Bien, este va a ser mi último
post en esta tribuna, porque tengo intención de inaugurar el nuevo blog en un
par de días. Y por descontado que no tengo la menor noticia de mis resultados
de anatomía patológica, hoy hace nueve semanas de mi intervención y me dijeron
que tardarían entre cuatro y seis. Este es un ejercicio de paciencia digno del
santo Job, tal vez la semana que viene me acerque a la clínica Puerta de
Hierro, pero no sé qué puedo hacer allí, salvo encadenarme a un poste de esos que
indican por dónde se va a urgencias. En esta semana no tengo tiempo de hacerlo,
porque ya saben ustedes que estoy atendiendo a Alain Sinou y sus 18 alumnos de
máster. El lunes lo llevé a comer al Ricla con mis amigos y luego dimos un
largo paseo por el Madrid de los Austrias hasta que llegamos a su hotel ya
anocheciendo, donde le dejé y me fui a descansar.
El martes, la visita a Madrid
Río, que yo había previsto de cuatro horas, se alargó hasta siete: de 10.00 a
17.00, incluyendo una parada intermedia en el parque para tomar un tentempié.
Tuve unrato para descansar en mi casa,
pero a las 21.00 teníamos mesa en La Cabaña Argentina, que se anuncia como la
mejor carne de Madrid. Había llevado a Alain en una de sus visitas anteriores y
me pidió volver. Compartimos una ración de mollejas de ternera y luego nos
calzamos 300 gr cada uno de lomo alto, que está sensacional. Todo ello regado
con una botella de Rioja Crianza, de la que dimos cuenta completa.
Esta mañana nos hemos constituido
a las 9.00 en la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, donde
nos hemos encontrado con José Luis Sanz, el responsable de todas las pequeñas
obras que se van haciendo en las plazas del centro histórico, que nos ha
acompañado a visitar algunas de ellas terminadas, finalizando la visita en la
de Olavide, cuyas obras se espera que terminen a finales de mayo. Para los
chicos ha sido muy interesante comparar las actuaciones de pequeña escala de
hoy con la gran obra civil de Madrid Río que recorrimos ayer. En torno a las
12.00, los de Obras se han marchado y Alain les ha dado instrucciones a los
chavales para que vayan a visitar una serie de otras plazas, como Jacinto
Benavente o Tirso de Molina, para que aporten soluciones, en un ejercicio
práctico contemplado en el programa de su viaje.
Después hemos tomado algo en la
propia plaza de Olavide y he acompañado a Alain caminando hasta el Reina Sofía,
que quería visitar. Yo me he subido a casa a descansar y esta noche volveremos
a quedar a cenar, tal vez en las Bodegas Rosell. Mañana tenemos a primera hora
la visita a la Plaza de España, con el arquitecto autor del proyecto ejecutado,
a quien mi amiga África llama siempre Don Porras y así se le va a llamar a
partir de ahora en el blog. Del resto del programa del día no tengo mucha
información, espero que me dejen tranquilo hasta la noche. Por último, el
viernes cuentan conmigo para la reunión de cierre de la actividad en la que
conversaremos sobre las conclusiones que hayan sacado. Creo que tendré que
comer con ellos, antes de que se vayan a Barajas a coger el avión a París. Y
por la noche tengo teatro, como ya les anuncié.
Y afrontaré entonces mis ocho
días de preparación del viaje, en los que tengo que hacer el equipaje,
recolectar todas las medicinas que me faltan, hacerme el seguro de viaje,
solicitar los visados y todas las demás cosas. No voy a tener ya yoga ni inglés
ni guitarra, pero sí tengo algunas citas fijadas. El lunes por la mañana me
esperan en la gestoría que suele ayudarme con la Declaración de Hacienda, para
la que ya tengo todos los datos que me faltaban. Después he de llevar a Tarick
Marcelino al veterinario para una revisión de rutina antes del verano. Por la
tarde tengo una reunión de la Comunidad de Propietarios de mi casa a la que no
puedo faltar. Y tal vez el martes por la mañana me vaya a vociferar a la puerta
de Puerta de Hierro, valga la redundancia o la gilipollez, porque no me va a
servir para nada.
