercer sufijo: genario. Sexagenario, septuagenario, octogenario, son adjetivos que remiten a un sujeto próximo a la categoría de los animales antediluvianos, lleno de ruidos y con los engranajes algo oxidados, como los coches viejos.

Sofía y Leonard no han cambiado de sufijo esta vez, pero han entrado en una década decisiva, y me apetece hacerles un pequeño homenaje, así que le dedicaré un post a cada uno. No voy a contar aquí su vida y milagros, eso requeriría más de dos folios. Además, sus historias respectivas las tienen en la Wikipedia. Sólo tienen que entrar y consultarlas. Por mi parte, me parece suficiente centrar mis textos en un pequeño detalle en cada caso, como punto de partida para hacer algunas reflexiones al respecto. En el caso de Sofía, ese detalle es la foto que les pongo aquí abajo.



Impresionante, ¿verdad? La rubia que la acompaña es Jayne Mansfield actriz bastante limitada, aunque de físico exuberante, como puede comprobarse en la imagen. La foto está tomada en un restaurante de Beverly Hills, al comienzo de una cena de artistas de Hollywood en abril de 1957. En ese momento, Loren era ya una actriz consagrada en pleno esplendor; de hecho, la cena era en su honor. Mansfield, en cambio, empezaba su carrera y era prácticamente una desconocida, que posiblemente se autoinvitó al sarao. Esta foto la ayudó a darse a conocer y a pillar algún contrato. Por lo demás, se trata de una de las fotos de estrellas del cine sobre las que más se ha escrito.

Durante años, los foros en que se comentaba esta imagen aparecían llenos de comentarios machistas, como  cualquiera podría imaginarse. La más famosa de las maggiorate italianas encontró la horma de su sujetador en América. La morena atónita: la rubia las tiene aun más grandes. La cena la pagaron a escote. Dobles ganan. Los chistes previsibles. Un ingenioso llegó a bautizar la foto como La Batalla de las Ardenas. Supongo que no ignoran que en Vallecas hay un parque cuyo nombre oficial es Parque del Cerro del Tío Pío, pero todos los vecinos lo conocen como Parque de las Tetas, por la forma de sus montículos. También se han desarrollado aproximaciones menos chuscas, como ESTE divertido análisis gestual, ilustrado con una serie de imitaciones de la escena representadas por parejas de famosas, a las que pueden intentar identificar. 

La cosa sube de nivel cuando Javier Marías reproduce esta foto en el tercer tomo de su novela interminable Tu nombre mañana, el subtitulado Veneno y sombra y adiós. Tal vez fue un intento de divertir un poquito al lector, tan paciente e incondicional del autor como para llegar hasta el tercer tomo (he de confesar que yo lo dejé a la mitad del primero, después de que la fiesta que arranca en la página 1, no hubiera terminado todavía, y eso que soy ferviente admirador de este extraordinario escritor de mi quinta). Digo lo del intento de divertir, porque la conversación que surge en torno a la foto de marras (durante la misma fiesta que, al parecer, no se ha terminado todavía), se centra en la muerte en accidente de la desgraciada Mansfield, en 1967, después de una carrera penosa como actriz. Los contertulios se embarcan en una digresión sobre si las circunstancias de la muerte de una persona pueden llegar a invertir retrospectivamente la valoración sobre la vida del difunto.

Sin llegar a estas honduras, Lorenzo Silva, otro escritor al que admiro, escribió en 2008 una reflexión sobre esta foto, que pueden consultar AQUÍ. Tal vez por un afán típicamente literario de llevar la contraria, Silva se pone plenamente de parte de Mansfield, a la que al parecer adora (él sabrá por qué) y pone a Loren de envidiosa, estrecha, pacata, acomplejada, rencorosa y cuarenta epítetos infamantes más. No comparto en absoluto esta valoración, y me temo que ni siquiera el propio Lorenzo Silva la comparte del todo: sólo pretende llamar la atención del lector haciendo el ejercicio literario de defender algo indefendible.

Que Sofía Loren no ha sido nunca pacata y estrecha es algo proverbial. En el momento de la foto de arriba, acababa de casarse en México con Carlo Ponti, convirtiéndolo en bígamo, por cuanto tenía esposa e hijos en Italia, donde estaba prohibido el divorcio y la bigamia era delito, y adonde no pudieron volver hasta que la cosa fue legalizable. En estas otras fotos pueden ver con que orgullo y naturalidad enseñaba esta señora la anatomía que le había dado para comer desde que descubrió que podía vivir del asunto.




Lejos de los excesos de Marías y Silva, la foto tiene una explicación sencilla, a la que ayudan las otras fotos que se tomaron esa noche y que vemos abajo. Sofía Loren está en 1957 en pleno éxito (ese año rodó cuatro películas), y los magnates de Hollywood organizan una cena en su honor. Y de pronto se cuela una buscona que viene a darse a conocer. De Jayne Mansfield se cuenta que era una maestra en caída de tirantes de sus escotados vestidos, así como al descuido, pero asegurándose primero de que había fotógrafos en el entorno, para que el momento quedara inmortalizado. Se dice que en la cena de la que hablamos entró dos veces, porque en la primera no había paparazzi.










































Como vemos en la secuencia, Loren la recibe y la saluda amablemente, incluso le ríe las gracias a carcajadas, aunque los testigos dicen que por lo bajo hablaba en italiano con sus amigos preguntándoles quién era esa atrevida. Al final no le queda más remedio que invitar a la otra a sentarse a su lado, que es lo que la rubia quería desde el primer momento. Y entonces, Sofía tiene por primera vez una perspectiva adecuada del busto de su competidora y no puede reprimir el asombro ante el panorama. En ese momento entiende el revuelo que se ha montado en torno a una chica desconocida a la que nadie esperaba y por qué los varones llevan un rato sin quitarle ojo. Por cierto, el aspecto de los varones que aparecen en esta secuencia, podría merecer un post exclusivo.

