jueves, 30 de mayo de 2019

840. Paisaje después de la batalla

Bien, quería yo dedicarme a escribir de otros temas, pero las repercusiones de la debacle del domingo aún colean y comprendo que ustedes, queridos seguidores, esperan un poco más de carrete en relación con lo sucedido. En primer lugar, he de recordarles que este es un foro impreso de un sentimiento positivo, donde se bromea con las cosas y se evita en lo posible dramatizar. Para las tragedias están otros. ¿Que me da mucha pena que se vaya Carmena? Desde luego. ¿Que pienso que Madrid se pierde una figura excepcional, en la línea de Tierno Galván y con una talla muy por encima de la de cualquiera de los políticos de hoy en día (de hecho, ella no es de ningún partido, les repito, es independiente y ejerce como tal)? También. Pero no por ello vamos a montar aquí un drama de la hostia. 

Dicho en otras palabras: ¿Me han diagnosticado un cáncer? No. ¿A mis hijos les ha pasado alguna putada? Tampoco, que yo sepa (toco madera en ambos temas). ¿Estoy pasando hambre o penurias o siquiera me duele el estómago? Tampoco, joder. Pues entonces, ¿por qué tendría que estar triste? Sí, que haya perdido Carmena es una faena y gorda, sobre todo para mi ciudad. También para mí directamente, porque en el post anterior les revelé mis expectativas secretas a partir de la victoria de esta señora, que hubieran estado de puta madre. Al final ha sido el cuento de la lechera y no vale de nada lamentarse. Como dice mi colega de Tijuana, Diego Moreno, el hubiera no existe y no sirve para nada invocarlo.

Cuando a uno le pasa una faena hay que encajarla, pasar el duelo que se requiera y tirar adelante. ¿Recuerdan cuando yo me rompí un brazo? Cualquier otro hubiera montado una tragedia y se habría estado quejando de las molestias durante meses. Yo les puse la imagen de la radiografía de mi húmero quebrado en un post que escribí con una sola mano, cuando estaba aún en espera de ser operado y dos días después estaba ya bromeando, poniéndole motes a mi clavo de titanio y al callo de fractura, dos entidades con las que sigo conviviendo sin problemas. Esto es lo que se conoce en el lenguaje actual como resiliencia. Para ayudarles en el empeño, voy a empezar por ponerles un tema mítico de AC/DC, un grupo que ya ha aparecido en el blog en más de una ocasión y que es también un ejemplo de resiliencia. El comienzo del tema es de los mejores de la historia del rock. Así que ¡ea! pantalla completa, volumen al máximo y ¡arriba esos ánimos!


¿Ya va mejor? Pues ahora escuchen. A los miembros de esta banda australiana les ha tocado pasar un par de años realmente nefastos. El guitarrista que aparece por el lado izquierdo, el mayor de los hermanos Young, Malcolm, falleció en noviembre de 2017. El batería lleva un tiempo internado en una institución psiquiátrica, porque está tocado de verdad. Y el cantante fue el primero que sufrió los achaques del destino: tuvo que parar por recomendación médica, porque corría el riesgo de quedarse completamente sordo. Los que quedan sanos son Angus Young, el hermano menor, el que no hace coros y sale siempre a escena vestido de Guillermo el Travieso, además del bajo melenudo que vemos a la derecha. Y ahora, amenazan con volver, junto con el cantante, que ya ha arreglado sus problemas auditivos. Ya saben que los viejos rockeros nunca se rinden. Pero, a lo que vamos. Cuando el cantante empezó con su grave problema, la banda tenía contratados un montón de conciertos. Los hermanos Young tuvieron que contratar para la gira a un sustituto y eligieron nada menos que al cantante de Guns & Roses, con tan mala suerte que el tipo se rompió una pierna antes de debutar con la banda. ¿Creen que por eso suspendieron la gira? No, desde luego. Pueden ver que no les miento en este reportaje de apenas un minuto, de su debut en Lisboa.  



Si este señor pudo cantar con la pata quebrada y la señora Carmena hizo media campaña en la misma posición, no vamos a ser nosotros menos. A nosotros también se nos ha roto algo, se nos ha roto un sueño, pero podemos seguir luchando y es lo que vamos a hacer. Toca ahora afrontar una tarea: analizar las causas. Ya con un poco de distancia, parece claro que han sido tres. Primera: la tontuna de Pablo Iglesias promocionando a Sánchez Mato, para hacerle rebañar 44.000 votos que se han ido por el sumidero. Por cierto, el tema de la Operación Chamartín lo han usado de estandarte para meterse con Carmena pero, si no hubiera Operación Chamartín, se hubieran aferrado a cualquier otra cosa, porque se trataba de vengarse de su exclusión de las listas, exclusión merecida después de pasarse los cuatro años dando por culo. Segundo, el descenso de votos en el arco sureste, del que hablaré más abajo. Y tercero, como apunta un comentarista anónimo del blog, el efecto Pepu.

Respecto a este tercer factor, sin embargo, he de discrepar con mi seguidor inidentificado, en cuanto a la valoración del personaje. Pepu es un buen tipo, profundo, reflexivo, apasionado por la política y dispuesto a aprender. Todos los que lo han seguido en la campaña coinciden en su perfil. Lo que pasa es que los corredores como yo sabemos que hay dos clases de personas: los velocistas y los fondistas. Pepu es un fondista, necesita un tiempo para comprender los temas, asimilarlos y empezar a proponer cosas sobre ellos. El error de Sánchez ha sido confiar en un fondista y ficharlo a última hora. Digamos que se acababa de sentar a la mesa cuando lo han pillado las elecciones. Pero yo creo que con más tiempo puede ser un buen político y lo está demostrando con los movimientos que está haciendo tras la derrota.

Y llegamos al tema más doloroso. La desaferencia de los habitantes del sur. En un primer análisis yo he tendido a hacer una reflexión cruel, de la que no reniego del todo todavía. Les recuerdo que he trabajado cuatro años en una Dirección General dedicada en exclusiva a la regeneración urbana de la periferia. Mi reflexión era que la población de los barrios del sur, por los que todo mi equipo se ha dejado la piel, está integrada en buena parte por ignorantes, paletos y desagradecidos, que no han sabido esperar a que se concretara un proyecto a medio plazo y con su abstención han votado Vivan las Caenas. Apoyan esta teoría algunos datos, como que en Malasaña Carmena ha obtenido más del 60% de los votos. Esta gente tan depauperada son encima bastante puritanos y no les ha gustado que Carmena y Errejón se besaran en la boca (yo me muevo bastante por el Puente de Vallecas y les juro que he escuchado comentarios en ese sentido).

Es decir, que la propuesta del equipo de Carmena ha llegado a la gente joven, alternativa, emprendedora, con ideas de futuro. Y no ha llegado al sur profundo, donde ciertamente no se ha avanzado mucho en estos años en problemas como la carestía de la vivienda, el paro, los narcopisos o la proliferación de casas de apuestas. Lo que hemos hecho en mi equipo les llegará a su tiempo, porque no me creo que el PP lo paralice y desaproveche la oportunidad de ponerse alguna medalla al respecto. Pero está claro que a esta gente había que haberles contado otras cosas que el Reinventing Cities, algo demasiado sofisticado para semejante personal. La mejor reflexión que he leído al respecto es la que hace Guillermo Zapata, hombre complejo donde los haya, que tiene información de primera mano, por haber sido concejal de Fuencarral, en el norte, y de Villaverde, en el sur. Se la he mandado a casi todos mis contactos de Whatsapp pero, si no la conocen, pueden leerla AQUÍ.

Una vez analizadas las causas, quiero revelarles un dato, obtenido de fuentes muy próximas a la Alcaldesa. A medida que empezó el recuento, ella estaba esperanzada. No se esperaba de ninguna forma el batacazo. Y, cuando se confirmó, se lo tomó con total naturalidad. Recuerden que Manuela tiene 75 años, dos nietos, una calidad humana especial y está de vuelta de todo. No es que se llevara una alegría, pero se lo tomó como algo normal: ¿no he ganado? muy bien, pues me voy a mi casa y listos, no pasa nada. En la foto que les puse en el post anterior, pueden ver que es la única persona que sonríe plácidamente, en medio de la cara de funeral de sus compañeros de candidatura. Y, con la misma naturalidad con la que cocina madalenas, al día siguiente empezó a recoger sus cosas. Fue su equipo quien le tuvo que pedir por favor que no diera todo por perdido, mientras quedara alguna posibilidad. Por eso salió ayer con un discurso distinto, apoyada por Pepu, que parece estar moviendo algunos hilos.

¿Hay ciertamente alguna posibilidad de que las derechas no se pongan de acuerdo? Yo creo que ninguna. Para ello tendría que darse una circunstancia. Que al frente de Vox hubiera alguien tan tonto como Pablo Iglesias, capaz de suicidarse por mantener la ortodoxia del mensaje. Para nuestra desgracia, Abascal y Ortega Smith son bastante más listos. Ahora están lanzando aparentes bombas a la línea de flotación del acuerdo tripartito, que no son sino fuegos de artificio, como hicieron en Andalucía. Hay muchos intereses alrededor de la alcaldía de Madrid, como para que dejen escapar una ocasión como esta. Yo les ofrezco una fórmula infalible para llegar al acuerdo. Si los de Ciudadanospedorros han jurado que nunca se sentarán a hablar con Vox, y los de Vox que no negociarán con alguien que no se sienta a hablar con ellos, la solución es muy fácil: que negocien de pie. ¡Vamos, anda, que no nos tomen por tontos!

Lo cierto es que, por detrás, ahora mismo se debe de estar jugando una partida feroz con muchos factores sobre la mesa. Esa partida se juega simultáneamente a nivel local, estatal, regional y de otras ciudades. Yo no creo que se consiga nada. Pero tengo un resquicio casi invisible de esperanza y ese resquicio tiene un nombre: Malú. Me explico. Hay un detalle que apenas han apreciado los medios. Albert Rivera acudió el domingo a votar en Madrid y por primera vez en su vida sin llevar el traje gris o la típica chaqueta azul. Por el contrario, llevaba una moderna cazadora semi-vaquera, con remaches metálicos en las solapas. Apenas se aprecia al principio del vídeo que les pongo abajo y no he conseguido una sola foto de frente, de las que le sacan por decenas mientras vota. Ya se cuida El inMundo de eliminar hasta los detalles más sutiles. Véanlo.


