miércoles, 27 de marzo de 2019

821. Silbando por lo bajo

Lo malo de ser viejo es, entre otras cosas, que las enfermedades o percances leves tardan un montón en curarse del todo. Me creerán o no, pero en mi mano derecha todavía se puede ver la huella colorada del divieso, más de un mes después de que me picara la araña o lo que fuera. De la misma manera, sigo con unos restos de afonía que no se me acaban de quitar del todo y debo cuidarme la garganta, porque pronto voy a tener que atender diversos compromisos con delegaciones extranjeras, la primera la de un viaje de estudios de una universidad holandesa, compuesta nada menos que por 50 alumnos y no sé cuántos profesores, a los que deberé hablar en inglés durante hora y media el próximo día 1 de abril.

Con motivo de esto, me he pasado varias tardes en casa, sin hablar con nadie, con una bufandita verde al cuello y combinando las gárgaras de agua con sal con las pastillas Juanola, las de toda la vida, que se han modernizado y tienen una versión nueva con própolis, miel, altea y vitamina C. Es lo mejor que he encontrado para las cuerdas vocales. Y lo cierto es que tampoco han estado tan mal estas tardes tranquilas, leyendo y enredando con el ordenador y el móvil, los juguetes modernos de los adultos. Eso me ha permitido, por ejemplo, perpetrar un videoselfie silbando por lo bajo una bossa nova (no podía cantar), para subirlo al blog y retarles a que adivinen la melodía, que hace mucho que no les propongo ningún juego. Es facilito, así que esta vez no tengo premio: el primero que la acierte se llevará un abrazo y poco más.



Ayer nos desayunamos con la noticia de que el presidente de México ha pedido a España que se disculpe por la colonización en América. Y que 40 senadores de Francia han firmado un escrito que les han redactado Puigdemont y sus adláteres. No soy yo muy de ofenderme con estas cosas, pero, ¡por favor! ¡qué nivel más lamentable de tergiversación el de ambos! Yo creo que Goebbels sería feliz en este momento histórico, en el que se pueden lanzar mensajes falsos por la red que, a fuerza de ser replicados y repetidos, se convierten en verdaderos, la famosa postverdad, que en la Wikipedia se denomina también mentira emotiva. Las emociones están detrás de todo el movimiento independentista catalán, que se sostiene a nivel de estómago e intestinos, donde se generan las emociones, y no en el cerebro, responsable de los análisis y los acercamientos científicos a la realidad. 

Por partes. Andrés Manuel López Obrador, conocido por sus iniciales AMLO, es un personaje sobre el que la totalidad de mis amigos mexicanos, que son muchos, hacen bromas chuscas, empezando por decir que en realidad se llamaba Manuel Andrés, pero que ya desde pequeñito invirtió el orden de sus nombres de pila, para que las iniciales no fueran las que pueden ustedes deducir. Por cierto, el Dépor tuvo un entrenador con esas mismas iniciales, Miguel Ángel Lotina Oruechebarría, que hizo honor a su acrónimo bajando al equipo a Segunda División, a pesar de tener una plantilla más que notable. Al año siguiente, lo fichó el Villarreal, y repitió la jugada, tras de lo cual no ha vuelto a entrenar en España. Lo que dice Andrés Manuel, o Manuel Andrés, no es algo que se haya inventado él o que surja de sus reflexiones íntimas. Por el contrario, es una idea que se lleva propalando, de forma interesada, prácticamente desde la independencia de los estados latinoamericanos. 

No niego que en el descubrimiento, o conquista, de América se cometieran tropelías de todo tipo. Por supuesto que las hubo y a mí no me importaría asumir mi parte de culpa como español. Pero lo cierto es que los que hicieron esas barbaridades, son precisamente los que se desplazaron allí y luego se quedaron. Y, en cuanto pudieron, se independizaron de España. A mí me puede parecer esto hasta normal. Lo que no les perdono a estos descendientes de los colonizadores es que instituyeran una serie de regímenes basados en el racismo y la xenofobia, en los que los indios eran desde el primer momento una población de segunda, una clase baja trabajadora y oprimida. Que lo sigue siendo, de acuerdo con lo que yo he podido ver de primera mano en mis visitas a México, Cuba, Colombia y Chile, que son los países que conozco. Latinoamérica es el lugar del mundo en el que hay una mayor desigualdad y polarización social, según datos contrastados. Y fueron esos mismos conquistadores, convertidos luego en líderes locales, los que levantaron y extendieron el espantajo de los españoles malos, para hacerles culpables hasta de los huracanes y desviar la atención de su propio racismo y maltrato al indígena local. 