Cuando yo era joven en La Coruña, las dos actrices que nos volvían locos y poblaban nuestros sueños húmedos de adolescentes, eran Brigitte Bardot y Sofía Loren. Siempre tuve predilección por la segunda. Brigitte me parecía una chica frívola, divertida y superficial, con la que era posible pasar una tarde fastuosa. La intensidad de la mirada de Sofía Loren pronosticaba en cambio un rango de placeres mucho más complejos, intensos y duraderos. Con ochenta años, no ha perdido un ápice esa cualidad. Vean como estaba este mismo año cuando recibió el homenaje de todo el mundillo del cine en el Festival de Cannes.

No me digan que han visto alguna vez una octogenaria tan guapa. ¿Qué? ¿Que la cara tiene no se cuantas capas de alicatado? Pero mira que sois ustedes envidiosas. Bueeeeeeeno, pues aquí abajo les pongo su actual cara con muy poquito maquillaje. A mí también me gusta. Soy muy tenaz en mis filias (no tanto en las fobias). Sean felices.




viernes, 19 de septiembre de 2014

286. Los gallegos también queremos ser británicos

Sí señor, igual que los escoceses finalmente. No es coña. Les hablo de la petición de change.org que firmé ayer mismo en ese sentido, y que pueden consultar, o incluso firmar (no hace falta que sean gallegos) AQUÍ. La última vez que entré a consultarla, superábamos de largo las 2.000 firmas. Como ya sé que no se aclaran demasiado con el inglés, procedo a traducirles el texto de la petición, que va dirigida al listo de David Cameron (a real clever man).

            Estimado señor Cameron:

Nosotros los gallegos somos conscientes del hecho de que Escocia puede convertirse en un Estado independiente en este año de 2014, y que ese asunto le preocupa. No necesita usted pensar en cómo solucionar este desafío, porque nosotros hemos encontrado una propuesta innovadora que no podrá rechazar. Le proponemos que acepte a Galicia como parte integrante del Reino Unido. Tal vez esto le pille de sorpresa, pero Galicia es también una nación celta del Noroeste de España.

Nuestros argumentos para pedir la integración son los siguientes:
Gaitas escocesas: nosotros tenemos las nuestras
Celtic de Glasgow: nosotros tenemos el Celta de Vigo
Un paisaje maravilloso: nosotros lo tenemos también
Los clanes escoceses: nosotros tenemos un montón (caciques incluidos)
A nuestras gentes les gustan sus bebidas tanto como a los escoceses
Tenemos una vibrante escena cultural y musical
En Galicia también llueve a gusto
Nosotros tenemos una fuerte identidad, como la gente de Escocia
Somos igualmente un país atlántico
Las banderas de ambos países tienen colores parecidos
Entre nosotros hay también algunos tacaños
Santiago de Compostela es nuestro Edimburgo

Con los gallegos como parte del Reino Unido, ustedes ganarían lo siguiente:
            Un pueblo que trabaja duro
            El acento gallego (en inglés) es más fácil de entender que el escocés
            Si ustedes nos dejan solos, no les daremos el coñazo
Excelente comida y bebida (por ejemplo, el caldo gallego en vez de los haggies, el licor café en vez del whisky, etc.)
Hablamos los idiomas derivados del latín más extendidos en el mundo: el portugués (gallego) y el español (gallego). Somos capaces de entendernos tanto en Brasil como en México, usando nuestras dos lenguas.
Un clima más templado que el de Escocia
Compartimos un sentido del humor similar al británico (la retranca es la ironía gallega)
La economía británica mejoraría mucho con nuestra industria de pesca, el textil (Zara), el turismo cultural (Camino de Santiago), la mejor playa del mundo (Praia de Rodas, Islas Cíes, Vigo)
Nuestros mariscos son famosos en el mundo entero (mejillones, ostras, langostas, etc.)

                Esperamos con interés su respuesta.
                Un cordial saludo.

Nuestra petición ha sido noticia destacada del Daily Mirror de esta mañana, como pueden comprobar AQUÍ. Y, si quieren encontrar un buen análisis de lo sucedido en la consulta escocesa, les sugiero que consulten ÉSTE. Mi sensación esta mañana ha sido de alivio, sensación que supongo compartirán muchos escoceses. ¡Qué delicia continuar con la vida normal sin la murga de las señas de identidad 24 horas, con lo agobiantes que resultan! Además creo que a los escoceses les conviene este resultado, que ganan perdiendo, como ya expliqué en el post anterior. El año pasado visité Escocia y escribí una serie de textos sobre los escoceses en este Blog, que pueden encontrar en la etiqueta correspondiente, aquí a la derecha. El resultado de la consulta es coherente con lo que yo percibí, y también el ejemplo de civismo que han dado.

Para el resto de Europa también es mejor, porque así no se sienta un precedente para otros movimientos mucho menos civilizados que el escocés, por mucho que se proclamen iguales. Como ejemplo de lo que digo, aquí tienen la imagen de un catalán con la barretina haciendo el ridículo en Edimburgo ayer mismo, día de las votaciones. ¿Se han fijado en el mapa sobrepuesto sobre la bandera? Parece que ya van asomando la patita los pacíficos y civilizados catalanes. Ese mapa explica muchas cosas. Y digo yo: ¿ese es el territorio que reivindican? ¿Incluyendo las comunidades valenciana y balear? En ese caso ¿por qué no proponen que la consulta se organice conjuntamente en las tres regiones?

