En plena ola de calor, refugiado en casa con mi gato, llevo un par de días descansando entre mi viaje a Béjar para el Festival de Blues y mi próximo desplazamiento a La Coruña para el festejo familiar al que ya me he referido en el blog. Antes de salir para Béjar, cumplí con mi obligación de votar por correo, aunque la verdad es que, después del debate Sánchez-Feijoo, no me quedaban demasiadas ganas. Porque eso no fue un debate ni un cara a cara, eso fue un asesinato programado y retransmitido en directo para toda España. Parece mentira que un político que se precia de resistente y todo lo demás, se deje atrapar en una ratonera como esa. Es que, desde el minuto cero, Feijoo se lanzó a un ataque furibundo, trufado de mentiras y medias verdades, sin dejarle el más mínimo margen al oponente. Un oponente que se vino abajo de forma lamentable, parecía un niño protestando de que se le castigue injustamente, que repite todo el rato “señorita, que yo soy bueno, que no es verdad que haya hecho lo que usted dice”. Le faltó prorrumpir en pucheros.
Lo que más me impresionó del señor Feijoo, a quien había erróneamente catalogado de simple pailán, fue el gesto de suficiencia, la mirada de malvado que expresaba cuánto se estaba divirtiendo torturando de esa forma a su adversario. Feijoo compuso un malo de película, entre el tipo de papeles que borda su paisano y mío Luis Zahera y los malvados de las primeras películas de James Bond, como Goldfinger o el Doctor No. Frente a eso, Sánchez intentó de forma patética interpretar un 007, pero se quedó en la línea blandiblub de los que perpetraba Roger Moore, un actor con demasiado sugar para hacer de héroe. Feijoo disfrutó de tan desigual combate, con la misma suficiencia que mi gato despliega cuando captura un moscón y lo ensaliva bien para que sufra en el suelo e intente escaparse. A Sánchez lo llevaron a la encerrona sin enterarse. Parece que no sabe que Antena 3 es una pieza clave en el entramado mediático que lleva cinco años dispersando esa lluvia fina de la que les hablaba en el post anterior. Que no podía esperar el menor amparo de los presentadores, mudos e inactivos cual pareja de tancredos contemplando la masacre.
Pueden creerme si les digo que acabé el debate literalmente aterrorizado. Pensé: si este tío tan malvado es el inminente presidente, apañados estamos. Al otro día, me enteré de que detrás de la estrategia estaba el gran MAR, Miguel Ángel Rodríguez y ya me lo expliqué todo. Es que este tío es un genio de la comunicación, que logró hacer creíble a Aznar y ahora ha creado a Ayuso con estas técnicas. Si MAR estaba detrás, ya no tenemos que tener miedo. A Feijoo, como a la ventrílocua Ayuso, le tocó interpretar un papel y hay que reconocer que lo hizo bien, se preparó debidamente y cumplió el plan a rajatabla. Enfrente, Sánchez acudió como un pez al anzuelo, sin saber en dónde se metía. Es tan narciso que pensó que podía lidiar con semejante toro sin haberse preparado mínimamente, confiando sólo en su suerte y su buena planta de adonis. Y salió del set con la misma sonrisa, como si no se lo acabasen de comer con patatas (o con patacas, por tratarse de un gallego).
Yo doy a Sánchez por muerto y enterrado, hace bien de disfrutar de las cumbres de la OTAN y lo que le quede en el cargo porque, después del papelón en el debate, parece imposible que pueda renovar como presidente. Aunque yo le he votado, como les prometí, pero no porque me guste o me haya gustado nunca, sino por tratar de contener la avalancha de esta derecha trumpista que amenaza con arrasarnos. Ganarán, pero no lo harán con mi voto. Por la misma razón por la que seguiré siendo del Dépor aunque se tire una eternidad en la tercera división. Para mí, PP y Vox es lo mismo, es más, como les dije, eso de sacar ahora un programa de máximos como el que ha enseñado Vox, es claramente una estrategia conjunta, como les dije en el post anterior y, por cierto, me sorprende que nadie más se haya dado cuenta de ello, al menos yo no lo he leído en ningún medio de prensa explicado con la claridad que yo utilicé en el blog.