¿Se han fijado en los remachitos metálicos? Pues supongo que no tendrán ninguna duda de quién le ha regalado esa prenda tan a la moda. Malú es una señora estupenda y, por lo que se puede saber de ella, bastante alejada de la posición cerril de su novio en los últimos tiempos. Ella se enamoró del líder de un partido de centro, no de un socio potencial de Vox. Si ha conseguido que su chico se ponga una cazadora con remaches metálicos y que acuda a votar con ella, tal vez haya un mínimo resquicio de que le haga abjurar de sus posiciones, por el bien del partido y del país. Es mi única esperanza. Ya saben: cherchez la femme

Por lo demás, yo ya me he puesto a trabajar con mi jefa en una línea que asegure que nuestro trabajo de estos años no se tire al cesto. Pero de esto, como es natural, no puedo darles detalles. Recuerden que Bernie Sanders perdió frente a Hillary, pero ahora todos los candidatos demócratas de peso han incorporado sus ideas, en su día tachadas de socialistas. Pronto les hablaré de la preparación de las próximas elecciones en USA y de Alexandria Ocasio-Cortez, un prodigio de mujer en todos los sentidos. Como cierre y para compensarles de la descarga heavy que les he puesto al principio, les voy a dejar de propina un vídeo en directo en la SER de Rosalía, otro prodigio de mujer. Creo que les tranquilizará tanto arte y tanta belleza. De paso averiguarán de dónde saqué lo de Válgame San Rafael. Pónganselo en pantalla grande. Merece la pena. Y sean felices, desde luego. Ni lo duden. 


martes, 28 de mayo de 2019

839. ¡Válgame San Rafael!

Válgame San Rafael
Tener el agua tan serca
Y no poderla beber

Nada como la copla flamenca para expresar el duelo de este momento. El domingo nos ganaron por un margen bastante estrecho y la cosa no tiene remedio. Como dice África, no es Manuela quien ha perdido Madrid, sino Madrid quien ha perdido a Manuela. En esta ciudad y en esta comunidad hay mucho facha, pero eso ya lo sabíamos. Gente a la que le da igual que sus candidatos digan las tonterías que ha dicho Ayuso o la chica de Vox, que sostiene que en las escuelas madrileñas se fomenta la zoofilia y el fetichismo pinrelero. O que en Nueva York se practican abortos después del nacimiento (sic). Da igual: ellos van a votar siempre a las opciones de la derecha más rancia, porque es su naturaleza, como en el cuento del escorpión y la rana. Lo que pasa es que esta vez iban divididos en tres y era el momento de haberles ganado en la ciudad y en la región. ¿Por qué no se ha conseguido? Pues en primer lugar, por culpa de Pablo Iglesias.

Parece mentira que este señor se siga equivocando cada día. Es difícil encontrar un antecedente histórico de semejante contumacia (según la RAE: insistencia y tenacidad en persistir en el error) ¿No se le pasará por la cabeza dimitir y dejarle el negocio a su señora? No es que piense que vaya a ser muy diferente con ella, pero creo que le resultaría muy difícil equivocarse tanto como él. Carmena ha perdido porque le han faltado los 40.000 votos que ha cosechado el señor Sánchez Mato, la izquierda autodenominada verdadera, pura y ortodoxa. O sea leninista. Iglesias se pasó por Madrid el viernes para animar públicamente a que se votara a ese caballero. Y luego se largó a Tenerife, mientras los demás líderes nacionales se volcaban en Madrid. Y en la Comunidad de Madrid, les reto a que encuentren una sola diferencia entre el programa de Podemos y el de Errejón. El señor de la coleta representa ahora mismo el comunismo más trasnochado y casposo, encima entreverado de la épica barata de Juego de Tronos. Y se está cargando el espíritu del 15-M y la posibilidad de construir un espacio creíble a la izquierda del PSOE.

En este circo, a Sánchez Mato le ha cabido el honor de entrar a formar parte del elenco de los políticos más tontos de Europa en lo que va de siglo, junto con Cameron, Hollande y Zapatero. Estará orgulloso de su papel. Pero lo triste es que la lista de Carmena también ha perdido votos en los distritos más obreros, como Villaverde, Vallecas o Vicálvaro. Unos votos que se han ido a la abstención. Y esto sólo se puede explicar de una manera: la gente de estos lugares, de un nivel cultural muy bajo, no han entendido que el trabajo que estábamos haciendo, por ejemplo, en nuestra Dirección General, iba dirigido a ellos, pero a medio plazo, Al final les han comido el tarro con esa falsedad que se ha hecho circular: que Carmena privilegiaba a los distritos del centro, con obras como las de la Gran Vía y Atocha. Dicen: –Es que en mi barrio no he visto una sola obra. Hubiéramos necesitado otra legislatura para poder empezar a materializar los proyectos que estamos tramitando. Y esto nos lleva directos a los errores que ha cometido el equipo de Carmena.

1.- Muy mala política de comunicación. No hemos sabido vender lo que hacíamos. La creación de los Foros Locales, como organismo de participación, fue una cosa grande, pero que se llevó casi dos años para aprobar los estatutos, que se quiso que fueran de consenso. Y se partió de una situación de base de un auténtico erial participativo. Hemos empezado a crear una cultura de participación, hemos logrado aprobar desde ese enfoque participativo una Estrategia de Regeneración Urbana muy meritoria, pero las primeras obras no han llegado (estaban ya a punto). Les recuerdo que a mí se me han rifado para contar este proceso. En cuanto se lo comenté a Flavio Coppola en San Francisco, su respuesta fue automática: –¿Tú vendrías a contar esto a Chicago? Y, en cuanto se lo conté en Madrid a Alain Sinou: –¿Tú vendrías a explicar esto a París? Mi Directora General y mis compañeros se han partido el culo por difundirlo. Pero más arriba no ha habido el mismo entusiasmo. Nuestro concejal y su gabinete no han sacado pecho con este asunto. O no le han sacado todo el rédito político que cabría esperar. Me da que ni siquiera han entendido su importancia. Para este grupo parece que sólo había la Gran Vía y el Madrid Central. La prensa no ha dedicado un solo renglón a nuestra estrategia ni al Reinventing.

2.- Este equipo de gobierno no le ha hecho ni cosquillas a la superestructura burocrática del Ayuntamiento, los que me censuraron a mí lo que me censuraron. El conglomerado que forman las Secretarías Generales Técnicas y los Interventores, se ha esmerado en complicar ad nauseam cualquier trámite, hasta los más sencillos, haciendo que todos los procesos se hicieran eternos. Por esto no hemos empezado ninguna obra de nuestra Estrategia cuatro años después. Los burócratas municipales se dividen entre los puristas que siempre van a la interpretación más desfavorable, los acojonados que tienen pesadillas con la Operación Guateque, los infiltrados de Ciudadanospedorros haciendo labor de zapa adrede y los simplemente inútiles. Así no se puede trabajar. Entiendo que la tarea de agilizar estos mecanismos no era un tema prioritario cuando llegaron, pero algo más podrían haber hecho en este terreno. Porque, además de nosotros, esto lo sufre también el administrado que ve como cada petición de licencia de edificación o de actividad se eterniza. Y esto alimenta el voto contra un equipo de gobierno tan ineficiente.

3.- También ha sido muy timorata la política de movilidad ciclista. Se han perdido cuatro años en este terreno en el que Madrid acumula retrasos de años, no sólo frente a las ciudades europeas, sino también frente a Barcelona, Sevilla, Valencia o Vitoria. En este momento de desarrollo incipiente de la bicicleta como medio de transporte alternativo, hay que construir carriles con separador, para que la gente salga a hacer recorridos seguros y vaya cogiendo confianza. En cuatro años se ha hecho sólo el carril de Santa Engracia (y en estos últimos meses otros dos: Paseo de Yeserías y Avenida de Moratalaz). Eso sí, se han hecho kilómetros y kilómetros de los llamados ciclocarriles, invento nefasto de los tiempos de la señora Botella, consistente en señalar ciertos carriles rodados, pintándoles en el suelo una imagen de una bicicleta y un círculo con un 30 en el medio. Eso no sirve para nada, porque los automovilistas no lo respetan.

También se han cometido algunos otros errores de principiante. Pero se ha iniciado un cambio de mentalidad en los ciudadanos, o en la mitad de los ciudadanos que no vota a la derecha, que ahora se va a quedar en nada. Será un simple paréntesis de cuatro años en una historia de alcaldes mediocres, con la excepción de Gallardón que no era mediocre; era otras cosas, pero mediocre, no. Los que han llegado son nefastos. El alcalde inminente se parece a la caricatura de alguien, tiene un punto insectil, parece un grillo, no necesita sufrir una metamorfosis como la de Grigory Samsa porque ya tiene esa imagen de entrada. Y la Comunidad, en manos de la alegre, animosa y vistosa señora Ayuso, volverá a repetir la misma Ley del Suelo, como en el día de la marmota, y mantendrá la política de privatizaciones en educación y sanidad. Ya han anunciado que se van a cargar el Madrid Central, con lo que conseguirán que Madrid haga el ridículo internacional, porque todo el mundo habló maravillas de esta medida. Y Ciudadanospedorros dice que quiere eliminar los tres carriles bici construidos (lo dijo Villacis, entre patadita y patadita del bebé) para devolvérselos a los automóviles.

Para mí, a nivel personal, es una putada, aunque mi cabalgada surfista era con red. Quiero decir que yo me puedo ir a mi casa cuando quiera, avisando con tres meses. Pero, para el caso de que hubiera ganado Carmena, tenía otras ideas. Porque podría haber optado a un puesto de confianza política, de los que no tienen el límite de 70 años. Y ya tenía los contactos necesarios para intentarlo, además con traslado a Cibeles incluido, lo que me hubiera permitido estar cuatro años más, y encima yendo al trabajo a pie. En Oslo, al Director de C40, cuando estaba ya muy achispado en el cóctel, se le escapó una indiscreción: en octubre termina el mandato de la señora Hidalgo al frente de la red y, entre los alcaldes que más sonaban para sustituirla, estaba la señora Carmena. Si eso llega a suceder, yo me hubiera visto en una posición muy buena. Pero todo esto requería primero revalidar la Alcaldía. Así que finalmente todo se ha quedado en una versión prototípica del cuento de la lechera.

Por mí no tienen que preocuparse, yo siempre me levanto. Si lamento lo sucedido, es por la ciudad. De mi parte, tengo claro que uno tiene que jugar con las cartas que le repartan. Y yo ahora no dispongo de ningún as. Ni en la mano ni en la manga. Me queda esperar un poco a ver cómo se configuran los equipos y luego empezar a elegir en qué momento me jubilo, a lo largo del próximo año y medio. A la Cumbre de C40 en Copenhague en octubre, acudirá el nuevo alcalde, que tendrá la ocasión de deambular como alma en pena entre sus noventa y tantos colegas diciendo cosas como It’s very dificult todo esto. Deprimente.