Una anécdota que ilustra este contexto y que no sé si ya la he contado en el blog. Un amigo mío estuvo de ingeniero haciendo carreteras precisamente por México. Y en cada una de las reuniones que tenía con sus colegas locales, un ingeniero azteca repetía cada poco cosas como: –Y este paisaje que ahora atravesaremos era antes un precioso bosque lleno de árboles, hasta que sus abuelos los españoles lo arrasaron durante la conquista. Y al decir sus abuelos los españoles le miraba significativamente. Y al rato, lo mismo: –Aquí había una extracción de oro y otros metales preciosos hasta que sus abuelos los españoles se lo llevaron todo. En un momento dado, mi amigo saltó y se puso muy serio para decir: –Amigo, todas esas atrocidades que usted le adjudica a mis abuelos españoles, he de decirle que, en todo caso, tal vez las hicieran sus abuelos de usted y no los míos, porque los míos siguen en España, de donde mi familia no salió en ningún momento.  

Basta ver una foto de AMLO o MALO para deducir que no tiene una sola gota de sangre india. Y puedo decirles que he visitado algunas ciudades de tamaño medio, como Guanajuato o San Miguel de Allende, en las que uno cree estar en Toledo o en Cuenca, porque allí no quedan indios. Con los datos en la mano, he de concluir que la colonización española no fue ni mucho menos la más salvaje. España, como Portugal, desplazaron a las colonias a un montón de población, colonos que se mezclaron con los autóctonos generando una comunidad mestiza, en la que los blancos puros siguieron siendo predominantes.

En África, el único lugar en el que se hizo algo lejanamente parecido fue en Argelia. En el resto, los franceses e ingleses desplazaban prácticamente a un gobernador o prefecto con una pequeña guarnición. Y este señor mantenía el puesto hasta que se forraba y dejaba el sitio a otro. Pero no se mezclaban con la población autóctona. Por no hablar de los belgas, tan amigos ahora de Puigdemont, que regalaron el Congo al rey Leopoldo II, que lo desgració para siempre. En cuanto a América del Norte, la escabechina de población local fue de las que hacen época. Lo estuvieron contando en sus propias películas del Oeste, hasta que se dieron cuenta de que la imagen que daban no era buena. Algo muy similar sucedió en Argentina. Pero, en México, la población se mezcló y luego fueron los hijos de los colonizadores los que se independizaron e hicieron lo posible para seguir manteniendo sojuzgados a los indios. Empezando por echarle las culpas de todo a España. 

Respecto a lo de los senadores franceses, revela un desconocimiento supino de la realidad europea y de su historia. Si cualquier gobierno de la Unión apoyara la independencia de Cataluña y las ideas puigdemoníacas de sus promotores, sería el fin de Europa, porque enseguida saldrían detrás los bretones, los corsos, los occitanos, los normandos, etc. por no hablar de los frisones, los bávaros, los padanos y los sicilianos. Por cierto, mi nuevo amigo Alain Sinou me reveló una cosa de mucho interés. Me preguntó: –¿Sabes por qué en Francia no hay unos movimientos nacionalistas tan fuertes como en España, cuando en el pasado los hubo como en todas partes? Y se respondió a sí mismo: –Porque, durante la Segunda Guerra Mundial, todos los nacionalismos sin excepción apoyaron al gobierno de Petain. Y De Gaulle nunca se lo perdonó y los hundió en la irrelevancia. Tengo que decir que en España hubo algo parecido. Los requetés navarros apoyaron a Franco. Y los del PNV estuvieron dudándolo hasta el último momento, como cuenta Ramiro Pinilla en la trilogía que les he recomendado varias veces. Al final, se inclinaron por apoyar a la República, pero sólo porque concluyeron que era lo mejor en su camino en pos de un estado vasco independiente.