Esto de los nacionalismos tiene un componente emocional (y, por tanto, irracional) innegable. En Escocia, los partidarios del NO se han volcado en los últimos días con mensajes del tipo “si Escocia se separa, nos partiría el corazón”. De todas formas, la diferencia entre los últimos sondeos (50/50) y el resultado real (45/55), lo que revela es que siempre hay gente que no se manifiesta porque no se atreve, ante el carácter arrollador de sus adversarios. Incluso que, si se les pregunta, por la cuenta que les trae, dicen que van a votar una cosa y luego votan la contraria.

Al hilo de lo anterior, debo proclamar que yo no me siento compatriota de energúmenos como el de la foto que les he puesto, capaces de mostrar sin rubor una bandera con semejante mapa. A mi no me partiría el corazón que gente como esa se vaya. Por mí, que les den. A mí lo que me partiría el corazón es que se separasen los gallegos. Que pasen un buen finde.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

285. Aniversarios y vísperas

Pasado mañana, día 19 de septiembre, se cumplirán dos años desde que abrí este blog. Parece que fue ayer, como suele decirse. Peor es lo de los padres de Asunta, la niña china asesinada presuntamente por ellos el 20 de septiembre del año pasado. Cumplirán el primer aniversario del crimen en celdas independientes, en donde les tienen retenidos preventivamente. Un año después de los hechos, aun no se han terminado las diligencias previas, sazonadas por la inquietante aparición del personaje al que se dio en llamar “el hombre del semen”. La rapidez de nuestra justicia es una delicia. El criterio de los jueces, es equivocado a veces. Y, al frente del Ministerio, un tipo que está muy serio. Al amigo Gallardón le han pegado un revolcón. Su nueva Ley del aborto, se la meterá en el orto. Necesita vaselina, que la norma es muy dañina.

Dice nuestro peculiar ministro que no quiere hablar más que del tema catalán, que ahora es lo único que le preocupa. Si se hubieran preocupado a su tiempo, la cosa no habría llegado tan lejos. La impasibilidad del señor Rajoy ha sido muy perjudicial. Hace meses que deberían haberse sentado a hablar con los secesionistas. La política de Don Tancredo es muy peligrosa. Ahora que le empiezan a ver las orejas al lobo, le han dicho a Gallardón que vaya poniendo cara de circunstancias. Nadie como nuestro hombre para hacerse el ofendido, torcer el gesto y hacer esa especie de pucheros tan ridículos. Como cuando perdió su envite con Esperanza y salió diciendo que abandonaba la política. Dentro de poco tendrá que abandonarla quiera o no. Después de la que ha liado con el aborto, ya no le van a querer en ningún lado.

Su sucesora en el Ayuntamiento ha anunciado que no se presenta a la reelección. Hace bien. Pudiéndose dedicar a cuidar a sus nietos, para qué va a seguir penando sometida al acoso y derribo de todo el entorno (su propio partido incluido). Parece claro que con ella al frente tenían difícil ganar. El tema del acoso y derribo es bastante claro; un ejemplo: el sistema de bicis públicas es cojonudo y cada vez se usan más. Pero esta medida, de orientación correcta desde el punto de vista medioambiental actual (como los nuevos parkímetros), sólo fue noticia mientras no funcionó, los 15 primeros días, por el fallo masivo del sistema informático. Cada día, todos los medios sacaban en lugar preferente extensos reportajes sobre lo mal que funcionaba el invento. En cuanto la cosa se enderezó, nadie volvió a dedicarle ni un renglón.

Este es un tema en el que debo tener una cierta cautela, no puedo ser muy crítico con mi todavía jefa, ni demasiado amable para que no me llamen pelota. Lo cierto es que a mí esta señora no me ha hecho nada. Bueno, sí, una cosa, pero todavía no la puedo comentar en este foro. Aparte su aptitud para el cargo, sus intervenciones pintorescas sobre peras, manzanas y relaxing cups of café con leche, yo creo que esta señora es un ejemplo claro de mala suerte. Es muy mala suerte que montes una fiesta y mueran cinco chicas aplastadas. Tienen mucho más riesgo las montoneras a la entrada de la plaza de toros en Sanfermines, y sin embargo, nadie ha muerto aplastado en los últimos años. Y qué decir de los árboles, que todos los años se caen en cantidad similar, pero éste les ha dado por caer encima de los viandantes. A mí me parece claro que tenemos un gafe que nos tiene jodidos. Decidan ustedes quién es.

En cualquier caso, ya saben que es muy poco elegante hacer leña del árbol caído, ni siquiera del árbol caído sobre nuestras cabezas. Otro que se ha caído en esta carrera es el ínclito Lissavetzky. Ya he dicho que, en mi opinión, este señor no es de mucho más desempeño que la alcaldesa, aunque él crea lo contrario. Cierto que tiene una larga trayectoria política en puestos de responsabilidad donde no lo ha hecho mal pero, desde que es el jefe de la oposición municipal, es una nulidad. Yo no sé si es por la poca talla (política) de sus enemigos, o si es que se han igualado a la baja, o simplemente “está mayor”. Es de mi quinta, pero la edad no perdona. Zi lo zabré yo. El día del segundo muerto se fue corriendo al lugar de los hechos y le pusieron un micro delante. Yo lo escuché en la SER, y sus declaraciones fueron algo así como: “Un árbol, eeeeh, es un árbol y no puede ser que se caiga, esto es una vergüenza”. Digo algo así como, porque ya es imposible encontrar la grabación. La eliminaron enseguida de la red. Imaginen la punta que le hubieran sacado a la señora Botella por algo de ese calibre.