La verdad es que tengo que confesarles que añoro profundamente al señor Rajoy, como ya he dicho en alguna ocasión. Y creo que no hay mejor definición de lo que ha pasado que la que nos proporciona la retórica impagable de este caballero al que nunca pensamos que echaríamos tanto de menos: son los madrileños los que han elegido al Alcalde y es el Alcalde el que han querido que sea los madrileños el Alcalde. O, dicho con otras palabras: que nos merecemos lo que ha pasado, por duro que pueda resultar. Que la batalla la hemos perdido nosotros, frente al bloque inmutable de la derecha, al que habríamos podido derrotar con un poco más de habilidad. Ahora, la ciudad entrará en hibernación otros cuatro años y seguirá acumulando retrasos. No creo que esperen, queridos lectores, que me ofrezca para seguir en activo en ese contexto. Me cabe la satisfacción de haber aprovechado estos cuatro años, en los que me lo he pasado genial, he aprendido un montón, he viajado por todo el mundo y he contribuido a dar a conocer mi ciudad por todas partes. Eso no me lo va a quitar nadie.

Y, a veces, en estos procesos se producen avances irreversibles, que ya nadie se atreve a deshacer. Piensen en la prohibición del tabaco en los bares. Rajoy dijo que la derogaría en cuanto llegara a la presidencia. No lo hizo. Estos días he leído que las ideas y propuestas de corte socialista con  las que Bernie Sanders luchó hasta el final frente a Hillary Clinton, han sido ya interiorizadas por el Partido Demócrata, en el que ahora todos los candidatos las tienen en sus programas. Es posible que aquí suceda lo mismo. Que el Madrid Central, los Presupuestos Participativos, la Regeneración de la periferia o el Reinventing Cities sean avances irreversibles. Ayer, a la vuelta de Ciudad Real, me pasé un rato por Cibeles. Había una concentración espontánea, convocada por Whatsapp para decirle adiós y gracias a Manuela Carmena. Aplausos, vítores, lagrimas. Ambiente de funeral. Pero tenemos que levantarnos. Los viejos rockeros nunca se rinden. Así que: adiós y gracias por todo, Alcaldesa.


   

sábado, 25 de mayo de 2019

838. ¡Que voten a Carmena, coño!



Con foto y todo. Es por si no les había llegado con claridad mi mensaje de los últimos diez o doce posts. ¿Que me estoy poniendo pesado? Ya lo sé. Pero es que parece que todavía no lo suficiente, porque todo el rato recibo mensajes de gente que se pronuncia por Sánchez Mato y similares. Votar a Sánchez Mato en estos momentos no es más efectivo que votar al Pacma de los animalistas. Es decir es restarle un voto a Carmena y apoyar secretamente al pacto de las derechas. Piénsenlo. Es lo contrario del voto útil: es el voto inútil, o más claro: el voto imbécil. Ahí queda dicho.

¿Y qué es lo que ha hecho Carmena por esta ciudad, como para que yo esté tan seguro de apoyarla con mi voto? Pues, así en general, iniciar un cambio en la mentalidad de la gente en diversos aspectos clave, como recuperar el orgullo de ser madrileño, embarcarnos en la modernidad, conectarnos con las redes internacionales de ciudades, potenciar políticas de reequilibrio entre los barrios, empezar a desterrar el automóvil de las áreas centrales, favorecer la riqueza cultural o empezar a cuidar la calidad del aire. Ha sido apenas un cambio de tendencia en todos estos aspectos, apoyado en un equipo de gobierno bastante desigual y deficiente, y a partir de una situación de base muy deprimida, después de 26 años de gobiernos de la derecha, culminados con el estrambote del Trienio Negro de la señora Botella, donde la ciudad alcanzó sus cotas de autoestima más bajas de la Historia.

Hay algunas cosas que se han hecho mal, que he prometido comentar después de las elecciones, pero hoy quiero centrarme en algunos cambios positivos. En cuanto a la estructura funcionarial interna, he de recordarles que, durante la mayor parte de mi carrera administrativa en el Ayuntamiento, me desempeñé en una pirámide de puestos que culminaba en el nivel 30, el más remunerado, que correspondía a los entonces llamados Directores de Servicios, directamente a las órdenes del Concejal de turno. El señor Gallardón creó sobre ello una superestructura con dos nuevos niveles para puestos políticos: los Coordinadores y los Directores Generales. Mucha gente interpretó esto como un simple truco para colocar a sus amiguetes y a personajes del partido para que se fueran fogueando. Sin desdeñar del todo esta motivación, creo que el fin principal de esa reforma era hacer un Ayuntamiento más grande y más potente, acorde con los sueños de grandeza de este señor.

El caso es que, cuando llegó ese crecimiento elefantiásico de la cúpula de cargos municipales, los antiguos Directores de Servicios, como era mi caso, pasamos a llamarnos Subdirectores Generales y dejamos de estar directamente a las órdenes de los concejales, para pasar a tener en medio dos niveles políticos más. La señora Botella no cambió la estructura y así se la encontró Carmena a su llegada. ¿Y qué fue lo que hizo esta señora? Pues suprimir más o menos la mitad de estos cargos dirigentes y promocionar a los funcionarios a que ocuparan la otra mitad. Por ejemplo, yo estoy ahora a las órdenes de una Directora General, que es una funcionaria promocionada a ese puesto, para lo que ha debido de pedir una excedencia especial. Por resumir: Carmena ha confiado en los funcionarios y les ha dejado desarrollar lo que antes no podían hacer en toda su amplitud, porque estaban por debajo de dos capas de personajes traídos de fuera, de perfiles no muy brillantes y con un molesto tufillo de superioridad sobre el denigrado funcionario, al que se pintaba como un tipo vago y desahogado y encima venía Rajoy y le rebajaba el sueldo y le quitaba vacaciones, para presumir de duro en Bruselas.

¿Creen que puedo ser imparcial en este asunto? Les recuerdo que, en los años infaustos del Trienio Negro de Botella, yo continué acudiendo a congresos y universidades extranjeras, para lo que me tenía que pagar los viajes y hoteles, y además hacerlo gastando días de vacaciones. Es cierto que es algo que me gusta hacer, como a un niño un caramelo, pero, joder, yo estaba promocionando fuera la imagen de la ciudad de Madrid y tenía que hacerlo de forma casi clandestina. Ahora, las cosas han cambiado, yo me siento apoyado en la tarea que hago y esa tarea se ha enriquecido con la entrada en redes como C40, o la participación en Reinventing, que es un proyecto innovador en el que Madrid ha estado gracias a mí y en el que, por ejemplo, Barcelona no ha participado. Hace unos años, cuando yo llegaba a una ciudad extranjera, me encontraba que todo el mundo conocía a Barcelona, mientras Madrid prácticamente no existía para ellos. Todo esto se siente en la calle, para quien lo quiera sentir.

En fin, que si no les resultan suficientes mis argumentos, hagan otra cosa, a modo de ejercicio: hagan una elección por exclusión sucesiva de los demás contendientes. El PP ha elegido en Madrid a unos candidatos muy mediocres. Almeida no es mala persona, pero no tiene carisma: es un tipo feo con aires de pasante de gestoría. La señora Ayuso es lo contrario: lo único que tiene es carisma o, si lo prefieren, palmito. Porque cerebro, parece no tener mucho. Como ya he dicho, el PP se ha equivocado eligiendo al fraCasado como secretario general. Ahora le está dejando jugar un partido más, pero conscientes de que en estas situaciones lo que se hace es echar al entrenador. Y este joven cachorro de FAES ha intentado cambiar el esquema táctico del equipo, basándose en dos premisas: no enseñar más a Aznar y enseñar lo mínimo a Cayetana, algo que siento porque, como les dije, Cayetana me pone.

En cuanto a Ciudadanospedorros, pues es la apuesta desde hace mucho tiempo de El inMundo y sus grupos de presión asociados. Para mí son ahora mismo el enemigo. Han tenido la mala suerte de que su candidata se quedara embarazada en el peor momento y han empleado todos los medios a su alcance para que no se le notara en las fotos. Entre unas cosas y otras, tampoco a esta señora la hemos escuchado decir nada de interés. Y para la Comunidad tienen a un personaje, cuyo nombre ni siquiera recuerdo, que más parece un vendedor a domicilio de productos de limpieza. Yo si fuera de derechas estaría seriamente tentado de abstenerme, con este panorama. Aparte de Vox, que creo que van a sacar muchos votos, pero dentro de sus límites.

Estaba repasando este post antes de publicarlo y he caído en la cuenta de que me había olvidado del bueno de Pepu, el hombre del gesto torcido. Es un síntoma más de lo irrelevante que está resultando en esta campaña. Yo creo que es alguien que puede tener un cierto futuro como político, porque es buena gente, es educado, reflexivo, tranquilo, sabe escuchar y parece ir aprendiendo a marchas forzadas. El problema es que no ha tenido tiempo de crecer más. Para que Carmena pueda gobernar, se necesita que este señor saque unos resultados presentables. Tal vez el impulso de Pedro Sánchez a nivel nacional y el hartazgo de la corrupción y la inanidad de las derechas le ayude a conseguirlo.

Mañana es el gran día. Encima, me cuentan que los resultados no se van a empezar a conocer hasta bien entrada la noche, cuando se cierre el escrutinio de las Europeas, que también son clave y de las que no hemos hablado nada en este blog (sin contar con los pucheros de ayer de la señora May). Es que la cita de mañana en las elecciones locales es crucial para mí, para saber por qué lado va a continuar mi deriva vital y no puedo pensar más allá. Así que estaré pendiente y tendré que trasnochar. Menos mal que el lunes no tengo que madrugar. Me he pedido el día libre. A las 10.15 cogeré el AVE a Ciudad Real, donde tengo una reunión con mi grupo de viajeros veteranos para preparar nuestra siguiente aventura, aún sin revelar en el blog. Si gana Carmena, he prometido invitarles a comer a todos los que se apunten. Pero, ya puestos, la victoria de Carmena no es mi único objetivo en las elecciones de mañana. También tengo otros secundarios, para que la cosa resulte redonda.

1.- Que la izquierda gane en la Comunidad de Madrid. Gabilondo sería un buen presidente y tiene mucho que sanear en ese pudridero. Al Ayuntamiento le vendría muy bien tener un interlocutor válido para acometer la imprescindible reforma de la Ley del Suelo. Los del PP ya la han intentado reformar varias veces, pero les sale otra vez la misma, igual que cuando Juan Rulfo se ponía a escribir una nueva novela, y le salía otra vez Pedro Páramo. Además, como apunta mi amigo Paco Couto, se requiere un cambio en el enfoque de las políticas de educación y sanidad.