Y, en la medida de mi
disponibilidad de tiempo, no descarto ir el jueves a yoga para despedirme de
Esther, mi profesora preferida a la que no he visto desde antes de Semana
Santa. Y por supuesto cenar luego en el Ricla para decirles adiós a mis amigos,
el tocayo y su hermano. Pero si voy muy retrasado en la preparación del viaje,
no podré ir. El sábado he de llevar a Tarick a casa de África, sacar la tarjeta
de embarque y seguramente muchos otros flecos. Mi vuelo sale el domingo a las 9
de la mañana. Les diré también que los tres hoteles que reservé con cancelación
gratuita ya han cumplido el plazo y me los han cobrado, así que la primera
parte del viaje la voy a hacer seguro y espero no tener que volverme con el
rabo entre las piernas. Con perdón por lo del rabo.
Una cosa quiero comentarles.
Sobre el tema del seguro de viaje, por si les sirve de aprendizaje. Como les
conté yo tengo una tarjeta de Adeslas, por la que voy pagando cada mes y fui a
la sede de la compañía para preguntar por mis coberturas. Me explicaron que,
con la simple tarjeta, yo tengo ya un seguro que me cubre gastos por valor de
12.000€, durante tres meses de viaje. Debía, pues, hacerme un seguro
complementario que me cubriera otras cosas y se pudiera extender a cuatro
meses, que es el máximo que imagino para mi viaje. Y ellos me dijeron que, por
ser titular de la tarjeta, me ofrecían uno muy ventajoso. Costaba 283€ y me
cubría gastos totales por valor de 50.000€, acumulables a los otros 12.000,
además de cubrirme robos, perdidas de equipaje, retrasos en los vuelos,
repatriación con un médico en caso de problema grave de salud y toda clase de
incidencias.
Consulté con varios amigos
viajeros y médicos y me dijeron que les parecía muy bien. Y estaba yo tan
contento con el tema, para el que sólo tenía que volver a la sede de Adeslas a
formalizar el contrato, del que me habían imprimido un borrador. Hasta que me
telefoneó mi amiga M. que trabaja en seguros y me calentó la cabeza con sus
paranoias de persona del gremio. Me aconsejó hacerme un seguro de la IATI, una
asociación de aseguradores de viajes, que cuesta 450€ y te cubre gastos por
valor de 400.000. Le dije que yo con 62.000 creo tener bastante para cualquier
incidencia que pueda sufrir. Y me replicó que se me olvidaba una posibilidad
que existe. Que tenga un accidente o enfermedad grave que desaconseje el
traslado a España hasta que no mejore. Eso me obligaría a quedarme ingresado en
un hospital. Si eso te sucede en USA, con 62.000€ tienes apenas para cuatro
días. Y al quinto te sacan en camilla a la calle y te dejan caer entre los
cubos de basura.
A mí me pareció una paranoia
excesiva; creo que no se pueden prever todas las contingencias posibles, porque
si no, no saldríamos a la calle, por si nos cae un tiesto desde un balcón. Aún
así, decidí consultar el tema con mi hijo y gurú más destacado, Kike, que tras
estudiarse ambos contratos me dijo que no dudase en hacerme el de IATI, que por
150€ más me da una cobertura prácticamente total. Y eso es lo que vamos a
hacer. Hablo en plural, porque este seguro se contrata por Internet y le he
pedido a Kike que me lo haga él, que luego le giro yo el dinero. Ya ven cuántas
implicaciones tiene un viaje como el que voy a iniciar. Yo soy una persona
confiada en mi suerte, nunca he tenido grandes percances en viaje y me cuesta
pensar con esa mentalidad preventiva de los que me rodean. Pero para eso están
los demás, para pedirles consejo y hacerles caso.
Por lo demás, este va a ser mi
último post por ahora en Reflexiones a la
Carrera. Ha sido un placer compartir mis historias y mis reflexiones con
ustedes y muy posiblemente lo reanude después de mi viaje fastuoso. Las
despedidas, cuanto más cortas mejor, así que hoy no les añado ninguna foto,
vídeo ni enlace a noticias. Sigan portándose bien y, los que estén incluidos en
el mailing de mi nuevo blog, que disfruten de ello. Hasta siempre, amigos.