Tan amigos que son los periodistas de establecer paralelismos, nadie ha hecho ninguno con los anuncios de retirada de ambos primeros espadas del cotarro local, separados por apenas una semana. Para mí, la simetría es abrumadora. Los dos querían presentarse, han peleado por ello con uñas y dientes, se han manifestado en ese sentido hasta el día anterior a su renuncia y han tenido que bajar la testuz tras constatar la absoluta falta de apoyo de sus propios partidos. Imagino que sus jefes de filas respectivos les han llamado a capítulo y les han dado el mismo mensaje: ¡¡tekíriya d’aki!! por decirlo en slang sevillano, del que utilizan los chavales que salen en la película El niño, que les recomiendo sin reservas: es buenísima.

El actual equipo de gobierno adolece de una falta de liderazgo generalizada, y no me estoy refiriendo a su jefatura. Por eso el partido ha echado mano de Esperanza que, nos guste o no su ideología y su línea política, hay que reconocer que liderazgo, lo que se dice liderazgo, es algo que le sobra a puñaos. Que se lo pregunten a los policías locales que se atrevieron a intentar retenerla unos minutos, tras aparcar donde no se puede. En este caso la justicia se ha dado un poco más de prisa (¿habrá sido cosa del avieso ministro, que se la tiene guardada?), y ya la han llamado a declarar, para el lunes 22. El juez ha calificado su actuación en el incidente con una precisión asombrosa. Para el magistrado, su conducta constituye una desobediencia tenaz, contumaz, rebelde, decidida y terminante. Eso sí que es dominio del lenguaje procesal.

Mañana se decide el tema escocés y yo sigo confiando en que gane el NO, por la cuenta que nos trae como europeos. Si se disgrega el Reino Unido, será el inicio de la decadencia de la Unión Europea, ese lugar por donde me desenvuelvo tan a gusto y a dónde estoy empezando a considerar la posibilidad de ir otra vez de viaje, haciendo uso del Interrail de Yayos, igual que los dos últimos otoños, una vez que la posibilidad de visitar Seúl parece que se desvanece. La cuestión escocesa ha llegado a un punto absurdo. Cameron dice que, si gana el sí, Escocia se irá para siempre, ya no le darán oportunidad de volver. Salmond proclama que, si gana el no, no volverá a haber más consultas, que estas cosas sólo se preguntan una vez. Y esta disyuntiva tan radical se va a decidir al final por unos cientos de votos.

A mí me parece que, pase lo que pase, los escoceses ya han ganado. El voto por el SÍ no va a bajar del 40% y eso es un triunfo. Y, llegados a este punto, creo que les conviene más que gane el NO. Con porcentajes tan parejos, van a sacarle a los ingleses lo que quieran. En cuanto al señor Cameron, ha dicho que, aunque gane el SÍ, no piensa dimitir. Mi opinión es que debería irse sea cual sea el resultado. Ha hecho el ridículo. Yo creía que el presidente más tonto de Europa era Hollande, pero éste le supera. La Historia lo pondrá en el sitio que le corresponde. Tengo que aclararles que a mí me da igual lo que decidan los escoceses, allá ellos. Lo que me preocupan son las consecuencias sobre mi querida Europa, por el efecto dominó. Los mejores artículos que he leído sobre este tema son ESTE, de  John Carlin, brillante y apasionado como siempre, y ESTE OTRO de Javier Cercas, preciso como de costumbre.

En fin, aniversarios de poco, vísperas de mucho, con el otoño avanzando imparable. Pronto estarán amarillas las hojas de los liquidambar de París, los robledales alemanes, los bosques de hayas escandinavos. Árboles que no se caen como los nuestros. Agazapado a la espera, yo sigo con mi proceso de formateo del ordenador, en el que me estoy instalando el Windows 8, algo muy revolucionario para alguien como yo, fiel al XP de toda la vida. Esto es casi como cambiar de profesión, o de pareja o, casi, de sexo. Si han visto la película Her, sabrán lo difícil que es romper con tu sistema operativo de siempre. Sobre todo si ese sistema tiene la voz de Scarlett Johansson. Hala, pásenlo bien, y no se quejen, que ya les he dejado en paz con Ceaucescu.

jueves, 11 de septiembre de 2014

284. Ceaucescu V. La revolución

A finales de 1989, Ceaucescu domina su país con mano de hierro a través de la Securitate, un cuerpo represor creado a imagen y semejanza de las SS alemanas, que obedece ciegamente al líder. El Ejército Nacional Rumano no cuenta, sin embargo, con la confianza y la simpatía del dictador. Sus altos mandos acuden periódicamente a Moscú a las reuniones del Pacto de Varsovia, y ya hemos visto que Gorbachov está modificando los parámetros estratégicos de la política soviética. A un paranoico de pueblo como Ceaucescu, este sesgo le genera una desconfianza y una inquietud muy desasosegantes. El Conducator no se fía de su ejército.

A veces pequeños detalles contribuyen a llevar los hechos en una dirección determinada. Ante la debacle de octubre de los gobiernos comunistas de Polonia, Hungría, etc., Ceaucescu ha ordenado cerrar todas sus fronteras, blindando el país. Pero, como hemos visto, Nadia Comaneci logra romper el bloqueo y cruza a Hungría el 30 de noviembre, noticia que no se conoce en Rumanía, cerrada a su vez por una férrea censura informativa. Pero Ceaucescu sí se entera, monta en cólera y ordena que el control de fronteras pase inmediatamente a la Securitate. Una nueva ofensa para el ejército, cada vez más desmotivado y con la sensación de no pintar nada en el país. Es éste un punto fundamental en lo que está por llegar.

