¿Es cierto que allá en Vermont,
cuando sueñas,
el silencio es un viento de jazz
sobre la hierba?
Cesar Calvo, Nocturno en Vermont (1963)
Hermosos versos de este maestro peruano de la poesía. Sí señor, ya saben que soy un
pro-yankee de mierda, pero no lo puedo evitar, de allí viene la música que me
gusta, y el cine que me gusta y las series que me gustan y una parte importante
de la literatura que me gusta. Es el arte y la cultura de esa mitad del pueblo
norteamericano que jamás votará a personajes como Trump, pero que ahora las
está pasando tan canutas como la otra mitad, porque este virus es completamente
democrático, no hace distinciones por ideología, sexo, nivel académico, mayor o
menor grado de cabezonería, insolidaridad, cerrazón o burrez. Lo mismo ataca a
Bolsonaro que a Luis Sepúlveda. Están las cosas jodidas con el virus, cada día
que pasa se bate un nuevo record de infectados y fallecimientos diarios a nivel
mundial. El bicho se extiende a toda velocidad por el mundo, y cabalga
desbocado especialmente en América del Norte y del Sur, Oriente Medio y algunos
países de Asia.
En esta Europa de nuestros
pesares tampoco podemos tirar cohetes, ahora mismo florecen los rebrotes como
setas. Dice José Ovejero que estas situaciones de crisis extrema sacan a flote
lo mejor de las personas y lo peor de las sociedades. Es una definición muy
precisa. A esta vieja Europa se le han visto las costuras en el tema de la elección
fallida de Nadia Calviño, y no lo digo porque sea española, ni porque sea
socialdemócrata, ni siquiera porque sea mujer; lo digo porque era de largo la
persona más preparada y contaba con el apoyo de Alemania, Francia, Italia y
España. Además, suponemos, de Portugal y Grecia, por la cuenta que les trae. A pesar
de ese apoyo, que debía haber sido suficiente, resulta que se la han cargado
entre Holanda, Austria, los nórdicos y toda esa pléyade de Eslovenias,
Eslovaquias, Eslovejias, Eslocabrias, Esloburrias, y demás países enanos que
han votado por puro clientelismo, a saber a cambio de qué compensaciones. Que
Malta tenga un voto, igual que Alemania, es sonrojante.
Así que, en vez de esta brillante
economista patria, que habría garantizado un reparto de dinero más justo para
luchar contra los efectos económicos del virus, ahora tenemos al frente de
las finanzas europeas al señor Paschal Donohue, irlandés, católico apostólico, a
gusto del establishment, el Banco
Mundial, el FMI y las diversas trilaterales y poligonales que nos dominan, cuya foto tienen a la izquierda. Y,
se preguntarán ustedes quién es este caballero. ¿Cómo es él? ¿A qué dedica el
tiempo libre? Pues estamos ante un señor de 45 años, casado, dos hijos, miembro
eminente del Fine Gael, el equivalente al PP en Irlanda, economista con
currículum en la empresa privada, que se pasó a la política y se ha llevado el
mérito de equilibrar las cuentas de su país aunque, cuando él llegó al
Ministerio de Finanzas en 2017, ya llevaban casi diez años de políticas de
recortes y austeridad.
No hay que olvidar que Irlanda es
el país en donde tienen radicadas sus sedes europeas los gigantes del mundo
informático (Google, Amazon, Facebook, Apple) beneficiándose de una fiscalidad
laxa, como la que tienen en Holanda y demás tiburones europeos. El nuevo jefe
de las finanzas europeas es un ferviente adversario de la llamada Tasa Google,
que pretendía imponer Europa a estas empresas y que Calviño hubiera
garantizado. Todo es la misma mierda, en Holanda no nos quieren dar ni un duro
para ayudarnos en la crisis, lo que quieren es prestarnos a crédito a cambio de
más recortes y más austeridad. Esa política que, por ejemplo, Portugal desechó
aplicar (y ha salido de la crisis con menos desigualdad que nosotros), tiene
como consecuencia una polarización de la sociedad, un ataque a las clases
medias y un incremento de las fortunas mayores que, si hace falta, se llevan su
capital fuera. ¿A dónde? Pues a Holanda y a Austria. Paraísos fiscales menos
descarados que Suiza o las Islas Caimán. Todo cuadra al final.
Si quieren leer algo más ajustado
y menos vehemente que lo mío, pueden pinchar AQUÍ.