Frente a esto, ya casi es lo de menos que se demuestre que muchas de las cosas que dijo Feijoo son mentira, como se esfuerzan ahora en acreditar todos los medios de la izquierda. Eso hubiera sido de utilidad si los presentadores del debate lo hubieran dicho sobre la marcha, pero estaban bien aleccionados (¿cuánto les habrán pagado por hacer de tancredos?). Yo no soy un experto ni manejo cifras fiables al respecto, de eso ya se encargan los periodistas. Algunas de las mentiras de Feijoo son tan clamorosas, que se ha hecho acreedor de un mote que me parece muy bueno, hasta el punto de que yo ya lo voy a llamar así siempre en el blog: Fake-joo. Pero aunque no tengo datos fiables, sí tengo un par de anécdotas personales, que me parece que ayudan a entender todo esto.
La primera. Yo me jubilé en febrero de 2021 y empecé a cobrar mi pensión. Y, en febrero de 2022, me regularizaron la cuantía de esa pensión, de acuerdo con el sistema establecido por M. Rajoy (también lo voy a llamar así en el blog a partir de ahora). Y, en la hoja que me mandaron y que conservo, se detallaba un cálculo complicadísimo, casi con logaritmos neperianos. Resultado: mi pensión neta se incrementaba exactamente en 3€. Lo conté en el blog. En cambio, en febrero de 2023, por aplicación de los nuevos criterios de Sánchez (aprobados en el parlamento con el habitual voto en contra del PPVOX), mi pensión subió en unos 700€. Fin de la anécdota. La segunda historia, no la he contado nunca y remite exactamente al 12 de marzo de 2003, el día siguiente a la barrabasada de Atocha. Yo acudí a la masiva manifestación de repudio de los atentados y me encontré en medio de un personal heterogéneo, en el que seguía habiendo mucha gente convencida de que había sido ETA, como sostenía el Gobierno de Aznar.
A mi lado, caminaban dos chavales
con la indumentaria típica de los pijos del barrio Salamanca, zapatitos bien
lustrados, pantalones pitillo y jerseys del Cortefiel en los hombros. Hablaban
entre ellos pero, en un momento dado, el que estaba a mi lado empezó a corear
un grito, con el soniquete del graciosillo que se está aburriendo y quiere un poco más de
ruido. El grito decía: ¡¡¡VAJCOS SÍ, ETA NO!!! Daba palmitas para intentar que
alguien le siguiera. Pero, después de gritarlo dos veces, su compañero, más serio. le cortó
hablando bajo y le dijo que no había sido ETA, que ya se sabía. Y quién lo
dice, quiso saber el primero. Joder, lo están diciendo por todas partes, en la radio,
en la tele. El promotor del grito paró de andar, puso una cara de desconcierto
absoluta y, abriendo los brazos, proclamó perplejo: ꟷEntonces, ¿qué cojones hacemos aquí tú y yo?
Creo que esta anécdota es muy significativa. Por cierto, que el menos tonto de
los dos dijo algo sobre protestar por una salvajada, hubiera sido su autor
quien fuera. Pero el graciosillo respondió que se la sudaba y que mejor se iban a tomar unas
cañas por allí cerca.
Sufriremos, pues, el gobierno del
PPVOX. Pero yo no seré cómplice de ello con mi voto. Al fin y al cabo, El
Topillo acaba de sacar mayoría absoluta en mi ciudad. A pesar de que cierra los
parques cuando hace calor. Ahora se queja el personal de que también cierra las
piscinas municipales a mediodía, para limpiarlas. Y de que la obra de la Puerta
del Sol, que iba a estar para el día de Nochevieja, sigue empantanada, es que
no dijeron de qué año era la Nochevieja. Y las partes que se van abriendo, han
merecido el nuevo nombre que le ha puesto la gente: La Sartén de Sol (en este
post están definiéndose una serie de motes que ya se van a convertir en
permanentes). Este es el panorama y frente a esto no queda otra que evadirse,
como he hecho yo el fin de semana pasado. Han sido tres días geniales, en los
que me he olvidado de todo y he cargado las pilas para lo que viene. Pero el
Béjar Blues Festival se merece un post específico y yo quería centrarme hoy en
este tema, por si consigo rebañar algún voto más para la izquierda, de aquí al
domingo.
Como les he dicho, la cosa está
jodida. La derecha es disciplinada y vota en bloque. Les da igual que el candidato
sea feo y paticorto como el Topillo, o tenga ojos de malvado como Fake-joo;
ellos van siempre a votar y sacan de sus camas a los enfermos crónicos y de sus
conventos a las monjas de clausura. En cambio, en la izquierda somos todos más
puristas, le sacamos punta a todos los candidatos y nos estamos siempre
peleando. Por eso nos ganan siempre.