Bueno, mis disculpas; a más de
uno de ustedes, queridos seguidores, les dio un vuelco el corazón cuando
leyeron el título de mi post anterior, hasta que entraron a leerlo y se dieron
cuenta de lo que yo quería decir. Estarán conmigo en queeste blog necesitaba un pequeño revolcón,
porque nos estábamos adocenando y cayendo en el aburrimiento, como les sucede a
menudo a las parejas. Yo no podía seguir indefinidamente contando que me fui al
yoga y me tomé unos judiones en el Ricla al salir. Cierto que, de vez en cuando, sucedían cosas curiosas, como que me fuera a Jaén a encontrarme conunos coreanos, o que me viera envuelto en una
manifestación en Londres sosteniendo una pancarta de protesta. Pero las
cuestiones generales que yo les quería contar y que me servían para rellenar
esos vacíos, ya más o menos las he contado todas. Así que les reitero mis
disculpas.
Se creían ustedes que ya se iban
a librar de mí y de mis fantaseos, pero no va a ser así. Todavía me queda
cuerda. Tampoco se van a librar de Samantha Fish, que tendrá un papel estelar
en mi nuevo blog, igual que el bueno de Tarick Marcelino Martínez. Respecto a
Samantha, quiero anunciarles algo. El próximo 25 de abril empieza en Nueva
Orleans el Festival de Jazz que organiza la New Orleans Jazz and Heritage
Foundation y que contará con conciertos nocturnos cada día, además de
algunos en sesión vermú, más la presencia continua de músicos callejeros a todas horas como cada año.
Atención al cartel del jueves 2 de mayo. A las doce de la noche, abrirá el
evento Samantha Fish. A continuación, actuará el prestigioso grupo local
Dumpstafunk. Y cerrará la noche la actuaciónestelar de todo el festival: The Rolling Stones.
Los Stones ya fueron invitados
hace un par de años, pero cancelaron por la pandemia. Este año han confirmado
su participación. Y yo tengo un sueño. Un sueño que ya he previsualizado: que
al final del concierto, los Stones hagan subir a Sam a tocar con ellos un par
de temas. No sé si sucederá pero, como ese momento llegue, la carrera de
Samantha habrá dado el paso definitivo el estrellato. Veremos qué pasa. Si el
viejo Keith no ha perdido facultades seguro que la invita. Por ejemplo, el que
ha perdido muchas facultades es Eric Clapton, que en el último Crossroadas de
LA, la invitó a participar, pero la relegó al escenario secundario al aire
libre. Aunque ande por ahí de viaje, estaré atento a este evento, lo mismo que
estaré atento a la deriva del Deportivo de la Coruña: el masculino tiene
bastante cerca subir a Segunda, y el femenino volver a Primera. De momento,
vean el cartel del NO Jazz Fest.
El viaje que les he anunciado
tiene tal cantidad de asuntos a los que he de atender, que apenas me queda
tiempo para otras cosas. Por ejemplo, he tenido que comprar alguna ropa y
zapatos de cara a tener un equipaje pequeño, como pretendo. Tengo que
prepararme un botiquín en condiciones, incluyendo un antimosquitos potente, un
antibiótico de amplio espectro, antihistamínico y una inyección de eparina para
pinchármela en la tripa antes del vuelo más largo que voy a tener. También he
de prevenir la diarrea del turista, para lo cual me llevaré Fortasek, que no te
cura pero es como si te pusieran un tapón en el culo, más un soluble de
probióticos para la adecuada regeneración posterior de la flora y fauna intestinal.
He de tener también algo para
prevenir el jet lag. Que va a ser importante, puesto que voy a viajar todo el
tiempo en el sentido contrario a la rotación de la Tierra. Mi experiencia me
dice que, cuando he viajado a Sri Lanka, Myanmar o Japón, el jet lag lo sufría
allí, al llegar. A la vuelta me adaptaba rápido. En cambio cuando he viajado a
USA, México, Colombia o Chile, allí apenas tenía problemas, pero el jet lag de
vuelta en Madrid me duraba varios días sin poder dormir adecuadamente. Para
eso, me he provisto ya de unsomnífero
potente, que me ayude a coordinar los horarios. En estos últimos tiempos estaba
usando melatonina, acompañada de cuatro gotas de CBD, el extracto de cannabis
que se vende por aquí legalmente. Pero entrar en lugares como Malasia o
Tailandia con un par de frascos de CBD es una imprudencia: lo más normal es que
te metan al trullo a compartir celda con descuartizadores y similares.
He de sacar también visados para
varios países (yase han dado cuenta de
que no quiero revelarles mi ruta, que se irá desvelando a toro pasado en el
nuevo blog). Y debo dejar hecha la declaración de Hacienda, que es otro coñazo.