2.- Que Errejón quede al menos por delante de Podemos, para que el de la coleta se vaya enterando de por dónde van los tiros. La candidatura de Podemos, encabezada por la hermana de la número 2 de Errejón (como quien dice: su cuñada) no ha conseguido difundir un mensaje que medianamente explique para qué se han presentado (no lo han hecho en la ciudad), además de para contentar el ego de Iglesias. Porque, para lo que dice esta señora, ya teníamos a Errejón, a quien yo voy a votar, desde luego.

3.- Que Ciudadanospedorros se quede por detrás del PP en la ciudad y en la región. España necesita un partido de derechas serio y moderno y yo veo más factible eso a partir de una regeneración del PP (que es un grupo sólido, con cuadros, con experiencia, que sólo tiene que replantearse si debe seguir con el fraCasado o no), que no con la banda de oportunistas que se están agrupando alrededor de un Rivera al que se ve cada día más nervioso.

Todos objetivos alcanzables, modestos. Veremos qué sucede. Ustedes, por supuesto, voten a quien les pete, lo que yo les digo es una simple sugerencia. Sólo les pido dos cosas: que no se abstengan, a ser posible, y que, si van a votar a Ciudadanospedorros, no me lo digan.

miércoles, 22 de mayo de 2019

837. Desde Oslo

Aquí me tienen instalado en el hotel Anker de Oslo, la capital noruega que nunca antes había visitado. Durante dos posts me he centrado en la campaña de Carmena, porque pensaba y sigo pensando que es decisiva para mi ciudad, sin desdeñar las elecciones autonómicas y las europeas, que también son clave. Pero ya sé que a mis seguidores les divierte más que cuente mis nutridas aventuras en estas semanas previas, en las que me he involucrado en tantas actividades que ya estaba a punto de echar a volar, levitando por el firmamento. Así que aprovecharé este interregno noruego para ponerles al día. Desde que escribí mi post #834 hace un par de domingos, ciertamente no he parado y se lo cuento ya.

El lunes 13 de mayo me fui desde el trabajo en mi flamante Toyota Corolla a la Escuela de Arquitectura, en donde tenía la posibilidad de dejar el coche en el parking de profesores. Tenía allí que dar una clase de una hora en inglés a un curso de postgrado del Politécnico de Milán, sobre la Estrategia de Regeneración Urbana que hemos logrado aprobar en estos cuatro años y que necesitaríamos otros cuatro para consolidar y empezar a ver las obras de las primeras actuaciones concretas. Tras mi clase, me quedé a escuchar la siguiente, a cargo de mi amigo el profesor Patxi Lamikiz, que hizo un análisis riguroso sobre la burbuja inmobiliaria del comienzo de siglo y la posterior crisis. Presidiendo la jornada estuvo el gran Julio Pozueta, que aun jubilado, no se pierde ninguno de estos saraos y es amigo del profesor milanés que traía al grupo Allesandro Baldini.

El 14 martes repetí con el grupo por la tarde para contarles Madrid Río. Esta vez el marco fue el salón de actos de la Junta de Arganzuela, que habíamos logrado reservar a pesar de estar ocupadísimo entre las elecciones y las fiestas de San Isidro. Este salón está en una de las antiguas instalaciones del Matadero y es muy cómodo para salir desde allí a recorrer el parque. Iniciamos luego el paseo en dirección norte y echamos toda la tarde bajo un sol inmisericorde. Llegamos a la otra punta bastante cansados y continuamos un poco más hasta el mítico Casa Mingo, en donde estábamos a las siete y media. El grupo era de 44 personas en total, lo que no es fácil para encontrar un sitio para cenar. Pero nuestro plan era llegar a una hora temprana para tener sitio, porque Casa Mingo no reserva, nunca lo ha hecho. El grupo estaba lleno de indios, chinos, sudamericanos y gente de todas partes, como suele suceder con estos masters. Gente joven de todos los orígenes con la que me lo pasé muy bien bebiendo sidra y comiendo pollo asado, tortilla española y chorizos a la sidra.

Tras el festivo del día 15, el jueves 16 tuve sesión de mañana y tarde, esta vez en francés, con el grupo de arquitectos que traían mis amigos Joris Fromet y Marie-Christine Duriez. También eran unas 30 personas y la cosa incluyó una conferencia por la mañana en la sede del Colegio de Arquitectos, una visita al río por la tarde y luego una cena en el restaurante Ópera Victoria, de la que salimos adecuadamente achispados y felices. Por la mañana, después de la charla en el COAM hube de volverme corriendo a la oficina, porque a primera hora nos habían llegado los informes financieros sobre los proyectos de Reinventing y la cosa exigía reunir de urgencia al Jurado el día siguiente. De las actividades con el Politécnico de Milán no tengo fotos todavía. Si tengo una en cambio del grupo de franceses, que pueden ver aquí.


El viernes 17 reunimos al Jurado de Reinventing por tercera vez, a las 9 de la mañana, para decidir definitivamente a la vista de los informes financieros. Hubo quórum suficiente a pesar de la premura de la convocatoria y a media mañana teníamos ya unos resultados. Y me tocó llamar luego uno a uno a todos los finalistas para comunicarles oficialmente esos resultados, tarea especialmente dolorosa con los perdedores, que se lo tomaron como se imaginan. Por la tarde pude por fin descansar, lo que hice escribiendo el primero de mis posts sobre Carmena y Errejón. Pero tenía un fin de semana movidito. El sábado a las 20.30 estaba en la puerta del Joy Eslava, en cuya taquilla tenía dos entradas a mi nombre para el concierto de Ramoncín, el viejo rockero intelectual de la Arganzuela, amigo de Tierno, de Umbral y de tantos otros.

Ramón tiene 64 años y conmemoraba los cuarenta años de su primera actuación en público en Madrid. Me había dejado las entradas porque es también amigo mío y me hacía ilusión verle. ¿Cómo? ¿Que no sabían que conozco a Ramoncín? Es que no se convencen de que yo no lo cuento todo en este foro, que me guardo lo que me da la gana. El caso es que el concierto fue apoteósico, más de dos horas sin parar de bailar, en medio de una peña de sexagenarios marchosos. Con mucha cana y mucha calvorota. Pero el domingo a las diez de la mañana estaba como un clavo en la salida de la Carrera Solidaria de la Mutualidad de la Abogacía, cinco kilómetros por el parque Juan Carlos Primero. Aquí pueden ver la foto que me hicieron tras la carrera, en la que hice un tiempo de 33.02, que no está mal para mi edad y condición.


El domingo por la tarde lo dediqué a vaguear, para descansar de una semana tan completa, lo que me permitió escribir cómodamente la segunda parte de mi proclama carmenista y errejonuda. Y eso nos pone en el lunes 20, en el que hube de dedicar la mañana a diversas tareas complementarias del inminente viaje a Oslo, como sacar la tarjeta de embarque, escribir una memoria para que los de Asuntos Internos me den los dos días de viaje como jornadas trabajadas, revisar el acta de la tercera sesión del Jurado de Reinventing, o escribir un correo a todos los ganadores con instrucciones para la sesión de Oslo y a los perdedores animándoles a seguir peleando y a participar en el Reinventing II que pronto pondremos en marcha.

Mi compañera M. me pidió que la acompañara a Vallecas Villa, para apoyarla en una actividad que había programada dentro del proyecto Europán, un concurso europeo para jóvenes arquitectos, en el que hemos propuesto este año el entorno del Hospital Infanta Leonor. La cosa consistía en recorrer el lugar explicándoles a los posibles concursantes lo que pretende el Ayuntamiento en la zona. Se presentaron unos siete u ocho jóvenes arquitectos y echamos aproximadamente hora y media en ello. Por la tarde hube de pasarme por el concesionario de Toyota para los últimos papeleos y luego dedicarme a hacer la maleta. Ayer me fui al curre en Metro con mi maleta preparada y terminé a la carrera todos los flecos pendientes. Luego nos fuimos los tres mosqueteros del Reinventing en Metro al aeropuerto y tuvimos toda la tarde de vuelos.

Resulta que el único vuelo directo a Oslo es el que ofrece Norwegian, compañía en estos momentos al borde de la quiebra por la crisis de los Boeing defectuosos. Ante ello, empresas como El Corte Inglés, con la que trabaja habitualmente el Ayuntamiento, no tramitan vuelos de esta compañía. Por eso tuvimos que coger un vuelo de KLM con escala en Amsterdam. Eso sí, nos dieron algo de comer en ambos vuelos, lo que nos vino muy bien, porque a la hora en que llegamos al hotel hubiera sido difícil encontrar un lugar para cenar. Para ir del aeropuerto a la Estación Central de Oslo tomamos el rápido y cómodo tren Flytoget, que despacha los 50 kms en apenas 20 minutos. Y desde la estación caminamos otros 15 minutos hasta el hotel, por calles céntricas aceptablemente animadas, en una ciudad que parece ahorrar en iluminación nocturna y con un grado de humedad y temperatura bastante coruñés. 

Hoy es el gran día. Mi habitación del hotel da a naciente, así que el sol me ha despertado antes de hora. Y ya saben que yo, al contrario que la señora Carmena, adoro quedarme vagueando en la cama hasta que suena el despertador. Y qué mejor momento para cumplir con ustedes, queridos seguidores. Ya les iré contando.

domingo, 19 de mayo de 2019

836. Por qué voy a votar a Carmena y Errejón II

Dicen algunos de mis lectores que por qué me meto tanto con Pepu y que exagero con lo del gesto torcido. No creo haberme metido con Pepu. Si yo no fuera carmenista y errejonudo es muy probable que le votara. Otra cosa es el asunto del gesto. Joder, si a mí se me mete una hebra de pollo entre los dientes y trato de sacármela disimuladamente con la lengua, se me pone una cara de Pepu de la hostia. ¿No se lo creen? Pues aquí la prueba.


Pero vayamos a lo nuestro. Nos habíamos quedado en que Carmena ganó en el Ayuntamiento, algo que fue una sorpresa para todos, incluso para ella misma, que ha confesado que hubo de pasar unos días aislada pensando en su nueva situación inesperada y decidiendo si se había metido en un lío, o si era una oportunidad de hacer algo por su ciudad, y dar rienda a una vieja vocación de gestora. Salió de esa reflexión con unos ánimos extraordinarios; ya se imaginan que yo tengo buena relación con secretarias, conductores, ujieres y gente de seguridad de toda la vida del Ayuntamiento. Pues todos coinciden en que no han visto nunca un alcalde de Madrid tan incansable, con tanta capacidad de trabajo. Carmena se coge cada día el Metro en cuanto abre, a las 6.00, y está en el despacho la primera. Cuando empiezan a llegar sus ayudantes más próximos, aun soñolientos, les pide disculpas, les dice que no pretende agobiarlos, que simplemente duerme pocas horas y no soporta quedarse en la cama una vez que se ha despertado, con la cantidad de trabajo que tiene.