El señor Donohoe ha tenido el apoyo de todos los partidos conservadores de Europa,
que están encantados con el statu quo. El
inMundo aplaude con las orejas y en las altas finanzas están eufóricos: podrán
seguir forrándose en tiempos de coronavirus. Y no digamos el fraCasado, que
paladea cualquier derrota de Sánchez como un elixir delicioso, aunque no
descarten que el nuevo jefe de las finanzas europeas tenga que explicarle por
fin que eso de bajar impuesto no mola, ni siquiera para él. Por lo demás, el
señor Donohoe es un forofo de La Guerra de las Galaxias y lo primero que hizo
cuando le nombraron Ministro de Finanzas de Irlanda, fue llenar su nuevo
despacho de muñequitos de la saga.
Los holandeses pueden estar
satisfechos. Ahora pueden seguir sintiéndose superiores a nosotros los del Sur,
que somos una panda de vagos que no hacemos más que venga de pedir y venga de
pedir, hombre. Su fobia a los españoles viene de los tiempos del Duque de Alba,
está alimentada por su formación calvinista (de Calvino, no de Calviño) y se
vio espoleada para siempre cuando les ganamos el Mundial de Futbol, hace ahora
diez años. Si tienen esa final en la memoria, como yo, tal vez recuerden el mal
perder de esta gente, su presión al árbitro a pesar de su permisividad con las
coces que nos daban (famosa la que le sacudieron a Xabi Alonso, no castigada
con expulsión). En fin, que vamos de culo, Europa va a seguir siendo un
personaje secundario en la película que protagonizan USA, China y Rusia.
De USA les quería yo hablar hoy,
pero es que se me va el hilo hacia la penosa situación local (qué decir de la desvalida
y estupefacta Gran Bretaña post-Brexit, que ve cómo los chinos la chulean en
Hong Kong, sin poder defenderse de ninguna forma). Los Estados Unidos están
pasando lo peor de esta crisis: uno de cada cuatro infectados es norteamericano
y también uno de cada cuatro muertos. Y se enfrentan a esta plaga bíblica sin
el menor sistema de apoyo social público. Allí no hay ERTEs ni una adecuada
cobertura sanitaria. Se estima que el paro puede llegar al 20%, muy por encima
del 10,8 que se alcanzó con la crisis de 2008 y cerca del 25% de la Gran
Depresión del 29.
Parece claro que, si quisiéramos
erradicar adecuadamente el virus, tendríamos que estar confinados un año, o
así, algo que la economía no se puede permitir. Por eso vamos aflojando la
mano, abriendo poco a poco negocios y sectores de la economía, pero los
rebrotes nos recuerdan que esto no se ha acabado. En USA se están implantando
medidas de desescalada con resultados bastante desanimantes. Es un equilibrio
muy delicado el que hay que mantener entre la sanidad y la economía y parece
claro que Trump no es la persona más adecuada para llevar ese timón. Sin
embargo, hay serias posibilidades de que se le reelija. Tal como veo yo la
cosa, él mismo es su mayor enemigo. Puede ser que la cague, por su acreditada
falta de templanza pero, de no ser así, puede ganar fácilmente.
Dos libros se han publicado
recientemente sobre su perfil personal. Uno, el de su sobrina Mary Trump,
significativamente titulado Demasiado y
nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo. El
otro, del asesor presidencial cesado hace un año John Bolton, se titula La habitación en la que sucedió. Ambos
textos confirman lo que ya sabíamos de Trump: que es un sociópata en permanente
estado de ira contenida, que es un ignorante (porque no quiere aprender), que
le importan un rábano los datos y las informaciones, que es incapaz de leer, no
ya un libro, sino siquiera un artículo de los que le recomienda su gabinete de
información. Estos dos libros pueden hacerle algún daño, pero ya se sabe que la gente
corriente no lee mucho más que él, y menos en la América profunda.
Lo que le puede hacer daño es la
incapacidad de combatir el virus y el derrumbe de la economía. No soy yo
partidario del cuanto peor, mejor, porque se lleva por delante la estabilidad y
hasta la vida de muchas personas, pero sería buenísimo para el mundo que Trump
no ganara las elecciones a celebrar el primer martes después del primer lunes
de noviembre. Sería cojonudo para el mundo en general. Porque, de momento,
todas las tendencias vienen de allí, de los Estados Unidos. La lucha entre las
dos mitades USA es también nuestra lucha. Así que, dentro del margen que nos
dejen el virus, las vacaciones y nuestros restantes desvelos, hemos de concentrarnos
en desear la derrota de Trump. Mediante rogativas a los sambenitiños
correspondientes o como sea. Nos va el futuro en ello.