Esta vez, la cosa estaba bastante empatada, a pesar del machaque de los sondeos,
y por eso el PPVOX ha urdido una estrategia que hay que calificar de brillante,
como todo lo que idea MAR. Un solo combate, nada de eliminatorias de ida y
vuelta, un match a partido único, jugando en casa y con las cartas marcadas. Y
Sánchez acudió como un pánfilo al matadero que le habían preparado. Fake-joo
cortó las dos orejas y el rabo y salió por la puerta grande. Y además demostró ser un
buen actor, que si un día deja la política se podría ganar la vida haciendo de
malo.
En realidad todo esto es la jugada final
de una estrategia preparada minuciosamente desde hace mucho. La
derechona no admite que gobierne nadie que no sean ellos y llevan desde la
moción de censura preparando la revancha de ese hecho malhadado para ellos,
aunque el culpable fue el señor M. Rajoy que se negó a dimitir y dejarle el
gobierno a Soraya (mejor nos hubiera ido con esta señora). Por novatos, se
les ocurrió hacer unas primarias (primera y única vez que eso sucede en el PP)
y de ahí les salió el pobre fraCasado. Pero no tardaron mucho en verificar que
con semejante líder iban de culo, así que se lo cargaron en una intriga
palaciega bastante poco clara. Convencieron a Fake-joo, que para nada quería
venirse a Madrid, porque vivía como un rey en su Galicia. Pero le garantizaron
que le apoyarían a muerte. Y aquí estamos.
Hablo en un plural un tanto misterioso
sobre quién está detrás de esta avalancha. ¿Quiénes son los que mueven los
hilos? Porque MAR es un simple empleado. Eso sí, merecedor de ganar todo el rato
el premio de empleado del mes. Pues miren, yo no sé responder a esa pregunta.
Imagino que Aznar con su Fundación FAES. No es difícil de imaginar que este
señor no ha dejado el mando en realidad, como tampoco Pablo Iglesias. Desde
luego, el Opus Dei, que es como un estado dentro del Estado. Y muchos
empresarios que no quieren para nada que se les suban los impuestos. Y muchos
franquistas que temen que con lo de la memoria histórica se descubra cómo
hicieron algunos sus fortunas. Pero, con todos estos sectores, no hay bastantes
votos para ganar. Hace falta convencer a muchos de los de abajo de que los
socialistas les roban y les suben los impuestos para poder costear los viajes
del maldito Falcon.
Pero para eso está la lluvia fina, una lluvia realmente tóxica que es capaz de convencer a una parte amplia del pueblo para que voten contra sus intereses, porque a los poderosos hay que tenerlos contentos, que así crean mucho empleo y podemos todos comer bien. Así que: ¡Ole! ¡Vivan las caenas! No quiero insultar a los votantes de buena fe de la derecha, jamás leerán en este blog que el pueblo se ha equivocado y ha votado mal. Lo que decida el honrado pueblo, bienvenido sea, yo desisto de hacer análisis políticos (nunca he presumido de ello) y me dedicaré al blues, al yoga, al inglés, al running y a viajar por ahí mientras pueda. Les dejo de despedida una imagen premonitoria de lo que va a suceder el domingo. Yo ya he emitido mi voto y ese día no tendré obligaciones, estaré fresquito y podré dedicarme a mi ocupación favorita: tocarme las pelotas a dos manos a la orilla del mar. Sean buenos y, dentro de lo que cabe, voten con cabeza.
Como a la derechona populista le gusta degradar al contrario con etiquetas ofensivas, hay que decir que al PPVOX se le ha puesto otra etiqueta titulada: el pacto FRANCOstein. Muy ajustada a la realidad ¿verdad?
ResponderEliminarMuy acertados sus nuevos motes: Fake-joo, M. Rajoy y el PPVOX, dignos sucesores del fraCasado. Más el gobierno FRANCOstein que aporta el anterior comentarista. Le propongo incorporar otro que se oye mucho últimamente: los fachapobres. Como usted dice, sumando ricos, empresarios, franquistas y otros especímenes similares, no hay bastante para lograr una mayoría clara. Es necesario convencer además a gente del pueblo, incultos, ignorantes y cerriles: los fachapobres.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias a ambos. Y lo de los fachapobres ya queda incorporado al glosario del blog. Esperemos haber enterrado el FRANCOstein para siempre.
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