martes, 8 de octubre de 2013

183. Curiosidades gramaticales

Hace unos días me referí a la triscaidecafobia (aversión al número 13), la friggatriscaidecafobia (miedo al viernes 13) y la hexakosioihexekontahexafobia (terror al número 666). Son palabras que designan diversas fobias, siempre denominadas con vocablos de origen griego. Pero usted puede incluso sufrir un miedo paralizante a la pronunciación de palabras largas y complicadas como esas, de forma que se trabuca al intentar decirlas. En ese caso, debe saber que padece usted una forma benigna de hipopotomonstrosesquipedaliofobia.

Esta última palabra tiene 33 letras y probablemente es una de las más largas que existen en el castellano. El mundo de la química también suministra unos vocablos larguísimos muy difíciles de memorizar, por ejemplo: ciclopentanoperhidrofenantreno, que tiene 30 letras. Sin embargo, ninguna de las palabras escritas hasta aquí en cursiva aparece reflejada en el DRAE, por lo que habría que conceptuarlas como palabros. Entre las verdaderas palabras (incluidas en el DRAE), se admite como la más larga electroencefalografista, que tiene 23 letras y supera en una a esternocleidomastoideo, que tiene 22. 

La palabra más larga con todas las letras diferentes es centrifugados (13), aunque, si incluimos los tiempos verbales complejos, podemos encontrar otra mayor: vislumbrándote (14). Ahora vamos con palabras con letras repetidas. ¿Conocen alguna palabra con cinco íes? No me extraña que no la sepan: es dificilísima. Pero si actúan de manera disciplinada encontrarán otra: disciplinadísimo. ¿Y con cinco erres? Pues ferrocarrilero. Con cuatro consonantes seguidas: abstracto. Con todas las letras repetidas dos veces: aristocráticos. En barrabrava una letra aparece una vez, otra dos, otra tres y otra cuatro. Con dos letras dobles: corrección.

Hay muchas palabras que tienen las cinco vocales, la más sonora, murciélago; la más corta, euforia. Y hay un palabro que tiene las cinco vocales dos veces: guineoecuatoriano, gentilicio de la tierra del dictador Obiang, no admitido por el DRAE, pero utilizado de forma corriente. Las tildes también dan mucho juego. Según el DRAE, tilde es cualquier signo que se escribe encima de una letra, matizando o modificando su pronunciación. En otros idiomas hay muchas más, pero en el castellano sólo se admiten cuatro: el acento (ortográfico o diacrítico), el punto sobre la i o la jota, la diéresis y la virgulilla de la eñe. En la palabra pedigüeñerías aparecen las cuatro.  Sin embargo hay una palabra que tiene más, hasta siete: ajilimójili.

Menstrual es la palabra más larga de dos sílabas. Y oía la más corta de tres. El tiempo verbal estuve contiene cuatro letras consecutivas del alfabeto: stuv. El cinco es el único número cuyo nombre tiene su mismo número de letras. Y el mil, el único que no contiene ninguna e ni ninguna o. Probemos ahora a bailar las letras de algunas palabras: aeronáutico se convierte en ecuatoriano, y argentino en ignorante. Cuando hacemos ese tipo de bailes con un nombre propio, generamos lo que se llama un anagrama. Hay algunos muy graciosos: Roldán-ladrón, o Salvador Dalí-Ávida dollars.

Pero los anagramas no son los únicos juegos que nos permite el castellano. Están también los pangramas, frases que contienen todas las letras del alfabeto, cuanto más cortas más valoradas. Aquí tienen una de ellas: Excita mi frágil vejez un pequeño vaso de buen whisky. Para el final he dejado la más popular de todas estas figuras: el palíndromo, definido como palabra o frase que no varía al leerse al revés. Hay cientos de palíndromos en el castellano. El amigo Groucho, seguidor habitual de este blog, es un experto en el tema, y le conmino a aportar los que guste. Pero aquí vamos a traer algunos, para entrar en materia.

Entre las palabras, algunas obvias, las más cortas: Ana, oso, somos, solos. Otras más largas: anilina, reconocer. En cuanto a las frases, siempre se pone como ejemplo la más famosa: dábale arroz a la zorra el abad. Pero hay otras insospechadamente sencillas. Échele leche. Amad a la dama. ¿Somos o no somos? No deseo yo ese don. Se van sus naves. Saca tú, butacas. Adela ya le da. Así le ama Elisa. Amigo, no gima. La tomó como tal. ¡A cavar a Caravaca! Ana lava lana. Edipo lo pide. Soborno con robos. Salomé, me molas. Sade, no me dé monedas.