Teniendo en cuenta que me voy el día 14 y que hasta este próximo día 3 no van a
estar a disposición de los contribuyentes los correspondientes borradores, pues
tengo el tiempo bastante tasado y justo en la semana previa al viaje, en la que
voy a estar más histérico. He de hacerme un seguro de viaje amplio, para lo que
todavía tengo dudas entre un par de propuestas.
En cualquier caso, esta tarde ha llegado de París mi amigo Alain Sinou y ya se acabó la tranquilidad para mí.
Nuestro programa esel siguiente. Esta
noche, aprovechando que la lluvia se ha detenido, hemos quedado en la Plaza de Santa Ana para tomar
unas cervezas con algo de picar. Mañana lunes le invitaré a comer en el Ricla,
donde tenemos mesa reservada. Por la tarde vienen sus alumnos, que creo que son
18 y que dedicarán el tiempo a tomar posesión de su habitación en el albergue
que tienen reservado y tal vez darse una vuelta por el centro. El martes
quedaremos en Príncipe Pío para que yo les guíe en una visita de cuatro horas
al Madrid Río, que finalizaremos en una comida en el bar del Matadero.
El miércoles, hemos quedado
temprano a la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, para que un
par de colegas míos de dicha área les cuenten los proyectos que están haciendo
o que ya están acabados, rematada por un paseo por determinadas zonas, como las
Salesas y la plaza de Olavide, en donde la obra se está acabando estos días.
Eljueves estaremos temprano en la Plaza
de España para que el arquitecto autor del proyecto, Fernando Porras, les
explique los detalles de la obra ejecutada en ese lugar. Tanto en la tarde del
miércoles como en la del jueves, Alain les ha programado una serie de actividades en las que yo no pinto mucho, dedicando un día a ver
el Museo Reina Sofía y el otro a estudiar una plaza concreta para proponer
soluciones sobre ella.
Por último, el viernes por la
mañana, habrá una reunión final para
poner negro sobre blanco las conclusionesde este viaje de estudios. Supongo que me tocará comer con ellos una vez
más. Luego, se van todos en el avión por la tarde. Y yo tengo entradas de
teatro a las siete para ver la obra de Juan Mayorga La Colección, con José Sacristán, una actividad muy apetecible. A partir del sábado, dispondré de ocho
días completos para ocuparme de todos los flecos de mi nueva aventura, para la
que partiré en un vuelo tempranero el domingo día 14, a un destino que no creo
haberles revelado, dentro de las nuevas coordenadas de mi blog. Lo que sí les
digo es que ya me he despedido de muchas de mis actividades regladas, para las
que no voy a pagar el mes de abril.
Por ejemplo, el martes 18 de
marzo me despedí de mi club de lectura Billar de Letras hasta el próximo mes de
septiembre. Esta semana desde mi último post escrito el domingo 24 de marzo, ya he
ido cerrando una serie de temas. El lunes no tuve yoga porque era luna nueva. El martes tuve
mi penúltima clase de inglés on line y a mediodía quedé con un par de colegas
arquitectos que también querían despedirse de mí. El miércoles subí a comer al
Ricla, para atar los términos de mi comida allí mañana con Alain. Por la tarde
ya no había clase de guitarra por la Semana Santa, me había despedido de mis colegas el
miércoles anterior.
El jueves tuve mi última clase de inglés en la que me despedí de Ed y los demás
alumnos. Tampoco había yoga, esta vez por ser Jueves Santo.
El Viernes Santo estuve en casa.
Qué mejor ocupación mientras afuera diluviaba y el klu-klux-klan paseaba arriba y abajo por nuestras ciudades,
En realidad estuve cocinando un potaje para invitar al día siguiente a comer en
mi casa a unos buenos amigos a los que hacía mucho que no veía. Ayer sábado, me
levanté con tiempo para afeitarme,
ducharme y caminar hasta la academia de yoga para mi última clase de la
temporada, salvo que cambie de opinión. Luego me tomé la correspondiente
torrija de desayuno en La Casa de la Torrijas y volví a casa a terminar de
preparar la comida. Les he de confesar que antes pasé por unos chinos a comprar
algunas copas de vino, porque no tenía bastantes para los seis que íbamos a ser
a comer. Por lo demás, la comida fue un éxito, acabamos a las siete
moderadamente borrachos y, cuando se fueron todos me conecté a seguir el
partido del Dépor, que volvió a ganar.