A mí me queda una semana de
trabajo intenso todavía, antes de entrar en una cierta pausa. Ya sé que estoy
escribiendo con poca frecuencia, pero es que tampoco observo una gran
expectación en los datos de visitas. Si este foro se va a quedar en cuatro
amigos, casi prefiero llamarles por teléfono de vez en cuando para contarles
mis reflexiones. Vienen tiempos de verano y ya sé que muchos de ustedes se van
a descansar y el número de lectores desciende, especialmente en agosto. Déjenme
que descanse yo también. De vez en cuando hay que levantar el pie del
acelerador. Pero volveré, no se preocupen. Como no quiero terminar este post de
manera tan desabrida, les voy a dejar un poco de música.
Sirva también para desmentir ese
infundio de que últimamente sólo les traigo rock hecho por mujeres,
preferiblemente jóvenes y atractivas. Es falso. Sin ir más lejos, hace poco les
he descubierto a Jon Cleary, ese fabuloso pianista que se mueve en la noche de
Nueva Orleans. Un tipo viejo, feo, con desaliño típicamente british, pero con un groove imbatible. Hace casi nueve años, cuando todavía no había formado su banda
de caballeros absolutamente monstruosos, se desempeñaba como van a ver aquí
abajo, con el simple acompañamiento de un contrabajo y una batería elemental. Disfruten
de ello y de lo que resta de fin de semana. Chao.
REFLEXION MURPHYANA: (Murphy era un optimista).
ResponderEliminarEstá claro que esta pandemia vuelve a proponer el eterno debate entre la sociedad liberal-capitalista y la social-comunista. La primera regida por una panda de borregos incultos y chupones y la segunda por listillos chupones pero con su creida "superioridad moral".
Holanda es un nido de víboras teñido de progresismo "porrero" que desde el siglo XVI intenta jodernos en venganza por los tercios de Flandes.
Querido amigo, como puse en facebook, me apunto a un "falansterio" porque va a ser la única forma de sobrevivir en este mundo borreguil y reggetonero.
Un abrazo brother y "que viva el papa..."
Gracias por sus reflexiones, querido brother, yo debería hablar solo de rock, todo lo demás me empieza a aburrir soberanamente, no me gusta este mundo de mascarillas y distancias (y eso que yo sigo dando abrazos a diestro y siniestro), me decepcionan mucho las respuestas de los políticos a la pandemia y no descartaría largarme con usted a un falansterio. Hombre, si es con compañía femenina, mejor, qué duda cabe (que diría el gran Arsenio). Por cierto, sólo nos falta irnos a la Segunda B.
EliminarQue viva el papa, en cualquier caso.
Pues yo meteré bota cuando me encuentre a un holandés. Para vengarme de su comportamiento en el mundial de fútbol. Que cada uno haga su parte.
ResponderEliminarTenga cuidado, no dude de que le sacarán tarjeta roja.
EliminarHola, Emilio. Vuelvo a entrar hoy en tu blog después de mucho tiempo y me alegro de que sigas en buena forma física y anímica. Tus elogios a ese gran país que es EEUU me animan a comentarte que desde hace unos pocos días hay por allí una interesante controversia o polémica sobre un popular autor del que seguramente has leído cosas, Steven Pinker. Se trata de un carta abierta que diversos miembros de la Linguistic Society of America han dirigido a la direción de la misma solicitando que dicho autor sea retirado de la lista de miembros distinguidos. Por si te es de utilidad aquí tienes un enlace para leer la carta.
ResponderEliminarhttps://docs.google.com/document/d/17ZqWl5grm_F5Kn_0OarY9Q2jlOnk200PvhM5e3isPvY/edit
Te envio un cordial saludo,
Javier Otero
Hola Javier, me alegro que estés bien. No sé nada de Pinker ni de sus problemas, le echaré un ojo cuando pueda, saludos.
EliminarEl bajo que acompaña a Jon Cleary es igualito a Clark Kent. Es raro que debajo de la camisa lleve una camiseta gris y no la de supermán.
ResponderEliminarBuen apunte, amigo. No se me había ocurrido. Abrazos con mascarilla.
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