Vamos complicando la cosa. La ruta nos aportó otro paso natural. Le avisará Sara si va él. No traces en ese cartón. Yo hago yoga hoy. A la Manuela dale una mala. Es Adán, ya ve, yo soy Eva y nada sé. Adán no cede con nada. La moral: claro, mal. Yo haré cera hoy. O rey o joyero. No di mi decoro, cedí mi don. ¿Acaso hubo búhos acá? Se es o no se es. Isaac no ronca así. A Mercedes, ese de crema. Hay cientos, como les digo. También se juega con ellos en otros idiomas, como el francés (mon nom) o el ingles (Madam, I’m Adam, o el famoso epitafio del ingeniero que construyó el canal de Panama: A man, a plan, a canal: Panama).

También podemos recordar cómo cambia el sentido de una frase al bailarle una coma. Vean una típica frase machista: Si el hombre supiera realmente lo que vale, la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda. Si le cambiamos la coma, el sentido pasa a ser el contrario: Si el hombre supiera realmente lo que vale la mujer, andaría a cuatro patas en su búsqueda. Se cuenta de Carlos V que en una ocasión le pasaron a la firma una orden en relación con un condenado, que decía: “Perdón imposible, que cumpla su condena”. Pero el emperador se sintió magnánimo y movió la coma antes de firmar: Perdón, imposible que cumpla la condena.

Termino con una paradoja: todo junto se escribe separado, mientras que separado se escribe todo junto. Sean buenos.


sábado, 5 de octubre de 2013

182. La vida al revés

En el post precedente intentaba simplemente hacer un pequeño homenaje a JJ Cale, pero la cosa derivó a un texto un tanto atmosférico y trascendente, de reminiscencias manriquianas, con perdón de la comparación. Ya saben: partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos, al tiempo que fenecemos; así que, cuando morimos, descansamos. Es una línea bastante apartada de los derroteros habituales de este blog, mucho más terrenales, y creo que, para cerrarla, nada mejor que un poco de humor. Humor argentino, por más señas.

Hace tiempo que no recurro a transcribir textos de otros y hoy voy a aprovechar que estoy un poco cansado y no tengo muchas ganas de escribir, para brindarles una pequeña maravilla del gran Quino, el creador de Mafalda. Es un texto que ha circulado por los buzones virtuales, camuflado en medio de una de esas ristras de chistes que la gente se manda y requetemanda sin leerlos apenas. No suelo tener paciencia para internarme entre la hojarasca de esas series de supuestas ingeniosidades que dejan de tener gracia a partir de la segunda, por el efecto acumulativo. Como sucede cuando uno va de compras y ve demasiados escaparates. Pero en este caso lo hice y valió la pena. Tal vez ya lo conozcan, pero aquí va.

LA VIDA DEBERÍA SER AL REVÉS

Se debería empezar muriendo; así ese trauma ya quedaría superado. Luego despiertas en una residencia y vas mejorando día a día. Después te echan de la residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión. Luego, en tu primer día de trabajo, te dan un reloj de oro. Trabajas 40 años, hasta que seas lo bastante joven como para disfrutar del retiro de tu vida laboral. Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas sexo, y luego empiezas el cole, juegas con tus amigos sin ningún tipo de obligación, hasta llegar a ser un bebé. Y los últimos 9 meses de tu existencia te los pasas flotando tranquilo, con calefacción central, room service, etc… Y al final, abandonas este mundo en un orgasmo.

Genial ¿verdad? El humor es básico para mantener el tipo frente a las avanzadillas de la desgracia. La vida transcurre en el sentido inverso al soñado por Quino y, por tanto, es una película que, indefectiblemente, acaba mal. Así que hay que intentar pasarla lo mejor posible, para lo cual, es básico tomárselo todo un poco a coña. Los gallegos tenemos una facilidad innata para ello, después de siglos de pasarlas canutas en todos los sentidos. Recuerden, por ejemplo, que, en lo más crudo de la marea negra originada por el desastre del Prestige, el grito más coreado de los manifestantes del Nunca Mais era: Aznar c'o bigote/que limpe o chapapote.  