Hoy he empezado a escribir este
post por la mañana, pero lo he tenido que dejar, porque me han llamado mis
amigos músicos de Palomeras, Henry Guitar y Críspulo, para tomar unas copas en
el Bada Bing, ya cerca de la M-40. Estaba un poco descolocado con esto del
cambio de horario, pero me he vestido, he bajado a coger el Metro y me he
acercado hasta allí. Por la tarde, después de comerme el resto de potaje que me
sobró de ayer y echarme una buena siesta, he seguido por la tele el partido del
Dépor femenino, que no ha podido ganar. Una pena, porque ya se podía haber
garantizado el ascenso a Primera. Pero aún tiene ventaja. Acabado el partido,
he caminado hasta la plaza de Santa Ana, en donde había quedado con mi amigo
Alain Sinou. Nos hemos tomado unas cuantas cervezas con las correspondientes
raciones y luego lo he acompañado hasta la puerta de su hotel y he cogido el Metro para volver, porque hacía frío y yo quería venir a terminar el post que
tenía pendiente desde la mañana. Continuará, sean buenos.
¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con
lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una
solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a
hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les
voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia
decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece
más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e
inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene
algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga,
del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello
salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo
que no.
Este blog cumplió su cometido;
durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan
mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño
club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de
los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en
exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena
de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como
esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con
confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a
rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se
detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.
Es lo mismo que ha pensado mi
admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos,
composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se
separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su
formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados.
Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera
y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez.
Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos
shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está
de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris
Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de
acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.
Durante su carrera, tocó una vez
en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente
Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y
estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos
después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue
a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena
decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han
grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como
en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo
estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam,
esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en
solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a
Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.
De este tiempo que ahora termina,
se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca
había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una
gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último
concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a
hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven
abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para
ustedes.
Presentando nuestros
respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de
escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un
pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por
Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los
géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha
Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es
su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa
por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando
en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último
fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso
de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así
que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y
trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te
advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número
uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar
con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de
mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en
solitario en abril. Saludos.
Muy emotivo, como ven. Esa emotividad
se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de
mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que
grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo
rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la
que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al
chico No apologies, es decir, nada de
disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada
parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una
interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada,
que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.
Menuda explosión de emociones.
Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la
ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como
pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en
estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado.
Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la
carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The
Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me
dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía
cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis
contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de
suspenderlo.
Además, mi plan pasaba por
visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a
San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde
tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017,
camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado
todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella
y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron
los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo
difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido
salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para
llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.
Realmente, casi había descartado
el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el
Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que
no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto
es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo
quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te
quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a
poner excusas (o apologies). 1.- Es
que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes
ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.-
Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie.
Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier
ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y
qué quieres, ser el más rico del cementerio?
Como ven, no me quedaban muchas
más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que
hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo
corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba
la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome
psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a
intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un
cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo
salir de la situación en la que se ha metido.
Porque el primer plan era haber
salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con
su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho
que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera
semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una
segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica
que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía
patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado,
no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por
supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el
tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano,
tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.
Ante una situación que se iba
estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución
prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando
tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado
hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del
viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me
tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general
positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído
por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico
intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la
ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres
hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo
contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.
Pero este plan mío no es sólo un
proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa
esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y
ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho
mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un
poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de
refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En
ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10,
de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30
nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se
acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la
carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.
En estos casi doce años de
blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto.
Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de
mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero
lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar
anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan
llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los
coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo.
Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco
días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero
dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada
ciudad visitada, lo que es un reto para
mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les
he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su
tierra.
En la última, de izquierda a
derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de
Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos
pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida
en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.
Por cierto, mi amigo Woo me envió
estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé
comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le
contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo
que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a
Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le
pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la
señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la
había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un
niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.
Ese gesto que hacen las mujeres
coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo
estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había
operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al
presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio
adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado.
Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues
imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las
peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París.
El resto, un plomo.
Lo que pasa es que la preparación
del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como
les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como
hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de
que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes
matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender,
además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de
costumbre, sean buenos.