La chispa que incendia esta situación explosiva es, como siempre, nimia y tiene que ver con el señor Laszlo Tokes, joven pastor protestante de la minoría húngara de Timisoara, al oeste del país. Tokes, actual europarlamentario rumano, era un hombre íntegro que llevaba años enfrentado con su propia jerarquía, a la que acusaba de colaboracionista con un régimen cruel y tiránico. En Rumanía, me contaron que Ceaucescu mantuvo siempre un pacto de no agresión con las iglesias, tan importantes para el pueblo rumano. El pacto consistía en que el régimen no les daba la murga, a cambio de que en sus sermones no se criticara la situación política.

Tokes no entraba por el aro y usaba el púlpito para denunciar las prácticas represivas del gobierno. Su propia iglesia había decidido trasladarle al norte del país, separarle de su pueblo. Pero sus feligreses no estaban dispuestos a consentir el traslado y habían organizado una patrulla que vigilaba su casa día y noche. El viernes 15 de diciembre, miembros de la Securitate burlan a la patrulla que protege la casa del cura, se cuelan dentro y le dan una paliza soberana. El hombre, ensangrentado, sale al balcón y les grita a sus amigos que huyan, antes de que los maten a todos. La noticia corre como reguero de pólvora por toda la ciudad, la gente sale a la calle indignada y se producen los primeros disturbios y choques con la policía.

El domingo 17, Laszlo Tokes oficia la misa en su parroquia con una asistencia multitudinaria. Al terminar, la gente toma las calles y marcha gritando sus consignas. La policía, ayudada por la Securitate, tiene orden de reprimir la protesta como sea. Para ello, utiliza mangueras de agua comprimida, gases lacrimógenos y disparos al aire, con apoyo de helicópteros desde el cielo. Pero las masas no cejan en su empeño y entonces llegan los disparos a las piernas o a lo que pille. Se producen las primeras bajas, lo que indigna aun más a la población. Por la noche, el dictador reúne en Bucarest al Politburó (7 personas, incluyendo a Elena y uno de sus hijos), les ordena que solucionen el asunto como siempre lo han hecho y les comunica que no piensa modificar su agenda, que el lunes volará a Teherán, a visitar a Jomeini. Este es otro error estratégico, que revela una cierta senilidad. Ceaucescu tiene 71 años y no intuye lo que se prepara. A De Gaulle le pasó lo mismo en mayo de 1968: que no se olió la que se le venía encima.

El país queda al cargo de Elena Ceaucescu, pero la hoguera ya está prendida. La Securitate recluta obreros rumanos de las fábricas cercanas, a los que dice que un grupo de separatistas húngaros está destrozando Timisoara. Pero, al llegar a la ciudad, hablan con los sublevados y se unen a la protesta. Los disturbios se extienden a Brasov y a Bucarest. La Securitate se ve superada y Elena ha de recurrir al ejército. Transmite al Ministro de Defensa la orden de acabar con la protesta y espera. Pero el ejército llega a Timisoara y no dispara. Nicolae sigue de visita en Irán y la televisión local sólo da imágenes del viaje; nada de los disturbios.

En paralelo, sale a la luz un Frente de Salvación Nacional, formado por antiguos cuadros del Partido depurados o críticos, ex ministros de Ceaucescu y algún disidente. El FSN se ofrece a liderar el cambio y empieza una actividad frenética, con apoyo exterior de los gobiernos occidentales. El lunes 18 y el martes 19 la batalla se recrudece. De un lado, los ciudadanos armados con piedras y palos y el ejército que ya no les dispara. De otro la Securitate y los fieles al dictador. Todo el mundo fuera de Rumanía está al tanto de lo que está pasando y los medios envían corresponsales que sufren mil vicisitudes hasta alcanzar su destino: el hotel Intercontinental, en el centro de Bucarest. En la noche del 19, las calles están tomadas, hay toque de queda, los manifestantes cuentan sus muertos y la policía parece tener controlado el cotarro.

El miércoles 20 de diciembre Ceaucescu regresa de Irán y reúne al Politburó, a donde convocan al Ministro de Defensa Vasili Milea. El líder está muy enfadado y le pregunta por qué no se han cumplido sus órdenes de reprimir la revuelta. Contrito, el ministro declara haber estudiado todas las leyes y principios por los que debe regirse su ejército, sin encontrar un solo renglón donde se diga que los soldados deban disparar a sus compatriotas. Ceaucescu se pone a gritar furioso, amenaza con largarse si no le obedecen, y es la propia Elena quien ha de calmarlo. (El 22, Milea aparecerá muerto, oficialmente por suicidio, versión que nadie cree, última ofensa a los mandos del ejército, pero no nos adelantemos). Más tranquilo, Ceaucescu toma el mando y convoca una contramanifestación de sus partidarios para el día siguiente, al estilo Franco.