Los científicos han demostrado que eso de la alegría y la tristeza se reduce a conexiones entre las neuronas, pura química en todo caso. Por eso las depresiones responden a determinados fármacos, que se limitan a modificar la proporción química que ha producido la emoción alterada. Me consta que algunos productos, como el litio, usados en psiquiatría, no se sabe exactamente cómo funcionan. En cuadros graves, se administran y se observa el resultado. Si el enfermo no mejora se le cambia de producto. 

El carácter químico de las emociones y los sentimientos es algo que se viene estudiando desde la antigüedad. Cinco siglos antes de Cristo, Hipócrates sostenía que la estabilidad emocional dependía de los cuatro humores del cuerpo: la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis negra. Ahí está el origen de la utilización de la palabra humor para describir nuestros estados de ánimo: estar de buen o mal humor. Un exceso de bilis negra era, para Hipócrates, el origen de la depresión; de ahí su otra denominación “melancolía”, de melanos (negra) y kolos (bilis). En nuestra actual civilización urbana, acelerada y estresada, la depresión se ha convertido en uno de los principales azotes del ciudadano de cierta edad. 

La depresión le puede pillar al más pintado. Quizá usted, querido lector, está deprimido y todavía no lo sabe. No se lo deseo (es horroroso). A partir de cierto grado de melancolía, uno ha de recurrir a la ayuda de los médicos. Pero en los primeros momentos es posible combatir la tristeza. No me refiero a la tristeza causada por uno o varios hechos desgraciados que nos hayan sucedido y que hay que integrar y asumir, lo cual necesita que pase un cierto tiempo. Me estoy refiriendo a esa otra melancolía difusa que se instala en nuestro ánimo de forma silente y progresiva, sin un motivo concreto. Eso que García Márquez llama el desgano. Lo primero es detectarla y admitir que se está usted deprimiendo (algo no siempre sencillo). 

Hay formas de detectarlo: si usted descubre de pronto que le fastidian mucho ciertas cosas que hace dos días le importaban un rábano, mal asunto. Hablo de cosas como los atascos de tráfico, lo que tarda el ascensor, lo imbécil que es su jefe, lo alto que chillan sus hijos o el mal humor (en el sentido hipocrático) de su señora (ya ven lo que me importan las críticas de algún comentarista del Blog). El cabreo exagerado, causado por inconvenientes cotidianos nimios, es un síntoma definitivo. Pero, si le quedan dudas, haga una última comprobación. Vaya usted a un fotomatón, hágase unas fotos y mírelas. Si se ve como siempre, no hay problema. Pero si sus ojos están “velados por el vacío de la muerte”, entonces está usted empezando a deprimirse y debe remediarlo rápido, antes de que la cosa avance.

¿Cómo hacerlo? Eso es variable en función de la persona. Procure relajarse, baje el ritmo de trabajo si puede, recupere hobbies olvidados, haga ese viaje que siempre quiso hacer, practique un poquito de deporte (sin matarse). Y déjese querer. Las personas que le quieren son básicas en los momentos de bajón. Cuando uno está triste, los conocidos le rehúyen, pero los verdaderos amigos permanecen. Y son de gran ayuda. El proceso de recuperación no es lineal, incluye pequeños hundimientos temporales, tras los que hay que redoblar el esfuerzo. ¡Ah! Y un último consejo. Fundamental. Siga entrando en mi Blog. 

En este foro no hay lugar para el pesimismo. Aquí sólo se suben textos optimistas, a veces cabreados, a veces humorísticos, pero siempre energéticos como un trago de Red Bull. En esa onda les digo lo siguiente: no se adocenen, no caigan en la rutina, cambien. Ya que la vida no se puede vivir al revés, al menos intenten cambiar. Un cambio les vendría muy bien. A change would do you good. Se lo dice una señora que se llama Sheryl Crow, en el vídeo que les pongo aquí abajo. Es un tema súper energético. Por si no lo saben, esta señora estupenda ha superado sucesivamente una depresión profunda que le duró seis meses, un cáncer de mama, un tumor cerebral benigno y lo peor de todo: tres años de noviazgo con el ciclista Lance Armstrong. A pesar de esa serie de calamidades, aquí la tienen inasequible al desánimo. Súbanle el volumen y ¡hala! ¡a bailar! Y que pasen un buen domingo.