He de precisar que mi defensa de esta señora no es interesada; a mí me viene quedando año y medio de carrete en mi sedal de funcionario, así que desde un ángulo estrictamente personal, me la bufa quien gane. Si acaso, me interesaría mostrarle mi agradecimiento, por estos años apasionantes que su llegada al poder me ha permitido vivir, sobre todo los tres últimos. Pero no es por eso por lo que pido el voto para ella. Si lo hago, es por la ciudad, porque creo que Madrid no se merece que vuelvan las derechas que la han gobernado durante 26 años; que la reelección supondría poder culminar adecuadamente las políticas apenas esbozadas en estos cuatro años. Con mi experiencia de casi 37 años de funcionario, creo que mi opinión es para ser tenida en cuenta. Y mi opinión es que el Ayuntamiento no ha tenido al frente a una persona de esta talla desde Tierno Galván.

Carmena estuvo, como he dicho, reflexionando después de su inesperada victoria e inmediatamente se puso a los mandos. ¿Y qué fue lo que se encontró? Pues un equipo muy deficiente que ella no había formado, un grupo heterogéneo de activistas acostumbrados a encabezar manifestaciones, pero que no sabía nada de contratos, licitaciones, pliegos de condiciones, etc. Con honrosas excepciones, como Inés Sabanés, Marta Higuera y algún otro que seguramente se me olvida. Había que trabajar mucho, y la alcaldesa se aprestó a ello, apoyándose en estos pilares, además de en algunas personas que nombró a dedo, como Luis Cueto o Felipe Llamas (dos portentos) y fiando el resto al cursillo acelerado de administración que algunos de sus concejales tuvieron que hacer. En esta última faceta se distinguieron enseguida los que provenían de Podemos: Rita Maestre, José Manuel Calvo, Jorge García Castaño y otros cuantos, que pronto le empezaron a ser muy útiles. ¿Y saben por qué? Pues porque todos provenían del sector de Íñigo Errejón.

Por el otro lado, empezó también a destacar otra banda que se negaba a aprender, que no renunciaban a poner en primer lugar su ideología, frente a la necesidad de trabajar mucho para los vecinos de Madrid. Carmena hubo de dedicar mucho tiempo y esfuerzo a zurcir los desaguisados que a menudo le montaban estos elementos. Por ejemplo en el tema del urbanismo. Hacer política urbanística es siempre negociar, llegar a acuerdos y ceder. Y cualquiera con dos dedos de frente sabe que la actividad de planificación no se puede detener, si no se quiere que, a medio plazo, la ciudad se quede sin suelo para construir. Durante estos cuatro años, el equipo de gobierno municipal ha debido sacar adelante los proyectos que se le han presentado, con los votos a favor de la mitad de sus concejales, más el de PP y Ciudadanos, y con la otra mitad del equipo votando en contra y la abstención por simple postureo del PSOE, salvo en los casos en que su voto favorable era imprescindible para que la cosa no se  fuera a la mierda.

En esta guerra hay un caso especial, que es el de Sánchez Mato. Este señor, que proviene de Izquierda Unida, se encargó de dirigir el Área Económica. Por lo que me cuentan, es un tipo muy listo y también buena gente. El problema es que se llegó a creer Varoufakis y se vino arriba en la pelea contra Montoro, que no nos dejaba utilizar los superávits contables por una interpretación muy restrictiva de las normas europeas. En un momento dado, Sánchez Mato tuvo los huevos de viajar a Bruselas a denunciar a Montoro ante las autoridades económicas comunitarias. Se plantó allí y les dijo que Montoro estaba interpretando así la norma para jodernos porque éramos de izquierdas y para enmascarar con ello sus propias cifras económicas estatales que eran desastrosas (entre ustedes y yo, imagino que tenía razón). Los de Bruselas pusieron cara de póker y le dieron las gracias por la información. Y, nada más volver de Bruselas, Carmena le cesó y puso en su lugar a otro, para que negociara una salida pactada al bloqueo, lo que nos ha permitido hacer las obras que se han hecho estos años. Este es el Sánchez Mato que ahora se ha puesto al frente de la lista de los díscolos.

Comprenderán ustedes que gobernar de esa manera es un verdadero calvario, que se necesita alguien con mucho cuajo para poder salir airoso en una situación así (tengan en cuenta que el equipo tenía un solo concejal de ventaja sobre las derechas y ha logrado aguantar los cuatro años en ese estado de precariedad). Y esto nos lleva al verano de 2017. Carmena declara entonces que está un poco cansada y se va de vacaciones y añade que su intención es no presentarse a la reelección, porque piensa que va a ser muy mayor y cree que ella ya ha hecho su trabajo. A partir de eso, el entorno de Podemos hace sus sondeos extraoficiales. Y constata que con Carmena pueden o no revalidar, pero que sin ella, ni de coña. Entonces empiezan a bailarle el agua para que se quede. Y ella se deja querer y mantiene todo lo que puede la incertidumbre.

Y, tras el verano siguiente, da su respuesta. Ella repetirá si se le deja hacer su propio equipo y se le permite deshacerse de la purrela que tanto la ha hecho sufrir. Esa purrela surgió de las primarias abiertas que se hicieron en 2015. Carmena quiere hacer ahora unas primarias controladas y llegar a una lista negociada. Este es un matiz clave. Porque no es cierto lo que se dijo: que Carmena quería poner sólo a los suyos. No. Ella estaba dispuesta a negociar una lista de consenso, con los suyos y los que le dijera Podemos. En el partido, el interlocutor era El General que Salió del Frío. ¿Lo recuerdan? ¿Qué habrá sido de aquel tipo semicongelado? ¿Habrá vuelto a los parajes glaciales de donde parecía provenir? El caso es que empezó la negociación. Carmena quería poner en buenos puestos a los seis errejonudos de su guardia pretoriana, pero hubiera aceptado incluir al General de número 2, o tal vez de 3, detrás de Marta Higuera. 
  
Y fue entonces cuando el General rompió la baraja y filtró a la prensa una lista provisional en la que él mismo se situaba de segundo, y los del equipo de Carmena aparecían al final. Al día siguiente se rompieron las conversaciones y los seis citados se dieron de baja en Podemos. A partir de ahí, todo ha tenido una lógica. Errejón era el elegido por las bases para presentarse a la Comunidad de Madrid. Pero muy pronto descubrió que le estaban haciendo una lista para dejarle solo al frente de un equipo controlado por Iglesias. Aguantó lo que pudo, pero en un momento dado le superó el corazón. Sus amigos y seguidores estaban finalmente bien colocados en la lista de Carmena. Y a él lo estaban tratando muy mal en el partido. Así que se fue a cenar con la alcaldesa en la noche navideña en que ella le preparó unas croquetas y por protegerlas se rompió algún hueso del tobillo.

Y aquí surgió el llanto y el crujir de dientes de los podemitas desconsolados: ¡Eso no se hace! ¡En el peor momento! ¿Cómo puede Iglesias perdonar una deslealtad así? En mi opinión, estamos exactamente en una situación de divorcio de una pareja (aunque sea de amigos). El que se va, ha aguantado carros y carretas y ya no lo soporta. Y anuncia que se larga. Entonces la otra parte dice que eso no se hace, que tenía que haber avisado, que es una especie de Judas y, por supuesto, que es el peor momento (todos lo son para una separación). El día que Errejón proclamó que ya no lo quería a Iglesias y que se marchaba de casa para irse a vivir con la abuela, yo me llevé una alegría muy grande. Ya sé que esto divide el voto de la izquierda, pero me parece que aquí hay más una diferencia ideológica que personal (que también). Y yo creo que los políticos se deben situar en el lugar del arco ideológico en donde se sientan a gusto.

Esta es mi explicación de por qué me declaro carmenista y errejonudo. Desde luego, creo que estas dos personas han definido un espacio entre el PSOE y el Podemos al que Iglesias está abocando a ser una nueva Izquierda Unida. Y yo me siento a gusto en ese espacio. Pero es que además, el Ayuntamiento del cambio necesita otros cuatro años para poder consolidar la nueva mentalidad que se ha empezado a esbozar en estos años. Madrid es una ciudad viva y menos casposa desde que la derecha perdió el poder después de 26 años de ostentarlo. El equipo de Carmena ha conseguido muchos logros, que ya les contaré otro día, en una situación de fragilidad política muy severa. Yo querría verla con un equipo más sólido y cohesionado. Y, por supuesto, también ha hecho algunas cosas mal, pero me van a permitir que el detalle de estas lo deje para después de las elecciones. De momento, ustedes voten a Carmena y Errejón, háganme caso. Ya les contaré lo que, en mi opinión, se ha hecho mal en el Ayuntamiento en los últimos años.

Y, para terminar, les voy a dejar con una imagen a la que El inMundo no le ha sacado todo el partido malsano que cabía esperar del citado tabloide. ¿Se están descuidando estos plumíferos? El caso es que Carmena y Errejón se presentaron en una fiesta del colectivo LGTB-HIJK, para ganarse el apoyo de esta gente, a la que Vox quiere desterrar otra vez a la Casa de Campo. El acto tuvo lugar en la discoteca Medias Puri y, en medio del cachondeo, les pidieron a la pareja que se dieran el pico. Procedieron, entre la ovación del público, y no se les cayeron los anillos. Carmena ha mostrado en entrevistas una mentalidad bastante desinhibida y avanzada para su generación a la hora de hablar del sexo. En cuanto a Errejón, no es un secreto que le gustan más jóvenes (como a ustedes y a mí), pero ahí queda la foto para la historia. Y no dejen de reparar en un detalle: la alcaldesa exhibe el costurón de la operación sufrida en el tobillo, a cuenta del accidente de las croquetas. Sean buenos.  



viernes, 17 de mayo de 2019

835. Por qué voy a votar a Carmena y Errejón I

Dice un sondeo de El InMundo que Carmena ganará en el Ayuntamiento y la izquierda en la Comunidad. No hay que fiarse, yo creo que van por delante, pero no hay que descartar que este sondeo sea una maniobra saducea para dar miedo y revitalizar a las derechas. Cualquier treta artera puede esperarse de un tabloide amarillista que no informa sino que jalea. Hasta el miércoles, en la verbena de San Isidro, no se nos mostró el bombo gigantesco de Villacís, han cuidado este aspecto hasta que ya no han podido más, a tres días del parto. Por el contrario, mientras Carmena estuvo en silla de ruedas, sacaban sus fotos postrada a diario. Y cuando volvió a levantarse y andar como Lázaro, no se hizo la menor referencia a su venturoso regreso al mundo de los andantes. De Villacís procuraban sacar sólo la cara, en fotos como la que les pongo abajo, correspondiente a la reciente recepción oficial con motivo de las fiestas de la Comunidad de Madrid. La chica aparenta sonreír pero, si se fijan bien, también pudiera ser el rictus consecuente con que el bebé le esté dando pataditas.