La concentración del 21 de diciembre marca el punto de inflexión de todo el proceso. A la hora convenida, las masas esperan en la plaza central de Bucarest, traídos de todas partes en autobuses y provistos de pancartas con grandes retratos del dictador y su esposa. Ceaucescu sale al balcón, con Elena y demás miembros del Politburó a ambos lados. Empieza su discurso entre ovaciones, hablando como siempre del próspero futuro que aguarda a los rumanos en la vía hacia el socialismo. Pero, a los 10 minutos, sucede algo insólito. Los manifestantes interrumpen el discurso, rompen los retratos, insultan al líder, llamándole asesino. Ceaucescu se bloquea, no entiende nada, se queda en blanco. Elena le apremia desde atrás: tío, ponte las pilas. El anciano líder se rehace, pide silencio, promete subidas de sueldo generales, rebajas de impuestos, nuevas ayudas. Pero la multitud está dividida, algunos aplauden, otros siguen coreando sus consignas. Ceaucescu opta por retirarse al interior del edificio, creyendo aun que podrá reconducir la situación.

El día 22, tras el supuesto suicidio del Ministro de Defensa, Ceaucescu nombra en su lugar al general Antonescu, que tendrá un papel clave. Su primera decisión (sin conocimiento de su jefe) es dar orden a todo el ejército de retirarse a los cuarteles). Eso deja la ciudad en manos de los ciudadanos. La cúpula del FSN se dirige ya hacia el edificio del Comité Central, las turbas empiezan a entrar en las plantas bajas ante la pasividad de los soldados y Antonescu convence al dictador de que huya. Poco después, Ceaucescu, Elena y dos de sus más íntimos colaboradores salen en un helicóptero de la pista C del tejado del edifico del Comité. El resto esperan en un cuarto, protegidos por fieles, para recibir al nuevo poder y ponerse a su disposición. En la calle grupos de activistas y milicianos controlan la situación, hacen barricadas, establecen controles. Los tanques del ejército les apoyan puntualmente protegiendo algunos edificios. Aparecen entonces francotiradores que disparan a la gente desde los tejados. Se cuenta que son elementos de la Securitate, agentes libios o palestinos, circulan toda clase de rumores y se genera una paranoia colectiva, en la que no faltan linchamientos, destrozos de comercios y edificios y saqueos de los palacios del dictador. El caos es general. Los activistas toman la radio y la televisión y empiezan a emitir mensajes del FSN. Los sublevados recortan el centro de la bandera rumana para eliminar el escudo comunista.

El helicóptero de Ceaucescu sólo recorre unos 50 kms. Siguiendo órdenes que le llegan por radio, el piloto aterriza en medio de la nada. Los cuatro fugitivos se hacen con un coche a punta de pistola, un Dacia 1300, el modelo emblemático del régimen, a cuyo conductor obligan a llevarles al pueblo más cercano. Allí se refugian en la sala del comité de empresa de una vieja factoría. El conductor dice ir a buscar a los dirigentes sindicales que les acogerán y protegerán, pero regresa al poco con la policía local, que les detiene. Nicolae y Elena están solos. Al día siguiente, la situación del país es límite. El FSN y la cúpula militar no ven forma de calmar a las masas, que quieren la cabeza de Ceaucescu. Alguien organiza un juicio farsa, de una hora de duración, que termina con la sentencia de muerte e inmediato fusilamiento de la pareja, vestidos aun con sus abrigos de invierno. Era el día de Navidad de 1989, diez días después de la paliza a Laszlo Tokes. 

Juicio y fusilamiento fueron grabados en vídeo y mostrados por la televisión pública con todo lujo de detalles. Era el alimento que necesitaban las masas airadas. El juicio y muerte del tirano fue un aquelarre, una sangrienta parodia de juicio destinada a propiciar la catarsis colectiva del pueblo alzado en armas y provocar a la vez el desánimo de los elementos residuales de la Securitate. Tras la difusión de las imágenes, los disparos de los francotiradores, cesaron como por encanto. Rumanía iniciaba una larga y dolorosa transición, comandada por el FSN. AQUÍ tienen un archivo con imágenes del juicio y el fusilamiento, de la página de TVE, en donde se ha suprimido el momento de la muerte de los dos ancianos.

Un par de reflexiones finales. En la guerra de cifras correspondiente, se infló el número de víctimas: cinco mil en Timisoara, veinte mil en toda la revuelta. La Wikipedia da por buenas unas cifras bastante más bajas: 1.104 muertos totales, apenas 300 en Timisoara. Para mostrar al mundo el horror de Ceaucescu se desenterraron los muertos recientes del cementerio de Timisoara y se fotografiaron. Estaban lógicamente deteriorados, pero eso se atribuyó a las torturas. Esta triquiñuela fue denunciada poco después por los propios habitantes de la ciudad. Aun con la rebaja, las cifras contrastan con los cero muertos de los demás países del Pacto de Varsovia. En Checoslovaquia y Polonia la oposición política clandestina estaba bien estructurada y organizada y controló la situación sin problemas. En Hungría era el propio régimen el que llevaba tiempo democratizando sus rutinas y sus procedimientos. Y todos estos países (también Bulgaria y la RDA) carecían de un régimen tan personalista y tiránico como el de Rumanía. Por eso, sus revoluciones pudieron ser de terciopelo.

Algunos creen que, más que una revolución, fue un golpe de estado urdido por el propio partido para eliminar a la pareja Ceaucescu y quedarse con el control del poder. Cierto que eso se estaba empezando a preparar y por eso existía el FDR, Frente Democrático Rumano. Pero yo me inclino a pensar, como Ludolfo Paramio, que fue una verdadera revolución, un estallido popular. El FDR tuvo que improvisar a todo correr una estrategia para ponerse a su frente, creando el FSN para poder controlar el caos. En definitiva, fue el pueblo el que tomó las riendas de su destino. Las imágenes de esos días, que les dejo como colofón, parecen abundar en esa interpretación de la historia.










































lunes, 8 de septiembre de 2014

283. Ceaucescu IV. El urbanista chiflado

A las personas se les va la olla en un instante. Es difícil precisar cuando, pero uno va viendo a gente que está bien, y de pronto, de un día para otro, ya no están bien. Se les ha ido la olla. Piensen, por ejemplo, en Michael Jackson. A partir de un cierto momento de su vida, su propia imagen revelaba que el tipo ya no estaba en sus cabales. Lo peligroso es que esto le suceda a alguien de cuyas decisiones y buena cabeza dependen las condiciones de vida de mucha gente. Como Calígula o Nerón. Mientras su país pasaba hambre, frío y desesperanza, Ceucescu no dejó de proyectar obras megalómanas, entre ellas las tres que les voy a mostrar.