miércoles, 2 de octubre de 2013

181. Life and death

Harto de tanta actualidad. ¿Qué hago yo aquí hablando todo el rato de noticias y cotilleos? Si lo que yo quería era escribir de literatura y de rock y de cine y de la vida. Un año entero subiendo textos de usar y tirar. Temas sin importancia, que se olvidan a los dos días. Lo único de verdad trascendente que ha sucedido en este tiempo ha sido la muerte del bueno de JJ Cale, que me pilló a traición cuando ya tenía escrito un texto para subir. Había utilizado su música antes para aderezar los posts #129 y #150, cuando me sorprendió la noticia de su muerte. Tenía ya preparado un post sobre malentendidos lingüísticos en el que, de pasada, se informaba del embarazo de mi amiga holandesa R. y me vi obligado a improvisar unas frases sobre el fallecimiento súbito de Cale (post #155). Una vida que se iba y otra en proyecto.

Tengo la sensación de no haber homenajeado suficientemente a este músico realmente singular, del que la prensa diaria apenas publicó dos renglones informando de su muerte por infarto a los 74 años de edad. Así que me pondré a ello rescatando una de las líneas menos exploradas últimamente en este blog, la de los textos llenos de videos musicales, a la manera de lo que empezó en su blog efímero el perrito Casper Yorke, uno de los primeros visitantes de este foro, que se cansó tan pronto de cultivar su propio foro, como de participar en este. Cultivar, he dicho. No es mala metáfora.

Joe, mi hermano mexicano, tiene un huerto a cuyo mantenimiento y explotación dedica parte de sus ratos libres. Según la temporada, ha de preparar la tierra, seleccionar las semillas, vigilar el riego, quitar las malas hierbas, combatir el pulgón, abonar, preparar invernaderos, recoger los restos de la cosecha para preparar el compost. Salvando las distancias, es un poco lo que yo hago: cultivar el Blog. He de preparar borradores, revisar la ortografía, buscar temas nuevos, eliminar malas hierbas y guardar los restos desechados por si se convierten en compost literario. Y cuando ya tengo los frutos en forma de posts, subirlos al blog. Mis lectores los consumen luego, igual que los tomates de mi amigo. Afanes de prejubilado inquieto.

JJ Cale fue un músico cojonudo y un personaje tímido e introvertido. Nacido en Oklahoma City en 1938, no publicó su primer disco de cierto impacto hasta 1971, con 33 años. Para entonces llevaba a cuestas una larga trayectoria como músico medio folk, medio blues. Su pasión le había llevado a California, el Eldorado de los músicos, junto con una serie de paisanos (okies), como el pianista Leon Russell. Allí malvivió tocando en bares, dando conciertos con público escaso y aprendiendo de la vida. En 1971 al fin consigue que le dejen hacer una grabación a su bola, el disco Naturally. A cambio hubo de dejar que le cambiaran el nombre (se llamaba John Cale, pero ya había otro John Cale famoso en la música) y que le inventaran un origen falso de Nueva Orleans (de ahí lo de JJ, de Jean Jacques). Naturally inicia una carrera de músico minoritario, al que adoran sus seguidores fijos, distribuidos por todo el mundo.

También se rodeó de una aureola de tipo huraño, que huía de las cámaras de fotos y los micrófonos de la prensa, que vivía en la montaña sin ver a nadie y de vez en cuando bajaba a la ciudad a entregar sus nuevas canciones, que él mismo grababa de forma artesanal. Todo esto es pura leyenda, aunque es cierto que llegó a vivir en una autocaravana medio aislada, que no le gustaban los conciertos multitudinarios y que, cuando por fin lo convencían de que actuara en algún teatro de San Francisco, las masas de seguidores de su música que abarrotaban la sala se encontraban al subir el telón con un tipo pequeñito, que saludaba mínimamente e inmediatamente se sentaba en una silla de espaldas al público y ya se quedaba así todo el concierto. A la vejez, cuando le preguntaban por esto, se reía y decía que no lo hacía por una falta de respeto a la gente, sino porque le gustaba tocar sentado y comunicarse visualmente con sus músicos. Lo mismo que hacían los directores de orquesta y no se les criticaba por ello.

Después de numerosos discos de culto, sin alcanzar nunca un gran éxito multitudinario, acabó viviendo tranquilamente con su mujer en Escondido, una pequeña localidad cercana a San Diego y haciendo lo que le gustaba: grabar de vez en cuando un disco y alguna que otra gira o actuación esporádica. Era un tipo que no era nada huraño, que destilaba buen rollo y quería mucho a sus amigos, que a su vez lo adoraban. El primer video que vamos a ver incluye After midnight y Call me the breeze en directo con su amigo Eric Clapton en el festival Crossroads, que se celebró en Dallas en 2004. JJ Cale tenía, por tanto 65 años. Vean qué felicidad destila.