A su lado, el bueno de Pepu con su sempiterno gesto oblicuo, como si se le hubiera metido una hebra de pollo entre los dientes y estuviera tratando de sacársela con la lengua. Para que pueda gobernar Carmena, es necesario que este señor saque un resultado presentable, así que, desde este blog le conmino: ¡¡¡ARRÁNCALO, POR FAVOR, PEPU, POR LO QUE MÁS QUIERAS, HAZ LO QUE SEA, PERO QUE EL MOTOR EMPIECE A ROTAR YA!!! De momento yo le veo el motor más gripado que el famoso de Carlos Sainz a quien mi paisano Luis Moya le gritaba algo parecido antes de emprenderla a patadas con el coche. Parece mentira que hayan pasado ya más de veinte años de aquel episodio.

Pero volvamos al tema del título y hagamos un poco de historia. El 15 de mayo de 2011, a pocos días de unas elecciones locales y autonómicas, se monta en Madrid una manifestación de protesta contra la crisis económica y la corrupción generalizada, convocada por algunos colectivos ciudadanos marginales, con nombres como Democracia-Ya, Juventud sin Futuro y otros similares. La convocatoria se hizo a través de las redes sociales y se trataba de una actuación coordinada en más de 50 ciudades del país. Al final de la mani, unas treinta personas acampan en la Puerta del Sol. De madrugada, la policía los desaloja con contundencia y detiene a diecinueve. La respuesta no se hace esperar: al día siguiente, los acampados son cientos. Hay arquitectos que trazan planos de la plaza parcelada, con calles y numeración de los lotes. Se organizan turnos de limpieza, seguridad, actividades culturales de todo tipo, servicio médico, asesoramiento legal, conciertos y actos políticos. Y la cosa se reproduce en todas las ciudades españolas.

Yo era entonces jefe de información de Madrid Río y cada mañana me tocaba escuchar las descalificaciones de mis compañeros y jefes más peperos, que hablaban de poca higiene, ratas campando por la Puerta del Sol y piojos entre los acampados. Y les respondía la verdad: que muchas tardes me pasaba por el lugar y participaba de algunas de las actividades organizadas en la plaza, sin que tuviera ninguna queja sobre las condiciones de higiene. La acampada se replicó en numerosas ciudades españolas y fue un referente para movimientos posteriores como Occupy Wall Street, que surgió en ese otoño, incluso para las algaradas de la llamada Primavera Árabe. Todas estas historias sucedieron a imagen y semejanza del 15-M madrileño, que fue la pionera. Por cierto, en Barcelona, el conocido y descerebrado independentista Carod Rovira, dijo en la prensa que los acampados en la Plaza de Cataluña eran unos guarros españoles que se meaban en la plaza y les conminó a irse a mear a España. Si se creen que me lo he inventado, AQUÍ pueden ver que no miento.

La acampada duró casi un mes, en medio de la simpatía de la población y las quejas de algunos de los comerciantes de la plaza, magnificadas por El inMundo, y respetada también por el gobierno de Zapatero. Luego levantaron el campo. Entre medias, se habían celebrado elecciones locales registrándose en Madrid el tercer triunfo de Gallardón. En las siguientes Navidades, el alcalde le dejó el puesto a Botella para irse de ministro a perpetrar una ley del aborto que acabaría por llevarse su carrera política por delante. La señora Botella tuvo a bien nombrar para el Área de Urbanismo a una concejala zombie y eso generó mi desgracia, en forma de cese, rematada con el destierro a la isla de Alcatraz, en donde se me asignó un chiquero tras 30 años de disponer de despacho. Ese fue también el origen de que yo empezara a escribir un blog, que preparé a lo largo de 2012 y abrí a finales de ese año. Todo esto se ha contado ya hasta la saciedad en este foro.

Algo después, en mayo de 2014 se celebran elecciones europeas. Yo sabía que existían algunos partidos que se autoproclamaban herederos del espíritu del 15-M, como el Partido X de Hervé Falciani y Manuel Castells. Pero, dedicado a rumiar mi decadencia administrativa, no me enteré del surgimiento de Podemos, hasta que, al día siguiente de las elecciones, algunas compañeras más avispadas que yo llegaron a la oficina radiantes, proclamando: –¡Ya hemos podido! Podemos había obtenido cinco escaños y se había convertido en la cuarta fuerza política del país, con 1,2 millones de votantes. Entonces nadie lo notaba, pero ya empezaba a haber dos sensibilidades en el partido: la propuesta de Errejón, consistente en formar una plataforma ciudadana amplia, sin ideologías, que pudiera llegar a hacerse con el poder, y el sector más afín a presupuestos marxistas, comandado por Pablo Iglesias, con preocupantes tics caudillistas. A mí me resultó simpático que le regalara al rey Felipe la serie Juego de Tronos y así lo manifesté en el blog. Pero cuando dijo (más bien gritó) eso de que el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto, empezaron a zumbarme los oídos. Este hombre no sólo adoraba Juego de Tronos, sino que además se la creía.

Y llegaron las elecciones locales de mayo de 2015. Para hacerse con las ciudades más grandes de España, se impusieron las tesis de Errejón. Buscar personas independientes, de prestigio contrastado, para encabezar plataformas amplias. En Madrid, hicieron unas primarias y configuraron una pre-lista, que invitaron a encabezar a la juez jubilada Manuela Carmena. He de confesar que, en esos tiempos, yo sabía que existía una juez Carmena por la prensa, pero ni siquiera sabía qué cara tenía (lo juro). Esperanza Aguirre salía como caballo ganador seguro y yo estaba preparando los papeles para jubilarme; me veía incapaz de soportar otra legislatura más de esa derecha rancia y corrupta que llevaba 26 años gobernando el Ayuntamiento. Y entonces tuvieron lugar los debates en televisión. Todo el mundo pudo ver cómo Esperanza insultaba y atacaba con su mala educación proverbial. Y cómo, al otro lado de la mesa, había una señora tranquila, con gafas y un peinado rubio de peluquería como el de cualquiera de nuestras abuelas, que no se inmutaba, que no perdía los papeles y daba respuestas sesudas y convincentes. Esperanza perdió ella sola las elecciones, por burra y cabezota.

Yo voté a Carmena y, al rebufo, cambié a última hora mi voto a Gabilondo, para apoyar a un tal López al que escuché en la radio y me pareció muy razonable (creo que ya no está en Podemos). Y ganamos. Y escribí entonces unos posts eufóricos: era la primera vez en mi vida que ganaba unas elecciones alguien a quien yo hubiera votado (también lo juro, estaba empezando a pensar que era gafe). Y decidí reengancharme en el Ayuntamiento. En ese tiempo, no conocía ningún dato de la señora Carmena. Y entonces me contaron que había sido la fundadora del despacho de abogados laboralistas de Atocha-55. Que por una casualidad no estaba con sus compañeros cuando entraron los pistoleros e hicieron la barrabasada. Que lógicamente el atentado la dejó tocada psicológicamente, por lo que decidió preparar las oposiciones a juez, que sacó a la primera. Que luego desarrolló una carrera larga y ejemplar en diferentes tribunales. Que estaba jubilada, pero habían logrado convencerla para que se pusiera al frente de la lista de Madrid. Lo que sigue, podrán leerlo en la segunda parte de este texto en dos posts. 

domingo, 12 de mayo de 2019

834. En el centro de la vorágine

Uf, ha sido una semana agotadora, por la sobredosis de compromisos que he debido atender, como les avisé en el post precedente. Lo más pesado fueron las sesiones del Jurado de Reinventing Cities, que todavía habremos de convocar una tercera vez, para cerrar conclusiones. Esto supone encerrarte en una sala a las 9.00 de la mañana y salir de ella después de las 15.00. Seis horas de una esgrima muy delicada, en la que has de descifrar lo que realmente están queriendo decir los intervinientes, porque todo el mundo dice aparentemente una cosa, pero por detrás está expresando otra. Es un gallinero difícil de controlar, que se te puede ir de madre al menor descuido. Yo lo conozco bien de otras ocasiones en que he estado en tribunales de oposiciones y saraos similares. Mis actividades de las tardes tampoco han sido moco de pavo. He de decirles que, además de la larga lista de actividades que les reseñé en el post anterior, el jueves a mediodía tuvimos un webinar de lanzamiento de Reinventing 2, tras de lo cual me apunté al debate sobre la Operación Chamartín del que me avisó Inmaculada y que estuvo muy bien. 

En este post me voy a limitar a ponerles algunas fotos de los sucesivos eventos, y desarrollar un tema concreto: la historia de El Rumano, en el centro de la tediosa reunión de la comunidad de propietarios de mi casa que tuve que sufrir hace unos días. Les relataré esta historia por si pueden sacar de ella alguna enseñanza. Empezamos con las imágenes. Aquí un par de ellas con el chino Jia Hui en el Matadero.

En esta primera pueden verme en el espacio libre del Matadero en plena explicación del Madrid Río al magnate inmobiliario chino. De la posición de mis manos, puede deducirse que estaba en ese momento explicándole el sistema cut and cover, de construcción de los túneles (si fuera ginecólogo, tal vez estuviera explicando otra cosa). El tipo había venido con un intérprete, pero como nos entendíamos bien en inglés, lo único que podía hacer ese correcto funcionario del Partido era observarnos discretamente. Abajo pueden vernos al final de la visita, con la guapa venezolana que le puso el Ayuntamiento para que lo acompañara en su visita a Madrid.


Cambiamos de tercio y pasamos a la recogida de mi flamante coche nuevo. Me lo tenían envuelto en una funda roja y con un cartel que decía Bienvenido a Toyota, Emilio. Una vez desenvuelto, me hice una foto bastante resultona. Yo creo que hasta me podrían fichar para alguna campaña de anuncios por la tele. Imaginen el engolado mensaje del locutor: Nuevo Toyota Corolla, el automóvil del urbanita veterano del Siglo XXI. El híbrido de hoy para la ciudad del mañana.


El coche es precioso, como ven. Por cierto, la chapita que luzco en la solapa es la de Más Madrid, la plataforma de Carmena-Errejón, como pueden comprobar en el selfie de abajo (ya saben que salgo mejor en las fotos que en los selfies). Estuve, como les dije, en el acto de lanzamiento en el Distrito Centro, y además estoy inscrito como voluntario en la campaña, les he dado dinero y tengo su pancarta en mi balcón.