UNO. El Canal del Danubio. Si recuerdan el mapa, el Danubio marca la frontera sur de Rumania hasta acercarse a unos 60 kms. del Mar Negro. Allí encuentra una barrera de piedra muy dura, que le hace girar al norte, internándose en territorio rumano, donde pasa por la ciudad de Cernavoda. Luego se abre en mil bocas formando el Delta, hoy declarado patrimonio de la biosfera, por donde no pueden circular los grandes barcos, por la poca anchura de los ramales y la inestabilidad del terreno y los sedimentos. La idea de unir la parte navegable del Danubio con el puerto de Constanza mediante un canal, no es de Ceaucescu, sino de Stalin, que se la sugiere a su ferviente seguidor el presidente rumano Georgiu-Dej, al que ofrece colaboración técnica, logística y económica. La idea es abrir una ruta navegable desde el Mar Negro hasta Belgrado, y las ciudades del centro de Europa. Las obras empiezan en 1950, pero tres años después muere Stalin y ya hemos visto que su sucesor Kruschev tiene otras ideas y no aprecia mucho a los rumanos. Al suspenderse la ayuda rusa, las obras quedan paralizadas durante 20 años.

A finales de los 70, Ceaucescu, que ha construido una central nuclear al lado de Cernavoda, retoma la vieja idea de Stalin de salvar los 64,2 kms. hasta el puerto de Constanza mediante un canal navegable. Las obras son arduas y se emplea en ellas a presos condenados a trabajos forzados, tanto comunes como políticos. Allí trabajan represaliados, disidentes y dirigentes caídos en desgracia. Se dice que en las obras murieron 2.000 personas. En relación con las cifras sobre las tropelías de Ceaucescu, debo advertirles que su fiabilidad es relativa. Este señor es ahora un malo oficial y todas estas cifras tienen el riesgo de haber sido manipuladas en su contra. Yo ya he dado tres: 2 millones de niños nacidos en los tres primeros años del Decreto 770, 10.000 mujeres muertas en abortos y ahora 2.000 muertos en las obras del gran Canal del Danubio. Son cifras sacadas de fuentes más o menos fiables, no me las he inventado. Yo las doy por buenas, pero creérselas o no, es cosa de cada uno.

Lo cierto es que el Canal se abre a la navegación en 1984. Y que en 1992 la Unión Europea inaugura a su vez el canal Rin-Danubio. Y que con la suma de ambos, hoy es posible la navegación desde el Mar Negro hasta el Mar del Norte para buques de hasta 5.000 toneladas. Y hacer viajes fluviales turísticos Rótterdam-Constanza. Aquí hay que contarlo todo, lo bueno y lo malo. En ESTE enlace tienen una serie de vídeos de recorridos en barco por el canal. Y aquí algunas fotos.







A la izquierda, Ceaucescu inspecciona la reanudación de las obras en 1979. Y abajo un sello conmemorativo de la inauguración, donde se aprecia el papel preponderante de Elena Ceaucescu








DOS. La carretera de los Fagaras. Esta es una obra directamente ligada al enloquecimiento de Ceaucescu. Su trastorno tenía ribetes paranoicos, que le llevaban a estar obsesionado con la idea de una inminente invasión de las tropas del Pacto de Varsovia, que buscarían castigar su postura disidente. Para poder defenderse adecuadamente de los soviéticos, que entrarían por el norte, era fundamental abrir un paso por los Cárpatos, que permitiera un acceso fácil de tropas y municiones desde la Valaquia a la Transilvania. El propio Ceaucescu indicó el lugar por donde construir la carretera, justo por el macizo de los Fagaras, la sierra más alta y enriscada de toda la cordillera. La carretera se construyó en sólo cuatro años en condiciones muchas veces penosas, aunque aquí no se emplearon apenas presos políticos.

La carretera sube a una altura de 2.000 metros, es una de las más altas y peligrosas de Europa, se cierra de noviembre a mayo por el hielo, tiene tramos donde está prohibida la circulación nocturna y se dice que hasta pueden aparecer osos en su recorrido. En el punto más alto está el lago Balea, en un circo glaciar. Allí existe todavía la Cabaña de Ceaucescu, el refugio de madera junto al lago a donde se retiraba de vez en cuando a cazar o a descansar. Ahora es un albergue de montaña desde donde mi grupo inició una de sus excursiones senderistas. Aquí las fotos de lo que les cuento.






TRES. El Palacio del Pueblo. Bueno, esto ya es la repera. Ceaucescu tenía el secreto anhelo de  reunir en uno solo todos los edificios oficiales de Bucarest y le vino al pelo un terrible terremoto que asoló la ciudad en 1977, causando 1.500 muertos. Uno de los barrios más castigados fue el llamado de La Colina, una zona de chalets y edificios decimonónicos, con 7.000 viviendas, además de doce iglesias, dos sinagogas, tres monasterios y un patrimonio histórico de valor incalculable. En vez de reconstruirlo, Ceaucescu decidió realojar a la gente en bloques, demolerlo todo y situar sobre la colina su gran creación. Desde allí se dominaba toda la ciudad. Aquí sí que se le fue la escala, el palacio es el segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono. Pero es que además tiene aire alrededor, es decir, espacio circundante para darle una perspectiva adecuada al inmueble. El resultado de esta obra fue la destrucción de la quinta parte del casco histórico de Bucarest, una ciudad a la que se llamaba el pequeño París. Aquí las fotos.