Algunas cosas sobre este video. La forma de tocar de Cale es ciertamente atípica. Puntea con el pulgar y acompaña con la mano abierta, como si se estuviera quitando unas migas de la barriga. Con esta técnica tan extravagante saca un sonido extraordinario. A su lado el gran Eric Clapton, tocando concentrado de forma ortodoxa con su púa. Un auténtico gentleman de la guitarra. Clapton está considerado como uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos. En los setenta sus seguidores llevaban pins con la leyenda Clapton is God. Vemos también una mujer que toca la tercera guitarra, muy guapa y feliz de poder estar al lado de estos dos monstruos.

Esta mujer se llama Christine Lakeland, es la esposa de Cale y le ha acompañado desde siempre, como veremos. Christine debe tener ahora unos 60 años. En esa grabación tendría entonces 49. Christine tiene su propia vida y su carrera como folk singer de escaso éxito. Cale era su marido, su productor y su protector en el mundo del disco. La segunda grabación es de 1979. Cale, 40 años, toca After Midnight sentado, como le gustaba. A su lado una mujer muy joven. ¿La reconocen? Christine tendría, según nuestras cuentas, 24 añitos. También vemos aquí al gran Leon Russel al piano.


Y ahora, una última pieza, en la que se puede percibir la intensidad de la conexión musical y vital que había entre Cale y Lakeland. Es una grabación improvisada en algún estudio de Holanda, la tierra de mi amiga R. La escena es de 1994. Cale tenía, pues, 55 años y Lakeland 40. Cale toca con la mano suelta, como si se rascara el ombligo. Y es increíble el sonido que consigue con apenas un bajo, una pandereta y un batería con escobillas. No se pierdan la breve aparición del general Custer a los teclados. Esta canción es una verdadera delicia.



Es curiosa la forma en que los medios modernos permiten conservar escenas de toda una vida. Antiguamente, la memoria de los músicos quedaba en sus composiciones, la de los escritores en sus obras y poco más. Ahora es posible reconstruir tres instantes de la vida de un tipo que tenía una cierta alergia a que lo fotografiaran o lo grabaran. De la suma de estas tres grabaciones, en tres momentos distantes de la vida de JJ Cale, se puede obtener una radiografía de la personalidad del músico. Un tipo cariñoso, solitario, con pocos amigos pero muy fieles, relajado, destilando buen rollo y haciendo una música extraordinaria, impregnada de ese carácter.

Cuando se supo su muerte, yo hablaba del embarazo de mi amiga. El niño ha nacido ya y aquí tienen su foto. Se llama Japi Toon Thelonius S. Por si no lo saben, en Holanda la gente tiene sólo un apellido, aquel con que les registran, generalmente el del padre. Para compensar esta escasez, heredera de tiempos calvinistas, los holandeses gustan de poner a sus hijos nombres múltiples y sonoros. Aquí la "S" corresponde al apellido del padre, que no revelaré por respeto a su intimidad. La madre, mi amiga R., me ha dado permiso para publicar la foto (siempre que no sea en Facebook). 

Y aquí tienen al bueno de Japi Toon Thelonius. Va  a ser un niño muy feliz y querido. Ha nacido en la parte rica de la humanidad y tiene todos los números para ser un gran tipo, un chicarrón del norte, un great dutch boy. En unos años aprenderá a andar en bici por los caminos de Amsterdam. Será fuerte y deportista como sus padres. Tal vez le dé por estudiar Económicas y entre en la Erasmus Universiteit de Rotterdam. O quizá se dedique a la investigación genética, o a la nanotecnología. Será hincha del Ajax, o tal vez del Feyenord. Y será sin duda un gran viajero, como todos los holandeses.
  
Unos vienen, otros se van. Es la ley de la vida. Para cuando el gran Japi Toon Thelonius sea adulto, algunos estaremos ya criando malvas. No se sabe cómo va a ser el mundo para entonces. Los de mi generación hemos tenido la inmensa suerte de vivir en la segunda mitad del siglo XX, la mitad de la paz. Porque la otra, la primera, fue horrorosa. Tal vez aquellas guerras de sesenta años atrás no se vuelvan a repetir nunca. Querido Japi: desde este foro te deseo la mayor de las fortunas.