Los nacionalismos son siempre conservadores y retrógrados. Como los populismos de AMLO, Maduro y otros. El mundo camina hacia el mestizaje, es un movimiento imparable; el racismo es una compulsión defensiva absurda, dentro de nada vamos a necesitar a los inmigrantes para que cuiden a los ancianos como yo, que cada vez vamos a ser más. Hasta una sociedad tan cerrada como la japonesa lo ha entendido y ha empezado a abrir la mano a vietnamitas y otros vecinos para que se encarguen del tipo de trabajos que ya no quieren hacer los locales. Hasta ahora, como les conté, sólo dejaban entrar a ingenieros, programadores y creadores de primer nivel. En el artículo que les dejo de propina pueden encontrar una información más completa al respecto. AQUÍ lo tienen. Que tengan buen día.

11 comentarios:

  1. Mi querido amigo, es fácil adivinar su melodía, se trata de "DESAFINADO" de nuestro admirado maestro Tom Jobim. Sabe usted que en esto de la bossa está muy puesto el que suscribe.
    En cuanto al señor Obrador creo que o estaba harto de fumar hierba o se ha bebido media botella de mezcal. Tal vez fuera peyote que es peor...
    Cuídeseme mucho esa voz y para ello es bueno té verde con mucho limón y gengibre. Hágase gárgaras.
    Abrazo fuerte brother.

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    1. Amigo, en ningún momento tuve la menor duda de que sería usted el acertante, así que aquí va el abrazo prometido. Obrador es gilipollas, y Vargas Llosa ha sintetizado lo que yo digo en este largo post con una sola frase: la carta que le ha mandado al rey Felipe, se la tendría que haber mandado a sí mismo.
      Mi voz va bastante mejor a base de juanolas. Un abrazo, brother.

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  2. Los franceses tienen un punto coñazo e insufrible que les sale de vez en cuando a flote. Como cuando les da por tirar nuestros camiones de frutas. No se olvide que hasta hay una palabra que describe esa parte de su carácter colectivo: chauvinisme.

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    1. Tiene usted razón. Pero hay dos tipos de franceses: los parisinos y los de provincia. Los primeros se dan unos aires de superioridad insufribles y siempre están medio enfadados y estresados. Los otros son más acogedores pero bastante paletos y, de vez en cuando, les da el ramalazo violento.

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  3. Bueno, por lo bajo, pero con sentimiento. ¡Qué barbaridad, qué énfasis! Esta era otra faceta suya que desconocíamos algunos. Felicidades.

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    1. Siempre ha sido un maestro del silbo y de la guitarra.

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    2. Gracias a ambos. La verdad es que en algo me tenía que entretener, porque, para mí, estar sin voz es casi una minusvalía severa.

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  4. En la radio teníamos una fórmula infalible: poníamos agua al fuego, cuando hervía la retirábamos, le añadíamos una cucharada de miel y, una vez disuelta esta, el zumo de un limón. Así no había afonía que pudiera con nosotros.
    Otra cosa: MALO es gilipollas.

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    1. Querido Mariano, ya he probado esa fórmula, tanto para bebérmela a traguitos como para hacer gárgaras. Y voy tirando, gracias.
      Lo de MALO, me lo decían todos mis amigos mexicanos y no me lo creía del todo, pero ahora está claro: es un personaje a la altura del trío Zapatero-(qué las das François)Hollande-Camerón (de la Isla).
      Un abrazo.

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  5. Muy entonada la interpretación de Jobim. A la altura del gran Kurt Savoy, el rey del silbido, que en realidad se llamaba Curro y era andaluz. Felicidades.

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    1. Muchas gracias por el apunte, la verdad es que no me acordaba ya de ese inclito personaje, que me suena a los años de la televisión en blanco y negro.

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