La última imagen, tomada por mí, es la vista desde el balcón central del palacio. Enfrente, dos edificios oficiales resaltan el comienzo del Bulevar Unirii, medio metro más ancho que los Champs Elysées, para satisfacción de su creador. Las obras empezaron en 1984 y no estaban terminadas en el momento de la revolución. Se emplearon 20.000 obreros y 1.000 arquitectos, todos rumanos. Se usaron mármoles y maderas nobles rumanas. Hay alfombras inmensas de hasta cinco centímetros de espesor. Y debo decirles que, después de visitarlo, he de admitir que, salvando el escandaloso lujo de espacio, la decoración tiene un punto de sobriedad. No es hortera. Para mí es mucho más hortera el hotel Waldorf Astoria de New York, por poner un ejemplo.

Uno de los efectos colaterales de esta locura de trasladar a 7.000 familias de sus chalets a bloques de hormigón, fue que muchas abandonaron a sus perros. Bucarest fue durante años una ciudad asaltada periódicamente por jaurías de perros cimarrones hambrientos, que debían de dar bastante miedo y que además padecían en muchos casos la rabia. La Guía de Rumanía de Lonely Planets todavía lo cita como uno de los peligros del país. Yo confieso que no vi un solo perro suelto por el centro urbano (en los pueblos y ciudades transilvanas sí, pero no me parecieron peligrosos), pero AQUÍ tienen la última información de El País al respecto, de hace menos de un año.

Con su palacio casi terminado, inmune a las críticas, el anciano Ceaucescu está cada vez más alejado de la realidad. En marzo de 1989 anuncia solemnemente que la deuda está ya pagada y empieza una nueva era. El país ha devuelto en quince años 21.000 millones de dólares al 7%. Un esfuerzo absurdo, único en la historia mundial. Al mismo tiempo, Ceaucescu anuncia un nuevo plan a desarrollar en los diez años siguientes. Como un discípulo loco de Le Corbusier, proyecta demoler la mitad de las 13.000 aldeas rurales de Rumanía. Los campesinos serán trasladados a bloques de apartamentos en grandes complejos agro-industriales, con modernos centros dotacionales y administrativos de carácter comunal, como los de las grandes ciudades. Los rumanos saldrán de una vez por todas del atraso secular de la vida rural y se recuperarán 320.000 hectáreas de cultivos.

En el mundo soviético hace tiempo que soplan nuevos aires. Al amparo de la apertura de Gorbachov, los regímenes autoritarios del Pacto de Varsovia están maduros como brevas y, entre octubre y noviembre de 1989, caen uno tras otro, como fichas de dominó: Polonia, Hungría, Alemania del Este, Checoslovaquia y hasta Bulgaria. El 9 de noviembre cae el muro de Berlín, todo un símbolo del cambio. Sólo falta Rumanía. Ceaucescu, impertérrito, prepara el 14º Congreso del Partido Comunista Rumano. Como si nada hubiera ocurrido, el 21 de noviembre abre el solemne acto inaugural con un discurso de 6 horas, donde manifiesta su voluntad de continuar su línea política y pide un nuevo esfuerzo de austeridad a los rumanos. Ignoraba que apenas le quedaba un mes de poder (y de vida).

En la calle, la cosa está que arde. Rumanía es un polvorín, sólo falta la chispa que lo incendie. En medio de la tensa espera del último mes se produce un hecho de alto carácter simbólico. Nadia Comaneci escapa de Rumanía. La niña de 14 años que había maravillado al mundo en la Olimpiada de Montreal de 1976 es ya una mujer y está harta. Su primer entrenador Bela Karoly, el hombre que descubrió el potencial gimnástico de las niñas a partir de los once años, hace mucho que se ha ido a Estados Unidos y la reclama de vez en cuando. Nadia es una institución en Rumanía, un símbolo del régimen. La tratan como una reina. Pero eso sólo le ha valido para convertirse en  la amante de Nicu Ceaucescu, el hijo díscolo del dictador, jugador, borracho y putero.

El viejo sátrapa ya no se fía de nadie y ha repartido cargos entre sus familiares más directos. Elena está al cargo de la defensa y la seguridad. El hijo crápula no se lleva bien con su padre y es enviado a la ciudad de Sibiu, capital de Transilvania, como gobernador regional. Allí vivirá 5 años en pareja con Nadia a pesar de conservar esposa e hijos en Bucarest. Por cierto que los habitantes  de Sibiu nos contaron que deben a Nicu el hecho de que en su ciudad no se tocara el patrimonio edificado. Nicu, el borracho que moriría de cirrosis unos años después, no compartía los gustos urbanísticos de su padre. El 30 de noviembre, Nadia Comaneci decide que ya no aguanta más y se larga de Rumanía. Para ello ha de caminar varios días entre bosques, acompañada por un guía forestal que la conduce sana y salva hasta una aldea húngara, donde la recogen sus amigos norteamericanos. Apenas un mes después, hubiera podido salir legalmente, pero ella no lo sabía. O tal vez intuía la revolución inminente y no quería presenciar como sus compatriotas se mataban entre ellos.