Con este sinvivir que llevo, no les extrañará saber que algunos de estos pasados días me he encontrado a las diez de la noche, prácticamente sin haber comido y sin nada en mi despensa. Lo que mi hijo Kike llama la nevera estilo Erasmus. No me ha quedado más remedio que comerme un bocata en un bar y, para ello, nada mejor que El Brillante de Atocha. Hacía mucho que no iba porque, desde que se jubiló mi amigo Álvarez, el mejor camarero de Madrid, como que la cosa ya no es igual. Entré y me encontré que los carteles que antes anunciaban el mejor bocadillo de calamares del mundo, han desaparecido. Ahora hay otros que ofrecen el nuevo Bocata de Calamares Solidarios (sic). Realmente, el futuro ya ha llegado.  


¿Tendrá este foro que pasar a publicitarse como Blog colaborativo, transversal y sostenible? Dejemos por el momento las imágenes y pasemos a desarrollar la historia de El Rumano. Como supongo saben, vivo en un viejo ático cerca de la glorieta de Atocha. Hace como dos años, se me ocurrió que ya iba siendo momento de hacer algunas mejoras (vestir un armario, acuchillar, pintar). Pero resulta que la cara externa de la pared que da a mi terraza está bastante deteriorada y pensé que eso era lo primero que había que hacer. Pregunté aquí y allá y me enteré de varias cosas. En primer lugar, resulta que la pared que da a mi terraza, forma parte de la envolvente del edificio, por lo cual es responsabilidad de la comunidad su correcto mantenimiento. Además, me enteré de que la pared de todos los demás áticos había sido reparada ya, con cargo a los gastos de comunidad. Sólo faltaba la mía. Es que, como tengo la mente absorbida por el trabajo, los viajes, el blog, las redes sociales y mi actividad incansable, pues no me entero de nada.

A finales de 2017, se celebró la asamblea ordinaria y yo metí el asunto en el orden del día. Lo expliqué y se aprobó sin problemas: era claro que estoy en mi derecho de que me arreglen esa pared, como se les ha arreglado a los demás. La pared en cuestión tiene un acabado en falso ladrillo. En realidad se trata de un enfoscado ordinario, al que se le aplica una plantilla simulando las divisorias entre ladrillos, y luego se pinta de color rosa, dejando en el gris original las falsas divisorias. Una técnica de antigua tradición madrileña y con un resultado muy vistoso. Por otro lado, cuando nuestra comunidad aprueba una obra, lo siguiente es pedir presupuestos. Se me dijo que la comunidad tenía un rumano de cabecera y que era el primero al que había que consultar. Me pareció bien, puesto que son ellos los que me van a pagar la obra. El administrador se quedó encargado de llamarlo.

Poco después, el portero me contó que El Rumano había subido con él a ver la terraza (yo no estoy casi nunca en casa) y ya tenía los datos para hacerme el presupuesto. Y empezó a pasar el tiempo. Yo me fui enseguida a Portland, y a los demás sitios que ya les relacioné hace poco y que no les quiero repetir, para que no me digan otra vez que viajo más que el baúl de doña Concha Piquer. Pasaron los meses y me olvidé del asunto. Y de pronto, me llega otra convocatoria de asamblea ordinaria. ¡Joder! ya había pasado un año. Busqué en el orden del día y descubrí con sorpresa que mi asunto ni siquiera figuraba. Asistí y pedí la palabra en el turno de ruegos y preguntas. Estuve bastante desagradable, porque entre medias había descubierto que el dueño de otro de los áticos había estado un tiempo sin pagar sus recibos y lo habían tenido que requerir a través del Juzgado. En tono agrio pregunté si tenía que dejar yo también de pagar para que se me hiciera el debido caso. Sin perjuicio de que yo, he de reconocerlo, tenga también parte de culpa por dejadez.

Un año después de la primera asamblea, la maquinaria se puso en marcha otra vez en el mismo punto. El Rumano volvió a subir a mi casa con el portero. Pero ahora yo no estaba dispuesto a desentenderme. Entonces, me empezaron a llegar mensajes a través del portero. Primer mensaje: la pared está muy mal y hay que picarla entera. Mi respuesta: muy bien, adelante, pero que me diga cuánto cuesta eso. Unos días después: El Rumano propone enfoscarlo todo en liso, porque es más sencillo, más barato y a Menganito de la otra escalera se lo ha hecho y le ha quedado fenomenal. Encima se lo ha pintado de un color siena muy moderno, ¿no quería yo subir a verlo? La cosa ya me estaba empezando a cargar. No quise subir a ver la maravilla del vecino, pero le urgí al portero a que le insistiera al Rumano para que me hiciera llegar su presupuesto. Tercer mensaje: que dice el Rumano que esos listones que tiene usted por los que corren unos toldos, habría que desmontarlos para que pueda trabajar cómodamente.

Aquí sí que me planté. Hasta ahí podíamos llegar. Esos listones están sólidamente anclados a la pared con tres supertornillos y también por el mismo sistema al peto exterior de la terraza. Desmontarlos y volverlos a montar luego, supondría destrozar las albardillas del peto de forma probablemente irreversible. Le dije al portero que iba a buscar una alternativa. Entonces le pedí socorro a mi colega y amigo Tito, que vino con un albañil de su confianza. Estuvieron ambos un buen rato observando, dando puñetacitos a la pared, hicieron fotos y me comunicaron su conclusión: la pared está en perfecto estado, no está bufada ni nada. Por tanto, ellos me proponen reparar los cuatro o cinco sitios estropeados, completar el acabado de falso ladrillo y luego darle a todo una imprimación para igualarlo. Me pareció perfecto y a los cuatro días tenía su presupuesto en mi correo electrónico. Se lo hice llegar al administrador, quien me informó que convocaría una asamblea extraordinaria sólo para este tema. Y que, normalmente, lo que se hace es pedir varios presupuestos, para que la comunidad elija entre ellos, así que por qué no le pedía otro al Rumano. Me pareció bien. Hasta ahora, año y medio después de que la comunidad autorizara la obra, yo no sólo no había visto ningún presupuesto del Rumano, sino que ni siquiera había visto en persona al propio Rumano, ni había hablado por teléfono con él.

A través del portero, le hice llegar el recado de que me llamara. Cero respuesta. Entonces le pedí el número. Le llamé yo este lunes. Se le oía como si fuera conduciendo. Ah, sí, sí, sí, ya le iba yo a llamar a usted; me dice el portero que usted quiere hacer sólo una pequeña reparación y no picarlo todo. Sí, estoy considerando esa alternativa, pero yo quiero que usted me dé un presupuesto de su propuesta, tirándolo todo abajo. Ah, pero yo puedo hacer lo que a usted le guste más. A ver, no nos estamos entendiendo, yo lo que quiero es que usted me dé un presupuesto de lo que cuesta lo que usted ha propuesto, porque yo tengo otra alternativa más conservadora y ya me la han presupuestado; me falta el suyo para que la comunidad pueda elegir. Sí, pero yo puedo hacerle lo que usted quiera y cobrarle más barato. ¿Pero usted no ha dicho que era necesario picarlo todo? No, eso lo dijo el portero; si usted me dice cuánto es el presupuesto que tiene, yo puedo hacérselo, seguro, más barato.

En fin, estaba claro que el tipo es un enreda. Para colmo, quería venir otra vez, para que yo le dijera exactamente lo que quería y poder presupuestarlo. Me estaba ya cayendo gordo, pero le dije que le esperaba al día siguiente a las cinco, porque tenía un hueco en mi apretada agenda. El martes a las cinco no apareció. A las seis menos cuarto, cuando yo estaba preparado para salir a correr, ya vestido y todo, llamó al telefonillo. Que si subía. Le dije que no, que se había hecho tarde y ya no le podía atender. No era por fastidiar, yo tenía que salir a correr con tiempo para ducharme y llegar puntual al acto de Más Madrid. Al día siguiente por la mañana me llamó el administrador, ligeramente molesto. El Rumano le había contado que él había llegado a las cinco y cuarto, pero yo no le había dejado subir, porque lo que yo quiero es hacer la obra con otras personas, cosa que a él se la bufa, porque tiene mucho trabajo.

Por la tarde era la asamblea extraordinaria y yo iba a presentarme con un solo presupuesto. Y con el riesgo de que todos los comuneros se pusieran a opinar a la vez (yo soy de los más jóvenes) y la cosa se frustrara, como ha pasado en tantos otros asuntos comunitarios. Así que tenía que ser muy convincente, a pesar de lo agotado que estaba en mitad de mi programa intensivo de festejos. Finalmente mi discurso fue efectivo. Conté brevemente lo que había pasado. Dije que ante mí tenía dos alternativas. En un lado, un arquitecto de mi confianza, con una propuesta conservadora y no muy cara. En el otro lado, un caos y un tipo del que ya no me fiaba (de pronto había visto claro que ya no quería de ninguna manera que el Rumano entrara en mi casa a trabajar). Les dije que mi propuesta era menos agresiva, que montaría menos polvo y ruido, que además era fiel al proyecto original de la casa y que, ya que soy yo el que va a vivir en esa terraza, creo que mi opinión debe ser tenida en cuenta en primer lugar, y más siendo arquitecto.

En base a eso, solicitaba respetuosamente que se me eximiera de pedir más presupuestos. Lo había intentado, pero a día de hoy sólo tenía un presupuesto. Surgieron algunas voces contando otras malas experiencias anteriores con El Rumano, y enseguida la propuesta se aprobó por unanimidad. Esa fue otra noche en la que llegué a casa agotado. El viernes tuve mi sesión para los compañeros en la Dirección General a la que pertenezco, que fue todo un éxito. Y ayer sábado les dimos nuestra charla en inglés a los urbanistas europeos de AETU en el Ateneo y luego los paseamos por todo Madrid. Al llegar a Madrid Río, un veterano colega y yo procedimos a protegernos el cartón del sol implacable, para lo cual extrajimos sendos sombreros panamá que resultaron ser idénticos. La cosa pedía una foto, a la que se sumó una de las organizadoras del evento, con un look ochentero muy de los tiempos de la movida. Es una foto preciosa, que les he reservado para el final.


Los viejos rockeros nunca se rinden. Hoy por fin, estoy disfrutando del merecido descanso semanal, tan arraigado en las culturas judeo-cristianas. Por si no lo saben, en la Torah, el libro sagrado de los judíos, que los ultraortodoxos aplican al pie de la letra, se cuenta cómo HaShem dedicó seis días a la creación del mundo y, cuando ya estaba casi acabando, cogió dos montoncitos de tierra con los que creó simultáneamente al hombre y a la mujer. La Torah es en esto más igualitaria que la Biblia, en donde se crea primero al hombre y luego se usa una de sus costillas para crear a la mujer (por cierto, los judíos cuentan su calendario desde el momento de la creación; según eso, estamos ahora en el año 5.780). Pues de la misma forma, yo he cogido un montoncito de tierra mental para escribir este post, antes de tumbarme a la bartola hasta mañana, que tengo que reponer fuerzas para la continuación de la vorágine. Sean felices.


martes, 7 de mayo de 2019

833. Mi programa de festejos para mayo

Mi agenda para el mes de mayo está cuajadita-cuajadita. Asusta, realmente. Ayer lunes, día 6, tuvimos la primera sesión del Jurado de Reinventing Cities, de cuyo resultado no puedo hablar, pero que nos llevó toda la mañana desde las 9.00. Tuve que comer algo deprisa y corriendo, para llegar a tiempo a la cita que tenía a las 16.30 en el Matadero con un importante agente inmobiliario chino, el señor Jia Hui, socio del bufete de abogados De Heng Law Offices, una de las oficinas con mayor actividad en temas urbanísticos de Bei-Jing, antes llamada Pekín. Este caballero, al que ven aquí a la izquierda, venía invitado por la Oficina de Apoyo al Inversor Extranjero, de la que soy colaborador asiduo desde su creación en esta legislatura. Por la mañana lo tuvieron de reunión en reunión con diversas empresas y entidades financieras (lleva toda la semana al mismo ritmo), pero por la tarde había expresado su voluntad de visitar un gran proyecto urbanístico con alguien que se lo explicara debidamente. Había estudiado en Oxford, así que manejaba un inglés muy aseado con el que nos entendimos perfectamente. Nos sentamos en una mesa de madera a la sombra para ver mi presentación sobre Madrid Río en un ordenador y luego dimos un paseo no muy largo.

Hoy martes tenía una mañana más tranquila, lo que me ha permitido bajar a comer algo a la una y regresar luego a la oficina, de donde me he ido a las 16.00 en el coche. Tras descansar en casa menos de media hora, me he puesto mi equipación deportiva y he salido a hacer mis cinco kilómetros por el Retiro. Y tras ducharme y vestirme de nuevo, he cruzado la calle hasta la cantina del Medialab, en donde estaba convocado a las 19.00 el acto de arranque de la campaña de Carmena-Errejón en el distrito Centro. Por cierto que he presenciado una escena que nunca me había tocado ver y que me gustaría que se generalizara. Nada más empezar a hablar la oradora, ha dicho algo así como "estamos encantados y encantadas de que hayáis venido todos y todas". En ese momento, un señor de mi edad, con barba canosa y cara de poquita broma, se ha levantado y la ha interrumpido, diciendo: –Por favor, ¿podrías dirigirte únicamente a todos, o únicamente a todas, pero no a todos y a todas? Es que no os dais cuenta de que es un coñazo insufrible, algunos ya no aguantamos más. La oradora, se ha cortado un poco, ha dicho algunas cosas inconexas sobre que también estamos construyendo un lenguaje innovador y luego ha continuado hablando todo el rato en femenino. Por mi parte, desde este blog le digo al caballero de la barba blanca que olé sus cojones.

Al finalizar el acto, me he subido a casa a escribir este post, antes de cenar, que tengo que acostarme pronto, para poder madrugar mañana. Porque me espera otra jornada de aupa, empezando por la segunda sesión del Jurado de Reinventing, con la que probablemente demos por finalizado este proyecto, aunque cabe la posibilidad de que nos reunamos un tercer día si resulta necesario. De nuevo tengo después una cita a las 16.30, en esta ocasión en Medialab, donde he quedado a merendar con el grupo de vecinos con los que colaboré en el proyecto de Nuevos Espacios para la Movilidad, dentro del programa Madrid Escucha. Nos lo pasamos tan bien que nos hemos hecho amigos y hemos decidido seguir en contacto. Normalmente hubiéramos quedado más tarde, para unas cervezas, pero el que no podía era yo. A las siete tengo reunión de la comunidad de propietarios de mi casa. Es una reunión extraordinaria, a petición mía, para ver si consigo que me paguen el arreglo de la fachada, que es por cuenta comunitaria.

El jueves volveré a tener un día tranquilo, lo que tal vez me permita correr y escribir de nuevo. Mi única cita de ese día es a las seis de la tarde en el concesionario de Toyota, para llevar mi viejo Auris, dejarlo allí y traerme de vuelta mi flamante Corolla nuevecito. El viernes día 10, tengo por la mañana una actuación estelar en la Dirección General de Planificación Estratégica a la que pertenezco. Resulta que un día le comenté a mi jefa que, dado que estoy todo el rato contando batallitas a los extranjeros que vienen, me gustaría un día contárselas también a los compañeros, para pasar un buen rato y tomarnos luego un piscolabis. Sería una forma de irme despidiendo de un trabajo y un grupo del que por edad me voy a tener que retirar más pronto que tarde. Y un modo también de que estas historias que cuento no se pierdan como lágrimas en la lluvia. Mi jefa me tomó la palabra y me prometió dedicar a ello algunos viernes, una vez que el volumen de trabajo vaya bajando con motivo de las elecciones. Así que este viernes tendremos primero una hora para contar a todo el mundo lo que ha sido Reinventing Cities, que haremos a medias los tres mosqueteros del proyecto. Y, después, dispondré de una hora para hablarles a mis compañeros de lo que yo quiera. Creo que me centraré en la importancia del agua en el origen de Madrid y a lo largo de su historia. Un tema interesante que tengo preparado, con imágenes, referencias y datos. Cerraremos la semana lectiva con un vinito.

Si se creen que el sábado tendré descanso, están muy equivocados. A las 10 tengo que estar en el Ateneo, para participar en un encuentro con urbanistas europeos invitados a Madrid con motivo de la conferencia anual de AETU, Asociación Española de Técnicos Urbanistas. Mi intervención no es hasta las 11, pero a las 10 el Ateneo ofrece a los que quieran una visita guiada a su sede, seguida de un café. Esta visita guiada me interesa mucho, he visto el Ateneo por mi cuenta muchas veces, pero sin que nadie me lo explique. Es un lugar lleno de historia, del que mi padre fue socio en los tiempos pre-republicanos, lo que le permitió escuchar en directo a Unamuno, Baroja, Ortega, Marañón y tantos otros. De 11 a 11.30 tendremos un exiguo margen para hablar del urbanismo de Madrid, en inglés, a tercios otros dos oradores y yo. A mí me toca en último lugar, para contar Madrid Río, por lo que me temo que me tendré que guardar la mayor parte de mi charla para dársela sobre la marcha en la visita posterior. El grupo se prevé entre 30 y 60 personas, según me dicen. El plan es bajar luego desde el Ateneo al Paseo del Prado, caminar hasta Cibeles, ver la sede del Ayuntamiento y después llevarles por la nueva Gran Vía arriba, hasta Callao, donde cogeremos el Metro a Legazpi, para mostrarles el Matadero y Madrid Río y finalizar con una comida colectiva.

El lunes 13, tendré que salir otra vez precipitadamente del curre, para estar a las 15.00 en la Escuela de Arquitectura, en cuyo salón de grados tengo una clase de una hora en inglés, para explicar las nuevas líneas de trabajo del equipo de gobierno municipal, a un curso de postgrado del Politécnico de Milán, que vienen a través del máster que dirige mi amiga Ester Higueras, y en el que colabora desde su puesto de catedrático emérito el gran Julio Pozueta, de cuya charla en el Ateneo les hablé recientemente. El martes 14 tengo una nueva cita con este grupo a las 16.00, esta vez en el salón de actos de la Junta de Arganzuela, para contarles el Madrid Río y dar luego un paseo por el parque.

Tras el parón del miércoles 15 por la festividad de San Isidro, el jueves 16 he de dedicarlo entero al CAUE, Conseil de l’Architecture, l’Urbanisme  et l’Environment del Alto Sena. Este organismo ha montado un viaje de libre inscripción para arquitectos por Madrid y Salamanca. Los organizadores son Marie Christine Duriez y mi amigo Joris Fromet, que vinieron en una visita preparatoria en enero y a los que visité en París en febrero, en sus oficinas más allá de La Défense. También serán unos 30 o 40. Por la mañana me toca darles una charla de una hora en el COAM, esta vez en francés, sobre el urbanismo de Madrid, tras una breve (espero) introducción del ya por poco tiempo Decano, mi también amigo José María Ezquiaga. Y por la tarde visitaremos Madrid Río. Este grupo seguramente me invitará a cenar; esa fue mi respuesta cuando me preguntaron cuánto quería cobrar por mis servicios.

Como ven, otra semana repleta de festejos la que empieza el día 13. Y para colmo, el domingo 19 tengo previsto correr la Carrera de la Fundación Mutualidad de la Abogacía, 5 kilómetros por el Parque Juan Carlos Primero. He vuelto a recuperar el entrenamiento para poder hacer algunas de estas carreritas, lo que, con 68 años cumplidos, es algo provechoso y meritorio. Pero la última semana de mayo no será menos entretenida. El martes 21 salgo en vuelo a Oslo, con mi jefa y mi compañera M. para participar el 22 en el acto de proclamación de los premios de Reinventing Cities y en el fastuoso cóctel posterior. Regresaremos el jueves 23 por la noche. Luego, las elecciones locales del domingo 26, en las que se juega mi futuro. El resultado será determinante para saber si voy a seguir en esta vorágine o me retiro ya a mis regios aposentos para siempre. Por último, como colofón de este intenso mes, el martes 30, tengo una nueva sesión de Billar de Letras, para analizar el libro que estoy leyendo ahora mismo: Perdón, de la joven escritora noruega Ida Hegazi Høyer, que ganó con ella el Premio de la Unión Europea de Literatura.

Cuando a mi anciana tía Lola la poníamos, de niños, al corriente de una larga relación de actividades que teníamos en marcha, normalmente pedía tiempo: –Espera, espera. Dime una cosa. Todo eso que me cuentas, ¿lo estás haciendo por gusto? Ella era de otro siglo, no entendía nada de lo que le contábamos y necesitaba precisar esa locución adverbial, para situarse y saber si nos tenía que decir: –¡Qué bien! o por el contrario: –¡Qué faena!  De ahí su discreta indagación. Mi tía Lola murió en 1976, pero yo todavía escucho su voz haciéndome esa pregunta. Y me gustaría decirle que, por supuesto, toda esta actividad frenética que desarrollo en estos últimos tiempos, no sólo la estoy haciendo por gusto, sino que es lo que me mantiene vivo y pasándomelo de puta madre. Ya saben además que sarna con gusto no pica. Sean felices.